Las luces de muchos colores del lugar son suficientes para desorientarte y aturdirte, se mueven de un lado a otro sin posarse en el mismo sitio tan siquiera por un segundo, la música es tan fuerte y ensordecedora que para hablarle a la persona que está a escasos centímetros de ti necesitas gritarle con una fuerza considerable, si no estás mezclado en el ambiente fácilmente terminarás con un dolor de cabeza.
Los clubes nocturnos eran así después de todo, en una mesa del lugar se encuentra Dayana, esta sentada con los brazos cruzados, sumamente aburrida y con algo de sueño, observa con desinterés a su novio Edgar.Al contrario de ella él esta de lo más divertido bailando con otra mujer en la pista de baile, una mano de él esta posada sobre la diminuta cintura de la mujer, mientras en la otra mano sostiene su bebida, ambos frotan sus cuerpos al ritmo de la música en un intento de baile.A Dayana parece no importarle ni afectarle, está esperando que Edgar termine su bebida para irse a casa a descansar, ella sin duda no estaría ahí de no ser por su novio le insistió bastante en que lo acompañara, aunque al final de cuentas siempre terminaban dejándola sola.Ella era su trofeo le gustaba que lo acompañara a todas partes, no porque disfrutara de su compañía o la quisiera mucho, si no por el simple echo de presumir ante los demás que ella estaba con él y no con los otros que también la querían a su lado.Pero Dayana no era ajena a lo que pasaba, ella también estaba con el para que los demás no la molestaran, Edgar tenía una posición respetada en la universidad, así que ella prefería aguantar a un idiota que tener a miles molestándola día con día. Al final de cuentas ambos tenían sus propios intereses para estar juntos.- ¿¡Te gustaría bailar?!Un joven alto y apuesto de tez morena se acercó a Dayana para invitarla a bailar, ya tenía rato observándola mientras ella estaba distraída y aparentemente aburrida mirando hacia la pista.No tenía el aspecto a las demás chicas del lugar, había tacones, faldas cortas, escotes pronunciados y vestidos completamente ajustados por todos lados, pero Dayana llevaba un vestido ajustado hasta la cintura, la parte baja era amplia y un poco esponjosa, estaba algo corto, pero no era del todo perceptible, era de manga larga y no tenía escote así que su apariencia le pareció tierna y adorable.Dayana lo volteo a ver con las cejas algo fruncidas, el chico al contemplar su rostro fue ajeno a la mirada fría de la hermosa mujer, tenía los ojos de un color verde intenso, que brillaban bajo las luces del lugar como los de un gato, por más que recorría su rostro le era incapaz encontrar algún defecto o imperfección.Se quedó cautivado al instante por ella, Dayana se contuvo para no reír en la cara del chico quien tenía un rostro con la mirada perdida como si estuviera viajando entre las nubes, a ella le pareció muy tonto.- No gracias, vengo con mi novio...De una manera cortante y seca ella le respondió para después voltear a ver hacia el otro lado, tenía la esperanza que en cuanto el chico sintiera su frialdad se marchara.A pesar de que el chico quedó desilusionado ante la actitud de la bella mujer, en cuánto ella le volteo la cara le llegó el fresco aroma de su cabello oscuro que se miraba sedoso y brillante, eso lo motivó nuevamente.- Si tienes novio... ¿Dónde está él? ¿¡Cómo se atreve a dejar a una mujer tan hermosa como tú sola?!Dayana suspiró pesadamente y puso los ojos en blanco, no respondió nada simplemente ignoro al chico, pero no muy lejos de ellos Edgar después de mucho rato recordó que había llevado a su novia con el y la había dejado sola en la mesa que reservó.Tardo un poco en enfocar su visión, ya estaba algo tomado, así que en cuanto miro a su bella novia y un chico a su lado muy cerca se recompuso enseguida; de una manera algo brusca alejó a la chica que estaba bailándole frente a él y se fue abriendo paso entre la multitud para llegar a ellos.Dayana no quería mantener una conversación con ese chico, así que optó por ignorarlo con la esperanza que este se fuera, pero el chico seguía ahí, ya había tomado la decisión de correrlo de una manera sutil cuando de repente a espaldas del chico llegó Edgar y le dio un fuerte puñetazo en la cara; lo hizo caer justo en las piernas de Dayana, ella levantó los brazos y antes de que pudiera empujarlo para quitárselo de encima Edgar lo levantó de la parte trasera de su camisa y lo golpeó de nuevo.Ya habían llamado bastante la atención, así que Dayana se puso rápidamente de pie para llevarse a su novio y evitar una escena, pero el chico se levantó rápidamente y tlaqueo a Edgar, empezaron a pelearse como animales salvajes dando vueltas por el suelo.Rápidamente los guardias de seguridad empezaron a abrirse paso entre la multitud de borrachos que disfrutaban de la pelea entretenida. En cuanto llegaron a ellos y lograron separarlos Edgar golpeó a uno de los guardias de seguridad, ante eso su compañero pidió apoyo y ya estaban más guardias en camino.