—¡Lo sé! —exclama Jazmín con desesperación—. ¡Pero eso no cambia lo que siento! Me siento como el queso en medio de todo esto.Latifah la observa en silencio por un momento, luego sacude la cabeza.—Esto no es amor, Jazmín. Esto es dependencia, obsesión, trauma… lo que sea, pero no amor. No puedes aceptar esos abusos de parte de él. Ellos tienen su problema y tu estás en medio de esa guerra ¿Que crees que pasará si ella los descubre a ciencia cierta? Aunque le haya sido infiel a él, ella puede desquitarse contigo sentirse traicionada, lanzarte a la calle, desacreditar. Aunque hayas visto o escuchado cosas raras no la has visto con Tadeo encima. Pero ella puede encontrarte a ti porque a Imran no le importa que los descubra.Jazmín cierra los ojos con fuerza, dejando que las lágrimas corran por su rostro.—Pero entonces ¿por qué cuando él me toca… cuando me besa… cuando me susurra que soy suya… siento que todo lo demás desaparece? Odiaría ser descubierta, sé que tengo que irme bien lejo
El sol brilla en lo más alto del extenso cielo, y el jardín de la mansión de Imran y Hana, está decorado con luces doradas y flores en tonos pastel. La música suave acompaña la risa de los 35 invitados, mientras los sirvientes se mueven con bandejas llenas de copas y aperitivos.Hoy es un día importante: la revelación del bebé.Han pasado cuatro meses desde que Jazmín descubrió el secreto de Hana y desde que sus sentimientos por Imran se volvieron más confusos. Durante ese tiempo, ha trabajado incansablemente, ahorrando cada centavo para marcharse y empezar de nuevo en otro lugar."Hoy es la última noche."Se repetía una y otra vez.Esperaría a que la fiesta terminara y luego le daría la noticia a Hana.Cuando llega el momento de la revelación, todos los invitados contienen la respiración. Una caja enorme se abre y globos rosas flotan hacia el cielo.—¡Es una niña! —anuncia el anfitrión, y los aplausos y gritos de alegría inundan el lugar.Hana sonríe con emoción, pero Jazmín nota que
La luna se refleja en el agua de la piscina mientras Imran se seca con la toalla. Eran a penas las siete de la noche mientras siente el peso de la mirada de Hana sobre él.Desde su conversación en la orilla, ha evitado mirarla directamente. Hay algo en su expresión, en su tono, en la manera en que sus ojos oscuros lo escrutan, que lo incomoda. No quiere tema de discusión, no quiere flaquear en sus objetivos de hacerla sufrir y ni le interesa lo que tenga que decirle.Sin decir nada, recoge su t-shirt del respaldo de una silla y camina hacia la mansión.Sabe que ella lo seguirá.Y no se equivoca. Mujeres como ella quieren acaparar toda la atención¿se abra dado cuenta que la descubrí?—piensaCuando entra en su habitación y cierra la puerta, el suave sonido de los pasos de Hana se detiene tras él.—¿Vas a seguir huyendo de mí?Su voz es baja, dulce, pero Imran detecta el filo oculto en sus palabras.Él se gira lentamente, encontrándola en el umbral de la puerta, nota que se ha quitado e
Ella traga saliva, sintiendo que la temperatura de la habitación subía de repente.—Eso no tiene nada que ver con esto.Pero Imran no parecía dispuesto a dejar el tema.—No te creo —murmura, con la voz más baja y peligrosa—. Siempre me esquivas, siempre te niegas a sentir lo que hay entre nosotros. Me doy cuenta de como me miras.Jazmín sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho mientras sus mejillas se tornan rojas.—No hay nada entre nosotros.—¿De verdad? —pregunta él, inclinándose hacia ella.Antes de que pudiera reaccionar, Imran la toma por los hombros y la empuja suavemente hacia la cama. Jazmín cae sobre el colchón con un jadeo, como una pluma y él se inclina sobre ella, atrapándola entre sus brazos.—Imran, esto está mal… maldita sea—susurra, con la voz temblorosa.Pero él no pareció escucharla.—Oh...esa boquita ¿desde cuándo aprendiste a maldecir, pequeña traviesa?—Desde que quieres joderme a tu maldito antojo.—Solo dime que no sientes nada cuando estoy cerca de t
