POV VALENTINO MARCHETTI
—Creo que ya es hora de irme —anuncié después de beber el último trago del día.
Ya llevábamos más de tres horas aquí, aunque el hablar de mi ex y el maldito de Stefano, había dañado mi mal humor, había disfrutado de la velada al lado de Enzo, hace mucho que no tenía un rato libre donde simplemente bebía un par de copas con mi amigo y hablar de la vida, estos pequeños momentos son especiales debido a que no ocurren mucho, pero ya era momento de volver, no quería que Alessia estuviera tanto tiempo sola, tal vez necesitaba algo o…
¿Qué m****a acababa de pensar?
Me importaba un carajo si llegara a necesitar algo, tenía que estar agradecida con lo que le había dado y es que era mucho, había gastado demasiado para que su estadía por un año en mi casa sea placentera y la sintiera como un hogar… claro, un hogar temporal.
—Está bien, vete, yo me quedaré un rato más —asentí y me despedí.
En el camino a casa fue inevitable no pensar todo lo que había acontecido últimamente, estaba casado después de que me había prometido a mi mismo que algo como esto jamás sucedería, pero supongo que eran sacrificios tan difíciles como estos, los que debías de tomar para tener el control de algo que siempre anhelaste y por lo que te preparaste toda tu vida.
Aún tenía irá con papá, a pesar de que estaba muerto y supusiera que debería de estar adolorido con su partida, tenía ira y dolor, todo al mismo tiempo.
Su partida me había dolido muchísimo, aún necesitamos más tiempo juntos, necesitaba tanto que aprender de él, pero por otro lado, el que me hubiera puesto la condición de casarme para heredar la mafia, había sido un golpe muy bajo, el mismo sabía lo que pensaba del matrimonio después de la traición de mi ex, pero suponía que yo entendería más adelante sus razones, porque era muy sabio.
Además, solo era un año, tenía que fingir un año y esto quedaría como un simple recuerdo, podía hacerlo.
¿Qué tan difícil podría ser? —´pensé en cuanto aparqué en la entrada.
Cuando llegué a casa el silencio fue lo primero que me recibió, no le di tanta importancia, siempre era algo así, ya estaba acostumbrado a ello, así que fui hasta la cocina por un vaso de agua, empezaba a tener hambre y lo único que sabía cocinar era un sandwich, la cocina y yo jamás nos habíamos llevado bien.
Tal vez pediría algo para comer, era lo mejor si quería llenarme.
No había rastro de que Alessia hubiera preparado algo para comer, muy posiblemente también tuviera hambre.
¿Por qué no lo había hecho?, ¿tal vez había pensado que no podía?, ¿pero cómo?, imposible.
Me detuve exasperado porque el que comiera me importara y un con gruñido fui hasta su habitación para saber si quería algo, no porque me importara mucho el que comiera, pero ahora era mi esposa y tenía que velar por su salud.
—Alessia, ¿puedo pasar? —pregunté después de dar varios golpes. Esperé a que respondiera, pero al pasar los segundos empecé a fruncir el ceño al no escuchar ninguna respuesta. Por el bien de ella y de mi humor, esperaba que estuviera dormida y esa sea la razón por la que no respondiera—. ¿Alessia?, si no respondes entraré.
Nada. No aguanté un segundo más y abrí rápidamente, dándome de cara con una gran sorpresa, no había nadie.
Caminé rápidamente hacia su armario y al baño para cerciorarme de que enverdad no estuviera.
—¡Maldizione! ¡Alessia! —grité, golpeando la puerta y corriendo hacia las escaleras mientras sacaba mi teléfono y le marcaba a Franco.
No lo podía creer, yo había cumplido, estaba cumpliendo cada m*****a palabra y ella en la primera se iba, me dejaba.
¿Acaso esa mujer no tenía palabra?
—Signori —respondió rápidamente.
—Alessia escapó, necesito que revises las cámaras, no pudo irse caminando, así que tal vez haya pedido un taxi… no lo sé.
—Ya estoy trabajando en ello, lo llamaré en cuanto tenga algo.
—Mientras, manda unos hombres a vigilar la casa y otros al … —en ese momento caí en cuenta de algo, ella no pudo haberse escapado sabiendo que la encontraría a donde sea que se escondiera, no lo hizo, estaba seguro de ello porque había algo que estaba deseando hacer más que tener su libertad e irse. Su nonna—. al hospital, iré allí, nos vemos.
Colgué el teléfono y salí de casa lo más rápido que pude.
POV ALESSIA FERRARA
No pude evitar sentirme nostálgica al estar aquí, lo había deseado por varios días y hoy por fin iba a poder verla.
