Estar a punto de conocer la verdad detrás de un gran secreto, cambiar el destino de una vida y forzarlo a entrelazarse con otro; tratar de solucionar un problema que cada vez empeora en el transcurso del tiempo.
Esos eran los problemas que empezaban para la familia del señor Oscar, era una tormenta que se formaba en el cielo ¿qué harán ellos para solucionarlo?
Danna corrió rápidamente al trabajo de su padre, al llegar encontró el lugar vacío, no había clientela, sólo estaba él hablando con sus empleados:
—Como ustedes saben, yo estoy en una crisis económica y tendré que hacer recorte del personal, las ventas están malas, lo siento mucho, pero me he tenido que obligar a hacer esto —los empleados se miraron entre sí muy preocupados.
La joven había escuchado esas palabras y sintió que su corazón se estrujó, su padre la vio en la puerta de la oficina y se avergonzó en gran manera.
Ella decidió retirarse para que el señor Oscar siguiera con lo suyo, mientras esperaba sentada en un sillón pensaba en cómo ayudar en su casa, además, en esos días tenía que pagar la universidad y su padre no contaba con el dinero; se le salieron las lágrimas de la preocupación y el estrés.
Recostó su cabeza en la pared blanca y fría, cubrió su boca con su mano derecha, cerró los ojos por un momento “Dios, por favor ayúdame” pensó mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.
Después que el señor Oscar terminó la reunión llegó a donde ella se encontraba y trató de mostrar una sonrisa que solo empeoró las cosas:
—Bueno... Ya que sé que tienes cosas que hacer, por lo que te voy a explicar cómo será el trabajo — empezaba a hablar el señor Oscar mientras entrelaza sus manos, Danna se levantó del sillón— es muy fácil, sólo tienes que repartir los pedidos a las direcciones correspondientes que te voy a dar, pagarán muy bien, eso es lo importante —observó que su otra hija no estaba—, ¿dónde está tu hermana?
—Brenda está haciendo un trabajo de la universidad, me pidió que me disculpara contigo por no venir hoy —explicó de lo más normal, aunque era mentira.
—Bueno, ya que estamos retrasados, comencemos.
Entraron a la oficina donde encima del escritorio había una caja llena de pequeñas cajitas de color azul oscuro, al lado de esta, se encontraba una camiseta del mismo color, Dana la tomó y se la puso, la camiseta tenía el logo de la empresa de productos naturales en la parte delantera y en la parte de atrás. La joven le mostró una sonrisa a su padre:
—¿Cómo me veo? — preguntó haciendo una pose sensual, el señor Oscar soltó una carcajada.
—Te ves hermosa hija —contestó.
Danna buscó por el escritorio la gorra que venía con la camiseta:
—Está aquí —respondió su padre alzando una mano donde la estaba agarrando.
—Bueno, me voy porque se me hace tarde y no quiero molestar a los compradores —informó la muchacha mientras se ponía en la cabeza la gorra, después de este acto tomó una libreta pequeña que había en el escritorio y acto seguido, la caja llena de productos.
Salió del negocio y encontró una moto pequeña que tenía una canastilla en la parte de atrás donde metió la caja y su padre que estaba con ella sólo observaba como su hija mostraba una buena actitud a un trabajo tan vergonzoso, siendo de ese estrato social:
—Te veo en un rato padre — se despidió ya montada en la moto y después se fue.
El señor Oscar entró a su oficina, cerró la puerta con llave y dejó salir las lágrimas:
—Soy un mal padre —se sentó en su silla e hizo reposar sus codos en el escritorio, llevó sus manos a su rostro y lo cubrió con estas. Su llanto se escuchó por toda la oficina, el hombre se sentía sumergido en un gran mar de problemas que empezaban a ahogarlo lentamente.
Danna iba de puerta en puerta entregando los productos, así siguió toda la tarde, optimista con el hecho de poder ayudar a su familia, pero, mal al saber que ese dinero no alcanzaría para pagar la universidad.
