POV VALENTINO MARCHETTI
—Creo que yo debería asistir a las próximas reuniones, ser tu reemplazo —comentó de repente Enzo, mi mejor amigo.
¿De qué carajo estaba hablando?
Detuve mi lectura de los documentos de la nueva propiedad que estaba por adquirir y pregunté.
—¿Por qué? —fruncí mi ceño—. No lo entiendo.
—Bueno, te casaras en dos días, ¿la luna de miel? —canturreó con su estúpida sonrisa, si seguía haciéndolo se la quitaria de un golpe. .
—¿Qué luna de miel?, ¿de qué hablas, Enzo? —si para él esto era algo divertido, a mi no me hacía ni una puta gracia—. Sabes perfectamente en los términos en los que me casaré. Aún más importante, Alessia no me provoca absolutamente nada y seguro soy la persona que más odia en su vida, la única acción que habrá en esos días, es ella queriendo matarme cuando duerma.
Empezó a reír sin parar y solo bufe.
—Te lo aseguró —dije burlonamente.
No tenía mucha paciencia y Alessia hacía que la poca que tenía, se esfumara por completo, tenía que controlarme y algo me decía que perdería la cuenta con las veces en las que me tocaría hacerlo.
La puerta sonó y con un firme “pase” de mi parte, abrieron.
—Signori.
En cuanto vi a mi ama de llaves, un solo pensamiento llegó a mi mente.
Alessia.
—Dime Florencia —intuía que era algo de Alessia, tenía que, después de todo se la había encargado, me tenía que informar sobre cualquier pormenor.
—La joven Ferrara —fruncí mi ceño ante su preocupación e hice un gesto para que continuara—. Ya es muy tarde y no ha comido absolutamente nada en todo el día y…
—¿Y? —insistí ante su repentino silencio.
—Amenazó con quitarse la vida si no es… libre.
Era lo único que me faltaba.
Golpeé mi escritorio y me levanté rápidamente para ir hasta su cuarto. No tenía tiempo para esto.
¿Acaso no podía agradecerme?
La había salvado de ser vendida a cualquier hijo de putaa, yo era uno, pero al menos no la utilizaría sexualmente, solo necesitaba su estúpida firma y que fingiera en público, el matrimonio no sería consumado.
No tenía porqué preocuparse.
¡Un año!
Solo era un maldito año.
En el camino mi teléfono sonó y contesté de inmediato.
—Signori Marchetti.
Era Franco, el jefe de seguridad y mi mano derecha en el bajo mundo.
—Dime, ¿alguna novedad?
Le había ordenado a Franco que él personalmente, vigilara la casa de Alessia por si el maldito de su padre aparecía, aunque había cobrado la deuda con su hija, aun así necesitaba tenerlo para dejarle en claro que con Valentino Marchetti no se jugaba.
—Sí, pero me temo que no de Flavio, la señora Alfonsina Ferrara fue llevada a Urgencias por el personal de servicio, investigué su condición y es demasiado delicada, tiene cáncer y al parecer está avanzado, requiere de un tratamiento urgente, pero su seguro no lo cubre y me temo a que le darán de alta —me detuve de inmediato al escucharlo—. Creí que debería de saberlo.
—¿Se encuentra estable? —quise saber, continuando con mi camino hasta la habitación donde estaba Alessia.
—Sí, signori, pero es difícil saber si estará así por más tiempo, sin el tratamiento es muy posible que muera pronto.
Pasé mi mano por mi cabello desordenándolo y suspiré.
—Encargate de todo, que no le falte absolutamente nada y que empiecen el tratamiento lo antes posible.
No podía permitir que su nonna (abuela) muriera, sabía el significado de un nonno (abuelo) para nuestras vidas, eran muy importantes… demasiado. Me hubiera gustado haber tenido la oportunidad de hacer algo por el mio, de evitar su muerte, ahora tenía la oportunidad de que Alessia no sufriera una pérdida tan grande como sería ella y la ayudaría.
—Perfecto.
Colgué justo antes de llegar a su puerta, saqué la llave y abrí, adentrándome mientras rápidamente la buscaba con la mirada.
