Monserrat
Me levanto a las 5:00 de la mañana como todos los días, voy y hago mi rutina de ejercicios aproximadamente una hora, después subo a mi habitación y me doy un fuerte baño con agua fría para tonificar mis músculos, salgo del baño y seco mi cuerpo, aplico mis cremas hidratantes, me pongo una blusa de mangas color blanco y un pantalón negro, escojo unos zapatos de tacón y tomó mi bolso y mi laptop, bajo y tomó desayuno que me prepara Lilia todas las mañanas, como siempre desayuno todo y levanto mi plato, siempre he sido de buen comer no soy de las mujeres que dejan de comer por una simple figura, subo y cepillo mis dientes y paso a la habitación de Mónica para darle un beso como todas las mañanas.
—Despierta perezosa, se te va a ser tarde para la universidad —le digo llevándola de besos.
—Solo dame 10 minutos más —dice aún somnolienta.
—Princesa, ya es hora dale. —Le retiró todas sus cobijas para que se levantara a darse un baño.
—Si no te levantas te voy a dar un castigo justo, quizá uno de cosquillas. —Me tiré a la cama junto con Mónica y la agarré a cosquillas.
—¡Ya Montse!, ¡está bien! —dice muerta de la risa ante mi técnica para levantarla.
—Te amo hermanita. —Le doy un beso grande en su frente pues la amo con todo mi corazón.
—Y yo a ti mi Montse. —Le doy un beso y salgo con rumbo a la oficina, tomo mi auto, es de último modelo y aunque no lo crean este auto lo compre yo misma con mis ahorros, aunque mis padres siempre han sido de dinero, a mí me gusta ganarme las cosas con mi propio esfuerzo
Conduzco aproximadamente 30 minutos hasta llegar a la empresa que es de la familia, pero que mi padre decidió asociar con el asqueroso de Alberto Cáceres. Aunque la empresa en realidad es de mi mamá, mi padre no tenía nada cuando ellos se casaron, él era un mensajero y mi madre la hija del dueño, pero eso a mi madre no le importó se casaron y mi padre pudo superarse y ayudar a incrementar más la fortuna de mi abuelo, quien para ese tiempo se encontraba en muy delicado estado de salud y dejo todo el manejo a manos de mi padre, quien después de tomar ese puesto mi madre me contó que cambió radicalmente empezó su arrogancia y prepotencia.
Llegó a la empresa y voy directo al sótano a dejar mi auto, pero mi tarjeta de ingreso no me permite la entrada, tocó la bocina en repentinas veces hasta que viene un joven en mi ayuda quién se acerca hasta donde me encuentro en mi auto.
—Lo siento señorita Monserrat, pero el señor Navas prohibió su entrada a las empresas. —Abro mis ojos como platos, pues todavía no logro procesar que mi padre prohibió mi ingreso a la empresa si se supone que también es mía, tomo mi celular y le marco, pero me manda a buzón marco unas seis veces más y le dejó un mensaje en su buzón, decido no seguir marcando tomo mi auto y me pongo en marcha para la casa mi padre debe estar a esta hora en casa, conduzco lo más rápido posible, claro está con mucha precaución respetando las señales de tránsito.
Llegó hasta el enorme portón de mi casa, tocó el claxon para que abran la reja pero nadie baja abrir así que vuelvo y repito una y otra vez hasta cuándo veo que viene Lilia con una maleta en sus manos se acerca hasta donde tengo el auto estacionado.
—Buenos días señorita Monserrat, —agacha su mirada.
—Buenos días, Lilia avisa al jardinero que por favor abra la puerta —digo un poco exaltada
—Lo lamento mucho señorita Monserrat, pero el señor Navas dio órdenes precisas de que usted no puede volver a ingresar a esta casa, solo dejo que yo alistara un poco de sus pertenencias, pues el mando a tirar todo yo apenas pude salvar un poco. —Veo como deja salir una pequeña lágrima por su mejilla.