Todo iba bien en su tarde, se sentía contenta con su trabajo, hasta que descubrió que un grupo de amigas (o sea las chicas traviesas de la universidad) le estaban tomando fotos. Danna estaba entregando un pedido a unas clientas en una esquina donde estaba una casa común, no era de alta alcurnia, razón por la cual sus amigas sospechaban que tenía un trabajo de mensajero.
—¡¿Como te parece?! ¡Debe ser que ya está en la pobreza, pronto será mesera la niña...! —dijo una chica rubia a sus otras amigas.
—Claro, como se deja llevar por lo que dice la sociedad, "todo trabajo es bendición" — se burló otra que estaba con ella, soltaron una pequeña carcajada.
—¿Y de qué trabajará su hermana?
—Debe ser cocinera de un restaurante corriente... — contestó otra. Volvieron a reírse.
Las piernas de Danna temblaban, su peor pesadilla estaba sucediendo en ese momento; hacía como si no las escuchara, por eso se montó en su moto y siguió adelante. Sabía lo que llegaría después en la universidad, de hecho, ya se imaginaba lo que estaban comentando en las redes sociales.
Llegó la noche y entregó el dinero del pago de los productos a su padre y después se fue a su casa, sólo quería dormir, estaba muy cansada.
Al llegar a su cuarto encontró a su hermana sentada en su cama y con las bolsas de la compra.
—¿Por qué llegas tan tarde? —preguntó Brenda algo enfadada.
—Estaba trabajando, esas bolsas, ¿te fuiste de compra? —preguntó Danna sentándose en el sillón del computador.
—Sí, pero no gasté dinero, tranquila —se escuchó con algo de sarcasmo la respuesta de Brenda— me las armé para conseguirlos para la fiesta de esta noche, así que no tienes pretexto para no ir— Brenda se levantó de la cama animada y empezó a sacar los vestidos.
Danna soltó un suspiro, después quedó sorprendida al verlos:
—¡Que hermosos! —saltó de la emoción y tomó el vestido negro en sus manos— deben ser carísimos ¿cómo hiciste para conseguirlos?
—Sabes que yo siempre consigo lo que quiero —respondió Brenda algo engreída— bueno, ahora vamos a bañarnos para ir a la fiesta.
Ellas se arreglaron y después Brenda empezó a maquillar a Danna, en ese momento Flor entró al cuarto:
—¿Van a ir a alguna fiesta? —preguntó sentándose en la cama quedando al lado de Danna.
—Sí, es el cumpleaños de una amiga nuestra —contestó Brenda mientras terminaba de darle los últimos retoques a Danna —te ves hermosa, podrías conquistar a cualquier hombre —alagó Brenda a Danna mientras se levantaba de la cama.
—Al único hombre al que quiero impresionar es a Fernando, pero, lastimosamente él no está invitado a esta fiesta —Danna se levantó de la cama— aunque le llamaré y le diré que me vaya a buscar, quiero hablar con él para decirle Brenda— la joven volteó para mirar a su hermana que no le estaba gustando lo que escuchaba.
—Danna me parece que vas muy deprisa —ella mostró una sonrisa llena de un poco de desagrado— me parece que tienes que esperar un poco más, porque, lo que va deprisa siempre termina mal, es un consejo de hermana hacia hermana.
—Pero, tú me habías dicho que le estaba dando muchas vueltas al asunto y no entiendo ¿por qué ese cambio tan de repente? —preguntó Danna.
—Hoy los vi saliendo de la universidad y me parece que como van.... —ella miró hacia otro lado y después a su hermana— van bien, pero, deben conocerse más a fondo porque, si se apresuran las cosas van a salir mal ¿no te parece?
