Miré el anillo en mi dedo por lo que parecieron horas y es que, no lograba aceptar la cruda realidad, acababa de casarme e iba en un automóvil junto con quien ahora era mi esposo, camino a un lugar totalmente desconocido para mi, pues este no era el camino a su casa, ni ese simple hecho de no saber a dónde me dirigía llenó mis pensamientos, solo podía pensar en una sola cosa y era …
Me había casado —pensé, mientras lo veía de reojo.
No sabía nada de él, solo su nombre y me daba temor, le había dado el sí a una persona que no conocía para nada, solo podía esperar que tuviera consideración conmigo.
La ceremonia no había durado tanto, al menos para nosotros, pues se excusó en que tenía un regalo que darme y era algo privado, pero claro que no tenía nada que dar, solamente no le apetecía seguir fingiendo una falsa felicidad y lo entendía, pues yo empezaba a llegar a mi límite de tolerancia. Aunque había aclarado que era algo privado, no habíamos podido deshacernos de los reporteros, por esa razón habíamos tenido que hacer una parada de improvisto para así, perderlos.
No podía negarlo y era muy hermosa la decoración que había en el lugar, todo era muy elegante, sostificado, las rosas blancas, me había encantado a pesar de que me note indiferente con respecto al tema, no quería que supiera que había hecho un gran trabajo eligiendolo o simplemente que la persona a la que contrató lo había hecho genial.
—Debo de decir, que lo hiciste muy bien —volteé a mirarlo, sin saber a lo que se refería, su tono de voz había sido muy calmado—. Fingir —agregó rápidamente al ver que no había entendido—. Todos se lo creyeron, aunque claro —una pequeña sonrisa burlona apareció en su rostro—. Necesitaste de cierta motivación extra.
Apreté mis manos en puño al saber de lo que se refería, su amenaza.
No sabía cuánto tiempo más podría seguir tolerandolas, pero llegaría el día en que me cansaría de su m****a constante y explotaría.
—¿Lo disfrutas? —cuestioné entre dientes, tratando de calmarme, pero era en vano, de lejos se notaba mi molestia.
—¿El qué? —fingió no saber, lo que más me molestó.
¿Acaso le gustaba hacerlo?, ¿yo era su payaso personal para divertirse?
—Verme sufrir, ¿puede una persona ser tan fría?, ¿sin sentimientos?
Se detuvo unos segundos para pensar, cuando pensé que tal vez, tal vez él podría ser otra persona y solo aparentar ser odioso y frío para que no vieran su verdadero yo, alguien débil, cariñoso y amoroso, respondió, haciendo que mis pensamientos se esfumaran por completo.
—Estás viendola justo ahora —fue su única respuesta, respondió con una mirada vacía… sin sentimiento alguno y de la manera más fría posible.
¿Qué clase de persona era Valentino Marchetti?, ¿podría una persona no tener sentimientos?, ¿qué daño le habían hecho para ser el que era hoy en día?
Mi única respuesta fue cambiar de tema por uno que empezaba a interesarme al pasar el tiempo.
—¿A dónde vamos? —pregunté, viendo a la ventana y dándome cuenta de que nos habíamos alejado de la ciudad, estábamos en los alrededores.
¿Pretendía matarme y enterrar mi cuerpo lejos para que no me encontrarán jamás? —pensé, sintiéndome estúpida al instante.
Sabrían que había sido él, aparte… ¿por qué querría casarse conmigo cuando tan solo unas horas después me mataría?
—A veces eres tan estúpida —comentó mi yo interior.
—A casa —fue lo único que respondió, su mal humor había vuelto y con eso sabía que tenía que andarme con cuidado con lo que dijera.
—No podré llamarla casa, si estás tú en ella —confesé, no quería tener que guardarme mis palabras, quería que supiera todo mi desagrado que tenía para con él, pero no había dicho absolutamente nada, simplemente siguió en lo suyo, en lo que había estado haciendo durante todo el trayecto, leyendo y respondiendo correos.
