Monserrat
Llegó hasta la oficina de mi papá, me pidió que viniera acá lo más rápido posible, nunca lo había escuchado tan afanado a que viniera.
—¡No papá!, no lo pienso hacer —dije recalcando, mientras hablo con mi papá en su despacho. Muevo mis manos indignada.
—Si no haces lo que te pido te juro que de mí no vas a volver a conseguir ni un solo peso. —No entiendo porque mi padre quiere obligarme a casarme, con un hombre al que no conozco y que además es mucho mayor, si lo sé tiene 36 años, pero no es justo, solo por hacer que su imperio crezca más.
—Ya te lo dije, no se cual es tu empeño de casarme con el asqueroso de Alberto Cáceres.
Alberto es el socio de mi padre, llevan años haciendo negocios; hace unos días Alberto Cáceres, vino a pedirle mi mano a mi padre y él muy gustoso de la vida aceptó.
La verdad, él es atractivo ante la vista de todas las mujeres por acá, no obstante, para mí no es más que un hombre sin gracia, que quiere forzar lo que no se puede. Ahora entiendo la sonrisa de ese imbécil que tenía hace unos minutos, yo no sé como mi padre pretende que me casé con su socio, si se ve que es un mujeriego y además yo no lo amo que eso es lo más importante, todo por el maldito dinero, ya que a cambio de casarme con él mi padre, Pablo Navas va a quedar con el control absoluto de las empresas, si tan solo mi madre estuviera aquí estoy segura que ella no lo permitiría.
Ella falleció hace ya tres años y todavía no hemos podido soportar su partida, tanto como para Mónica mi hermana y para mí ha sido muy duro estos años sin ella, ya que mi padre es un hombre soberbio y ambicioso, a veces no entiendo como duraron tantos años de casados si a simple vista se veía que mi madre era muy dulce y mi padre siempre ha sido un manipulador, arrogante y ambicioso.
—¡Monserrat Navas!, si no aceptas a mi gran amigo Alberto, despídete de tu trabajo en las empresas ah y otra cosa nunca nadie te va a volver a dar empleo, así que por lo que veo no te queda de otra. —Como siempre mi padre está tratando de manipularme, pero esta vez no voy a ceder, no creo que sea capaz de cumplir sus amenazas.
—¡Eso nunca!, así me cierres todas las puertas, no me pienso vender por el cochino dinero, así que te recuerdo que ya tan sólo faltan dos años para que me entregues todo lo que mi abuelo nos dejó; —Mi abuelo fue Martín Poveda, fue el papá de mi mamá y antes de morir dejó una gran fortuna, para mí hermana y para mí, pero dejo algunas cláusulas una de las cuales es que no podemos recibir nuestras respectivas herencias hasta cumplir 27 años, él siempre fue un hombre muy sabio, siempre contó que para esa edad ya tuviéramos nuestras carreras y así poder hacer crecer la gran fortuna.
—Como lo acabas de decir faltan dos años y durante ese tiempo pueden pasar muchas cosas y te recuerdo que también tienes que estar casada. —No puedo creer las palabras que acabo de escuchar por parte de mi padre, en verdad me duele hasta el alma
—Así que piénsalo muy bien antes de cometer cualquier error. —Levanta sus cejas y me lo dice de forma arrogante. Si mi padre piensa que con amenazarme lo va a conseguir está muy equivocado
—¡Ya te lo dije, no! —Salgo de la biblioteca con lágrimas en mis ojos, aún no logró procesar todo lo que mi padre me pidió, pero de algo si estoy segura es que yo no me vendo, siempre he creído en el amor y aunque nunca he tenido novio todavía espero a mi príncipe azul.
Llegó a casa y subo al cuarto de mi hermana Mónica, la observó y se ve tan hermosa dormida, a ella más que a nadie le dolió la muerte de mamá , ya que mi hermanita tan solo tenía 15 años de edad cuando mi mamá partió, al comienzo fue muy duro tuvimos que llevarla a terapias y con el psicólogo, ya que el día del trágico accidente Mónica iba con mi mamá en el auto, pero después de todo me alegra verla así sin preocuparse por nada, sólo por sacar buenas calificaciones en la escuela, cosa que no es mucho esfuerzo para Mónica porque es una joven muy aplicada e inteligente.
Me siento a un lado de la cama de Mónica, tengo tanto miedo de no poder protegerla de las garras de mi papá, aunque sé que él no le causaría ningún daño a Mónica, ella siempre ha sido la luz de sus ojos o como él dice su niña bonita, Mónica físicamente se parece mucho a mi papá es blanca, ojos claros igual que su hermosa cabellera y no puedo ocultar que también saco un poco del temperamento de mi papá pero la dulzura definitivamente la heredó de mi madre, en mi caso yo tengo los rasgos de mi mamá soy blanca como la leche, mi cabello es negro igual que mis ojos y tengo una perfecta figura aunque eso no sea suficiente para conseguir novio.
