En el corto trayecto en el carro de la tienda hasta la casa, mi padre se la pasa preguntándome dónde y cómo conocí a Luke y por qué no le había contado nada. Y como no tengo la más mínima intención de mentirle a mi padre y aún menos de atender al grupo de descerebrados, opto por decirle la verdad, así él retira la invitación que ha hecho y yo me libero de tener que verles las caras.
Pero como mi padre no es un ser humano normal, lo que hace es reírse a carcajadas cuando termino de contarle.
―Bueno cariño, esa sí que es una manera única de hacer amigos ―comenta aun entre risas.
―No somos amigos.
Hago una mueca de disgusto y me mantengo callada, por el espejo retrovisor puedo ver el carro descapotado que viene detrás de nosotros, conducido por el rubio que ahora se, vive a mí lado. Nunca había pensado que podía llegar a molestarme tanto alguien, pero es que esos chicos me la ponen realmente fácil.
Una vez en casa papá aparca el carro y antes de bajar coloca su mano sobre la mía y me mira.
―Todo pasa por algo Gabe, ¿crees que podrías darles una oportunidad?… Tal vez te sorprendan.
Todo dentro de mí grita por decirle que no, que ni loca voy a intentar nada con ninguno de los idiotas, pero la manera en que me mira… Sé que está, al igual que yo pensando en Davis y no me puedo negar a eso.―De acuerdo, lo intentaré. Pero no prometo ser amable si se comportan como un grupo de descerebrados.
Mi padre abre la puerta riendo y me hace una señal para que yo también baje del auto. Ya los chicos han parqueado y están bajando del coche.
―Me parece justo ―dice mi padre dándome un beso en la coronilla y entrando a la casa. Dejándome sola con los tres chicos a mis espaldas.
Lenta y dolorosamente me giro para tenerlos de frente; pelos en punta me mira como miran los niños pequeños cuando están viendo Barney, da miedo. El castaño… Dios se me había olvidado cómo eran sus ojos, bueno él me está mirando como si fuese un caramelo al que está apunto de quitarle el envoltorio y aunque lo fulmino con la mirada, sé que me he sonrojado. El otro rubio ni siquiera tiene los ojos en mí.
―Mira nada más, el destino nos vuelve a unir ―habla Derek sonriendo de lado―. ¿Acosándome otra vez?
―No te estaba acosando ―digo tratando por todos los medios de mantener la compostura.
El chico inclina la cabeza hacia un lado detallandome y todo su cabello se mueve con el gesto. Las hebras cafés parecen más claras ante los rayos del sol y sus ojos azules, se ven un poco más intensos con la luz, parecen casi violetas. Es atractivo no puedo negarlo.
― ¿También dirás que no me estás mirando en estos momentos como si fuera comida? ―inquiere con la diversión vibrando en sus palabras.
El calor vuelve apresurarse a subir a mis mejillas y pelos en punta suelta una carcajada antes de llegar a donde estoy y pasar sus brazos por mis hombros. «¿Qué le pasa a este chico con los abrazos?».
―No la molestes Derek, mira que nos invitó a su casa ―comenta aun abrazándome.
―Tú te invitaste solo ―murmuro tratando de quitar sus brazos de mí.―Está bien, está bien ―dice Derek caminando hasta donde estamos―. Me voy a comportar. ―El chico quita el brazo que Luke tiene en mis hombros y señala hacia la puerta―. Entonces ¿entramos?Dentro de la casa, los tres chicos miran todo con ojos abiertos y curiosos. Mi hogar parece más un museo que una casa, lo sé. Las paredes tienen todo tipo de cuadros, algunos de papá y los demás de otros artistas, todos reconocidos; y donde no hay cuadros hay fotos. Paisajes, personas, animales, objetos; de todo un poco. No trajimos todas nuestras cosas de Manhattan, de hecho la mayoría de los cuadros continuan allá y los muebles de está casa son nuevos, pero aún así hay mucha historia en estos cuadros, en cada retrato que cuelga de la pared y el hecho que tres extraños estén viéndolo todo me pone incómoda.