Unos minutos después, habíamos entrado a una propiedad privada y unas enormes rejas nos abrieron paso a una mansión, era espectacular y grande, demasiado.
No esperé a que abrieran mi puerta, salí rápidamente, no aguantando un segundo más a su lado, por culpa de los tacones no podía caminar tan rápido, así que fue fácil para Valentino alcanzarme y adelantarse.
Rodeé mis ojos exasperada, pero un acto que tuvo me dejó completamente sorprendida, había abierto la enorme puerta para mí, hubiera podido decir cualquier cosa sarcástica, pero no dije nada, solo quería poder quitarme este vestido, no tenía fuerzas ya para discutir.
El interior de la mansión me sorprendió y pude darme cuenta que todo aquí era nuevo, así que sería donde fingiremos un matrimonio feliz —pensé—. Al menos era un lugar muy hermoso.
—Las personas del servicio y la seguridad llegan mañana, no hay nadie —me detuve al escucharlo—. Estamos solos.
Mi respiración se acortó y por un momento sentí preocupación, nos habíamos casado y se suponía que estabamos en nuestra luna de miel, no podría tener relaciones con él, no.
¿Acaso él esperaba que sucediera?
Volteé a mirarlo asustada y al parecer lo notó, pues su ceño se frunció levemente.
Él no podría obligarme, esto solo era un contrato.
—La cocina está equipada y tu cuarto está en el segundo piso, a la derecha —asentí—. Volveré más tarde, tengo cosas que hacer.
Cuando estaba por irse hablé.
—Podrías hacerme un favor y no volver —se detuvo y volteó a mirarme—. Sería un lindo detalle.
—No tienes tanta suerte —fue lo único que respondió.
Cuando se dio vuelta y la puerta se cerró tras él, mi alma volvió a mi cuerpo y pude respirar tranquila, esto me había confirmado que efectivamente sería un matrimonio falso y no podía estar más de acuerdo con él.
Fui a buscar mi habitación, quería quitarme el… Me detuve al verme en el enorme espejo que había en la pared y rápidamente mis ojos se llenaron de lágrimas y todo lo que había acontecido en la última semana llegó de golpe.
Estaba casada con un hombre que ni siquiera conocía, con un hombre que odiaba y sabía que el sentimiento era mutuo, pero aun no entendía… ¿por qué me había elegido a mí?, ¿por qué dañarme la vida de esta manera?, ¿por qué no simplemente salvarme de aquel burdel y ponerme a trabajar para él?
Quería llorar y despertar a la mañana siguiente, dandome cuenta de que todo era una pesadilla, pero sabía que algo como eso no sucedería, debía ser fuerte, no por mi, por mi nonna, así que limpié mis lágrimas y con determinación fui hasta mi habitación para cambiarme e ir con ella, me necesitaba, tenía que saber que yo estaba bien y que no había nada de qué preocuparse.
Valentino había dicho que la podría ver después de la boda, así que no tendría que haber ningún problema el que la fuera a verla ahora mismo.
Me había sorprendido al ver que tenía todo lo que pudiera necesitar en mi habitación y la cantidad de ropa nueva que había en el armario era abismal, para todo tipo de ocasión, hasta había un teléfono nuevo y una tarjeta dorada.
Ya arreglada con unos vaqueros negros, una blusa holgada y mis nike blancas, agarré el nuevo telefono y salí de la casa.
Había pedido un Uber, así que llegaría pronto.
