El resto de la clase pasa sin inconvenientes, aunque de vez en cuando siento la mano de Derek moverse jalando algún mechón suelto de mi cabello. Una manera muy infantil de llamar la atención si me preguntan. Pero lo ignoro, no le digo absolutamente nada en toda la hora que dura la clase y cuando esta finaliza recojo mis cosas lo más rápido posible y salgo del salón, rumbo al bloque B para mi siguiente clase.
En esta clase no veo a ninguno de los chicos, pero si está Mei Leing. Quién apenas me ve atraviesa el salón y se sienta junto a mí.
―Con que unos idiotas ¿eh? ―pregunta la chica a modo de saludo.
Y yo siento el rubor apoderarse de mi rostro. «¡Cómo iba a saber que sería la novia de alguno!».
―Bueno… Yo no quería ofender a nadie, pero es que ellos…
―Cálmate mujer, se a lo que te refieres ―dice la chica riendo―.
El resto de la semana transcurre con un poco más de lo mismo. Las personas siguen viéndome cada vez que paso a su lado y este día comparto la última clase nuevamente con los chicos.Quiénes me doy cuenta, son algo así como los frikis deseados y odiados de la Academia. No son los más populares de todos, de hecho, me he dado cuenta que hay muchos que los miran con desprecio ―Cosa que aún no entiendo, pero me apunto mentalmente por averiguar―aun así no se puede negar que cada hormona femenina del lugar e incluso algunas masculinas, se mueren por algo de atención por parte de los especímenes.Derek no ha dejado de tirar de mi cabello en toda la semana en las pocas materias que vemos juntos; me he sorprendido enormemente al descubrir que el idiota se encuentra estudiando Literatura y Periodismo, razón por la cual vemos juntos algunas clases de fotografía aunque él est&eac
Todo el camino es un jala y afloja entre nosotros, Derek comienza a meter mano entre mi música y a clasificar la que considera “aceptable” y nunca deja que una canción termine antes de pasar a la siguiente. Es frustrante; yo estoy a punto de cometer asesinato en primer grado si él no se queda quieto. Al final, recibe una llamada y dura un buen rato hablando por celular, y aunque sus respuestas no son más que monosílabos puedo notar que algo está pasando, su cuerpo se ha puesto tenso a mi lado y su quijada está tan apretada que bien podría partirse los dientes.Cuando cuelga, todo el humor se ha extinguido de él, y empiezo a extrañar al antiguo Derek.―Aparca a mano izquierda, verás los coches de los demás.Y así lo hago, a un lado de la carretera entrando en el bosque están los dos vehículos con sus respectivos dueños a un lado. Mei tiene la
Al volver a casa luego del paseo por el bosque encuentro a mi padre trabajando en su estudio, está haciendo un cuadro enorme del que solo alcanzo a ver lo que parecen ser unas alas. Él al sentirme entrar en la habitación, se gira hacia dónde estoy y me regala una sonrisa deslumbrante.― ¿Qué tal te fue en el paseo?Una sonrisa estúpida se forma de inmediato en mi rostro porque en verdad lo he pasado muy bien.―Bieeeen ―digo, alargando la palabra con cautela.Mi padre deja el pincel sobre la mesa y me mira con diversión, sus manos viajan a su cabello haciendo que una fina capa de pintura azul le tiñe la cabellera y haga que parezca una estrella de rock de los 80". Un sentimiento de nostalgia me embarga, al recordar las tantas veces que lo vi de aquella manera antes junto a Davis.―Y… ¿Tienes algo que contar? ―La voz de papá es cautelosa, aunque la emoción no p
Realmente no sé en qué momento se acabó la clase, ni en cual me rendí a los brazos de Morfeo, lo único que sé es que ahora algo está picando mi mejilla izquierda y soy bastante consciente de haberme quedado dormida en medio de la clase. El terror se apodera de mí y no me permite abrir los ojos, ¿y si es la profesora la que se encuentra frente a mí? Aprieto los ojos un poco y un temblor entre vergüenza e impotencia me domina.―¡Gabriel! ―El grito ha ido directo a mi oído haciéndome levantar la cabeza de un brinco.Frente a mí está Luke con una sonrisa de disculpa en su rostro.»Lo lamento, pero es que no te despiertas y hace cinco minutos que acabó la clase.Mis ojos barren por completo el salón y me sorprende encontrarlo vacío, por alguna razón esperaba encontrar una ronda de personas esperando para burlarse de la