- Esto no es posible...Dayana se quejó en voz baja mientras masajeaba su frente, Edgar era un constante dolor de cabeza para ella, a veces pensaba que era mejor lidiar con los acosadores de la universidad todos los días que con él, pero era su manera de esconder sus sentimientos, ya que en el fondo estaba con el porqué le había tomado cariño después de tantos meses de salir juntos.De repente llegaron más guardias al centro de la pelea, tomaron a Edgar de brazos y piernas para secarlo a como diera lugar, ya que el otro chico estaba desmayado en el suelo mientras Edgar seguía golpeándolo como un animal enloquecido.Dayana miró como los guardias se dirigían a la salida con él en brazos, así que tomó su pequeño bolso plateado para salir del lugar también.Las luces y sonidos de las sirenas llenaban toda la calle, ya se le hacía mucha belleza a Dayana que simplemente le dieran una patada en el tracero a Edgar para sacarlo como las veces anteriores. Un oficial tenía sometido a Edgar mientras lo revisaban, ella tenía unas enormes ganas de ir a bofeterlo una y otra vez por su comportamiento impulsivo e idiota.— ¡Sueltenme! ¡Ese tipo empezó! Edgar arrastraba un poco las palabras mientras gritaba como un completo loco, el exceso de alcohol en el era evidente en su voz. En cuánto terminaron de revisarlo el oficial le puso las esposas, cuando lo levantó para meterlo a la patrulla el miro a Dayana, ellantenía sus brazos cruzados sobre su pecho mientras lo miraba molesta, pero el ya estaba acostumbrado a eso. — ¡No te preocupes por mi hermosa! ¡Mi padre me sacará de aquí como por arte de magia! ¡Tu ve a descansar nos vemos mañana en clases!Edgar le dedido una sonrisa pícara a Dayana antes de ser metido en la patrulla, el cabello rubio y lac
Dayana estrechó la mano del hombre al poco tiempo que fue consiente que ya había pasado tiempo de más mirándolo algo extraño, el ambiente entre ellos empezó a sentirse pesado e incómodo así que ella habló sin pensarlo. — ¿Donde esta Edgar? Aunque no lo noto, la pregunta le salió con un toque de preocupación, cosa que curiosamente incomodo un poco a Alexander, éste se aclaró la garganta y volteo a otro lado. — Se quedará dos horas más aquí encerrado como castigo de mi parte por su comportamiento indebido, espero no te moleste — No... para nada.Ahora Dayana habló de una manera tan distante e insensible que Alexander volteo a verla confundido, en un principio parecía preocupada por su hijo, pero ahora parecía que no le interesaba. — Me imagino que querías verlo, si quieres vamos a casa, puedes esperarlo ahí si gustas— No debería, es demaciado tarde ya— Te puedes quedar en la habitación de invitados, así se pueden ir juntos mañana a clases. El estaba tratando de ver hasta donde l
Esta vez Alexander reaccionó rápido y la tomo en brazos pero Dayana dio un brinco para apartarse de su cercanía.— Lo lamento tanto, había olvidado que ese escalón estaba ahíPara Dayana esto era lo más vergonzoso que había experimentado en su vida, su rostro ardía de la vergüenza, era incapaz de ver a Alexander a la cara.— Descuida... tu habitación es la última del pasillo... permiso tengo algo que hacer... Alexander salió huyendo del lugar, Dayana cerro los ojos con fuerza, su idea de tener una buena impresión ante ese hombre estaba echa añicos, temía que lo abría echo enojar por la manera tan tosca y rápida en que le respondió, así que se dio la vuelta para irse a su habitación.Pero todo lo contrario a lo que Dayana pensaba, Alexander entró a su habitación que era la única del otro lado al frente de la sala, su corazón palpitaba de un manera tan acelerada que empezó a temer que le diera un paro cardíaco, desabotono algunos botones de su camisa por la parte del pecho ya que sentí