POV VALENTINO MARCHETTI—Pensé que era una broma cuando me llamaste —comentó Enzo en cuanto me vio. Le había llamado en el camino para encontrarnos en mi discoteca, no estaría nadie más que nosotros y los barmans, necesitaba hablar con alguien y Enzo era la mejor opción, me conocía y siempre me diría la verdad, por muy cruda que fuera. El casarme con Alessia, era un tema que me tenía agotado, enojado, yo tampoco había querido que las cosas fueran de esta manera, el tener que casarme por el poder, era algo que jamás había pensado que tendría que hacer, pero aquí estaba, recién casado. —Necesito despejarme y varios tragos junto con mi mejor amigo me ayudarán —respondí sinceramente, encogiéndome de hombros. —Siempre, hermano —asentí y me senté a su lado.Pedí una botella de whisky y procedí a llenar los vasos. Cuando bebí el primer trago, el líquido quemó mi garganta lentamente, segundos después empezaba a relajarme y era justo lo que necesitaba en estos momentos. —¿Cómo está la non
POV VALENTINO MARCHETTI—Creo que ya es hora de irme —anuncié después de beber el último trago del día. Ya llevábamos más de tres horas aquí, aunque el hablar de mi ex y el maldito de Stefano, había dañado mi mal humor, había disfrutado de la velada al lado de Enzo, hace mucho que no tenía un rato libre donde simplemente bebía un par de copas con mi amigo y hablar de la vida, estos pequeños momentos son especiales debido a que no ocurren mucho, pero ya era momento de volver, no quería que Alessia estuviera tanto tiempo sola, tal vez necesitaba algo o…¿Qué mierda acababa de pensar? Me importaba un carajo si llegara a necesitar algo, tenía que estar agradecida con lo que le había dado y es que era mucho, había gastado demasiado para que su estadía por un año en mi casa sea placentera y la sintiera como un hogar… claro, un hogar temporal. —Está bien, vete, yo me quedaré un rato más —asentí y me despedí. En el camino a casa fue inevitable no pensar todo lo que había acontecido última
POV VALENTINO MARCHETTIEn cuanto el despertador sonó, mis ojos se abrieron y me levanté por inercia como todas las mañanas, tenía mucho trabajo últimamente, manejar mis empresas y el bajo mundo no era algo fácil, había aprendido desde años atrás a distribuir mi tiempo lo mejor posible y ser muy disciplinado, por esa razón cada mañana a las cuatro de la madrugada, estaba levantándome para entrenar en mi gimnasio personal que siempre tenía en mis casa. .Entrené por una hora y a las cinco ya estaba de nuevo en mi habitación, bañándome y alistándome para ir a las empresas, cuando estuve listo, bajé para preparar rápidamente un café e irme, pero en cuanto llegué a la cocina un rico aroma a tocino frito, me golpeó y mi estómago rugió del hambre.Nunca desayunaba en casa, la verdad es que no me gustaba hacerlo solo y es lo que tocaba.No entendía quién podría ser, pues las señoras de la cocina llegaban a las seis, cuando vi Alessia saliendo de la alacena apurada, me sorprendí realmente, er
POV ALESSIA FERRARADías después. Estaba tarareando una canción, cuando sentí como unos brazos me rodearon por completa mi pequeña cintura, en otro momento había gritado del susto, pero antes de que él me rodeara con sus brazos, su rico perfume había inundado todo el lugar, era imposible no darme cuenta de que estaba aquí, que rico perfume se cargaba Valentino, cada vez me gustaba aun mas, era un olor exquisito, había estado deseando que me abrazara y fundirme con su aroma y al parecer hoy Dios me había cumplido el deseo. Jamás habíamos tenido este tiempo de acercamiento y si me lo preguntaran una semana atrás, diría que era imposible, pero hoy… después de conocerlo aun mas, no se me hacía tan loco, pero no dejaba de sorprenderme increíblemente.—Buenos días —susurró en mi oído demasiado lento, su voz era tan pecaminosa que había erizado aquella zona en un tiempo récord.No entendía la razón que tenía por este acercamiento, pero tampoco era algo que me disgustaba, me había dado cuen
