Disparo sin piedad, su mano toca mi hombro en forma de orgullo.
_ Una vez más- su vos es suave pero demandante.
Sin dudarlo disparo otras ves.
_ Muy bien Ángel- su sonrisa se ensancha- no habrá nadie quien te pueda detener.
Asiento, de acuerdo.
Sus ojos oscuros, piel blanca y pelo igual de oscuros, la hacían luir una mujer exótica, sus curvas bien marcadas, que esconde detrás de unos pantalones de chándal. Ella me había ayudado a darme cuenta que él, era un perjuro, de la peor categoría. No había vuelto a ver a Mathew aunque seguía en contacto con él, no había reunido las fuerzas suficientes para decirle a mi madre que su adorada hija se había convertido en una asesina, y que iba en busca de una cabeza, el cual colgaría como el mejor trofeo. El, las pagaría.
Estaba cansada de ser un maldito juego ¡ya nomás! Le d
Hera cada vez más difícil respirar, no podía controlarlo.- “Muerte y sangre”- “Verdad y justicia”Las voces de mi cabeza cada vez decían más incoherencias. Debian ser alrededor de las tres de la mañana, no podría decir con seguridad, lo único que sabía era que había tormenta, y yo lo escuchaba todo con claridad, de una manera incomprensible, extraña, como si cada gota de lluvia al tocar el techo, impactaran con tal fuerza, que hacían un estruendo, como piedras que caían de una gran altura. El ruido era insoportable.Me agarré la cabeza, tratando de absorber el dolor; saliendo de entre las sabanas, trataba de controlar mi respiración agitada.<
Presente.“muerte”“Muerte”“Matar”Otra vez las voces en mi cabeza, no entendía el porqué no cesaban, no entendía de dónde venían, cada vez estaban más y más presentes. No podía ignorarlas por más tiempo, era imposible hacerlo, simplemente aumentaban su todo de voz haciendo que mi cabeza palpitara.La miré de reojo. Ella sería mi boleto de salida, mi llave maestra; sus ojos azules eran tan intensos como el agua, nunca había visto ojos tan hermosos como los de ella en mi corta vida; niego con la cabeza sin entenderme. No debería pensar así, no debía ser condescendient
Ya todo estaba listo, ella pensaba que se iría conmigo, pero no, por ella llegarían hoy. Le esperaba un mejor futuro, un futuro el cual deseaba para ella, algo mejor, una vida mejor, conmigo no tendría nada de eso. Y aunque me doliera el pecho, era verdad. Ella solo era mi boleto de salida, así debía pensar. Habían pasado veinticuatro horas, y aún no sabía cómo decirle que no se iría conmigo, no encontraba las palabras correctas, y en realidad no había.Me levanto de mi cama, y diviso la cama que está a mi lado, donde está profundamente dormida. Su respiración es calmada, tranquila. No me gustaba para nada la idea de despertarla, pero necesitaba su ayuda, debía irme del orfanato-“Estás listo”- asegura Damon.
Estaba de vuelta, estaba aquí otra vez, reconocía las calles a la perfección, mi cuerpo temblaba y trataba de controlarlo. La emoción me inundaba, estaba de vuelta, aunque era un niño cuando todo había ocurrido, podía reconocer todo lo que me rodeaba, el lugar no había cambiado mucho. Los niños correteaban despreocupados, y aunque el orfanato estaba bastante retirado del pueblo, había terminado ahí después de que mis padres hicieran lo que hicieron, “Estás emocionado, idiota”- Hansel se queja por mi arrebato de emoción. No le preste atención, no permitiría que su amargura cambiara mi buen ánimo. “¿No quieres volver a verla?”- Damián Y mi humor poco a poco, más me voy acercando, cada vez la inseguridad se apodera de mí. Y aquello solo lo lograba ella, solo tenía
_ ¿Qué aras? Ella sigue sin reconocerte- dice Arlen, un chico de mí misma naturaleza, sacándome de mis pensamientos.Eso lo sabía a la perfección, y no ayudaba de mucho sus comentarios. Suspire.Arlen no solo era un gran amigo, sino que también era familia, era el que siempre me hacía aterrizar al mundo real, y no de una forma agradable._ Ya lo sé – me revolví el cabello en demostración de mi frustración- quisiera decirle todo de una maldita vez… Pero eso es imposible- traté de dejarme llevar por la vista de la gran ciudad a mis pies._ ¡Olvídala!- dijo con simpleza.“Él no entiende”- Hansel.Por primera vez estaba de acuerdo con él._ No…- dije secamente._ Hermano- se acercó hacia mí- no entiendo tu obsesión por esa chica- sus ojos verdes tratan de convence
Ángel:Ya la noche había caído, eran alrededor de las siete de la noche. Había llegado caminando, el frío me congelaba los huesos, y aunque llevaba abrigo no me servía de nada. Sierro la puerta detrás de mí, suspiro. Estoy en casa, mi acogedor apartamento, me daba la bienvenida con un soplo de calor hogareño, aunque vivía sala en un lugar tan amplio.Mi celular, vibraba en mi bolsillo, y con cansancio contesto la llamada, sin importante de quien se tratará._ Cariño, buenas noches…Reconocí al instante la voz, mis ojos se iluminaron, hacía mucho que no teníamos una charla, ella trabajaba de noche, y yo de día, horarios distintos, miles de kilómetros._ Buenas noches, mamaHabía extrañado a mi madre, era una gran amiga y confidente. Aunque nos separaba muchas cosas, siempre tratábamos
Caminaba de regreso a casa. Hacia un frío de los mil demonios, y el abrigo que llevaba puesto no servía para nada, bujo pesadamente, de mis labios sale humo por el frío. No entendía por qué las noches se estaban volviendo tan frías.Me faltaban tan solo unas cuantas cuadras más, las calles andaban desiertas.Sentía una mirada encima de mí, mire precavidamente a mi alrededor y no había nadie, avancé más rápido. Unos pasos me seguían, voltee bruscamente, y no había nadie. El miedo empezaba a cubrir mi cuerpo, acelere mis pasos hasta el punto de empezar a correr, pero con mi mala suerte, tropiezo y caigo al suelo._ Mierda y más mierda.Mi cuerpo se encuentra con el frío pavimento, y cierro los ojos asustados, al escuchar que aquellos pasos se acercaban desesperadamente._ ¡Ángel estás bien!- una voz preocupada izo
Aquella expresión en su rostro, me partió el corazón, por ella aquel órgano, palpitaba, y no entendía él porque. Mi Ángel, estaba dolida. No sabía cómo explicarle, como decirle que conmigo corría peligro, no por quienes me rodeaban sino, por quien era.Una infamia, un monstruo, una decepción, alguien que no la merece. Pero nadie la merece más que yo. Ella, era todo lo que tenía, era un libro abierto que me encantaba leer, era el amanecer que esperaba todas las mañanas por ver, era las estrellas que iluminaba mi noche, ella era todo. Mi Ángel.Con brusquedad tiré mi escritorio a un lado, dejando que todo lo que estaba en él, callera al suelo; la pequeña biblioteca que tenía al lado derecho que la habitación, la destruí. Todo lo que tenía a mi alrededor lo volví añicos, me deje llevar por el dolor, la preo