―Peter Blanchett ―dice el rubio que hasta ahora no había emitido palabra alguna―. Usted es el pintor Peter Blanchett. ―Vuelve a decir, ahora mirando a mi padre.
Papá me da una mirada de soslayo antes de asentir con la cabeza.
―¡Me encantan sus cuadros! ―comenta el chico mostrando el mayor entusiasmo que le había visto en todo el rato―. Nataniel Lovales, es un placer ―agrega extendiendo la mano a papá.
Mi padre le sonríe y le da la mano. Sin embargo, su mirada cambia, no esperaba ser reconocido acá. Y sé que no le molesta, simplemente no quiere que yo me sienta mal.
― ¿Entonces tú padre es alguien famoso? ―pregunta Luke, sentándose en un sillón de la sala mirando todo a su alrededor.
Derek en cambio me mira a mí, pero no hay mirada burlona ni coqueta en su rostro, me ve de la manera en que yo veo las fotos cuando quiero lograr ver más allá de la imagen.
―Él es… Reconocido ―digo al final sentándome también en la sala.
El rubio, Nataniel, parece que está a punto de objetar, pero entonces Derek se le adelanta.
― ¿Las fotos las tomaste tú, acosadora? ―Y ahí está de nuevo, su sonrisa burlona.
―No soy una acosadora ―hablo ya cansándome de lo mismo―. Y si, son mías.― ¿Cuándo vas aceptar que si estabas acosándome ese día en la colina? Yo no me voy a molestar, me complace servirte de musa.Oh Dios, esto es el colmo, se están metiendo conmigo ¡en mi propia casa! Voy a matarlo. Pero antes de poder asesinarlo, mi padre llega con una bandeja llena de refrescos y la deja en la mesa de centro.
―Voy a estar en el estudio, Gabe, si necesitan algo avísame.
Nada más es que papá salga de la sala para que los chicos se echen a reír, incluido el calladito Nataniel. «¿Y ahora a estos idiotas que les picó?».
― ¿Gabe? ―dice Luke riéndose―. ¿Es en serio? ―Los tres chicos están partidos de la risa en la sala de mi casa, burlándose de mí.
Sé que no es nada del otro mundo que se burlen de tu nombre y también sé, que cuando una chica se llama Gabriel suelen decirle Gaby, pero yo no soy cualquier chica y ese apodo significaba mucho para mí porque fue obra de Davis y el que ellos se estén burlando… puedo sentir la rabia formándose en mi interior.
―Sí, Gabe ―respondo con dureza―. ¿Tienen algún problema con eso?
―No es eso ―dice pelos en punta sonriendo―. Solo que es raro que a una chica le digan Gabe. ¿No pudieron tus padres esperar por un varón para el nombre?
Se acabó, la poca y casi inexistente paciencia que había estado tratando de mantener para ellos ha llegado a su final. Instintivamente retrocedo un poco en el asiento al escucharlo, porque sus palabras fueron como un golpe en una herida abierta; y a pesar de todo, en el rostro del chico puedo ver que no lo ha dicho en mal plan, él simplemente no lo sabe. Nadie lo sabe.
No digo nada, simplemente me quedo sentada mirando a los tres chicos en mi sala que ahora ya no ríen.―No era nuestra intención ofenderte ―dice Derek, y Luke afirma firmemente con la cabeza.
En otras circunstancias incluso habría reído por el gesto. Pero no ahora.
― ¿En serio? ―pregunto con más veneno del que pretendo―. Avísame entonces cuando si lo intenten ―me levanto y camino hacia la puerta de la calle y abriéndole de par en par.
