–Sarah. no lo sabía, después de aquel día... todos desaparecieron. –Hablé al terminar y lavarme las manos. –Hasta Mavie desapareció, intenté encontrarla. Pero sus colegas dijeron que la misma había viajado, ¡y nada más que eso! –Todos dejaron la ciudad. –Nadie podría vivir aquí, no después de lo que pasó. –Comenté al poner la cebolla en el cocido y tapar. –Sarah y Mavie deben estar de luto hasta hoy, ¡tenían una estima por él! –Emme... mejor si cambias, tal vez eso te haga mejorar. –te acercaste con una sonrisa en los labios. –Sé que pasamos por muchas cosas, tú y yo... ¡Y luego lo soportaste tú sola! –Nunca me importó aguantar todo sola, Kyle. la pérdida puede ser aceptada... –Pronuncié mirándolo. –... Pero la falta y la añoranza de la persona amada, esa es la que te corroe día tras día. En cada toque, objeto y mirada... ¡Quedará grabado en su memoria hasta su último aliento! –Emme... –él bajó la vista, y se dio cuenta de que mi dolor era mayor de lo que pensaba. –¡Todas las co
Ubicación: Naples, Florida, Estados Unidos. 25 años después, de los acontecimientos de Incubus: Mi demonio del placer... Emme... Llevé mis dedos hasta el descanso de aquella mecedora, la brisa marina al sonido de las gaviotas me inundaban por completo mientras murmuraba una canción en mis labios. Desafortunadamente como todos los humanos, la vejez me atrapó. Dejando mis cabellos grises, mi piel manchada y con arrugas hasta mis manos. Sin embargo, aún tenía ese mismo cuerpo... pero envejecido en un vestido redondo y liviano. Es lo que me uní cuando vine aquí con Carlyle, mi hijo. Ropa pesada ya no era mi estilo, ni siquiera tacones altos. Pues acababan con mis pies y mi columna que ya no era buena. Había llegado a los cincuenta años. En ese momento, los humanos nos detuvimos para reflexionar y recordar lo que hemos vivido desde la infancia hasta ahora. Algunos conseguían recordar todo y otros la vida hacía cuestión de borrar completamente, dejando solo flashs de buenos momentos.
Suspiré tensamente, incapaz de soportarlo más. Sentí que mi pecho se inflaba y exhalaba pesadamente. Me mataba poco a poco, cada vez que lo veía de lejos. ¿Por qué dolía tanto? ¿Cómo pasamos de personas totalmente enamoradas a personas desconocidas? Kyle... No si fue mi culpa o la tuya. O ambos, pero lo intenté. Oh, sé que intenté que nuestro matrimonio volviera a estar unido, pero las cosas no son así, ¿verdad? No es un cuento de hadas donde la princesa vive feliz para siempre con el amor de su vida y tiene una familia. Pasé mis dedos sobre esa fotografía de él y yo, juntos. Abrazando y sonriendo.Ese fue nuestro momento, la parte de nuestra vida amorosa que estaba en su apogeo. Cerré los ojos con rostro angustiado, y con la mano derecha tomé el vaso de whisky, tomé un sorbo y solté un gemido de ganas de llorar. Pero, ¿por qué haría eso más? Ya estaba cansada de derramar tantas lágrimas. Como dijo una vez Kyle: "¡Que sigas feliz en tu vida!" Realmente debería, ya que a él le es
Ubicación: Columbia, Carolina del Sur, Estados UnidosEmmeline... Entré a mi casa con el aire de indisposición que siempre tuve, ya que todos los días me levantaba a las cinco de la mañana para estar a las seis y media en mi trabajo. Ser secretaria no era nada fácil, organizaba documentos, horarios en la agenda de mi jefe, redactaba textos profesionales especializados, incluso en lengua extranjera, preparaba interpretación y síntesis de textos y documentos, redactaba dictados taquigráficos, discursos, conferencias, conferencias y explicaciones, creé la versión y traducción en un idioma extranjero, para satisfacer las necesidades de comunicación de la empresa donde trabajaba y, sobre todo, ayudar a los novatos con algo sobre lo que tenían dudas. Era agotador. Y todos los días, como ahora, hacía mi ritual. Me quité los zapatos negros de charol Ramarim de tacón cónico y los dejé caer al suelo. Arrojé mi bolso azul marino en el sofá burdeos con detalles bordados en blanco. Y de ahí
