Damián— Edith, ven a mi oficina, ¡¡¡Ahora!!!Grité por la bocina del teléfono exasperado.— Señor...Quedó con la palabra en la boca cuando colgué, tirando el aparato. No toleraba un error más de Edith.Hoy no.Había sido uno de esos días de mierda donde el café te lo traen frío, la lluvia no cesaba «normal en el mes de Julio» y para completar tenía que hacer un vuelo de emergencia a Ibiza, porque el estúpido de Mike no fué capaz de encargarse de la junta con los socios para la renovación de algunos contratos.— Se-señor — tartamudeó Edith.Alcé mi cabeza y la divisé al frente de mi escritorio con un leve nerviosismo.— ¡Tres veces, tres veces Edith! — traté de calmarme tocándo el puente de mi nariz — te he pedido corregir esto.Sacudí los papeles que tenía en mi mano.— Pe-pero señor — intentó decir.— No Edith, no quiero excusas. ¿También debo encargarme de esto yo? ¿Será que me va a tocar a mí? — dije alzando el tono de voz.— No señor, ni más faltaba... Es solo, solo que... — Se
Lucía—¿Mamá no se encuentra en casa?— No señorita Lucía — me recibió Alondra en la casa de mis padres con una amable sonrisa.— Fué raro llegar y no encontrarla en el jardín consintiendo a sus niñas — Alondra soltó una pequeña risa — así no es como le dice a sus plantas — me encogí de hombros.— Sí señorita, pase, el señor Abbey la espera en su despacho.— Gracias Alondra y por favor dime Lucía — sonrió un poco apenada.— Ya le llevo el café como le gusta señ.. — se cortó cuando notó mi mirada en ella — Lucía, quiero decir.— desapareció en el pasillo que daba directo a la cocina.Me dirigí al despacho de papá, que se encontraba en el primer piso de la mansión. Miré hacia las escaleras con nostalgia, siempre que los visitaba me entraba ese apego a ellos, desde que entré a la universidad decidieron regalarme mi propio apartamento, llevaba más de cinco años viviendo lejos de ellos pero era inevitable no sentir esa sensación al ver mi antiguo dormitorio, tenía muchos recuerdo en esta m
LucíaLas gotas de sudor corrían por mi frente, intentaba controlar la respiración, faltaba poco para terminar el tiempo estipulado para alcanzar mi meta, mis zapatillas deportivas me pesaban y la ropa se pegaba a mi cuerpo empapada de sudor, miré el reloj en mi muñeca, solo cinco minutos más, ¡Tú puedes Lucia! repetía en mi mente.¡Tú puedes!El cronómetro sonó pi pi pi... Detuve el paso, caminé hasta la banca más cercana que se situaba bajo la sombra de grandes árboles frondosos del central park, mi respiración se fué controlando poco a poco mientras veía a niños jugar, mascotas paseando de la mano de sus dueños, personas haciendo ejercicio y algunas parejas dándose afecto.—Hola pastelillo — escuché del otro lado de mi móvil.— Hola mamá, hace tiempo no me llamabas así — sonreí recordando.— Que te puedo decir, mi niña se ha crecido, aunque siempre será mi pastelillo.Reí con ternura, acomodando el móvil sobre mi oreja y sosteniéndolo con el hombro mientras ataba el cordón de mis z
DamiánEl día de la reunión de socios.Viernes, 24 julio.— No lo vamos a discutir. Era el mejor amigo de tu padre, casi un hermano, crearon juntos A&S asociados.— No alcanzo a llegar de mi vuelo a tiempo mamá, debo hacer un viaje de emergencia a Ibiza para solucionar algunos problemas — mentí.— Organiza tu tiempo y haz espacio — dijo en tono mandón.Cuando mamá hablaba de una manera fuerte y ponía sus brazos a lado y lado de la cintura, como jarra, no había poder humano que la hiciera cambiar de opinión... y ya había tomado esa postura.Me senté en el sillón de mi oficina derrotado, ella me siguió, sentándose a mi lado y tomó mis manos entre las suyas de una manera conciliadora.— Sabes que no te pido nada hijo, pero a tu padre le hubiese encantado acompañar a Joseph, eran inseparables, debemos estar con ellos en representación de Donatello.— Está bien mamá, trataré de solucionar todo y regresar a tiempo para el evento. — dije tranquilizandola.La verdad era que no tenía nada que