Gesto que indica que la visita ha terminado.Mi mirada se cruza por un momento con la de Derek antes de salir y en sus ojos me parece reconocer algo muy parecido a una disculpa. Y entonces me siento tonta, como una niña pequeña haciendo un berrinche porque unos niños se burlaron de su nombre. Es como si el tiempo se hubiese devuelto, solo que ahora no hay nadie para defenderme.
El día del juicio ha llegado. Ser la nueva nunca es bueno. Pero ser la nueva en un pueblo donde absolutamente todo el mundo se conoce es desastroso. Los nervios están haciendo estragos en mi sistema. Tengo malestar de solo pensar cómo va a transcurrir todo el día: presentación, preguntas, presentación.Soltando un suspiro resignado, me acerco a la pared y me miro al espejo para comprobar que estoy lista. Esta mañana cuando iba a cambiarme, decidí que sin importar donde esté, iba a seguir siendo yo, o al menos, la mejor versión de mí; me cambio con un jean oscuro y una blusa azul holgada al cuerpo y me veo bien, como una chica normal de diecinueve años, es como si nada hubiera pasado hace un año atrás, como si los monstruo no estuviesen ocultos detrás de mí, y debajo de mis párpados cuando cierro los ojos esperando el momento para salir.Sacudo mi cabez
El resto de la clase pasa sin inconvenientes, aunque de vez en cuando siento la mano de Derek moverse jalando algún mechón suelto de mi cabello. Una manera muy infantil de llamar la atención si me preguntan. Pero lo ignoro, no le digo absolutamente nada en toda la hora que dura la clase y cuando esta finaliza recojo mis cosas lo más rápido posible y salgo del salón, rumbo al bloque B para mi siguiente clase.En esta clase no veo a ninguno de los chicos, pero si está Mei Leing. Quién apenas me ve atraviesa el salón y se sienta junto a mí.―Con que unos idiotas ¿eh? ―pregunta la chica a modo de saludo.Y yo siento el rubor apoderarse de mi rostro. «¡Cómo iba a saber que sería la novia de alguno!».―Bueno… Yo no quería ofender a nadie, pero es que ellos…―Cálmate mujer, se a lo que te refieres ―dice la chica riendo―.
El resto de la semana transcurre con un poco más de lo mismo. Las personas siguen viéndome cada vez que paso a su lado y este día comparto la última clase nuevamente con los chicos.Quiénes me doy cuenta, son algo así como los frikis deseados y odiados de la Academia. No son los más populares de todos, de hecho, me he dado cuenta que hay muchos que los miran con desprecio ―Cosa que aún no entiendo, pero me apunto mentalmente por averiguar―aun así no se puede negar que cada hormona femenina del lugar e incluso algunas masculinas, se mueren por algo de atención por parte de los especímenes.Derek no ha dejado de tirar de mi cabello en toda la semana en las pocas materias que vemos juntos; me he sorprendido enormemente al descubrir que el idiota se encuentra estudiando Literatura y Periodismo, razón por la cual vemos juntos algunas clases de fotografía aunque él est&eac
Todo el camino es un jala y afloja entre nosotros, Derek comienza a meter mano entre mi música y a clasificar la que considera “aceptable” y nunca deja que una canción termine antes de pasar a la siguiente. Es frustrante; yo estoy a punto de cometer asesinato en primer grado si él no se queda quieto. Al final, recibe una llamada y dura un buen rato hablando por celular, y aunque sus respuestas no son más que monosílabos puedo notar que algo está pasando, su cuerpo se ha puesto tenso a mi lado y su quijada está tan apretada que bien podría partirse los dientes.Cuando cuelga, todo el humor se ha extinguido de él, y empiezo a extrañar al antiguo Derek.―Aparca a mano izquierda, verás los coches de los demás.Y así lo hago, a un lado de la carretera entrando en el bosque están los dos vehículos con sus respectivos dueños a un lado. Mei tiene la