Ubicación: Desconocido???...–¡Papá! –Me llamó una voz melodiosa e infantil haciéndome girar rápidamente para encontrarlo. Observé a una joven de cabello oscuro y ojos azul cristalino correr hacia mí, al mismo tiempo su vestido verde musgo con diseños marrones, azul oscuro y detalles rojos revoloteaba junto con su cabello suelto recogido en una trenza incorporada. Delgada delgada. Con ligeras pecas en su dulce rostro redondo. Ella saltó el barranco y cayó encima de mí, y yo tuve la proeza de agarrarla con los pies hundidos en el caudaloso río.–Elora... –dije riendo mientras la levantaba y la abrazaba, volteándola conmigo. Escuchando su risa divertida. –... ¿Por qué no estás con tu madre?–¡Porque quiero estar contigo, papi! –Sus ojos azules brillaron. Sonreí y lo coloqué sobre una gran roca en medio del río.–¿Donde esta ella?–¡Está recogiendo semillas y guijarros cerca!–¡Oh, deberías estar ayudándola! –dije, chasqueando su nariz y escuchándola gruñir.–¡Quería quedarme contigo un
Ubicación: California, Malibú, condado de Los Ángeles, EUA.Emmeline...–¡Kylie! –grité cuando sentí que sus manos me tomaban a sus brazos, apenas terminó de pasar la llave en el picaporte dorado.–¿Qué? Estoy siguiendo las antiguas tradiciones. ¡El novio debe llevar a la novia en sus brazos mientras camina por la puerta! –Exclamo con una sonrisa que me vuelve loco.–¡No seas tonto, lo sé! –Dije cuando lo miré y sonreí, mientras él empujaba con su pie haciendo que la puerta se abriera y entrara al departamento. De pie en el suelo, ajusté el dobladillo de la falda del vestido bordado y brillante con pequeñas perlas en el velo que caía en ondas junto con el corpiño diseñado por ellos. Eso sí, mi madre se empeñaba en ponérmelo, y para mí fue simplemente amor a primera vista en cada pieza de tela que me ayudaba a escoger y decidir.–Ahora, vamos a... –Comenzó Kyl sacando el celular de su bolsillo mientras cerraba la puerta detrás de él.–... ¡Ordena una pizza! –Terminé haciéndolo reír.–¿
Ubicación: Supermercados- Columbia, Carolina del Sur, Estados Unidos.Emmeline... Ajusté la correa de mi bolso cuando llegué a la entrada del edificio del mercado. Sosteniendo con fuerza en mi mano la billetera que había tomado hace unos momentos, mirando las puertas de vidrio abrirse para mí. Pasé mi mano derecha por un mechón de rizos que colgaba frente a mis ojos, y lo tomé directamente detrás de mi oreja, aprovechando y agarrando el asa de una de las canastas que estaba en la entrada. Fui al sector de las galletas rápidamente. Estaba visiblemente cansada y deseando que mi sofá y mi pequeño compañero peludo, Mister Waffles, me abrazaran con amor. Pasé los dedos por los cupcakes de vainilla, que me encantaron, y cogí al menos cinco. Era un paquete mediano que contenía tres pastelitos adentro. Cuando lo recogí, fui directamente al sector de congelados, y busqué con la mirada hasta encontrar lo que buscaba. ¿Un? No, dos lasañas de jamón y queso. Y ahora solo necesitaba un
Localización: En alguna parte del oeste de Columbia, Carolina del Sur, Estados Unidos. Carlisle... –No... –Me deshice al sentir mi cuerpo temblar de la cabeza a los pies, mientras los dolores de las cuchillas que me golpearon haciéndome recordar de ellas. Pesaba mi espada en mi mano izquierda. Mis ojos azules ardían con el humo de las casas y callejones destruidos por el fuego junto con una marea de cuerpos que iban de mujeres, personas ancianas, hombres y niños. Mis piernas reaccionaron mientras mi cerebro procesaba cada pedazo de mi hogar, ahora destruido. Mis pensamientos con mi corazón me guiaban a mi casa. Mi familia. Mi esposa y mi hija. Mis ojos lloraban y mis pulmones estaban sin aliento para respirar. Que llegaban a arder cuando el aire contaminado entraba, con aquel olor ferroso y de cenizas. Elora... Hacía eco en mi mente. Genevieve... Sentía un apretón en medio del pecho, como si una daga lo atravesara. Corrí lo más rápido que pude, mientras me limpiaba de