—Tienes razón, pero ¡estoy muy emocionada! ¡Hoy salimos y todo fue tan hermoso! — Danna se notaba muy feliz— aunque es verdad lo que dices, además, pensándolo bien, no quiero verme como alguien insistente, mejor no lo llamo y hablo con él mañana en la universidad.
—Como quisiera salir a fiestas como esas —expresó Flor algo triste, Danna y Brenda voltearon para mirarla.
—Tranquila, te falta poco para terminar el colegio y podrás ir a fiestas, además mi cumpleaños se acerca y haré una fiesta donde estarás rodeada de universitarios —dijo Brenda mostrando una hermosa sonrisa— mientras... Puedes practicar con el maquillaje —mostró un rostro burlón. Todas soltaron pequeñas carcajadas.
Brenda y Danna llegaron a la fiesta, se escuchaba la música fuerte, había muchas personas y todos llevaban su rostro hacia Danna que se veía hermosa con su vestido, ella se sintió muy contenta en ese momento. Era joven y quería divertirse por lo que sólo estaría en el presente disfrutando de su noche perfecta.
Daniel estaba esperando junto a su hermana que era la misma joven con la que estaba hablando la vez que conoció a Danna, entre la multitud encontró a la muchacha que estaba con su porte engalanado y el hermoso vestido negro; sintió que su corazón empezó a palpitar fuerte, soltó una sonrisa nerviosa y su hermana volteó para mirar lo que él estaba viendo:
—¿Las conoces Daniel? —preguntó ella algo curiosa.
—Sí... Bueno, apenas he hablado una vez con ellas —él volvió en sí, dejó de sonreír y tornó su rostro más serio al ver que ellas llegaban a dónde él estaba.
—¡Diana...! —saludó Brenda dándole un beso en su mejilla, Danna igualó el acto— linda fiesta.
—Gracias, —Diana fijó su mirada en Danna —te vez hermosa.
—Gracias —dijo Danna, se percató de la presencia de Daniel— hola —lo saludó algo nerviosa.
—Hola—saludó él—, qué sorpresa verte de nuevo.
—Sí, qué casualidad —respondió ella.
Brenda al ver que ellos empezaron a hablar decidió distraer a Diana para poco a poco apartarla de ellos. Brenda le pidió a Diana que le mostrara su casa y así se apartaron de los jóvenes.
—¿Eres muy amigo de Diana? —preguntó Danna.
—Soy su hermano.
—¡Vaya, que sorpresa!
—¿Desde cuándo conoces a Diana? —preguntó Daniel.
—No hace mucho.
La conversación se extendió y Danna soltaba grandes carcajadas con la cómoda conversación de Daniel, Brenda a lo lejos los observaba, decidió salir de la fiesta e hizo una llamada:
—Hola Fernando, te estoy llamando porque quiero hablar contigo, sí, es un tema que te interesa mucho, es sobre mi hermana, te espero en el parque cerca a mi casa —ella soltó una sonrisa llena de maldad— bueno, allí te espero —bajó el celular de su oído. “Este plan me está saliendo más fácil de lo que había imaginado” pensó.
Poco a poco Danna estaba cayendo en una red donde no será fácil escapar...
