La vida muchas veces no nos da lo que queremos y nos estrella con su fuerte realidad, nos apuñala mientras nos arrebata lo que más queremos.
Danna estaba durmiendo cuando escuchó el sonido de su celular, y perezosamente lo tomó de su mesa de noche.
—¿Papá? ¿Qué sucede? —preguntó ella asustada al escuchar que su padre lloraba.
—Hija, tienes que buscar a Flor, discutió con tu madre y se fue de la casa. Por favor ayúdame a buscarla —le informó.
—¡¿Qué?! —Danna sintió que un mal presentimiento consumió su pecho— ¡Claro que sí! —gritó Danna saltando de la cama.
Daniel se levantó de un golpe al escuchar los gritos de Danna, Andrés también lo hizo cuando escuchó los gritos de la joven en el cuarto vecino y entró a la habitación pri
Pasó un mes desde ese fatídico día.Flor miraba un video que una de sus antiguas amigas había montado en una página del colegio, la joven dejó salir una lágrima, se burlaban de ella; el video lo habían titulado (estúpida Flor). Cerró su portátil y se acostó en su cama.—Tengo que decir que estoy sorprendido —dijo el doctor a Brenda y a Camilo— el tratamiento te ha sentido muy bien, pero, tienes que cuidarte mucho.—¿Usted cree que tenga una probabilidad de vivir? —preguntó Brenda.El doctor dejó salir un suspiro y quedó observando detenidamente a Brenda.—Sabes que tu cáncer es terminal, Brenda —le aclaró.—Lo sé, pero yo me he sentido muy bien en estos días —explicó la joven.—Sí, pero, no será por siem
Daniel reparó cada facción del rostro de Danna con detención, no podía creer lo que estaba escuchando. Mientras él luchaba con su orgullo para poder arreglar las cosas, su esposa lo único que pensaba era en alejarse de él, fácil, la solución más rápida a todos los males.—Danna... —dijo Daniel— oye, tú me estás pidiendo que...Un sentimiento desagradable invadió el pecho de Daniel de golpe. Tuvo que parpadear dos veces para intentar entrar en sus cabales ya que, ver a Danna en aquella postura hizo que empezara a enojarse.—Si Daniel, es mejor que nos separemos, —expresó Danna— esto nunca tuvo que pasar.—No Danna, los siento, —replicó Daniel con tono seco— pero yo no te voy a dar el divorcio.Danna lo había imaginado, él no sería capaz de separarse de su lado. Pens
—Y sí, el final de la serie es muy doloroso —dijo Andrés con un rostro triste— pero el que no quede con el protagonista no quiere decir que la serie no sea buena.Era de mañana y estaban desayunando para ir al colegio.—Bueno, siempre quise que ella quedara con él, así que yo si estoy contenta —dijo Flor desplegando una leve sonrisa.—El problema es que nunca se dan un beso, eso es algo muy raro y frustrante.—¡¿Qué?! —Flor estaba boquiabierta— ahora ya no quiero ver esa serie, no es posible.—Así que por fin eres tú nuevamente —dijo Danna sentándose en la mesa con el pijama puesto.Danna estaba tomando una taza de café, ellos quedaron espantados por el rostro de la joven, se veía muy mal.—Ah... Sí —Flor tragó en seco e inclinó la mirada a su desay
Daniel sentía que cada día que pasaba era una tortura ¿debería darle el divorcio? Sabía que eso acabaría los problemas de raíz, era lo que ella deseaba, pero el hacerlo sería como demostrar que cualquiera podría burlarse de él y eso lo mareaba de coraje. Danna había hecho un trato en el cual daba su palabra de amarlo y respetarlo hasta el fin de sus días, a cambio de esto, él debería brindarle todos los lujos que ella deseara y lo estaba haciendo, todo lo contrario a Danna, que lo único que sabía hacer era quejarse y despreciarlo a cada momento que encontraba. Si ella sabía que no soportaría los problemas que conlleva un matrimonio, ¿por qué eligió casarse?Danna estaba en la universidad y veía como su amiga hablaba y le contaba sobre el trabajo que estaban haciendo, pero ella no era capaz de concentrarse.
—Daniel yo... —decía Danna mientras se acariciaba su brazo maltratado.—Mejor sube al auto. Puedes estar feliz, me arruinaste la noche —Daniel abrió sus ojos mientras las facciones de su rostro estaban contraídas al intentar controlar su enojo.El conductor se disponía a abrir la puerta del auto, mientras, ellos se miraban fijamente. El ambiente se sentía tenso y Daniel en un impulso de furia gritó:—¡Que entres, te dije!Danna dio un respingo y parpadeó dos veces para después obedecer las órdenes de su esposo. El chofer tragó en seco y después que sus patrones se acomodaron en sus puestos, entró al auto y encendió el motor.—¿Cuál es el destino al que debo llevarlos? —preguntó temeroso el conductor.—¿A dónde más crees que iré con ella? —cuesti
Los ojos de Danna se cristalizaron e inclinó la mirada. Daniel dejó salir un jadeo y apartó la mirada de ella. —Muchas veces pienso que en realidad podemos a llegar a ser un matrimonio alegre y tener hijos. Después recuerdo que tú me estás pidiendo el divorcio y ese pensamiento se esfuma —dijo Daniel—, si tan solo supiera en qué me estoy equivocando.—No te estás equivocando en nada Daniel, —explicó Danna— el problema soy yo, no soy la mujer para ti; deberías darte cuenta que estás perdiendo tiempo conmigo y que la mujer de tu vida está allá afuera esperando a conocerte.—Para mí… la mujer de mi vida eres tú, Danna. Eres mi esposa.—Estás en un grave error Daniel —Danna se acomodó en la cama. — El ser tu esposa no quiere decir que soy la mujer que te hará fel
—¿Vas a quedarte a atender el restaurante de mi padre para así ayudarlo a pagar las deudas que costó remodelar todo ese lugar? Recuerda que Daniel es quien se está encargando de la administración, es el dueño de todo lo que tiene nuestra familia y si él lo desea, puede dejarnos en la calle ahora mismo —dijo Brenda con voz muy seria, después intentó calmarse—. Danna… Tal vez creas que es muy cruel lo que estoy diciendo, pero lo hago por tu bien, sé que te arrepentirás de esto más adelante al darte cuenta los grandes problemas que no sabrás solucionar. Aún te falta ser más madura, darte cuenta de la magnitud que tienen los problemas.—¿Y dónde queda mi felicidad en todo esto? —indagó Danna— estoy cansada de estar en esta maldita monotonía —las lágrimas comenzaron a emerger de sus ojos—.
Daniel estaba viendo la hora en el reloj de mano que traía en su muñeca derecha.—¿No ha llegado? —preguntó Flor.—No —respondió Daniel sentándose en un mueble.—Nosotros ya vamos a dormir —informó Flor.—Bueno —aceptó Daniel mientras plantaba sus manos sobre la cintura.Flor salió de la sala rumbo a las escaleras que comunicaban el segundo piso.Daniel mordió su labio inferior y estuvo una hora más lleno de incertidumbre al no saber dónde se encontraba Danna. Después escuchó que la puerta se estaba abriendo, caminó rápidamente hasta ella y vio cómo Danna entraba tambaleándose a los lados con ayuda de Sara.—No controló los tragos —dijo Sara con una sonrisa de miedo.—Gracias por traerla, Sara —Daniel tomó a Danna y des