En menos de dos segundos tengo los brazos de Luke apretandome con fuerza sobre su pecho, la risa sale de mis labios y mis brazos corresponden de inmediato el abrazo. He extrañado a pelos en punta. Me separo de su cuerpo y le regalo la más amplia de mis sonrisas esperando ver la suya estampada en su rostro, pero en cambio una mirada de preocupación me da la bienvenida.—Lo lamento Gaby, de verdad lo lamento tanto, perdoname— mi ceño se frunce al escuchar a Luke y mi mirada viaja hasta Derek para entender qué pasa pero él está mirando con aprensión a Luke.—No entiendo, Luke ¿ por qué te disculpas?Los ojos de Luke rehuyen de los míos y sus manos viajan a su cabello tirando y revolviendolo con ansiedad. Derek llega a su lado y pone una mano sobre su hombro, murmura algo en su oído que no consigo escuchar y entonces tengo de nuevo la atención de Luke puesta en mí; él toma una gran bocanada de aire y aprieta sus ojos antes de hablar.—Deje que te llevara, estabas conmigo y no pude impedir
Despertamos a las cinco de la mañana y abordamos el avión rumbo al Eastern West Virginia Regional Airport a las seis y media para aterrizar en la ciudad de Martinsburg a las siete y cincuenta y ocho, desde ahí tomamos el auto de Luke que continuaba en el parqueadero —haciendo crecer una cuenta generosa de dinero—y partimos hasta River Hills. Todo la ciudad está invadida por el aire festivo que atestigua que se avecinan las fiestas, me sorprendo al darme cuenta que ni siquiera había pensado en eso; falta menos de un mes para navidad. El trayecto hasta la casa es corto y más silencioso de lo que esperaba y aunque creí que Luke iría directo a su casa, me sorprendo al ver que nos dirigimos todos hacia la mía. Antes que Luke puede parquear el vehículo, cuatro figuras aparecen corriendo desde la casa vecina sosteniendo un enorme cartel blanco con letras azules en que se lee: Bienvenida a Casa Gabriel. Y Nate, Malcom y Mei Leing llevando de la mano al pequeño Max nos reciben con sonrisas en
Seis meses despuésFaltan cinco minutos para que las puertas sean abiertas al público. Tengo las manos sudando y el corazón latiendo desenfrenado dentro de mi pecho. Es increible todo lo que mi vida ha cambiado en los últimos meses. Papá ha vuelto a vivir en Manhattan hace apenas un mes y medio; yo he decidido quedarme y hacer mi vida, al menos de momento, en River Hills; tuve que insistirle y prometerle que le llamaría a diario hasta que al final accedió. Él también tiene derecho a continuar con su vida.Cuando me llamó hace unas semanas para contarme que haría una presentación en Nueva York y quería que mis fotografías estuviesen exhibidas junto a sus cuadros, no podía creerlo. Al principio estuve algo renuente a participar, me asustaba pensar en la cantidad de personas que iban a juzgar mi trabajo, pero Derek insistió en que sería una gran experiencia. Como casi siempre, no se equivocó. Nuestra relación se ha hecho más fuerte con cada día que pasa, estos últimos meses han sido par
Los colores tienen infinidad de significados, pueden expresar sentimientos o estados de ánimo, incluso pueden ser causantes de guerras y esclavitud. Pero cuando el mundo explota en colores frente a ti y los ves cobrar vida mientras los rayos del sol se filtran sobre ellos, en ese instante no hay palabras, sentimientos o emociones que alcancen. En ese momento solo basta con observar y hacerlo inmortal. Agradeciendo como de alguna manera el mundo te está brindando todo un espectáculo solo para ti.Hace tiempo había olvidado mirar la vida con colores. Mi vida se convirtió en una interminable paleta de grises que se oscurece o aclara dependiendo del día, haciendo que olvide que continúo siendo parte del mundo y que éste se encuentra gritando a mi alrededor para que le de mi atención.Todo eso cambió cuando llegué a River’Hills.
La brisa fría besa mis mejillas y hace a mi cabello volar con libertad fuera del auto. Una canción de John Lennon suena en la radio y mi padre la tararea en voz baja a mi lado; a pesar de las circunstancias, este momento es perfecto.Los viajes en auto siempre me han resultado tranquilizantes a diferencia de lo que mucha gente pueda pensar; ver el camino pasar como un borrón frente a mis ojos y los distintos escenarios aparecer frente a mi como la portada de un libro tentándome a que me adentre en ellos, me resulta cautivador. Este viaje ha durado un poco más de cinco horas desde que abandonamos Manhattan, y sé que aún nos falta un largo camino por delante para llegar a nuestro destino.Mis manos aferran con fuerza el papel que he estado sosteniendo desde que subimos al auto: lo desdoblo y me dispongo a leerlo por enésima vez.River Fleur - Academia de Arte, cultura y deporte. Esta es, como su nombre lo dice,
La mañana siguiente a nuestra mudanza ha sido tranquila, y para mi total sorpresa la llegada de mis vecinos la noche anterior también lo fue; no hubo música alta, gritos, ni policía llegando en la noche. Tal vez, los chicos de aquí sean un poco más tranquilos que en la gran ciudad. Es de tarde y nos estamos terminando de instalar, ya he arreglado mi habitación casi por completo y mi padre está adecuando su estudio de pintura en uno de los salones de la primera planta de la casa; siempre se toma horas en hacerlo así que decido que es mejor salir a caminar un rato y conocer el lugar.El día al igual que ayer sigue estando caluroso, así que recojo mi cabello en una coleta alta sobre mi cabeza y decido llevar pantalones cortos y un suéter de algodón a rayas con mis converse blancas preferidas. Hay un stand en cada esquina del pueblo donde dice que puedes conseguir un mapa del sitio por un d
Ya ha pasado una semana desde que nos mudamos y de aquel incidente en el bosque. Desde entonces, he tratado por todos los medios de no toparme con pelos en punta y su amigo. Pero como el universo me odia eso no puede pasar, los veo en cada dos de cinco lugares a los que voy. Estoy por creer que me siguen.Esta semana descubrí que ninguno de los dos vive en la casa de al lado, sino un tercero: un rubio con pinta de estirado que he visto de reojo últimamente. Los tres forman un grupo bastante peculiar. También me he dado cuenta que las familias que viven en este pueblo parecen estar muy bien acomodadas económicamente. Las casas de por aquí bien podrían salir en la portada de Bridge For Design.Ahora mismo me encuentro en una pequeña tienda cerca de la plaza del pueblo que parece ser la única con surtido de papelería, comprando todo lo que me falta para el ingreso a clases. Aunque estudiaré fotograf&iac
En el corto trayecto en el carro de la tienda hasta la casa, mi padre se la pasa preguntándome dónde y cómo conocí a Luke y por qué no le había contado nada. Y como no tengo la más mínima intención de mentirle a mi padre y aún menos de atender al grupo de descerebrados, opto por decirle la verdad, así él retira la invitación que ha hecho y yo me libero de tener que verles las caras.Pero como mi padre no es un ser humano normal, lo que hace es reírse a carcajadas cuando termino de contarle.―Bueno cariño, esa sí que es una manera única de hacer amigos ―comenta aun entre risas.―No somos amigos.Hago una mueca de disgusto y me mantengo callada, por el espejo retrovisor puedo ver el carro descapotado que viene detrás de nosotros, conducido por el rubio que ahora se, vive a mí lado. Nunca había pensado que podía l