Capítulo 85

Los organizadores del Gran Slam me dieron un plato enorme en medio de la cancha de Wimbledon. Yo tenía la cara cubierta de lágrimas. Llamé a Ashley y se lo di a ella. -Te lo dije, amiga, este trofeo es tuyo, tú te lo has ganado-, le dije y ella llorando también lo alzó y el público rompió en nuevos aplausos, tanto o más fuertes que cuando conseguí el último punto ante Evand.

Ruth Evand no salió a recibir el premio al segundo puesto. Su entrenadora lo recogió sin prestar declaraciones. Tampoco acudió a la conferencia de prensa. Marcial habló por mí porque yo no podía siquiera hilvanar alguna frase. Estaba demasiado nerviosa y lloraba sin cesar y lo único que se me ocurrió decir fue que -no fallé en las jugadas claves-, que aprendí del internet. Eso sí, me tomaron muchas fotos y me hicieron miles de videos.

Almorzamos todos juntos en el hotel. Gina estaba eufórica y no dejaba de gritar, ¡campeona, campeona, campeona! y Ashley seguía llorando sin contenerse. Yo me besaba con Marcial
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