—Lilia y las fotos de mi madre. —Mis lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas.
—No se preocupe señorita yo alcance a salvarlas. —Siento un alivio en mi pecho saber que el único recuerdo de mi mamá está a salvo.
—Señorita Monserrat le voy a pedir que se retire o si no me van a despedir —dice asustada, pero yo no me pienso marchar y menos dejando a mi hermana ella es mi mundo así que me bajo del auto y voy directo hacia la reja y empiezo a gritar
—Papá, papá dame la cara, papá, papá, papá —grito y grito pues de aquí no me pienso marchar—. Papá, por favor no me hagas esto, —me duele la garganta de tanto gritar
—Déjeme es mi hermana… —Escuchó al otro lado de la reja como Mónica pelea para que me abran la puerta.
—Abran ya por favor. —Escucho como mi hermana sigue rogando, pero por lo visto dió resultados por qué ha salido del brazo de papá.
Mónica corre hasta mis brazos y se echa a llorar, la tomó entre mis brazos y la abrazó con todas mis fuerzas.
—Ya mi niña hermosa no llores más esto se va a solucionar. —Acaricio su cabello para lograr tranquilizarla.
—Ya sabes cuál es la solución Monserrat —dice mi padre a un lado de nosotras, me separó de Mónica y voy directo hasta él.
—¿Qué según tú cuál es la mejor solución?, claro casarme con el asqueroso de tu socio pues te equivocas papá yo no estoy dispuesta a cumplir tus caprichos solo para quedarte con el control de todo —recalcó.
—Pues si no estás dispuesta a casarte con Alberto Cáceres aquí no vuelves a entrar te lo advertí. —Me señala en reproche.
—Tu no puedes hacerme esto, te recuerdo que está casa era de mi abuelo, quien dejó al nombre de Mónica y mi nombre, tú no tienes ningún derecho —alegó en mi defensa.
—Pues déjame recordarte que hasta que cumplas 27 años no vas a poder disponer de todo, mientras tanto, yo tengo el poder, sobre todo, es el derecho que me dejó tu madre antes de morir, o se te olvidó Monserrat. —Mi padre cada vez grita más, pero yo no me pienso dejar intimidar.
—De aquí no me voy ir así que con permiso, —empujo a mi padre para ingresar a la casa pero los guardaespaldas de mi papá me lo impiden, me sostienen de mis brazos para después tirarme al suelo frío por la lluvia que ha empezado a caer.
—¡Ya!, déjenla, déjenla —grita Mónica con lágrimas en sus ojos, pero mi papá la sostiene impidiendo que vaya a mi ayuda.
—Quítenle las llaves del auto y póngalo en el garaje, —ordena mi papá a sus guardaespaldas, me levanté de inmediato pues este auto es mío.
—¿Qué te pasa papá me vas a quitar lo poco me queda?, te recuerdo que este auto es mío yo lo compre con mi propio trabajo en ningún momento te pedí un auto nuevo este yo lo compre, —lloro, pero es de rabia ver todo lo que mi padre hace conmigo, solo por el dinero cochino.
—Este auto lo pudiste haber comprado, pero está al nombre de industrias Navas y por derecho no te lo puedes llevar al menos de que yo ordene lo contrario que no va ser así.
