Danna salió del negocio de su padre llorando a lágrimas vivas, su decisión ya estaba tomada, llegó a su cuarto y cayó en la cama, temblaba de la desesperación, daba vueltas y ahogaba sus gritos en la almohada.Corrió al baño y se desnudó, entró en la ducha y abrió la regadera, se agachó junto a la pared y el chorro de agua caía en su cabeza:—¿Por qué yo? —se preguntó una y otra vez, abrazó sus piernas con sus manos y se mecía, al poco tiempo dejó de llorar.—¿Danna eres tú? —preguntó Flor.—Sí... Me estoy bañando —contestó Danna incorporándose y cerrando la regadera.—¡Tengo ganas de ir al baño, apúrate! —prácticamente gritó Flor desesperada.Danna tomó una toalla y se cubrió con ella, así mismo tomó su ropa sucia y salió del baño, Flor entró y cerró la puerta con un solo empujón.Danna entró a su cuarto y se miró en el tocador, se sentía absurda por haber pensado que alguna vez pudo haber tenido la oportunidad de una boda de ensueño, ahora su anhelo de la boda perfecta estaba enfren
Cada sonrisa tiene una historia y cada lágrima un recuerdo; Fernando pensaba en aquello sentado mientras veía al profesor hablar, su cuerpo estaba en aquel lugar, pero su mente recordaba los innumerables recuerdos, las sensaciones, los olores y el ambiente de todos los años vividos junto a la persona que era dueña que su roto corazón, aunque ahora ya la había perdido.Pensaba que ya no tenía nada que hacer en ese lugar, el sólo pensar que se iba a encontrar con ella y no poder soportar su mirada, era una tortura que no podía resistir.Al salir de la clase caminaba por los pasillos como si ya nada le importara, él sólo pensar en aquel momento, en aquel instante en que pudo arreglar su presente y no fue lo suficientemente hombre y la dejó ir... le destrozaba el alma.Se detuvo de un tope, quedó pasmado al verla, caminaba junto a su hermana y otras mujeres que él ya conocía, para Fernando fue un momento que pasó lento. Aquella mujer con la que se había imaginado todo su futuro, los plane
Danna hizo pasar a Daniel, el señor Oscar al escuchar que el joven estaba en casa fue a saludarlo:—¡Hijo!, Que gusto me da que estés en casa —lo abrazó fuertemente— ¿cómo has estado?—Muy bien señor Oscar —contestó Daniel, se sentaron y la señora Gloria trajo unos jugos.Los hombres de la casa empezaron a hablar, la señora Gloria no dejaba de sonreír, Danna trataba de poner su mejor cara, pero por dentro quería lanzar toda esa farsa a la basura. ¿Casarse con alguien a quien no ama? ¿Cuándo ella pensó en casarse por interés?—Nosotros nos vamos, se nos va hacer tarde —dijo Daniel mientras se levantaba del mueble.—Bueno hijo, cuida de mi niña —el señor Oscar se levantó del mueble, estrechó la mano derecha de Daniel.—Ven más ha seguido —sugirió la señora Gloria.—Claro —respondió Daniel, le besó la mejilla.Salieron de la casa:—¿A dónde vamos a ir? —preguntó Danna mientras iban en el carro.—No seas curiosa ya vamos a llegar —contestó Daniel con mucha calma.Llegaron a una feria en l
—Vaya, que sorpresa —dijo Fernando, volvió su mirada a Daniel —, ya nos conocemos.—¡¿Enserio?! —inquirió Daniel algo impresionado.—Sí, somos amigos desde hace tiempo —contestó Danna.—¡Qué coincidencia! —soltó Daniel acentuando con su cabeza.Se sentaron alrededor de la mesa y Danna trataba de no levantar sospechas, Daniel inocente hablaba con los dos y recordaba viejos tiempos, había mucho roce por parte de las miradas de Danna y Fernando.—Daniel, se hace tarde —informó Danna.—¿Qué? —preguntó Daniel rodando la mirada hacia ella—, Danna… —dejó salir un suspiro— bueno, si es así… —miró a Fernando—. ¿Cuándo podemos hablar?—Estoy disponible todos los días, voy a la misma universidad donde estudia Danna —respondió Fernando.—¡Ah… ya veo! —Daniel se levantó de su puesto—, entonces ya sé dónde encontrarte.Danna al ver que Daniel se había levantado aprovechó la oportunidad para hacerlo salir del lugar.Tomó su brazo a la salida del salón de eventos y lo llevaba casi a empujones.—¿Qué