Mi madre siempre fue una mujer muy hermosa y elegante, me duele que haya muerto tan joven, ella era mi única amiga, mi confidente y mi todo, sin ella en mi vida me encuentro sola, como quisiera devolver el tiempo y ser yo quien hubiera muerto en ese trágico accidente, pero para mi desgracia no fue así, solo me queda ser fuerte por mi hermana Mónica y por mi, por que ante la tumba de mi madre prometí que iba a cuidar de Mónica y hasta el momento lo he cumplido a cabalidad.
—Niña Monserrat —dice mi Nana entrando a la habitación.
—Si dime Lilia —respondo muy amorosa.
—Solo quería saber, ¿si se le ofrece algo o me puedo retirar ya? —Pregunta un poco cansada.
—No Lilia no me ofrece nada, puedes retirarte. —Le doy una cálida sonrisa.
—Gracias mi niña —se acerca y me da un abrazo.
Después de darle su beso de las buenas noches a mi hermanita, ella es cinco años menor que yo ahora ya tiene 18 añitos, aunque casi no los demuestra; me retiro a mi habitación, a la espera del día de mañana espero que mi padre piense mejor las cosas o sino solo será esperar con que cosa nueva piensa salir.
MonserratMe levanto a las 5:00 de la mañana como todos los días, voy y hago mi rutina de ejercicios aproximadamente una hora, después subo a mi habitación y me doy un fuerte baño con agua fría para tonificar mis músculos, salgo del baño y seco mi cuerpo, aplico mis cremas hidratantes, me pongo una blusa de mangas color blanco y un pantalón negro, escojo unos zapatos de tacón y tomó mi bolso y mi laptop, bajo y tomó desayuno que me prepara Lilia todas las mañanas, como siempre desayuno todo y levanto mi plato, siempre he sido de buen comer no soy de las mujeres que dejan de comer por una simple figura, subo y cepillo mis dientes y paso a la habitación de Mónica para darle un beso como todas las mañanas.—Despierta perezosa, se te va a ser tarde para la universidad —le digo llevándola de besos.—Solo dame 10 minutos más —dice aún somnolienta.—Princesa, ya es hora dale. —Le retiró todas sus cobijas para que se levantara a darse un baño.—Si no te levantas te voy a dar un castigo just
MonserratSon las últimas palabras que escuche de mi padre pues se entró llevándose consigo a Mónica que lo único que hizo fue llorar y gritar hasta desgastar su garganta, mira como un guardaespaldas de mi papá toma mi auto tirando al suelo todas mis pertenencias, recojo lo poco que no logró arrebatarme papá y tomó la pequeña maleta que Lilia logró sacar para mí, caminó sin rumbo alguno totalmente mojada pues ha empezado a caer un fuerte aguacero dejando todo lo que llevaba puesto mojado, miro en mi cartera y veo que tengo las tarjetas de crédito, camino hasta ver un cajero dónde poder retirar algo de dinero, pues tengo mi cuenta aparte de la empresa.Llegó hasta un centro comercial y me dirijo hasta el cajero para sacar algo de dinero, introduzco la tarjeta y gracias a dios mi papá todavía no ha bloqueado mi cuenta personal, introduzco mi clave y sacó la mayor cantidad de dinero posible hasta cuándo mis transacciones quedan bloqueadas pero con lo que logré sacar será suficiente como
MonserratEstoy en el centro de la ciudad donde se encuentra la mayoría de empresas sé que no dudará mucho tiempo en conseguir trabajo, mi mirada se centra en una empresa grande de exportaciones, camino hasta estar al frente del imponente edificio, e ingreso adentro todo es lujoso los pisos son de mármol y sus paredes son blancas dándole un toque de sofisticación al lugar, al fondo del lugar se encuentran tres jóvenes que por cierto son muy hermosas, camino moviendo mis caderas de lado a lado como si se tratara de una reina—Buenos días señoritas, disculpé vengo por el anuncio —señaló la hoja donde que descargue horas antes—Si claro siga hasta al fondo y sube hasta el piso treinta allí les hacen la entrevista, —sonrió al escuchar esas palabras puse sé que ese puesto es mío—Gracias es usted muy gentil —digo al esbelta rubia que me atendió recibo mi gafete y como me dijo la rubia hago camino por el pasillo hasta el fondo donde se encuentran los ascensores oprimo el botón que me lleva
