Tres días pasan en las que el tío de Elizabeth pelea a cada dos por tres con el rey por querer ver donde está su sobrina, a lo que el rey se ha negado a decirle algo al respecto, cosa que ha ocasionado múltiples discusiones.
—Te quieres calmar, creo en la palabra del rey. Si él dice que estaba bien, es porque lo está, ¿por qué mentiría al respecto? —lo intentó calmar, pero parece imposible.—Si está tan bien como dice, ¿por qué no me deja verla? —Cuestiona furioso.—Tal vez es ella la que no quiere verte —sugiero.—¿Y por qué no querría? —Me encara, y tragó en seco al tenerlo tan cerca.—No lo sé —susurro perdiendo el hilo de la discusión. Pone los ojos en blanco y le da la espalda.—Si no tienes un argumento válido, no digas estupideces —advierte y me ofendo enseguida. Sin pensarlo me coloco frente a él.—No estoy diciendo estupideces imbécil, solo intento que entiendas que él no miente.—¿Y como estás tan segura, Elizabeth te digo que confiara en él ciegamente? —Cuestiona acercando su rostro al mío logrando intimidarme.—Sí, ya te lo dije. Ella me contó su plan —miento con firmeza, sin titubear.—¿Y se puede saber cuándo me piensas decir su dichoso plan?—No puedo romper su confianza, si ella quiere que lo sepas entonces lo sabrás de ella, no de mí…Tres días más pasan en los que discuto a diario con Kai, el cual por cierto se dignó al fin a decirme su nombre, en las conversaciones que tuve con Elizabeth nunca me mencionó el nombre de su tío por lo que no tenía idea.—¡Una semana y aún no da la cara, estoy harto! Si quieres, quédate, pero Elizabeth se va conmigo! —termina por explotar, salgo detrás de él para que no cometa una locura. —¡Azariel! —grita antes de abrir de un golpe la puerta donde se encuentra el rey.—¿Qué sucede? —pregunta con cansancio, al parecer no soy la única cansada de las discusiones diarias.—¡Sabes perfectamente lo que sucede! —el rey se levanta de su asiento y llega a Kai dónde toma su brazo y lo lleva de regreso a los pasillos.—¿Quieres saber lo que sucede? Está bien —Le dice al ver que este forcejear por soltarse. Pronto llegamos a otro pasillo totalmente desconocido para nosotros, el rey al abrir la puerta tapó mi boca enseguida.—¿¡Qué le pasó!? —Kai se suelta rápidamente del rey y corre a ella.—Antes de que pudiera pasar la barrera, los Insantes la atacaron —explica y yo sigo sin entender.—¿Qué son Insantes? —preguntó sin pensarlo.—Criaturas creadas por Agnes hace años, son su mejor arma. Un mordisco de esa cosa y… —no es necesario que termine la frase para entender.El semblante de Kai cambia totalmente, el resto del día se mantiene en calma y sin hablar. Pará no incomodar, permanezco callada, al menos hasta que llega la comida a nuestra habitación y recuerdo una cosa que no me ha dejado tranquila.—¿Por qué no comes? —Inquiero viendo la comida.—Porque no tengo hambre —una de las cosas que me agrada de él, es que a pesar de cómo sea su humor, jamás me responde de manera grosera o arrogante, ni siquiera cuando está muy enojado. Y nunca me ignora a pesar de cuán irritado parezca ante mis preguntas.—Nunca la tienes, ya llevamos una semana aquí y aún no te he visto comer absolutamente nada. ¿No se supone que los humanos deben comer a diario si no pueden morir? —Cuestionó confundida.—Quién te dio esa información, está totalmente equivocado. Nosotros podemos sobrevivir sin comer por días, además soy parte de los cazadores, que no se te olvide —es todo lo que dice. Por más que quiera creer en él algo no me lo permite, algo oculta estoy segura.Al día siguiente pasamos todos el día Kai y yo jugando cartas que logré conseguir con una sirvienta, al principio Kai se rehusó totalmente, pero terminó aceptando, ya que no había nada mejor que hacer y fui muy insistente. Al caer la tarde un ruido nos pone alerta, el pequeño murmuró rápidamente se convierten en gritos.—Quédate aquí —pide Kai saliendo de la habitación, el siguiente grito lo logró escuchar claramente, es Elizabeth.Sin pensarlo sigo a Kai quien se adentra a una puerta que da aún comedor muy amplio y hermoso. Al ver las personas en el lugar no comprendo nada, no reconozco a las dos mujeres al lado de Elizabeth.Escuchó todo con cautela y quedó estupefacta al saber que ellas son su madre y hermana, al terminar la discusión Kai se aproxima a su sobrina y con cierto temor los sigo a otra sala.Ella se queda callada por largos minutos hasta que al fin habla, pero eso solo desata una discusión entre su tío y ella, la cual no termina bien.