La cafetería se había convertido en un refugio para Jazmín, un lugar donde sus pensamientos se disiparon entre el aroma del café recién hecho y el murmullo constante de los clientes deseables e indeseables.Cada día que pasaba, sentía que recuperaba un poco de control sobre su vida, aunque la sombra de Imran aún rondaba en su mente. Había dejado el fajo de dinero que él le dio en su mesita de noche, como una especie de recordatorio silencioso de que no quería depender de él. No lo había tocado, ni pensaba hacerlo.Sin embargo, el peso de ese secreto y su nuevo trabajo empezaban a hacerse más difíciles de ocultar. Hana, su prima, había notado su ausencia durante las mañanas, y aunque no había dicho nada directamente, Jazmín sabía que las preguntas no tardarían en llegar.Aquella tarde, después de regresar a casa cansada pero con la mente despejada, Jazmín encontró a Hana esperándola en la sala, sentada con los brazos cruzados y una ceja levantada.—¿Dónde has estado? —pregunta Hana, co
La noche se cuela sobre la casa con un silencio casi ominoso. El aire estaba cargado de una tensión que parecía filtrarse por las paredes, una energía invisible pero evidente que hacía que cada sonido, cada crujido del suelo, resonara con más fuerza en la oscuridad.Imran estaba en su despacho, como de costumbre, pero esa noche no podía concentrarse. Los documentos frente a él eran solo una excusa para quedarse sentado, intentando distraer su mente de un solo pensamiento: Jazmín. Desde que había descubierto que ella estaba trabajando, su mente no había encontrado descanso. ¿Por qué lo hacía? ¿Qué estaba buscando? ¿Era una forma de alejarse de él, de marcar una distancia? La idea le quemaba por dentro.El reloj marcaba la medianoche cuando finalmente se rinde. Cierra la carpeta con un golpe seco y se levanta de su silla. Sus pasos resonaron en el pasillo mientras se dirigía hacia la habitación de Jazmín, guiado por un impulso que no podía controlar. Necesitaba verla, aunque solo fuera
Jazmín se queda paralizada, intentando con su mente, procesar lo que acaba de escuchar. La imagen de su prima, siempre perfecta, siempre controlada, se desmorona en su mente.—Mientes —susurra, pero incluso mientras lo dice, siente la duda colándose en su corazón.Imran la mira fijamente, sin apartar la vista de sus ojos.—No tengo razón para mentirte. —Su voz es un susurro grave que resuena en la habitación amargamente. —Pero si quieres comprobarlo, adelante. Habla con ella. Ve si puede mirarte a los ojos y negarlo. Tú que tanta confianza y virtud le profesas. Hasta dudo que el bebé que lleva en su vientre sea mío. La investigué e hice que la sigan y no se separa de el cuando salen.Jazmín da un paso atrás, sintiendo que el suelo bajo sus pies se remueve. No quiere creerlo, pero la certeza en la voz de Imran la hace dudar.—Esto no cambia nada —murmura, intentando recuperar el control. —No tienes derecho a controlar mi vida...y si dudas de tu esposa deberías preguntarle tú mismo.Imr
Jazmín se lleva la mano a la boca. Las palabras de Imran resuenan en su cabeza. No eran mentiras. No del todo.Guarda el teléfono justo cuando Hana sale del probador, luciendo un vestido nuevo.—¿Qué opinas? —pregunta, girando sobre sí misma.Jazmín la mira, su prima, la mujer que creía conocer mejor que nadie, y siente una mezcla de tristeza y traición.—Te queda perfecto —responde con una sonrisa que no llega a sus ojos.De regreso a casa, Hana siguió hablando muy casual con él chofer. Ella parece no notar el cambio de aptitud de Jazmín, charlando ocasionalmente con Tadeo sobre trivialidades. Jazmín, por su parte, está perdida en sus pensamientos. Ahora que sabe la situación aún no puede creer que sea cierto, ¿qué hará si todo es cierto?Cuando llegan, Hana se despide de Tadeo con una sonrisa que dice más de lo que debería. Jazmín observa en silencio, con su mente trabajando a toda velocidad.Sube a su habitación, cierra la puerta y deja caer en la cama. Todo lo que Imran dijo era c