POV ALESSIA FERRARAHoras despuésHabíamos dejado en casa a Gabriella y durante todo el camino, Valentino no se había dirigido a mí en ningún momento, sabía que estaba esperando a que llegaramos a casa y por primera vez, desee que este tiempo en automóvil con él se volviera eterno, no quería discutir y volver a retroceder, pero era evidentemente lo que estaba por acontecer, lo haríamos y nuevamente habría esa distancia entre los dos.Cuando llegamos a casa, rápidamente me dirigí hacia las escaleras para ir a mi habitación, tratando de evadir la situación, pero me detuvo.—¿A dónde crees que vas, Alessia? —cuestionó, el tono de su voz aunque no era tan frío, se notaba el enojo y el distanciamiento que interpuesto nuevamente entre los dos, él ya había retrocedido varios pasos—. ¿No crees que me debes una explicación?Era claro que no saldría fácilmente de esta situación.—Me imagino que Franco te ha dado todos los detalles del porqué estaba en ese club nocturno, no sé que debería de exp
Ya había terminado con mi maquillaje y le hice caso a Valentino, me maquillé muy natural, la verdad es que me veía muy linda de esta manera y me gustaba, así que no todo fue por él.Sí claro —dijo sarcásticamente mi subconsciente. Estaba terminando con mi cabello, cuando volvió a entrar al cuarto, aún tenía duda de lo que preguntaría, pero antes debía de asegurarle que algo como lo que pasó con mi amiga, no volvería a ocurrir.—Tengo algo que decirte —anuncié, viéndolo a través del espejo.Ya estaba vestido con un traje negro que le quedaba espectacular y muy sexy.¿Existía algo que no le quedará bien? —Dime —fruncí mi ceño cuando lo vi batallando con la corbata y me levanté para ayudarlo—. No es necesario —dijo avergonzado.—Claro que lo es, así que déjame —sugerí sonriendo. Este asintió y empecé a acomodarla, mientras supe que tenía que hablar ya o nunca—. Lamento causarte problemas, enserio lo siento mucho y te prometo que algo como eso no volverá a suceder, seré más cuidadosa co
[...]Empezaba a disgustarme un poco al ver que Valentino estaba tardando, habían pasado más de veinte minutos desde que se fue con la excusa que había un socio y tenían que arreglar unas cosas.¡Estábamos en una boda y aun así pensaba en el trabajo!¿Acaso no podía dejarlo para después? Estaba muy aburrida de estar sentada comiendo bocadillos, mientras esperaba a que él regresara.Me levanté dispuesta a recorrer nuevamente el lugar y así tal vez corría con suerte de verlo, cuando de repente llegó una mujer a mi lado.—Hola, buenas noches… debes de ser Alessia Marchetti —extendió su mano, dude si en aceptarla pero no quise ser descortés, así que apreté su mano rápidamente.—Buenas noches, sí, pero me temo que no la conozco, ¿usted es…?—Lo siento —se excusó un poco apenada, notaba yo—. Que modales los mios, solo que estaba muy emocionada de verla y poder charlar sin su esposo a su lado —fruncí mi ceño, no entendiendo la. ¿Por qué no querría que Valentino estuviera aquí?—. Soy Ana Lom
POV VALENTINOAl día siguienteDesperté por unos toques en la puerta, abrí los ojos que sentía muy pesados, aparte me sentía muy débil y la cabeza empezaba a dolerme.—Pase —ordené con voz ronca, mientras me sentaba y apoyaba en el respaldar.—Lamento despertarlo, signori —era mi ama de llaves—. Quería saber cómo se encontraba o si necesitaba algo, pues la señora estuvo hasta muy tarde tratando de bajar su fiebre y hace poco se fue a dormir. No quería incomodarla y por eso estoy aquí por si se le ofrece cualquier cosa. —Espera, espera ¿Qué? —fue lo único que salió de mis labios al saber que Alessia estuvo cuidándome… y toda la noche— ¿Alessía estuvo cuidándome toda la noche?Mi corazón empezó a latir rápidamente y un nudo se creó en mi estomago.Mierda, era inevitable no sentirme de esa manera si ella hacía todas estas cosas por mi.—Sí signori, gracias al cielo es médica.Estaba aturdido al saber algo como esto, pero… estaba muy feliz, ¿por qué? claramente no lo confesaría en voz al