—Hola, buenas tardes —saludé a la recepcionista y pregunté por mi nonna—. Vengo a visitar a Alfonsina Ferrara, ¿podría decirme su habitación?... por favor.
—¿Qué es usted para ella? —cuestionó entrecerrando sus ojos y viéndome de arriba abajo.
Agradecía traer ropa de marca, porque todo lo que había comprado Valentino lo era, no había ni una sola prenda en mi armario que no lo fuera.
—Soy su nieta —contesté rápidamente.
—Un momento —respondió amablemente mientras buscaba en el sistema. Estaba ansiosa, ya quería verla y abrazarla, sabía que me extrañaba tanto como yo la extrañaba a ella—. Último piso, habitación 102, solo podrá estar media hora.
Asentí, entendiendo su indicación y fui hasta el ascensor, marqué el último piso y esperé.
Algo que había notado es que era una clínica muy grande y lujosa.
Era tan grande el edificio, que me había tomado unos minutos en llegar, pues en lo que las otras personas bajaban y subían. Cuando llegué al piso aceleré mis pasos para dar con el número, sonreí en cuanto lo vi y no esperé más, abrí la puerta sin pensarlo.
Un señor mayor con una bata volteó rápidamente, suponía que era el médico de turno.
—Lo siento, soy su nieta —me excusé, caminando hasta ella, quien dormía plácidamente.
Mis ojos se llenaron de lágrimas que fueron derramadas casi al instante, no pude contenerme y es que, ahí estaba ella, durmiendo tan angelicalmente, tenía una pequeña sonrisa en su rostro y al verla sabía que mi sacrificio había valido la pena, cada segundo que pasaría al lado de Valentino, cada día siendo su esposa, todo valdría la pena si ella estaba aun con nosotros.
Ella lo valía todo, había dado tanto por nosotros, que esto que hacía era muy poco.
—Es un placer, señora Marchetti… Felicidades —volteé a mirarlo confundida y fue cuando entendí, me había llamado por el apellido de Valentino… mi nuevo apellido de casada, me felicitaba por mi boda, así que sonreí amablemente.
—Muchas gracias, ¿cómo está mi abuela?, ¿cuál es su pronostico? —pregunté seriamente, adoptando el papel de médico. No estaba aquí para hablar de mi reciente matrimonio, era lo que menos quería.
—Está mucho mejor, ha reaccionado muy bien al tratamiento y es que, gracias a que su esposo actuará de inmediato en cuanto estuvo el diagnóstico, su abuela ha podido recibir a tiempo el tratamiento y con ello las probabilidades de que viva han aumentado significativamente.
Abrí mis ojos ligeramente por la sorpresa.
Había algo que no estaba entendiendo.
—¿Actuara de inmediato? —cuestioné, un poco confundida.
¿Sería posible?
—Sí, una hora después de tener los resultados pagó absolutamente todo para que empezáramos con el tratamiento.
Mi ceño se frunció de inmediato y me atreví a preguntar el día y la hora en que Valentino cubrió con todos los gastos, cuando el doctor me respondió tranquilamente, un escalofrío me recorrió por completo.
Había sido desde antes de él decirme, una sonrisa y un calor en mi pecho me embargaron casi al instante, había salvado a mi nonna desde antes, pero claro, nunca me lo dijo y tal vez nunca lo diría, esto me hacía ver que después de todo era alguien con sentimientos.
Él no solo me había salvado de tener una vida miserable en aquel burdel, él había salvado la vida de la única persona que me quedaba, mi nonna y estaría agradecida por siempre.
Daría todo lo mejor de mi para que el matrimonio falso en el que acabamos de adentrarnos hoy, funcionara lo mejor posible.
Tal vez solo aparentaba ser frío, tal vez había una gran cantidad de personas debajo de tantas capas de hielo.
—Así es él —dije un poco incomoda, pues no sabía qué responder—. Daría todo por las personas que le importan.
El nudo en mi estomago aun seguía y empezaba a molestarme, no podía sentirme de esa manera, no con él.
—Le entiendo, ahora yo solo tengo un paciente y es su abuela, la tengo monitoreada las veinticuatro horas, no tiene por qué preocuparse por ella, cualquier cambio se lo notificaré al señor Marchetti.
—¿No es posible que me quede hasta que despierte? —pregunté, queriendo hacerlo. Tenía esperanzas de que aceptara, pero en cuanto habló, todas se fueron y quise llorar.
Ella necesitaba verme y saber que estaba aquí para ella, que no la he abandonado.
—Lamento decirle que no, se nota las ganas que tiene de estar con ella, pero la sedamos y despertará mañana, no vale la pena que se quede aquí toda la noche, mejor vuelva mañana en la tarde, su abuela estará contenta de recibirla. No le digo en la mañana, pues estaremos haciéndole varios exámenes.