Era Daniel quien estaba enfrente de ella:—¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás repartiendo los pedidos? —preguntó bastante furioso.—Bueno, yo necesito el dinero —fue lo único que pudo responder.—¿Si necesitas el dinero por qué no me dices? Yo te lo puedo dar —explicó Daniel.—No Daniel, yo quiero ganarme el dinero por mis propios medios, no voy a dejar que me sigas manteniendo, además, no te tengo suficiente confianza como para llamarte y decirte que debo comprar libros para los trabajos de la universidad —explicó Danna— todavía no nos hemos casado —ella contenía el aire en sus pulmones por el miedo.—Así que no me tienes confianza —Daniel respiró hondo, pero no soltó el bocado de aire que había tragado—, ¿crees que esta relación va a servir? Tomas decisiones sin importar lo que pienso, Danna, yo estoy tratando de dar mi mejor esfuerzo ¿por qué no puedes hacer lo mismo? —Daniel vio que la vecina de enfrente empezó a mirar por el balcón, tomó a Danna de una mano y la arrastró dentro
—Bien —dijo Danna, se separó de Fernando—, así que si tú eliges separarte de mi lado… Yo lo voy a aceptar; —sus ojos estaban llorosos— tengo que ir a clases.—Gracias Danna —dijo Fernando.Brenda al ver que ellos se separaron se detuvo y dejó que Fernando se fuera, después de un corto tiempo se acercó a Danna:—¿Qué hacías hablando con él? —le preguntó con mucha fuerza.—Somos amigos ¿no puedo hablar con él? —preguntó Danna algo furiosa.—¿Me ves cara de tonta? ¿Qué hablaron?—¿Por qué tengo que contarte mis cosas?—¿Qué te pasa? Estás muy grosera.—No lo estoy, sólo que no voy a dejar que manejes mi vida Brenda, lo siento, yo hago con mi vida lo que se me venga en gana y tú no eres quién para meterte en ella.Danna se apartó y Brenda quedó sin palabras, a su hermana le pasaba algo y quería saber que era; pero Danna le había formado una barrera que ella no podía pasar.En la noche Danna no quería volver a su casa así que se sentó en una parada de autobús a pensar cualquier cosa, sus l
—¿Estás enamorada de él? —Preguntó Daniel algo confundido— yo no sabía que te gustara alguien —la mirada de Daniel se tornó triste.—Perdóname Daniel, pero es así, lo conozco de toda la vida y él y yo nos amamos.—Entonces si las cosas son de esta manera ¿qué decisión vas a tomar? —preguntó Daniel.—¿Una decisión? —Danna no estaba entendiendo el rumbo que tomaba la conversación y temía por su desenlace— ¿qué quieres decir?—Sufres porque estás enamorada de él y no puedes estar a su lado, así esto nunca va a funcionar; ¿cuál es tu decisión? ¿Quieres estar conmigo o con él? —preguntó Daniel. Hubo un momento de silencio aterrador.El señor Oscar estaba en su estudio haciendo unas cuentas cuando su celular sonó:—¿Diga? —Preguntó— Michael... Sí, dime, ¿qué sucede? ¿Todo está bien con el restaurante?Michael era su empleado fiel, había trabajado con el señor Oscar desde hace mucho tiempo y le tenía mucha confianza, por lo tanto, el señor Oscar le dejaba encargado a Michael algunos trabajo
Tantas cosas que las personas aprendemos con el pasar del tiempo, los pequeños momentos, los grandes instantes en los que nos sentimos vivos así sea con cada gota que sale de nuestros ojos, cada persona que conocemos en nuestra vida, ¿sabemos que tenemos que alejarnos de ellas alguna vez en este camino? No.Fernando había aprendido que no hay que apegarse a las personas que nos chocamos en nuestro camino de la vida, esa noche aprendió las consecuencias de aferrarse a lo que no es seguro, le dijo adiós a un amor que nunca había funcionado y que jamás lo hará, porque ese alguien ya había encontrado a una mejor persona que él, ese grito que dio en la playa era el significado de los resultados de un corazón roto, tenía que comenzar de nuevo y no sabía cómo hacerlo.—Fernando, Fernando —escuchaba una voz. Se vio en un gran desierto y el fuerte viento alzaba la arena que hacía que su vista se volviera borrosa—Fernando — volvió a escuchar. Giró en su puesto, pudo ver a una niña de seis añ