Cuando la encontré detuve mi caminar, dándome cuenta que sus palabras eran verdad, quería acabar con su vida
—¿Qué haces con ese tenedor? —pregunté suavemente—. Bajalo ahora y hablemos.
Tenía tanta ira en su mirada, que me conmocionó por varios segundos.
—No tengo nada de que hablar con usted, si no vino a decirme que dejará que me vaya, es mejor que se devuelva y no presencie esto.
La miré fijamente por varios segundos, estudiando y viendo las posibilidades que había de que ella en verdad lo hiciera, pero no, no sería capaz y menos al tener a su abuela con vida, ella no la dejaría sola.
—¿Quieres hacerlo?, ¿en verdad quieres hacerlo, Alessia? —cuestionaba mientras poco a poco, me acercaba hasta ella—. Tu nonna te necesita, está delicada de salud, pero si no te importa ella, hazlo… acaba con tu vida.
—¿Mi nonna?, ¿le pasó algo? —el tenedor en su mano cayó y vino casi que corriendo hasta mi—. Por favor, dime que sucedió.
Ya no había nada de ira en su mirada, ahora estaba asustada.
—Tiene cáncer y es avanzado, seguro con todo lo sucedido recientemente tuvo una recaída, su seguro no cubre el tratamiento que requiere, así que morirá —expliqué fríamente, no podía bajar mis barreras ante ella, jamás lo volvería hacer ante una mujer.
—¿C—Cómo?, ¿cán… cáncer? —llevó las manos a su boca y negó levemente—. Me estas mintiendo, ¡¿por qué juegas con algo como eso?! ¡Ella es lo único que me queda! —empezó a empujarme y golpearme el pecho—. ¡¿Q—Qué clase de persona eres tú, Valentino Marchetti?!
—No jugaría con la salud de tu nonna —aclaré, agarrando sus manos para que se detuviera—. Es cierto Alessia, está grave.
Me observó unos segundos y después se quebró delante de mis ojos, tuve el impulso de querer consolarla, pero retrocedí, soltandola como si el tacto de su piel con la mía me causara ardor.
Dos veces.
Mis barreras habían temblado dos veces en media hora. Tenía que permanecer alejado de ella.
—S—Su trata…tratamiento —dijo entre lágrimas, empezaba a sollozar—. ¿Cuánto?
—Lo suficiente para que tengas que vivir cinco vidas —respondí.
—Oh por dios…
—Cásate conmigo —me miró rápidamente—. Casate conmigo Alessia y me encargaré de todo el tratamiento, haré lo imposible para que tu nonna viva, te lo prometo.
—¿Hablas en serio? —preguntó con cierta esperanza en su voz—. ¿P—Pagarás el tratamiento?, ¿harías todo lo posible para que viva?
—Nunca rompo una promesa, soy un hombre de palabra.
Cerró sus ojos por varios segundos hasta que al final asintió.
—Lo haré Valentino Marchetti, me casaré con usted, pero antes… quiero verla, por favor, debe de estar muy asustada —agarró mi brazo, insistiendo—. Por favor.
—Lo siento, pero no puedo exponerme a que digas o hagas algo que ponga en peligro mis planes —me solté bruscamente de su agarré—. La verás, pero después de casarnos, mientras te mantendré informada de su estado de salud.
—Pero…
—No hay peros, ¿lo aceptas?
—Sí —fue lo único que dijo, estaba furiosa.
—Perfecto.
Salí de su habitación y volví a encerrarla, aun no confiaba en ella, así que permanecería bajo llave hasta casarnos.
Tenía tanta tensión en mi cuerpo, que necesitaba un descanso, necesitaba relajarme cuanto antes, así que le di aviso a Enzo y salimos a mi discoteca, el tener una propia hacia que nada que no quisiera saliera a la luz, podría hacer y estar acompañado con quien deseaba y nadie lo sabría.
Iba a relajarme y para ello sabría quién me ayudaría en el proceso.
[...]
POV ALESSIA FERRARA
Dos días después
Pequeñas lagrimas caían de mis ojos y me era inevitable detenerlas, sabía que no podía permitirme llorar, lo entendía, ahora más que nunca lo hacía, la vida de mi nonna estaba en juego, ella era lo único que me quedaba y no podía perderla, no a ella, así que aquí estaba, yendo a mi boba, sola, sin los nervios que siempre soñé que tendría, sin nadie a mi lado que me amara y me estuviera dando su apoyo, me había quedado totalmente sola y todo por culpa de mi padre, alguien que ya no merecía que lo llamara así.