Volteé a mirarla con tristeza, pero asentí. Besé su frente y susurré un “volveré pronto”.
Me despedí del médico y salí, tenía que apurarme, no sabía la hora en que Valentino llegaría y no quería que pensara que había escapado, porque sería lo primero que pasaría por su mente y eso solo significaba problemas.
Debí haberle dejado una nota.
Cuando estaba por llegar al ascensor me abordó un hombre muy extraño, no me generaba confianza. .
—¿Una pregunta, es usted Alessia Marchetti?
Fruncí mi ceño, pues había salido de repente.
—Eeh, sí, soy… —No había terminado de hablar, cuando sentí como un pañuelo era puesto en mi nariz, haciéndome perder la conciencia de inmediato.
Estaba en problemas —fue mi último pensamiento.
POV VALENTINO MARCHETTIEn cuanto el despertador sonó, mis ojos se abrieron y me levanté por inercia como todas las mañanas, tenía mucho trabajo últimamente, manejar mis empresas y el bajo mundo no era algo fácil, había aprendido desde años atrás a distribuir mi tiempo lo mejor posible y ser muy disciplinado, por esa razón cada mañana a las cuatro de la madrugada, estaba levantándome para entrenar en mi gimnasio personal que siempre tenía en mis casa. .Entrené por una hora y a las cinco ya estaba de nuevo en mi habitación, bañándome y alistándome para ir a las empresas, cuando estuve listo, bajé para preparar rápidamente un café e irme, pero en cuanto llegué a la cocina un rico aroma a tocino frito, me golpeó y mi estómago rugió del hambre.Nunca desayunaba en casa, la verdad es que no me gustaba hacerlo solo y es lo que tocaba.No entendía quién podría ser, pues las señoras de la cocina llegaban a las seis, cuando vi Alessia saliendo de la alacena apurada, me sorprendí realmente, er
POV ALESSIA FERRARADías después. Estaba tarareando una canción, cuando sentí como unos brazos me rodearon por completa mi pequeña cintura, en otro momento había gritado del susto, pero antes de que él me rodeara con sus brazos, su rico perfume había inundado todo el lugar, era imposible no darme cuenta de que estaba aquí, que rico perfume se cargaba Valentino, cada vez me gustaba aun mas, era un olor exquisito, había estado deseando que me abrazara y fundirme con su aroma y al parecer hoy Dios me había cumplido el deseo. Jamás habíamos tenido este tiempo de acercamiento y si me lo preguntaran una semana atrás, diría que era imposible, pero hoy… después de conocerlo aun mas, no se me hacía tan loco, pero no dejaba de sorprenderme increíblemente.—Buenos días —susurró en mi oído demasiado lento, su voz era tan pecaminosa que había erizado aquella zona en un tiempo récord.No entendía la razón que tenía por este acercamiento, pero tampoco era algo que me disgustaba, me había dado cuen
POV ALESSIA FERRARAHoras despuésHabíamos dejado en casa a Gabriella y durante todo el camino, Valentino no se había dirigido a mí en ningún momento, sabía que estaba esperando a que llegaramos a casa y por primera vez, desee que este tiempo en automóvil con él se volviera eterno, no quería discutir y volver a retroceder, pero era evidentemente lo que estaba por acontecer, lo haríamos y nuevamente habría esa distancia entre los dos.Cuando llegamos a casa, rápidamente me dirigí hacia las escaleras para ir a mi habitación, tratando de evadir la situación, pero me detuvo.—¿A dónde crees que vas, Alessia? —cuestionó, el tono de su voz aunque no era tan frío, se notaba el enojo y el distanciamiento que interpuesto nuevamente entre los dos, él ya había retrocedido varios pasos—. ¿No crees que me debes una explicación?Era claro que no saldría fácilmente de esta situación.—Me imagino que Franco te ha dado todos los detalles del porqué estaba en ese club nocturno, no sé que debería de exp
Ya había terminado con mi maquillaje y le hice caso a Valentino, me maquillé muy natural, la verdad es que me veía muy linda de esta manera y me gustaba, así que no todo fue por él.Sí claro —dijo sarcásticamente mi subconsciente. Estaba terminando con mi cabello, cuando volvió a entrar al cuarto, aún tenía duda de lo que preguntaría, pero antes debía de asegurarle que algo como lo que pasó con mi amiga, no volvería a ocurrir.—Tengo algo que decirte —anuncié, viéndolo a través del espejo.Ya estaba vestido con un traje negro que le quedaba espectacular y muy sexy.¿Existía algo que no le quedará bien? —Dime —fruncí mi ceño cuando lo vi batallando con la corbata y me levanté para ayudarlo—. No es necesario —dijo avergonzado.—Claro que lo es, así que déjame —sugerí sonriendo. Este asintió y empecé a acomodarla, mientras supe que tenía que hablar ya o nunca—. Lamento causarte problemas, enserio lo siento mucho y te prometo que algo como eso no volverá a suceder, seré más cuidadosa co