—¡Maldita sea! —Kai destroza por completo una silla al salir la princesa.Sus palabras se quedan grabadas en mi mente, no estamos ayudándolos, los estamos poniendo en riesgo. La culpa me invade por completo.Un fuerte estallido hace que salga de mis pensamientos, corro a la salida para ver qué sucede y en un parpadeo todo se viene abajo, por suerte el cuerpo de Kai protege al mío.—¿Pero cómo? —lo reviso de pies a cabeza al levantarnos de los escombros —¿Estás bien?—Perfectamente —responde, luego de eso para mí todo es confuso, gritos, sangre y súplicas es todo lo que percibo.Hélido se convierte en un baño de sangre tanto de los habitantes como de los cazadores.—Ven conmigo —Kai toma mi mano y me lleva a no sé donde —Quédate aquí, estoy seguro de que no durarías ni un segundo allí afuera —me coloca detrás del palacio, ya que el caos está al frente.—Quédate conmigo —le suplicó con los ojos cristalinos, él niega y me suelta.—No puedo, tengo que luchar por mi familia —da un paso atrás y yo rompo en llanto.—No quiero, si ella gana volveré hacer una esclava, un objeto el cual pisoteara sin parar —digo en medio del llanto. Sus manos se colocan en mis mejillas y alza mi cabeza haciendo que lo mire los ojos.—Tienes que ser fuerte —me duele y molesta que me pida eso cuando sabe perfectamente mi historia.—Ya te dije que no lo soy.—Tendrás que aprender entonces, ¿no quieres que esto mejore? —dudosa asiento —. Para eso tienes que resistir lo que venga, recuerda que no estás sola y que aunque sean pocas hay personas buenas en este mundo —alienta, deja un beso casto en mi coronilla antes de irse.Tengo que ser fuerte, me lo repito una y otra vez a pesar de no poder creérmelo.Tapo mis oídos con fuerza queriendo no escuchar la agonía de todos. Unas pisadas me ponen alerta, pero es tarde para cuando reaccionó, un fuerte golpe en mi sien me deja inconsciente en cuestión de segundos.—Pero ¿Qué…? —Abro mis ojos lentamente y lo que contempló no me lo creo, veo todo con impresión y terror a la vez, esto no puede ser, ella no puede haber…Niego frenéticamente sin poder considerarlo, tapo mi boca intentando calmar mi sollozo, pero mi llanto hace de las suyas al no poder contenerlo.KaiLo busco con la mirada hasta que lo encuentro, no entiendo exactamente qué es lo que me pasa al verlo extendido en el suelo con el corazón fuera de su cuerpo. Todo mi cuerpo tiembla de ira y miedo, sin embargo, no suelto ni una lágrima porque presiento lo que va a pasar. Tengo una carta a mi favor y la pienso usar, me rehusó aceptar que ella a… muerto.-Yo soy invencible, si algo me llega a pasar ten por seguro que yo estaré bien.-¿Por qué estás tan segura? ¿y si te equivocas y ellos ganan?-No lo harán, no sé cómo explicártelo, pero creen en mí cuando te digo que yo no puedo morir a manos de ellos-Y con su recuerdo de nuestra conversación me levanto y actúo como si no hubiera cuerpos mutilados por cada rincón de Hélido, como si no sintiera la agonía de vivir en medio del infierno que mi madre se ha empeñado que viva, como si no hubiera perdido a la única persona que me ayudó en todo estos años y a la única que veo con la capacidad de velar por nosotros los débiles.No logró dar ni dos pasos para cuando el cuerpo de mi madre esta frente al mío y esas llamas hirviendo en repulsión me miran.—¿Por qué? —su pregunta casi me hace reír, si esperar respuesta me abofetea con fuerza haciendo que mi rostro gire, mantengo la calma como siempre lo he hecho y regreso mis ojos a los de ella que de seguro transmiten el vacío que siento por dentro.—No sé dé que hablas madre. Lo último que recuerdo es estar en mi habitación con la princesa y luego en el suelo de Hélido, ¿Qué sucede? ¿Por qué los cazadores están asesinando a las personas?Su expresión se vuelve incrédula por un par de minutos, en lo que analiza lo que acabo de decir, hasta que me da la espalda no sin antes hablar:—Por tu bien espero que no estés mintiendo Amelia, porque por muy hija mía que seas ese puede ser tu destino si te pones en el lado equivocado del juego —amenaza observando lo que queda de Hélido.