Cuando desde muy temprano llegaron los estilistas, caí en la realidad de que sucedería, me casaría con Valentino Marchetti aun sin amarlo, aun cuando el único sentimiento que sentía por él era ira, porque nada bueno podría sentir por la persona que me había arrebatado mi libertad.
—Señorita Alessia, permítame limpiarla, se ha corrido un poco el maquillaje —volteé a mirar a Florencia y asentí, dejando que arreglara el desastre que mis lágrimas estaban formando—. Perfecto.
Cuando la limosina se detuvo, un vacío enorme se creó en la boca de mi estómago, pensé que me vomitaria ahí mismo.
Es hora
Fue lo único que escuché antes de que abrieran mi puerta y me ayudaran a salir, no había salido totalmente, cuando una ola de flashes impactaron mi cara, cegandome por completa.
—Agarrese de mi y no me suelte —alcancé a escuchar a Florencia y solo asentí.
Habían muchos reporteros, demasiado e impedían el paso, aun con los guardaespaldas tratando de hacerse camino.
Tragué duro cuando estuvimos en la entrada de la iglesia y empecé a temblar cuando el típico sonido de boda empezó a sonar.
No conocía a nadie de las personas que habían asistido, todos eran unos desconocidos y al ver sus estúpidas sonrisas lo único que hacían era que mis ganas de vomitar aumentaran.
¿Acaso no les parecía raro una boba tan repentina?
Cuando miré al frente y vi a Valentino esperándome al final del camino, mi ceño se frunció levemente al percibir una diminuta sonrisa en su rostro, por lo que veía jamás sonreía y el que tuviera ese gesto, me hacía ver que era un gran actor.
Bufé mentalemnte al detallarlo.
Malditop
Debía admitirlo, ese traje le acentuaba perfectamente y era un hombre muy sexy, cualquier mujer se derretiría estando en su presencia e incluida yo misma, pero la ira era más grande que mis debilidades como mujer, así que su encanto no me afectaba.
Este debería ser el día más feliz de mi vida, debería ser mi día perfecto, pero era todo lo contrario, jamas me habia imaginado algo como esto, siempre pensé que me casaría y formaría un hogar, pero junto al amor de mi vida, para mi el matrimonio era algo sagrado y sabía que al terminar el año de este contrato, no me casaría jamás.
Solo es una vez, las otras veces no era lo mismo.
Lo odiaba y lo hacía aún más al utilizar la condición de mi abuela para su beneficio. Ese hombre no tenía sentimientos, era un robot.
Me agarró de la mano en cuanto llegué a su lado y apretó un poco duró en forma de advertencia.
—¿Qué? —murmuré.
—Sonrié Alessia, recuerda que es el mejor día de nuestras vidas —dijo entredientes—. Coopera o te prometo que la seguridad de tu abuela y de esa amiga… ¿cómo se llama? ah Gabriella, dependeran de un hilo que está apunto de romperse.
Sonreí de inmediato, ni siquiera quería pensar que podría hacerles.
Lo acababa de confirmar, lo odiaba y esperaba que lo supiera con la mirada enamorada que estaba dándolo y con mi dulce sonrisa.
—Te odio —murmuré.
Solo obtuve un guiño de su parte, el padre que nos casaria empezó la ceremonia, ceremonia que se me hizo realmente corta, aun no estaba preparada para dar el sí, así que cuando me preguntaron, volteé a mirar a todos los presentes que estaban a la expectativa de mis palabras, los camarógrafos estaban ahí… captando cada momento de nosotros y por un segundo tuve ganas de gritar la verdad a los cuatro vientos, tal vez esta era la última oportunidad que tendría de ser libre, tal vez alguna persona aquí presente podría ayudarme, tal vez…
En eso se resumió todo, en un tal vez, porque jamás lo sabría, jamás podría saberlo, Valentino Marchetti tenía los recursos para salvar a mi nonna, era la única persona que podría ayudarme y eso hizo que un Sí, cargado de nervios, ira, tristeza y decepción saliera de mis labios, logrando así, unirme en matrimonio con el hombre que odiaba.