Al volver a casa luego del paseo por el bosque encuentro a mi padre trabajando en su estudio, está haciendo un cuadro enorme del que solo alcanzo a ver lo que parecen ser unas alas. Él al sentirme entrar en la habitación, se gira hacia dónde estoy y me regala una sonrisa deslumbrante.― ¿Qué tal te fue en el paseo?Una sonrisa estúpida se forma de inmediato en mi rostro porque en verdad lo he pasado muy bien.―Bieeeen ―digo, alargando la palabra con cautela.Mi padre deja el pincel sobre la mesa y me mira con diversión, sus manos viajan a su cabello haciendo que una fina capa de pintura azul le tiñe la cabellera y haga que parezca una estrella de rock de los 80". Un sentimiento de nostalgia me embarga, al recordar las tantas veces que lo vi de aquella manera antes junto a Davis.―Y… ¿Tienes algo que contar? ―La voz de papá es cautelosa, aunque la emoción no p
Realmente no sé en qué momento se acabó la clase, ni en cual me rendí a los brazos de Morfeo, lo único que sé es que ahora algo está picando mi mejilla izquierda y soy bastante consciente de haberme quedado dormida en medio de la clase. El terror se apodera de mí y no me permite abrir los ojos, ¿y si es la profesora la que se encuentra frente a mí? Aprieto los ojos un poco y un temblor entre vergüenza e impotencia me domina.―¡Gabriel! ―El grito ha ido directo a mi oído haciéndome levantar la cabeza de un brinco.Frente a mí está Luke con una sonrisa de disculpa en su rostro.»Lo lamento, pero es que no te despiertas y hace cinco minutos que acabó la clase.Mis ojos barren por completo el salón y me sorprende encontrarlo vacío, por alguna razón esperaba encontrar una ronda de personas esperando para burlarse de la
El resto de la semana ha sido más agotadora de lo que esperaba, las pesadillas no me han dado descanso ni una sola noche, y al final tuve que optar por no dejar que el sueño llegara a mí, por lo que parezco un zombi viviente las veinticuatro horas del día. Pero lo peor de todo es la cara de preocupación de mi padre cada vez que me ve.Las ojeras se han vuelto permanentes en mi rostro, el apetito es cada vez más inexistente y mi humor compite con el de una mujer embarazada. Ante todo, siempre está la pregunta de mi padre: ¿Estás bien? a cada segundo. Aunque mi respuesta siempre es la misma, ambos sabemos que estoy mintiendo. Pero ¿qué más puedo hacer? no es justo atarlo a mi sufrimiento cuando sé que él tiene el suyo propio. El amor nos vuelve mentirosos.Dentro de la Academia me dedico a evitar a toda costa toparme con Derek o con cualquiera de los chicos. Lo que sucedió en la cafetería sigue reproduciéndose en mi mente, es como una nueva pesadilla, una que me persigue mientras estoy
No sé cuánto tiempo ha pasado hasta que escucho la puerta del salón abrirse, inmediatamente levanto la cabeza y me encuentro con los ojos cafés de Mei Leing.Mei no dice una sola palabra, cuidadosamente cierra la puerta del salón y avanza hasta donde me encuentro hecha un desastre con la respiración agitada y lágrimas que no había notado rodando por mis mejillas. Sin abrir la boca en absoluto rodea mis hombros con su brazo y me acerca a ella para abrazarme.Hay algo en el gesto que hace que todo mi cuerpo se estremezca. Es un sentimiento muy similar a cuando olemos algo y su aroma se nos hace familiar, bueno, justo así es esto, hace mucho tiempo que alguien no me abrazaba de esta manera, pero mi cuerpo lo recuerda. Sin pensarlo demasiado dejo caer mi cabeza en su cuello y le permito sostenerme. Dejando que parte de la rabia y frustración se vaya.Cuando siento que puedo hablar sin sonar como una loca, me separo de Mei y limpio las lágrimas con fuerza de mis ojos. Odio llorar.― ¿Te si