El aroma a café inunda la cafetería mientras Jazmín se esfuerza por concentrarse en su trabajo. Pero es inútil. Sus pensamientos están atrapados en lo que vio ayer en el hospital: Hana y Tadeo juntos, él abrazándola, susurrándole palabras que se supone, no debía escuchar."Tú y el bebé estarán bien. Nunca los dejaré solos."La frase se repite en su cabeza como un eco interminable. ¿Cómo pudo Hana engañar de esa manera? ¿Cómo es posible que su prima, la misma mujer que siempre se mostró tan orgullosa de su matrimonio, estuviera escondiendo algo tan grave?—¡Jazmín! —La voz de Latifah la saca de sus pensamientos. Su nueva amiga se apoya en la barra con los brazos cruzados y una ceja levantada—. Te estoy hablando desde hace rato. ¿Qué te pasa? Estás más ida que de costumbre.Jazmín sacude la cabeza y suelta un suspiro.—Nada, solo estoy cansada —miente, pero Latifah la conoce demasiado bien.—No me vengas con eso —insiste, sirviéndose un café—. Tienes esa cara de "me estoy aguantando alg
—¡Lo sé! —exclama Jazmín con desesperación—. ¡Pero eso no cambia lo que siento! Me siento como el queso en medio de todo esto.Latifah la observa en silencio por un momento, luego sacude la cabeza.—Esto no es amor, Jazmín. Esto es dependencia, obsesión, trauma… lo que sea, pero no amor. No puedes aceptar esos abusos de parte de él. Ellos tienen su problema y tu estás en medio de esa guerra ¿Que crees que pasará si ella los descubre a ciencia cierta? Aunque le haya sido infiel a él, ella puede desquitarse contigo sentirse traicionada, lanzarte a la calle, desacreditar. Aunque hayas visto o escuchado cosas raras no la has visto con Tadeo encima. Pero ella puede encontrarte a ti porque a Imran no le importa que los descubra.Jazmín cierra los ojos con fuerza, dejando que las lágrimas corran por su rostro.—Pero entonces ¿por qué cuando él me toca… cuando me besa… cuando me susurra que soy suya… siento que todo lo demás desaparece? Odiaría ser descubierta, sé que tengo que irme bien lejo
El sol brilla en lo más alto del extenso cielo, y el jardín de la mansión de Imran y Hana, está decorado con luces doradas y flores en tonos pastel. La música suave acompaña la risa de los 35 invitados, mientras los sirvientes se mueven con bandejas llenas de copas y aperitivos.Hoy es un día importante: la revelación del bebé.Han pasado cuatro meses desde que Jazmín descubrió el secreto de Hana y desde que sus sentimientos por Imran se volvieron más confusos. Durante ese tiempo, ha trabajado incansablemente, ahorrando cada centavo para marcharse y empezar de nuevo en otro lugar."Hoy es la última noche."Se repetía una y otra vez.Esperaría a que la fiesta terminara y luego le daría la noticia a Hana.Cuando llega el momento de la revelación, todos los invitados contienen la respiración. Una caja enorme se abre y globos rosas flotan hacia el cielo.—¡Es una niña! —anuncia el anfitrión, y los aplausos y gritos de alegría inundan el lugar.Hana sonríe con emoción, pero Jazmín nota que
La luna se refleja en el agua de la piscina mientras Imran se seca con la toalla. Eran a penas las siete de la noche mientras siente el peso de la mirada de Hana sobre él.Desde su conversación en la orilla, ha evitado mirarla directamente. Hay algo en su expresión, en su tono, en la manera en que sus ojos oscuros lo escrutan, que lo incomoda. No quiere tema de discusión, no quiere flaquear en sus objetivos de hacerla sufrir y ni le interesa lo que tenga que decirle.Sin decir nada, recoge su t-shirt del respaldo de una silla y camina hacia la mansión.Sabe que ella lo seguirá.Y no se equivoca. Mujeres como ella quieren acaparar toda la atención¿se abra dado cuenta que la descubrí?—piensaCuando entra en su habitación y cierra la puerta, el suave sonido de los pasos de Hana se detiene tras él.—¿Vas a seguir huyendo de mí?Su voz es baja, dulce, pero Imran detecta el filo oculto en sus palabras.Él se gira lentamente, encontrándola en el umbral de la puerta, nota que se ha quitado e