Danna, quince años de edad:Danna era una joven feliz de la vida, tenía un mejor amigo llamado Fernando que era de su misma edad, ella lo amaba en secreto, pues, no quería que se dañara su amistad:“Fernando es increíble, nos conocemos desde siempre, nuestras familias son muy unidas y siento algo fuerte por él, aunque a veces me hace enojar, pero, así lo quiero, en un futuro deseo viajar con él y recorrer el mundo, es una promesa que hicimos” pensaba Danna mientras veía a su amigo lanzando pequeñas piedras al mar; tenían un hermoso atardecer frente a ellos.“Danna es la mejor amiga que he tenido, en un futuro quiero hacerla mi esposa y vivir en una gran casa con un hermoso jardín ya que a ella le gustan las flores, yo quiero hacerla feliz y recorrer el mundo con ella, tomar muchas fotos y cuando estemos viejos al verlas podamos reírnos de esos momentos” pensaba Fernando mientras lanzaba las piedras al mar.—Fernando ¿qué te dijo tu padre? —Preguntó Danna sentándose en la arena.—Nos v
Ahora Danna tenía veintiún años y Fernando estaba junto a ella, pero ya no eran niños de quince años, no. Ahora Danna podía ver cómo era la vida en realidad, con sus problemas, sus secretos y todo el dolor que ella puede causar.Poco a poco su felicidad se iba como las palabras que se llevan los vientos de verano, una lágrima que corre sin ser descubierta o simplemente un suspiro que nadie escucha.La noche se estaba pasando y Danna notó que era tarde, le pidió a Daniel que le diera la hora y él rápidamente sacó su celular del bolsillo y le informó que iba a ser medianoche, despavorida buscó rápidamente a su hermana por toda la fiesta mas no la encontró.—¿Dónde se pudo haber metido? —refunfuñó entre dientes.—¿Sucede algo? —preguntó Daniel que la había seguido. Ella volteó rápidamente y se encontró frente a él.—Mi hermana... No sé.... dónde está y mañana tengo que ir a clases —respondió mientras en su mente se preguntaba él porque le estaba dando explicaciones.—Puede que esté afuer
Era un nuevo día para la familia, todos se despertaron para seguir sus tareas diarias, en el desayuno nadie habló de nada, a Danna se le había pasado lo de la noche anterior, sólo quería hablar con Fernando ya que quería invitarlo a una cita donde le hablaría sobre esa promesa de hace años.Brenda estaba planeando su siguiente plan con el que haría que Danna se juntara más con Daniel, además iba a recibir muchas recompensas por ayudar a este hombre a conquistar a Danna, ahora con el camino despejado podía libremente entrelazar más casualidades entre los dos.El señor Oscar pensaba en la oferta de Daniel sobre vender lo único que tenía y que, aunque estaba en la quiebra total era la única posesión que le quedaba y no sabía si era buena idea.La señora Gloria no sabía cómo resolver su problema, ahora Brenda afirmaba que ella tenía un amante y si eso llegaba a oídos de todos, la familia se iba a venir abajo, estaba bajo presión y en toda la noche no pudo dormir, tenía que encontrar una s
Daniel estaba esperando en el restaurante donde Brenda lo había citado para que se viera con Danna, él estaba ansioso con el nuevo plan de Brenda ya que la noche anterior había sido perfecta para él.Tenía en su mano derecha una copa de vino que se llevó a la boca, recordó la sonrisa de Danna y esos labios que se estaban volviendo su obsesión. La noche anterior había soñado con ella, con sus ojos, sus manos acariciando su rostro, la risa de Danna que penetraba sus oídos.Daniel tenía miedo que esta mujer se volviera su obsesión, pero, ahora estaba encaprichado con ella y no la iba a dejar ir así de fácil; además, Brenda le pidió un préstamo esa mañana y sabía que si quería a Danna tenía que conquistar a quien sería su futura cuñada.Danna estaba buscando con la mirada a su hermana, pero, para su sorpresa a quien encontró fue a Daniel, sintió una gran incomodidad, este hombre estaba apareciendo en su vida últimamente, no creía eso de la casualidad; por lo que decidió marcharse, bajó la