Dayana estaba en el suelo sentada abrazando sus piernas, tenía la mirada fija en la pared, de al frente, tenía una mirada tranquila y una actitud serena. Alexander sintió pena por ella y se preocupó ya que esa actitud de ella no la esperaba, así que asumió que solo trataba de reprimir la tormenta que se estaba desatando en su interior.— Yo.. lo siento mucho, si quieres ir y encarar a ese desgraciado yo...— No se preocupe, no es necesario llamare a un taxi para que venga por mi.— No, espera deja me cambio rápido yo te llevaré a tu casa no me tardoAlexander camino rápidamente hacía su habitación, Dayana seguía estática sin moverse, su cuerpo se sentía pesado, decir que dentro de ella se desataba una tormenta era poco, en su interior había todo tipo de desastres naturales azotando todo su ser. Con pesar se levantó del suelo, tomo su pequeño bolso que había dejado en el sillón, risas provenientes del pasillo por el que Edgar acababa de desaparecer la hicieron voltear, sonrió con amar
Alexander negó con la cabeza al darse la vuelta hacia el pequeño cañonero al lado de su cama; abrió el cajón y sacó un preservativo que le arrojó al piso a los pies de Edgar. — Eses un bastardo sinvergüenza lo sabías...Alexander lo miraba mal, pero Edgar lo ignora simplemente, con una sonrisa de tonto de agacho para tomarlos.— Porfavor... como si tu no te metieras con varias mujeres. — No teniendo novia idiota, en que comparas. — Nunca has tenido una novia.. por favor no descargues tus frustraciones contra mi, no es mi culpa que te tuvieras que casar joven con mi madre y no pudieras disfrutar de tu juventud como se debe. Gracias y adiós Edgar salió de la habitación aparentemente molesto; Alexander lo miró mal en todo momento hasta que desapareció cerrando la puerta. Su mal humor se disipó rápidamente al escuchar el sonido de una puerta de madera abrirse, era Dayana quién estaba saliendo del armario con la mirada agachada; para Alexander engañar a un mujer era la peor de las baj
Alexander le impresionó ver que ella se levantó de repente ni siquiera le dio tiempo de reaccionar cuando Dayana lo tomó del cuello para hacerlo inclinarse y besarlo. Tal acción lo tomó por sorpresa, el tenia los ojos abiertos miro a Dayana, ella tenía los ojos cerrados así que se dejo llevar, los labios de ella eran suaves y delicados; su beso empezó a hacerse más profundo, más ansioso, Alexander bajo sus manos hacía su diminuta cintura, ella quitó sus manos de su cuello y empezó a desabonotar su camiseta sin separar sus labios, justo cuando Dayana puso sus manos sobre su pecho una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de Alexander, enviándole una señal de alerta, ante eso el se separó de ella. Dejo una distancia algo corta entre ellos, ambos respiraban con dificultad; apesar de acabar de salir de la ducha Alexander empezó a experimentar ese calor de nuevo, pero antes de que el deceo lo cegara hizo uso de la poca cordura que le quedaba. — ¿Qué haces? Tu.. eres la novia de mi hijo
Era muy temprano en la madrugada cuando Dayana se despertó, a su lado estaba Alexander profundamente dormido boca abajo, ella abrió mucho los ojos al mirar las marcas rojizas que sus uñas habían dejado en la espalda de el; se sintió culpable pero no era momento de disculparse con el, se levantó de la cama para cambiarse, tomo sus cosas y se fue. ...Cuando Alexander despertó ya era muy tarde, el sol se había colado por un extremo de la cortina y este le estaba dando en la cara solo por esa razón se desperto; se sentó en la cama, sentía su cuerpo algo adolorido, recordó rápidamente la noche anterior así que se giró en busca de Dayana, pero a su lado solo estaban sabanas vacías. Se empezó a tallar la frente cuando de repente, su celular empezó a sonar, lo agarró de al lado de la mesita de noche y se lo llevó al oído. — ¿Diga?— Alex querido ¿Como estas? ¿Vaz despertando apenas? .– la voz suave de una mujer mayor se escuchó al otro lado de la línea, Alexander se recompuso de inmediato
Por un segundo la mente de Alexander empezó a reproducir las escenas guardadas en su mente de la noche anterior, al revivir dentro de su cabeza todo su piel de erizo totalmente. — ¿Y bien... que era eso que querías decirme? .– Al hablar Edgar hizo caer de nuevo en la realidad a Alexander quién sacudió la cabeza y bebió de su vino.— Mi madre habló esta mañana para invitarnos a una reunión que dará este sábado por su cumpleaños, eres bien venido si gustas ir— Claro que iré, esa mujer da buenas fiestas y sirve alcohol de primera tendré que llevar a una chica muy bonita para impresionar a los primos.— Olvidate de llevar a alguna de tus amantes, la única mujer que permito que se integre a la fiesta es tu novia nada más... Referirse a esa chica como la novia de Edgar le dejaba a Alexander un mal sabor de boca, pensó que verla en la fiesta era una buena opción para ver con sus propios ojos y cerciorarse si ella estaba bien ya que no podía estar llendo todos los días a la universidad, an