Era Daniel quien estaba enfrente de ella:—¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás repartiendo los pedidos? —preguntó bastante furioso.—Bueno, yo necesito el dinero —fue lo único que pudo responder.—¿Si necesitas el dinero por qué no me dices? Yo te lo puedo dar —explicó Daniel.—No Daniel, yo quiero ganarme el dinero por mis propios medios, no voy a dejar que me sigas manteniendo, además, no te tengo suficiente confianza como para llamarte y decirte que debo comprar libros para los trabajos de la universidad —explicó Danna— todavía no nos hemos casado —ella contenía el aire en sus pulmones por el miedo.—Así que no me tienes confianza —Daniel respiró hondo, pero no soltó el bocado de aire que había tragado—, ¿crees que esta relación va a servir? Tomas decisiones sin importar lo que pienso, Danna, yo estoy tratando de dar mi mejor esfuerzo ¿por qué no puedes hacer lo mismo? —Daniel vio que la vecina de enfrente empezó a mirar por el balcón, tomó a Danna de una mano y la arrastró dentro
—Bien —dijo Danna, se separó de Fernando—, así que si tú eliges separarte de mi lado… Yo lo voy a aceptar; —sus ojos estaban llorosos— tengo que ir a clases.—Gracias Danna —dijo Fernando.Brenda al ver que ellos se separaron se detuvo y dejó que Fernando se fuera, después de un corto tiempo se acercó a Danna:—¿Qué hacías hablando con él? —le preguntó con mucha fuerza.—Somos amigos ¿no puedo hablar con él? —preguntó Danna algo furiosa.—¿Me ves cara de tonta? ¿Qué hablaron?—¿Por qué tengo que contarte mis cosas?—¿Qué te pasa? Estás muy grosera.—No lo estoy, sólo que no voy a dejar que manejes mi vida Brenda, lo siento, yo hago con mi vida lo que se me venga en gana y tú no eres quién para meterte en ella.Danna se apartó y Brenda quedó sin palabras, a su hermana le pasaba algo y quería saber que era; pero Danna le había formado una barrera que ella no podía pasar.En la noche Danna no quería volver a su casa así que se sentó en una parada de autobús a pensar cualquier cosa, sus l
—¿Estás enamorada de él? —Preguntó Daniel algo confundido— yo no sabía que te gustara alguien —la mirada de Daniel se tornó triste.—Perdóname Daniel, pero es así, lo conozco de toda la vida y él y yo nos amamos.—Entonces si las cosas son de esta manera ¿qué decisión vas a tomar? —preguntó Daniel.—¿Una decisión? —Danna no estaba entendiendo el rumbo que tomaba la conversación y temía por su desenlace— ¿qué quieres decir?—Sufres porque estás enamorada de él y no puedes estar a su lado, así esto nunca va a funcionar; ¿cuál es tu decisión? ¿Quieres estar conmigo o con él? —preguntó Daniel. Hubo un momento de silencio aterrador.El señor Oscar estaba en su estudio haciendo unas cuentas cuando su celular sonó:—¿Diga? —Preguntó— Michael... Sí, dime, ¿qué sucede? ¿Todo está bien con el restaurante?Michael era su empleado fiel, había trabajado con el señor Oscar desde hace mucho tiempo y le tenía mucha confianza, por lo tanto, el señor Oscar le dejaba encargado a Michael algunos trabajo
Tantas cosas que las personas aprendemos con el pasar del tiempo, los pequeños momentos, los grandes instantes en los que nos sentimos vivos así sea con cada gota que sale de nuestros ojos, cada persona que conocemos en nuestra vida, ¿sabemos que tenemos que alejarnos de ellas alguna vez en este camino? No.Fernando había aprendido que no hay que apegarse a las personas que nos chocamos en nuestro camino de la vida, esa noche aprendió las consecuencias de aferrarse a lo que no es seguro, le dijo adiós a un amor que nunca había funcionado y que jamás lo hará, porque ese alguien ya había encontrado a una mejor persona que él, ese grito que dio en la playa era el significado de los resultados de un corazón roto, tenía que comenzar de nuevo y no sabía cómo hacerlo.—Fernando, Fernando —escuchaba una voz. Se vio en un gran desierto y el fuerte viento alzaba la arena que hacía que su vista se volviera borrosa—Fernando — volvió a escuchar. Giró en su puesto, pudo ver a una niña de seis añ