Danna se despertó muy temprano y sus ojos estaban hinchados a raíz de todo lo que había llorado, caminó lentamente hacia el baño, pero Flor lo tenía ocupado. Danna dio dos golpes a la puerta:—¡Rápido Flor se me hace tarde! —dijo con voz perezosa.—¡Ya salgo! —gritó Flor.Danna vio a su hermana salir de su cuarto ya arreglada, bajó la mirada para que Brenda no se diera cuenta de sus ojos hinchados. Flor salió del baño, tenía su cuerpo cubierto con la toalla:—Ya puedes utilizar el baño —informó Flor.La joven rápidamente entró al baño y cerró la puerta, se miró en el espejo y dejó salir una lágrima, después la limpió con su mano derecha, Brenda no le dio mucha cabida al asunto y decidió bajar al comedor para servir su desayuno.Después de bañarse entró a su cuarto, se estaba vistiendo cuando recordó a Fernando y su extraño comportamiento:—¿Será que Brenda tiene algo que ver? — se preguntó a sí misma mientras se terminaba de poner el pantalón jeans.Bajó rápidamente al comedor donde e
Danna estaba asustada, sentía que su pulso se aceleraba cada vez más.—Yo no te conozco Daniel, ¿cómo voy a casarme contigo?—El tiempo te mostrará quién soy y te prometo que nunca te vas arrepentir de haber tomado esta decisión —dijo Daniel.—Es una idea muy loca, ¿por qué quieres ayudar a mi familia?—Tu padre es un gran amigo —respondió Daniel.—Daniel... ¿podrías dejar que lo piense por algunos días?—Necesito una respuesta Danna, esta propuesta estará en pie hasta el día miércoles, recuerda que tu familia está en problemas y tú puedes ayudarlos.—Lo sé, el miércoles te daré una respuesta —finalizó Danna, después entró al negocio de su padre.La propuesta le daba vueltas en la mente; encontró a su padre en la oficina, él se veía muy pensativo:—Hija siéntate por favor —pidió el señor Oscar.—¿Qué sucede padre? —preguntó Danna mientras se sentaba enfrente de él.—Así que, Daniel era el hombre del que hablaba Brenda —dijo Oscar— él es un buen hombre, de hecho, sería una bendición ve
Fernando había escuchado el mensaje que Danna le había dejado en su celular, pero no le prestó atención, no quería que por su culpa Danna destruyera toda su relación, sólo dejó de intentar algo que nunca se iba a dar.Muy poco iba a la universidad y estaba pensado en irse del país. “Tal vez nunca tuve que volver” pensaba.Pero ese día decidió ir y a lo lejos vio a Sara y Danna hablando, podía ver el rostro triste de su amiga, sabía que algo le estaba sucediendo, las ganas de acercarse y hablar con ella lo estaban matando, pero después se acordaba de Brenda y sus palabras.Decidió alejarse de ella y seguir con lo suyo. Brenda estaba más que feliz, esa tarde se encontraría con Daniel e iban a hablar de cómo iban a solucionar los problemas de la familia, la señora Gloria estaba totalmente de acuerdo y eso era muy bueno.Ella llegó al restaurante donde Daniel estaba sentado y al poco tiempo llegó la señora Gloria, ellos se miraron y sus miradas eran bastante serias:—¿Quieres tomar a mi h
Danna salió del negocio de su padre llorando a lágrimas vivas, su decisión ya estaba tomada, llegó a su cuarto y cayó en la cama, temblaba de la desesperación, daba vueltas y ahogaba sus gritos en la almohada.Corrió al baño y se desnudó, entró en la ducha y abrió la regadera, se agachó junto a la pared y el chorro de agua caía en su cabeza:—¿Por qué yo? —se preguntó una y otra vez, abrazó sus piernas con sus manos y se mecía, al poco tiempo dejó de llorar.—¿Danna eres tú? —preguntó Flor.—Sí... Me estoy bañando —contestó Danna incorporándose y cerrando la regadera.—¡Tengo ganas de ir al baño, apúrate! —prácticamente gritó Flor desesperada.Danna tomó una toalla y se cubrió con ella, así mismo tomó su ropa sucia y salió del baño, Flor entró y cerró la puerta con un solo empujón.Danna entró a su cuarto y se miró en el tocador, se sentía absurda por haber pensado que alguna vez pudo haber tenido la oportunidad de una boda de ensueño, ahora su anhelo de la boda perfecta estaba enfren