—Sé muy bien cuál es mi lado madre, no tienes por qué decirlo —contestó conteniendo todo lo que debería decirle.—Bien, vamos a casa —Ordena y la sigo. Pronto todos se unen a nosotras de regreso a Nirvana como si nada hubiera pasado, por el rabillo del ojo logró ver como un cazador arrastra las cadenas de un Abigor muy desorientado, mientras otros dos llevan los cuerpos de Elizabeth y Azariel. Por ningún lado veo a Abalam, trago el nudo que se me hace en la garganta.Tienes que ser fuerte.Días antes del Caos. Froilán.Me muevo de un lado a otro preguntándome cómo estará Eli, no he recibido noticia alguna desde que se fue y siento que cada día enloquezco más. Desde mi posición escucho como unas pisadas se acercan despacio y seguido de eso la puerta es abierta. —Froilán —habla a mi espalda Selena.—¿Qué deseas? —sin quererlo mi voz sale cortante. —Saber cómo estás —dice terminando de entrar y acercarse despacio. Me doy la vuelta y el malestar vuelve a golpear mi pecho. El sentimiento de culpa me carcome. —¡Sabes perfectamente como estoy! No hagas preguntas estúpidas. No es mi intención, juro que intento con todas mis fuerzas no ser un desastre, pero esto es más grande de lo que puedo controlar.—No tienes por qué tratarme así —dice un tanto molesta, termina de acercarse y posa sus manos en mi brazo y me mira con ojos cristalinos —Tienes que dormir, tal vez el descanso te ayude con tu humor —Sugiere, niego frenéticamente con la cabeza quitando sus manos de mí. —No l
Omnisciente Para ella la vida ya no tenía sentido, toda su vida se había basado en sufrimiento tras sufrimiento. Todos tenemos un límite y Amelia sentía que ya estaba llegando al suyo, si antes odiaba a su madre, el sentimiento que había comenzado a sentir era indescriptible.—¡Castigo, eso es lo que te mereces y lo que tendrás ahora mismo y el reto de tus días Amelia! —Halley ardiendo en furia, no perdió tiempo a la hora de llegar a su palacio y llamar a una esclava, la mujer sabiendo lo que pediría su amo colocó las manos de Amelia en la mesa que tenían frente a ellas. Ella, aceptando su castigo, no objeto ni se inmutó al ver a su madre con una vara de Nirgen en sus manos, el Nirgen era el metal más fuerte que tenía en todo los reinos, el cual fue descubierto por las brujas siglos antes de la guerra. Halley a pesar de creer fielmente en que su hija no pudo haber escapado por su cuenta, no pudo evitar no querer castigarla a su manera. En Halley era más que obvio el odio que sentía
Un mes después. Irá, no era exactamente lo que sentía Leonore después de saber que tendría que cuidar a los hermanos de Elizabeth, puesto que la verdad no sabía exactamente qué era lo que sentía al respecto. Sabía perfectamente que era lo que sentía por Elizabeth, más no en los niños. —¿De quiénes son esos niños madre? —preguntó su hija al entrar en la sala de su hogar. —¿Niños? ¿Qué niños? —Cuestionó Nicolás al entrar detrás de su hija. Leonore no supo qué decir. —Ah, estos… —dijo viendo a las criaturas en las cunas que “amablemente” le dio Agnes al entregarle los bebés. Tanto padre como hija se le quedaron viendo expectantes. —¡Los adopté! —dijo casi en un grito. —¿Adoptaste? —repitió su esposo incrédulo. Conocía bien a su esposa y sabía que ella no era amante de los niños, eso lo comprobó cuando tuvieron a su hija y él tuvo que hacerse cargo de ella las veinticuatro horas del día. —Sí, no sé si te has dado cuenta, pero la situación se ha complicado bastante en Hélido desde lo
Kai Mi celda tenía un olor putrefacto, las cadenas en mis pies y manos tenía ya un color bastante desagradable, gracias a mi sangre. El olor a rosas que inundaba mis fosas nasales al estar dentro del palacio, ya no estaba. La molesta sonrisa de Froilán se había desvanecido hace ya un tiempo, ya ni siquiera tenía fuerzas para hablarme. Por años él fue quien me sostuvo en todo momento, pero ahora ya no queda nada de ese hermano que me reconfortaba después de aquellas golpizas de aquel bastardo. Me dolía, sin embargo, no lo demostraba para no avivar su dolor. Por momentos quería decirle que teníamos motivos para seguir luchando, pero luego recordaba que de nada iba a servir. —¿Kai? —La frágil voz de mi hermano me saca de mis pensamientos. —Aquí estoy Froilán. —lo calmó. —¿Cómo está? —pregunta y rápidamente sé dé quién habla. —Igual que nosotros. —por más que quiera mentirle, no puedo. —¡¡Joder!! —grita golpeando su plato de comida. —Necesitamos salir de aquí. —Lo sé, lo sé herman