Alberto CáceresDías antesHace dos días que la vi y estaba más hermosa que la última vez que la vi, sé que no me ama, pero yo la voy a doblegar.—¿Entonces Santiago, dime no confías en mis capacidades como para enamorar a Monserrat Navas? —le digo a mi amigo y socio.—Claro que confío en tus capacidades, lo que no creo es que llegues a nada con la amargada de Navas, pues nunca se le ha conocido un novio y mucho menos pretendientes.—Pero, ¿por qué hablas así de ella si ni siquiera la conoces? —Me río por las ocurrencias de mi amigo.—Lo sé, pero es lo que la gente murmura, —niego con la cabeza—Sabías que no puede dejarte llevar por lo que dice la gente, si en verdad no lo tratas —responde—Bueno ya que veo que estás en modo defensa, apuesto un millón de dólares que ni siquiera llegas a primera base con Monserrat Navas. —Vaya esto va enserio hasta que sacó su chequera.—Acepto, pero un millón no es muy poco, mejor que sean cinco —digo serio, pues sé que a Santiago le encanta apostar
Mónica.Voy llegando a la casa muy exhausta de tanto estudiar, tocó la puerta tres veces para que sepan que llegue y me abran la puerta necesito descansar, viene Lilia, y me abre la puerta, ella siempre es muy especial se preocupa mucho por Monserrat y yo.—Niña Mónica siga, le preparo algo de cenar—, me sonríe de una manera muy tierna.—No te preocupes no tengo hambre, quiero descansar han sido días muy difíciles y no puedo dejar de pensar en mi hermana me preocupa mucho—, Agachó mi mirada y de mis ojos caen lágrimas incontrolables.Voy subiendo las escaleras, quiero ver a mi papá, pero extraño tanto a mi hermana a veces siento odio y repugnancia por mi papá por todo lo que le ha hecho a Monserrat, voy caminando por el pasillo hasta llegar a la habitación de Monserrat ver sus cosas me hacen sentir impotencia y frustración por no ayudarla, ella merece que le pase lo mejor del mundo es una muy buena persona, no merece estar viviendo lo que le está tocando vivir por culpa de mi p
Monserrat.Acaba de amanecer, estoy rendida, no dormí nada, no soporto más esto… Tengo que solucionar algo, me levanto rápidamente aunque muy adolorida no tuve ni un poco de comodidad, me arreglo con lo que aún conservo y tomo mis cosas, bueno las pocas que tengo, salgo a la calle y voy caminando muy deprimida por todo lo que he tenido que pasar por culpa de mi papá me es muy difícil no sentir rabia hacia él, no puedo creer que su ambición sea tan grande para que no le importa sacrificarme a mí que soy su hija, lo único que me tranquiliza es que mi papá no le haría daño a Mónica, eso es algo que me da seguridad, no me importa voy a demostrarle que sí puedo sin su ayuda. Sigo caminando alguien debe necesitar una persona para trabajar, hay una agencia de viajes voy a preguntar, por mi experiencia dirán que sí.—Buenos días señor, vengo a preguntar si hay alguna vacante para un empleo, lo que sea no importa, quiero y necesito el trabajo. —Lo miró a los ojos.—No hay nada para usted n
MonserratYa han pasado dos días, desde que volví a casa desde luego la más feliz fue Mónica y más cuando le dije quién sería yo que me iba a casar con Alberto CáceresInicio flashback—Montse no es justo, mi padre no te puede hacer esto, —decidí contarle todo a Mónica, aunque para mí siempre va seguir siendo mi princesa, sé que ya tiene la edad suficiente como para entenderlo todo—Tranquila mi princesa hermosa, sólo será por un año y nada más, —trato de tranquilizarla, pues me parte el alma ver cómo sus ojitos saltones están llenos de lágrimas, prometí una vez en frente de la tumba de mi madre que siempre cuidaría de su pequeña y ahora no pienso romperla y mucho menos por mi culpa—Nuestro padre no tiene perdón de Dios, por esto que te está obligado hacer, —me acerco hasta ella y la abrazo fuerte hasta que mi niña linda logró quedarse dormida, me parte el alma verla así pero sé que pronto lo olvidará y podrá seguir con su novio, que por cierto me lleve una gran sorpresa al escuchar
AlbertoMiró fijamente hacia el techo y se me viene la imagen de Monserrat, tanto que dejó salir una sonrisa «hay Montse, pronto caerás rendida a mis pies» está mañana cuando la vi contorneando sus caderas hacia el elevador algo dentro de mí creció y quiso tenerla cerca de mí, pero es tan testaruda que todo lo que le digo lo toma a mal, tanto que cada vez que hablamos rueda los ojos, causándome gracia pues definitivamente es hermosa, “hay Monserrat que me estás haciendo” bueno por ahora será mejor llamar a Santiago y que vaya alistando varios ceros a la derecha pues ya que Monserrat regreso no hay nada ni nadie que impida que sea mi esposa.Voy a disfrutar la cara de Santiago cuando le diga que me caso en dos semanas, seguro que voy a tener mi celular listo para grabar su cara de desilusión por haber perdido cinco millones de dólares, me levanto de la cama y voy hasta mi minibar donde me sirvo un vaso de coñac, hoy fue un día bastante complicado, por un lado tuve una discusión con Pab