El sol aún no ha salido del todo cuando Imran se levanta con un leve dolor de cabeza y un hambre del mismísimo demonio.No es una resaca fuerte, pero sí suficiente para recordarle que anoche bebió más de la cuenta. Se ducha rápidamente y se viste con su traje de siempre, aunque su mente está en otra parte.La conversación con Hana sigue repitiéndose en su cabeza."Quiero que elijas a Jazmín como segunda esposa."Esas palabras no dejan de resonar, y por más que intenta analizarlas, no encuentra una explicación lógica. Hana nunca ha sido de las que comparten, y sin embargo, ahí estaba, ofreciéndole a Jazmín como si fuera un trato de negocios. Ese hecho le molesta muchísimo. El quería trasquilar y salió trasquilado.En el trabajo, su amigo y colega, Thabo, lo espera en la oficina con una taza de café en la mano.—Te ves como el infierno —comenta Thabo con una sonrisa burlona—. Déjame adivinar, otra pelea con Hana.Imran suelta un resoplido y deja caer su portafolio sobre el escritorio.—
Imran salió del trabajo, y condujo hasta su mansion.Cuando llega se quita el saco con un movimiento brusco y lo arroja sobre una silla cercana. El enojo y la duda seguía ardiendo en su interior, un fuego que ni el aire frío de la noche había logrado apaciguar.Respira hondo, tratando de calmarse. Necesitaba respuestas.Camina por el amplio vestíbulo con pasos pesados hasta encontrar a la ama de llaves en la cocina.—¿Dónde está mi esposa? —pregunta con voz cortante.La mujer, una señora de mediana edad con un rostro afable, lo mira con cierta vacilación antes de responder:—La señora Hana salió hace una hora...desde que usted salió.Imran sintió que la sangre le hervía.—¿Con quién?—Con el chófer, señor. Salieron juntos. Llevarían primero a la señora Jazmín a su trabajo.Imran entrecierra los ojos.—¿Dijo adónde iba después?—No, señor, pero mencionó que tenía una cita importante.Los músculos de su mandíbula se tensaron. ¿Otra vez mintiendo?Sacó el teléfono de su bolsillo y marcó
¿Qué había dicho?Hana sonríe, pero sus ojos estaban fríos.—Tú no me estás siguiendo porque creas que soy infiel. Me sigues porque no puedes soportar la culpa de lo que hiciste con Jazmín. Quieres una excusa justificable. Pero ya te dije que la tomes como tu segunda esposa."Hija de la gran manzana"—piensa Imran.Imran sintió que su estómago se retorcía.—No hables de lo que no entiendes.—Lo entiendo perfectamente. Te estás enamorando de ella y piensas que todo el mundo es como tú. No te engaño ni te engañaría y menos con Tadeo, de por Dios.Él cierra los ojos un instante, sintiendo que el aire se vuelve pesado.—No hables estupideces. Tengo todas las pruebas.—Entonces mírame a los ojos y dime que no la deseas en este momento. Dime qué nunca la has deseado.🍃🍃🍃🍃Silencio.Uno tan denso que podía cortarse con un cuchillo.Los labios de Imran se apretaron en una línea tensa.No podía decirlo. Porque sería mentira.Hana sonríe con burla.—Exactamente lo que pensé.Él golpea la pare
Imran hizo con Jazmín lo que quiso. Y ella no pudo resistirse ante el fuego que ese hombre despertó en ella.Las cosas no pasaron a mayores, el simplemente se mästurbö mientras comió de la suavidad de Jazmín.Cuando estuvieron satisfechos él se levanta como puede, busca una toalla húmeda, limpia a Jazmín quien permanece avergonzada con una almohada en la cabeza.—¿Te gustó?—Piérdete.—Auch, eso me dolió. ¿Me usas, disfrutas y me desechas?—Déjame en paz. Yo no te pedí que hicieras algo como esto.—Lo sé, yo quise hacerlo—la termina de limpiar y la cubre con la sábana, tira la toalla en una silla y se acomoda a su lado.—¿Aun no te vas?—No quiero dormir con Hana. Y esta lloviendo, tengo frío.—Ella es tu esposa, no yo. Tu lo que estás es bien tomado y a penas pasa del medio día.Imran no podía dejar de pensar en las palabras de Hana, que se repetían en su mente como un eco constante. Todo estaba siendo más confuso que nunca, y la tormenta de emociones lo arrastraba.Cuando Jazmín lo