Recuerdos de Amelia. Negro.Rojo… Vacío. Dolor…—¿Tu mamá también es mala, Abalam? —el niño de ojos rojos pensó un momento antes de hablar. —Sí, y estoy seguro de que la mía es peor que la tuya. —El niño lo dijo de una manera tan natural que sentí dolor por primera vez por otra persona que no fui yo. —¿Quieres un abrazo? —preguntó alzando mis brazos. —¿Y eso de qué me serviría? —Cuestionó ladeando la cabeza. —Te hará sentir mejor, te lo prometo. —Está bien, pero solo uno. —dejó en claro, sonreí y emocionada, me lancé en sus brazos delgados. Tarde un par de minutos en esa posición en la que él no me lo devolvió. —¿Y bien? —inquiero alejándome unos pasos de su cuerpo. —No lo sé, no estuvo mal, supongo. —se limita a decir encogiéndose de hombros. —¿Quieres que te cuente una historia?, tengo muchas. —Esta era la primera vez que estaba con el príncipe de los demonios, y estaba muy emocionada porque era mi primer amigo y quería que se sintiera bien en todos los sentidos. —Eres m
Amelia. Lo sabía, cuando conocí y estuve esa semana entera con Kai supe que algo grande se escondía. El que jamás comiera absolutamente nada y que era parte de los cazadores me daba varias teorías de lo que podría ser. Casi nadie se lo cuestionaba, puesto que todos pasaban que en algún momento el menor de los Bathory se convertiría tarde o temprano, aunque muchos tenían la teoría de que él ya lo era y por cuestiones del consejo no se atrevía a confesarlo. —Sé que apenas estás siendo consciente otra vez, pero necesito saber si tienes alguna información valiosa. —pregunta Kai sin ocultar sus emociones. —No sé si es crucial, pero en dos ocasiones escuché a las esclavas hablar de unos Mellizos que trasladaron a Hélido hace casi dos meses. —sus ojos esmeraldas se abren de manera exagerada, al igual que su boca. —Los bebés. —pasa una mano por su cabello de manera dolorosa a la vista. —¿Por qué te preocupan? —Porque son mis sobrinos. —Confiesa dejándome algo desconcertada. —¿Son herma
Este no es el cap que seguía jjaja, pero no me aguante y ya verán porque. Leonore. Leonore siempre confío en su ingenio y sus dotes para seducir y enamorar a los hombres, tanto así que era una complementa narcisista en todo su esplendor. Pero ella no siempre fue así, la vida te puede golpear duro y ella más que nadie lo sabía. Los Arias eran humanos de clase baja, no pertenecía a la Aristocracia y eso Leonore lo detestaba. ¿Por qué? Te preguntaras, pues en Nirvana los únicos que recibían un buen “trato” eran los que formaban parte de la Aristocracia, a ellos no se les castigaba ni mucho menos se les humillaba en medio de la plaza por no pagar sus debidos impuestos. Cada vez que Leonore tenía que presenciar esto, la ira la consumía al punto de intervenir con la guardia real en un vano intento de parar los golpes que recibían sus padres. No le parecía justo, era cruel que sólo por carecer de dinero tuvieran que ser tratados peor que a los que estaban en los calabozos encerrados por
Kai. La historia de los Bathory es muy extensa y llena de secretos que el consejo se ha empeñado en ocultar. Una de ellas es tía Mika, primera mujer en la familia Bathory, hermana mayor del bastardo de Aarón. Tía Mika no la conocí hasta que me adentre a Urabia hace unos años para ser precisos unos días antes de que naciera Eli; cuando escuché por primera vez la melodía Quimera y una mujer contaba la historia mientras bailaba con su pareja. °°°Hace tiempo nació una hermosa niña de ojos azules y melena negra que era muy curiosa a medida que crecía su intriga igual. Muchos relatan que era muy altiva y audaz, su padre la amaba tanto o más que su madre era la luz de sus ojos. Mika Bathory fue querida por muchos y odiada por otros, el odio recaía más en los hombres, puesto que al ser adolescente muchos pretendientes llegaron con su galantería a conquistar su corazón, sin embargo, ninguno le era suficiente, ella quería más, mucho más de lo que aquellos mortales podían ofrecer. Cuenta ell