MonserratSon las últimas palabras que escuche de mi padre pues se entró llevándose consigo a Mónica que lo único que hizo fue llorar y gritar hasta desgastar su garganta, mira como un guardaespaldas de mi papá toma mi auto tirando al suelo todas mis pertenencias, recojo lo poco que no logró arrebatarme papá y tomó la pequeña maleta que Lilia logró sacar para mí, caminó sin rumbo alguno totalmente mojada pues ha empezado a caer un fuerte aguacero dejando todo lo que llevaba puesto mojado, miro en mi cartera y veo que tengo las tarjetas de crédito, camino hasta ver un cajero dónde poder retirar algo de dinero, pues tengo mi cuenta aparte de la empresa.Llegó hasta un centro comercial y me dirijo hasta el cajero para sacar algo de dinero, introduzco la tarjeta y gracias a dios mi papá todavía no ha bloqueado mi cuenta personal, introduzco mi clave y sacó la mayor cantidad de dinero posible hasta cuándo mis transacciones quedan bloqueadas pero con lo que logré sacar será suficiente como
MonserratEstoy en el centro de la ciudad donde se encuentra la mayoría de empresas sé que no dudará mucho tiempo en conseguir trabajo, mi mirada se centra en una empresa grande de exportaciones, camino hasta estar al frente del imponente edificio, e ingreso adentro todo es lujoso los pisos son de mármol y sus paredes son blancas dándole un toque de sofisticación al lugar, al fondo del lugar se encuentran tres jóvenes que por cierto son muy hermosas, camino moviendo mis caderas de lado a lado como si se tratara de una reina—Buenos días señoritas, disculpé vengo por el anuncio —señaló la hoja donde que descargue horas antes—Si claro siga hasta al fondo y sube hasta el piso treinta allí les hacen la entrevista, —sonrió al escuchar esas palabras puse sé que ese puesto es mío—Gracias es usted muy gentil —digo al esbelta rubia que me atendió recibo mi gafete y como me dijo la rubia hago camino por el pasillo hasta el fondo donde se encuentran los ascensores oprimo el botón que me lleva
Alberto CáceresDías antesHace dos días que la vi y estaba más hermosa que la última vez que la vi, sé que no me ama, pero yo la voy a doblegar.—¿Entonces Santiago, dime no confías en mis capacidades como para enamorar a Monserrat Navas? —le digo a mi amigo y socio.—Claro que confío en tus capacidades, lo que no creo es que llegues a nada con la amargada de Navas, pues nunca se le ha conocido un novio y mucho menos pretendientes.—Pero, ¿por qué hablas así de ella si ni siquiera la conoces? —Me río por las ocurrencias de mi amigo.—Lo sé, pero es lo que la gente murmura, —niego con la cabeza—Sabías que no puede dejarte llevar por lo que dice la gente, si en verdad no lo tratas —responde—Bueno ya que veo que estás en modo defensa, apuesto un millón de dólares que ni siquiera llegas a primera base con Monserrat Navas. —Vaya esto va enserio hasta que sacó su chequera.—Acepto, pero un millón no es muy poco, mejor que sean cinco —digo serio, pues sé que a Santiago le encanta apostar
Mónica.Voy llegando a la casa muy exhausta de tanto estudiar, tocó la puerta tres veces para que sepan que llegue y me abran la puerta necesito descansar, viene Lilia, y me abre la puerta, ella siempre es muy especial se preocupa mucho por Monserrat y yo.—Niña Mónica siga, le preparo algo de cenar—, me sonríe de una manera muy tierna.—No te preocupes no tengo hambre, quiero descansar han sido días muy difíciles y no puedo dejar de pensar en mi hermana me preocupa mucho—, Agachó mi mirada y de mis ojos caen lágrimas incontrolables.Voy subiendo las escaleras, quiero ver a mi papá, pero extraño tanto a mi hermana a veces siento odio y repugnancia por mi papá por todo lo que le ha hecho a Monserrat, voy caminando por el pasillo hasta llegar a la habitación de Monserrat ver sus cosas me hacen sentir impotencia y frustración por no ayudarla, ella merece que le pase lo mejor del mundo es una muy buena persona, no merece estar viviendo lo que le está tocando vivir por culpa de mi p