El resto de la semana ha sido más agotadora de lo que esperaba, las pesadillas no me han dado descanso ni una sola noche, y al final tuve que optar por no dejar que el sueño llegara a mí, por lo que parezco un zombi viviente las veinticuatro horas del día. Pero lo peor de todo es la cara de preocupación de mi padre cada vez que me ve.Las ojeras se han vuelto permanentes en mi rostro, el apetito es cada vez más inexistente y mi humor compite con el de una mujer embarazada. Ante todo, siempre está la pregunta de mi padre: ¿Estás bien? a cada segundo. Aunque mi respuesta siempre es la misma, ambos sabemos que estoy mintiendo. Pero ¿qué más puedo hacer? no es justo atarlo a mi sufrimiento cuando sé que él tiene el suyo propio. El amor nos vuelve mentirosos.Dentro de la Academia me dedico a evitar a toda costa toparme con Derek o con cualquiera de los chicos. Lo que sucedió en la cafetería sigue reproduciéndose en mi mente, es como una nueva pesadilla, una que me persigue mientras estoy
No sé cuánto tiempo ha pasado hasta que escucho la puerta del salón abrirse, inmediatamente levanto la cabeza y me encuentro con los ojos cafés de Mei Leing.Mei no dice una sola palabra, cuidadosamente cierra la puerta del salón y avanza hasta donde me encuentro hecha un desastre con la respiración agitada y lágrimas que no había notado rodando por mis mejillas. Sin abrir la boca en absoluto rodea mis hombros con su brazo y me acerca a ella para abrazarme.Hay algo en el gesto que hace que todo mi cuerpo se estremezca. Es un sentimiento muy similar a cuando olemos algo y su aroma se nos hace familiar, bueno, justo así es esto, hace mucho tiempo que alguien no me abrazaba de esta manera, pero mi cuerpo lo recuerda. Sin pensarlo demasiado dejo caer mi cabeza en su cuello y le permito sostenerme. Dejando que parte de la rabia y frustración se vaya.Cuando siento que puedo hablar sin sonar como una loca, me separo de Mei y limpio las lágrimas con fuerza de mis ojos. Odio llorar.― ¿Te si
La respiración la siento cada vez más pesada mientras manejo rumbo a casa. Tengo que calmarme si no quiero terminar accidentada, además no quiero que mi padre me vea de esta forma. Aún recuerdo las semanas después que todo ocurriera y como papá se desvelaba detrás de mi puerta escuchándome gritar o maldecir al mundo hasta entrada la madrugada, o como el terror invadía sus ojos cuando duraba días sin hablar o salir de mi habitación.Algunas veces me dan ganas de dejarme caer de nuevo, de poder quedarme quieta por un tiempo indefinido y simplemente dejar que todo pase, pero no puedo. Mi padre no tiene a nadie más que a mí, y sería demasiado egoísta sumergirme en mi dolor cuando él quedaría solo. A medida que me acerco a casa, empiezo a calmar mis respiraciones y me obligo a relajarme.«No ha pasado nada. No ha pasado nada», empiezo a repetir una y otra vez en mi mente como un mantra. Mañana hablaré con Derek y lo pondré en su lugar, esto definitivamente no va a quedarse así.Aparco el au
Como puedo estiro mi mano hasta la lámpara al lado de mi cama y enciendo la luz sumergiendo toda la habitación en una tenue claridad. Ahora ya puedo reconocer los rasgos del castaño quien tiene esos hermosos ojos fijos en mí… Dios mío, tengo que enfocarme.―¿Para qué? ¿Para que puedas escribir más de mí en tu estúpido periódico? ―escupo con rabia. Mi voz se escucha ronca debido a los gritos y me arde cada vez que hablo pero no me importa, la rabia que siento es mayor que el dolor ahora mismo.Derek hace una mueca al escucharme, como si el que sintiera dolor al hablar fuese él.―Yo llamé a la puerta ―dice en un susurro, viéndome fijamente y haciend