Miré el anillo en mi dedo por lo que parecieron horas y es que, no lograba aceptar la cruda realidad, acababa de casarme e iba en un automóvil junto con quien ahora era mi esposo, camino a un lugar totalmente desconocido para mi, pues este no era el camino a su casa, ni ese simple hecho de no saber a dónde me dirigía llenó mis pensamientos, solo podía pensar en una sola cosa y era … Me había casado —pensé, mientras lo veía de reojo. No sabía nada de él, solo su nombre y me daba temor, le había dado el sí a una persona que no conocía para nada, solo podía esperar que tuviera consideración conmigo. La ceremonia no había durado tanto, al menos para nosotros, pues se excusó en que tenía un regalo que darme y era algo privado, pero claro que no tenía nada que dar, solamente no le apetecía seguir fingiendo una falsa felicidad y lo entendía, pues yo empezaba a llegar a mi límite de tolerancia. Aunque había aclarado que era algo privado, no habíamos podido deshacernos de los reporteros, p
POV VALENTINO MARCHETTI—Pensé que era una broma cuando me llamaste —comentó Enzo en cuanto me vio. Le había llamado en el camino para encontrarnos en mi discoteca, no estaría nadie más que nosotros y los barmans, necesitaba hablar con alguien y Enzo era la mejor opción, me conocía y siempre me diría la verdad, por muy cruda que fuera. El casarme con Alessia, era un tema que me tenía agotado, enojado, yo tampoco había querido que las cosas fueran de esta manera, el tener que casarme por el poder, era algo que jamás había pensado que tendría que hacer, pero aquí estaba, recién casado. —Necesito despejarme y varios tragos junto con mi mejor amigo me ayudarán —respondí sinceramente, encogiéndome de hombros. —Siempre, hermano —asentí y me senté a su lado.Pedí una botella de whisky y procedí a llenar los vasos. Cuando bebí el primer trago, el líquido quemó mi garganta lentamente, segundos después empezaba a relajarme y era justo lo que necesitaba en estos momentos. —¿Cómo está la non
POV VALENTINO MARCHETTI—Creo que ya es hora de irme —anuncié después de beber el último trago del día. Ya llevábamos más de tres horas aquí, aunque el hablar de mi ex y el maldito de Stefano, había dañado mi mal humor, había disfrutado de la velada al lado de Enzo, hace mucho que no tenía un rato libre donde simplemente bebía un par de copas con mi amigo y hablar de la vida, estos pequeños momentos son especiales debido a que no ocurren mucho, pero ya era momento de volver, no quería que Alessia estuviera tanto tiempo sola, tal vez necesitaba algo o…¿Qué mierda acababa de pensar? Me importaba un carajo si llegara a necesitar algo, tenía que estar agradecida con lo que le había dado y es que era mucho, había gastado demasiado para que su estadía por un año en mi casa sea placentera y la sintiera como un hogar… claro, un hogar temporal. —Está bien, vete, yo me quedaré un rato más —asentí y me despedí. En el camino a casa fue inevitable no pensar todo lo que había acontecido última
POV VALENTINO MARCHETTIEn cuanto el despertador sonó, mis ojos se abrieron y me levanté por inercia como todas las mañanas, tenía mucho trabajo últimamente, manejar mis empresas y el bajo mundo no era algo fácil, había aprendido desde años atrás a distribuir mi tiempo lo mejor posible y ser muy disciplinado, por esa razón cada mañana a las cuatro de la madrugada, estaba levantándome para entrenar en mi gimnasio personal que siempre tenía en mis casa. .Entrené por una hora y a las cinco ya estaba de nuevo en mi habitación, bañándome y alistándome para ir a las empresas, cuando estuve listo, bajé para preparar rápidamente un café e irme, pero en cuanto llegué a la cocina un rico aroma a tocino frito, me golpeó y mi estómago rugió del hambre.Nunca desayunaba en casa, la verdad es que no me gustaba hacerlo solo y es lo que tocaba.No entendía quién podría ser, pues las señoras de la cocina llegaban a las seis, cuando vi Alessia saliendo de la alacena apurada, me sorprendí realmente, er