—No sé— respondió Flor.—Hablaré con Brenda más tarde —informó Danna.Daniel estaba en su oficina pensando en aquel beso que había tenido con Danna, esa mañana había amanecido muy feliz; sentía que era el mejor de sus amaneceres.Su secretaria le estaba hablando:—Señor— dijo, Daniel estaba con una sonrisa y ella miró a todos lados — ¿qué sucede?—No es nada Camila, puedes irte.—Sí señor.Daniel vio cómo la bella joven salía de su oficina.—Tengo que controlarme —dijo para sí con una hermosa sonrisa—, parezco niño de quince años —soltó una carcajada.Fernando estaba en la universidad y caminaba por un largo pasillo, su mañana era la peor de todas, un joven le golpeó el hombro, rápidamente se disculpó, pero Fernando no dijo nada y siguió con su camino, el otro muchacho lo miró extrañado:—Oye amigo ¿estás bien? —le preguntó.—No es nada —respondió Fernando, el joven se iba a ir cuando él lo detuvo— ¿sabes por qué la vida aparta a las personas que más amas? —El joven hizo un gesto de c
¿Podrías seguir amando a alguien cuando sabes que está feliz con otra persona? Esa era la pregunta que se hacía Fernando una y otra vez, a lo lejos veía a Danna sentada en una banca mientras hablaba por celular, sentía que su corazón no era suyo, le pertenecía a ella y ahora no sabía cómo decirle que debía devolverlo.—Hola Daniel —dijo Danna.—¿Cómo estás? —preguntó Daniel.—Bien —Danna hizo un silencio que cortó sus pensamientos.—¿Estás libre hoy? —preguntó Daniel al otro lado de la línea.—Sí.—Hay una película en cartelera que me gustaría ver.—¿Hoy? —inquirió Danna mientras se ruborizaba.—¿Sí? —Daniel sentía que Danna estaba algo extraña.<
La señora Gloria estaba en un callejón sin salida, la habían descubierto y no tenía escapatoria:—¿Es eso verdad madre? —preguntó Danna entre sollozos.—Claro que no es verdad, está mintiendo —respondió Gloria.—¡Si es verdad! ¡Yo tengo pruebas! —gritó Flor mientras sacaba su celular del bolsillo de la falda del uniforme.—¡Basta! —Gritó la señora Gloria— ¡sí, es verdad!—¡Eres una desgraciada! ¡¿Cómo pudiste?! —soltó el señor Oscar mientras dejaba salir un gran llanto.—¡Sé que fui una tonta al hacerlo!, ¡Pero es que estaba cansada de esta vida, donde nadie se preocupa por mí! —la señora Gloria empezó a llorar.—¡Mujer! ¡Destruiste esta familia! &md
Danna salió del cuarto pensando en el deseo de su padre; quería cumplirlo, el problema era su miedo al matrimonio ¿sería ella capaz de casarse? Tenía un acuerdo, aunque nunca se había visto en un altar frente a Daniel.—Tengo que hablar contigo —le informó Danna a Daniel.Estaban a las afueras del hospital, ella sentía un gran nudo en su garganta, las palabras no querían salir:—Lo que sucede es que... —Bajó la mirada por unos segundos— mi padre, él está muy enfermo Daniel y tiene miedo de morir sin ver mi boda, por eso me ha pedido que me case rápido.—Danna no podemos apresurar las cosas —se negó el joven.—Daniel, mi padre está muy enfermo y su única petición es que nos casemos pronto.—El problema está en que él es quien desea que te cases, no tú