Monserrat.Acaba de amanecer, estoy rendida, no dormí nada, no soporto más esto… Tengo que solucionar algo, me levanto rápidamente aunque muy adolorida no tuve ni un poco de comodidad, me arreglo con lo que aún conservo y tomo mis cosas, bueno las pocas que tengo, salgo a la calle y voy caminando muy deprimida por todo lo que he tenido que pasar por culpa de mi papá me es muy difícil no sentir rabia hacia él, no puedo creer que su ambición sea tan grande para que no le importa sacrificarme a mí que soy su hija, lo único que me tranquiliza es que mi papá no le haría daño a Mónica, eso es algo que me da seguridad, no me importa voy a demostrarle que sí puedo sin su ayuda. Sigo caminando alguien debe necesitar una persona para trabajar, hay una agencia de viajes voy a preguntar, por mi experiencia dirán que sí.—Buenos días señor, vengo a preguntar si hay alguna vacante para un empleo, lo que sea no importa, quiero y necesito el trabajo. —Lo miró a los ojos.—No hay nada para usted n
MonserratYa han pasado dos días, desde que volví a casa desde luego la más feliz fue Mónica y más cuando le dije quién sería yo que me iba a casar con Alberto CáceresInicio flashback—Montse no es justo, mi padre no te puede hacer esto, —decidí contarle todo a Mónica, aunque para mí siempre va seguir siendo mi princesa, sé que ya tiene la edad suficiente como para entenderlo todo—Tranquila mi princesa hermosa, sólo será por un año y nada más, —trato de tranquilizarla, pues me parte el alma ver cómo sus ojitos saltones están llenos de lágrimas, prometí una vez en frente de la tumba de mi madre que siempre cuidaría de su pequeña y ahora no pienso romperla y mucho menos por mi culpa—Nuestro padre no tiene perdón de Dios, por esto que te está obligado hacer, —me acerco hasta ella y la abrazo fuerte hasta que mi niña linda logró quedarse dormida, me parte el alma verla así pero sé que pronto lo olvidará y podrá seguir con su novio, que por cierto me lleve una gran sorpresa al escuchar
AlbertoMiró fijamente hacia el techo y se me viene la imagen de Monserrat, tanto que dejó salir una sonrisa «hay Montse, pronto caerás rendida a mis pies» está mañana cuando la vi contorneando sus caderas hacia el elevador algo dentro de mí creció y quiso tenerla cerca de mí, pero es tan testaruda que todo lo que le digo lo toma a mal, tanto que cada vez que hablamos rueda los ojos, causándome gracia pues definitivamente es hermosa, “hay Monserrat que me estás haciendo” bueno por ahora será mejor llamar a Santiago y que vaya alistando varios ceros a la derecha pues ya que Monserrat regreso no hay nada ni nadie que impida que sea mi esposa.Voy a disfrutar la cara de Santiago cuando le diga que me caso en dos semanas, seguro que voy a tener mi celular listo para grabar su cara de desilusión por haber perdido cinco millones de dólares, me levanto de la cama y voy hasta mi minibar donde me sirvo un vaso de coñac, hoy fue un día bastante complicado, por un lado tuve una discusión con Pab
Monserrat día fue un completo desastre, o al menos el pesado de Alberto Cáceres se encargó de eso, debo admitir que la sorpresa de la cena fue muy bonita pero nunca dejó de lado su arrogancia, como quisiera que hubiera puesto sus ojos en alguien más pero no el niño de papi y mami tiene que cumplir sus caprichos a toda sin importar los sentimientos, como es que no le importa que mi sentimientos hacia él solo sea odio y desprecio, solo por el beneficio de él pero bueno tendré que ocupar mi cabeza en otro tema o si no me voy a volver completamente loca por pensar en una persona frívola y sin corazón. Terminó de colocarme la pijama y voy a la cama pues hoy en verdad estoy agotada como es posible que durante el tiempo que hui de la casa mi padre no se hubiera encargado de absolutamente nada, no logro entender si tanto le importa la empresa porque no le presta atención cuando él perfectamente sabe que así Alberto Cáceres sea socio de la empresa nosotros tenemos la mayoría de las acciones