POV ALESSIA FERRARADías después. Estaba tarareando una canción, cuando sentí como unos brazos me rodearon por completa mi pequeña cintura, en otro momento había gritado del susto, pero antes de que él me rodeara con sus brazos, su rico perfume había inundado todo el lugar, era imposible no darme cuenta de que estaba aquí, que rico perfume se cargaba Valentino, cada vez me gustaba aun mas, era un olor exquisito, había estado deseando que me abrazara y fundirme con su aroma y al parecer hoy Dios me había cumplido el deseo. Jamás habíamos tenido este tiempo de acercamiento y si me lo preguntaran una semana atrás, diría que era imposible, pero hoy… después de conocerlo aun mas, no se me hacía tan loco, pero no dejaba de sorprenderme increíblemente.—Buenos días —susurró en mi oído demasiado lento, su voz era tan pecaminosa que había erizado aquella zona en un tiempo récord.No entendía la razón que tenía por este acercamiento, pero tampoco era algo que me disgustaba, me había dado cuen
POV ALESSIA FERRARAHoras despuésHabíamos dejado en casa a Gabriella y durante todo el camino, Valentino no se había dirigido a mí en ningún momento, sabía que estaba esperando a que llegaramos a casa y por primera vez, desee que este tiempo en automóvil con él se volviera eterno, no quería discutir y volver a retroceder, pero era evidentemente lo que estaba por acontecer, lo haríamos y nuevamente habría esa distancia entre los dos.Cuando llegamos a casa, rápidamente me dirigí hacia las escaleras para ir a mi habitación, tratando de evadir la situación, pero me detuvo.—¿A dónde crees que vas, Alessia? —cuestionó, el tono de su voz aunque no era tan frío, se notaba el enojo y el distanciamiento que interpuesto nuevamente entre los dos, él ya había retrocedido varios pasos—. ¿No crees que me debes una explicación?Era claro que no saldría fácilmente de esta situación.—Me imagino que Franco te ha dado todos los detalles del porqué estaba en ese club nocturno, no sé que debería de exp
Ya había terminado con mi maquillaje y le hice caso a Valentino, me maquillé muy natural, la verdad es que me veía muy linda de esta manera y me gustaba, así que no todo fue por él.Sí claro —dijo sarcásticamente mi subconsciente. Estaba terminando con mi cabello, cuando volvió a entrar al cuarto, aún tenía duda de lo que preguntaría, pero antes debía de asegurarle que algo como lo que pasó con mi amiga, no volvería a ocurrir.—Tengo algo que decirte —anuncié, viéndolo a través del espejo.Ya estaba vestido con un traje negro que le quedaba espectacular y muy sexy.¿Existía algo que no le quedará bien? —Dime —fruncí mi ceño cuando lo vi batallando con la corbata y me levanté para ayudarlo—. No es necesario —dijo avergonzado.—Claro que lo es, así que déjame —sugerí sonriendo. Este asintió y empecé a acomodarla, mientras supe que tenía que hablar ya o nunca—. Lamento causarte problemas, enserio lo siento mucho y te prometo que algo como eso no volverá a suceder, seré más cuidadosa co
[...]Empezaba a disgustarme un poco al ver que Valentino estaba tardando, habían pasado más de veinte minutos desde que se fue con la excusa que había un socio y tenían que arreglar unas cosas.¡Estábamos en una boda y aun así pensaba en el trabajo!¿Acaso no podía dejarlo para después? Estaba muy aburrida de estar sentada comiendo bocadillos, mientras esperaba a que él regresara.Me levanté dispuesta a recorrer nuevamente el lugar y así tal vez corría con suerte de verlo, cuando de repente llegó una mujer a mi lado.—Hola, buenas noches… debes de ser Alessia Marchetti —extendió su mano, dude si en aceptarla pero no quise ser descortés, así que apreté su mano rápidamente.—Buenas noches, sí, pero me temo que no la conozco, ¿usted es…?—Lo siento —se excusó un poco apenada, notaba yo—. Que modales los mios, solo que estaba muy emocionada de verla y poder charlar sin su esposo a su lado —fruncí mi ceño, no entendiendo la. ¿Por qué no querría que Valentino estuviera aquí?—. Soy Ana Lom