LucíaTres llamadas perdidas, cinco mensajes, número desconocido.Abrí la bandeja de entrada, otra vez Adam.25 de julio de 2020Hola bebé ✓✓Recibiste mis flores ✓✓Tus favoritas, ¿te gustaron? ✓✓He pensado mucho en ti ✓✓Te amo Lu ✓✓30 de julio de 2020No me ignores Lu se que cometí un error, pero estoy arrepentido ✓✓perdoname ✓✓Amor contéstame por favor ✓✓Necesitamos hablar ✓✓No me dejes en visto✓✓Usted ha bloqueado este número.★★★"Estas no son horas de llamarPero es que el deseo siempre puede más" — movía mi trasero y cantaba al ritmo de J Balvin. -“Podemos pelearnos y hasta alejarnos Pero cuando llega la hora” -subí el volumen y alcé la voz mientras volteaba las tortitas.“Me decido por ti, te decides por mí.A la misma hora” — me encantaba la canción.Me dan ganas de ti, te dan ganas de míA la misma hora...Holly se acercó a mí moviendo el trasero al son de la
DamiánRecorro su cuello con mi boca dando besos húmedos, succionando y chupando, bajo por el valle de sus senos y meto un pezón en mi boca saboreando lo exquisita que es.Su piel se eriza al sentir mis labios. chupo, lamo, muerdo y luego hago lo mismo con el otro pezón, subo hasta encontrar su boca, la tomo entre la mía y profundizo el beso, besarla es como tocar el cielo con las manos y volver a bajar de golpe. Es como estar en una montaña rusa.Solo un beso bastó para volverme adicto a ellos. La beso con premura y de manera prolongada, bajo por su cuello dejando besos húmedos y marcas en su piel, paso por sus senos, su abdomen, hasta llegar al monte de venus, respiro sobre su lubricado coño y alzo la cabeza para ver su reacción, ella arquea la espalda sobre la cama, mi cama, la miro desde mi posición y sus ojos encuentran los míos, su mirada celeste, ahora oscura por la lujuria y el deseo me indican que quiere que siga, lamo su clitoris.. — No pares Da... ¡Joder! — me desperté
Damián El motor rugía a gran velocidad, los cuatrocientos caballos de fuerza del Ferrari hacían potencia en las ruedas que rechinaban en el asfalto de la autopista, manejaba a toda velocidad, atravesé el enorme puente que llevaba directo a la mansión de mi madre.Sabía que el asunto no era tan grave, mamá siempre exageraba las cosas, pero no podía dejar de percibir esa punzada en el pecho que sentía cuando estaba en juego la vida de mi madre, ella era todo, mi madre lo era todo para mí y cualquier cosa por mínima que fuese y que la involucrara a ella, me afectaba sobremanera.Sacudí la cabeza como si con eso despejaría mi mente, traté de no pensar en cosas absurdas.El olor de Lucía llegó a mis fosas nasales dándome un poco de paz y tranquilidad, su perfume había quedado impregnado en el asiento del copiloto, después del beso y las reglas en mi oficina, la había llevado hasta su apartamento, nos despedimos con otro beso igual de intenso y apasionado dentro del carro, a lo contrario d
Lucía— No es eso, ando atestada de trabajo, papá dejó mucho en que distraerme. —Holly me miraba con carita de borrego.— Prometiste una noche desenfrenada de tragos y diversión y no la veo por ningún lado Lú— Te prometo que apenas ponga todo en orden te compensaré, todavía tengo mucho trabajo — mordí mi tostada — y ya no puedo darle más vueltas al asunto, debo encargarme de mi auto hoy.— Te acompañaría, pero no todas las princesas descansamos los fines de semana — terminaba su café. Ya estaba vestida para salir, llevaba una falda tubo, camisa y tacones, toda vestida de blanco, una coleta alta y el maquillaje en perfecto estado, Yo por el contrario usaba una diminuta pijama de short y blusa en tirantes negra, era suave y acogedora, un moño mal hecho con algunos mechones sueltos y nada de maquillaje, tampoco tenía planes para que eso cambiara, después de una semana completa sumergida en papeles, informes, contratos, montada en tacones de más de diez centímetros moviéndome de una emp