[...]Empezaba a disgustarme un poco al ver que Valentino estaba tardando, habían pasado más de veinte minutos desde que se fue con la excusa que había un socio y tenían que arreglar unas cosas.¡Estábamos en una boda y aun así pensaba en el trabajo!¿Acaso no podía dejarlo para después? Estaba muy aburrida de estar sentada comiendo bocadillos, mientras esperaba a que él regresara.Me levanté dispuesta a recorrer nuevamente el lugar y así tal vez corría con suerte de verlo, cuando de repente llegó una mujer a mi lado.—Hola, buenas noches… debes de ser Alessia Marchetti —extendió su mano, dude si en aceptarla pero no quise ser descortés, así que apreté su mano rápidamente.—Buenas noches, sí, pero me temo que no la conozco, ¿usted es…?—Lo siento —se excusó un poco apenada, notaba yo—. Que modales los mios, solo que estaba muy emocionada de verla y poder charlar sin su esposo a su lado —fruncí mi ceño, no entendiendo la. ¿Por qué no querría que Valentino estuviera aquí?—. Soy Ana Lom
POV VALENTINOAl día siguienteDesperté por unos toques en la puerta, abrí los ojos que sentía muy pesados, aparte me sentía muy débil y la cabeza empezaba a dolerme.—Pase —ordené con voz ronca, mientras me sentaba y apoyaba en el respaldar.—Lamento despertarlo, signori —era mi ama de llaves—. Quería saber cómo se encontraba o si necesitaba algo, pues la señora estuvo hasta muy tarde tratando de bajar su fiebre y hace poco se fue a dormir. No quería incomodarla y por eso estoy aquí por si se le ofrece cualquier cosa. —Espera, espera ¿Qué? —fue lo único que salió de mis labios al saber que Alessia estuvo cuidándome… y toda la noche— ¿Alessía estuvo cuidándome toda la noche?Mi corazón empezó a latir rápidamente y un nudo se creó en mi estomago.Mierda, era inevitable no sentirme de esa manera si ella hacía todas estas cosas por mi.—Sí signori, gracias al cielo es médica.Estaba aturdido al saber algo como esto, pero… estaba muy feliz, ¿por qué? claramente no lo confesaría en voz al
POV VALENTINO Había estado viendo el teléfono y pensando si Alessia lo había dicho porque se encontraba con alguien a su lado o porque le había nacido, aunque odiara la opción uno, sonaba más convincente. ¿En qué mundo ella se despediría con un “besos”?, era un estupido al pensar en esa opción, demasiado y me enfadaba, pero lo hacía porque quería que eso sucediera. Yo lo quería. Cada vez estaba peor y me temía que llegara un punto en que no podría arreglarlo. Me levanté de mi escritorio y salí de la oficina, ya era el único que quedaba. Mis secretarias habían estado trabajando arduamente, por lo que había permitido que todos los de mi piso, quienes se reducían a dos personas aparte de mi, salieran temprano. Era un buen jefe —pensé—. Les iba a subir el salario, lo duplicaria. Mi celular empezó a vibrar por la llegada de nuevos mensajes, no le di importancia, eso solo significaba que no es algo importante, vería de qué se trataba más tarde. En el camino al estacionamiento pensé
POV VALENTINO MARCHETTIEmpezaba a enojarme de tan solo pensar lo que podría suceder si este secreto salía a la luz, no confiaba en Lorenza y sabía que lo iba a difundir.Esto me costaria mi puesto en la mafia italiana, mi papá habia sido claro con su voluntad y el maldito de su abogado y mano derecha lo haria cumplir, no podría hacer nada e incluso podría recibir un puto castigo, otra vez por confiar en una mujer.¿Acaso no aprendía?No, nunca lo hacía y siempre salía traicionado, pero de Alessia… Eso era lo que más ira me daba, jamás pensé que rompería una promesa, pero lo había hecho, suponía que también era mi culpa por confiar en que ella mantendría su palabra. Sentí como Alessia se acercaba a mi y me volteé rápidamente hacia ella decidido con lo que diría. Era la única manera de mantener esto a flote y que no se terminara hundiendo. —Solo es cuestión de tiempo para que todos sepan nuestro secreto, la falsedad de nuestro matrimonio por tu culpa —señalé enojado, ella tragó duro y