Al llegar al hotel, todas las miradas se dirigieron en una sola dirección. Irene se alejó sutilmente, mientras Estefanía y Alan caminaban, por un lado.
Algunas chicas con el ceño fruncido, la miraron a ella después de reconocer a Estefanía. No todas las personas que trabajaban ahí eran de solamente un lugar. Algunas otras eran de islas vecinas.
Pero ya muchas reconocían a Irene. Muchas chicas la envidiaban debido al absurdo cuidado que se fue generando a su alrededor. Pero lo peor, era que siempre los hombres la rodeaban como moscas, siempre los mejores, era respetada y protegida como si fuera una muñeca de porcelana.
—¡Guau! Conquista nueva.
Una chica relativamente cercana a ella, se acercó con una sonrisa. Irene suspiró y sonrió.
—Hola Ágata, ¿Será posible que me puedan autorizar una licencia?
Ágata, que era su jefa directa, era condescendiente
Volví!!! Perdón, bloqueo T_T Hoy les subiré todo lo que pueda (^_^)v
Apretó los puños y los dientes mientras ella misma no se daba cuenta de la expresión que estaba haciendo. Muchos tragaron y decidieron desaparecer en el momento, Ágata que ya no pudo mantenerse entre la multitud se acercó rápidamente. —Llevémosla a la enfermería, ahí hay una doctora para que la revise. Irene que la cargaba con esfuerzo, sintió como se aligeraba de la nada. Alan abrazó a Estefanía con cuidado mientras les dirigía una mirada de muerte a ambas. —Ustedes se acaban de quedar sin trabajo… Dejando esas palabras, Alan caminó en la dirección en la que Ágata había señalado. Después, al instante ambas miraron a Irene como si pudieran una explicación, pero lo que nunca había pasado, las dejó sin palabras. Irene cambió su actitud en un segundo, las miró con severidad mientras avanzaba tras Alan. Su aura y actitud eran las de una mujer dominant
El hombre del yate le dio el paso y Alan subió rápidamente, Irene que seguía llorando a mitad del camino, hizo todo lo posible por detenerse antes de que Estefanía despertara, con la vista hacia el mar, sus ojos estaban muy rojos e hinchados. Estefanía se despertó y, en cuanto la vio, rápidamente se bajó de los brazos de Alan y corrió hacia ella. —¡Mami! ¿Qué sucedió? ¿Alguien te lastimó? Irene al verla como siempre sonrió y la abrazó. —Lo siento mucho cariño, por mi egoísmo has sufrido mucho. Estefanía bastante perdida devolvió el abrazo, y se acurrucó en sus brazos. Ambas se quedaron en su mundo mientras miraban el horizonte. Al llegar, Alan tomó la mano de Estefanía, caminando bastante por delante de Irene. **************** Carlos al ver a Esteban a la distancia, contuvo un largo suspiro y continuó su camino. Just
—Debemos irnos, volveremos en una semana. Me hubiera gustado ver a Carlos ante de irnos pero… Ufff pídele que descanse un poco más ¿Quieres? Karen sonrió y la abrazó fuertemente. —Lo haré cariño, no te preocupes. Alan esperó algo irritado en el yate, pese a que Estefanía le juro que lo que había dicho solo había sido algo impulsivo, Alan firmemente permaneció en su postura obstinada. Sí él veía que había algo mal, no le permitiría volver hasta que fuera mayor de edad. Estefanía sintió un ataque muy bajo, no solamente Alan estaba haciendo lo que quería, sino que quería obligarla a hacer cosas que no le parecían. A diferencia de Esteban, Karson o Carlos, él no la escuchaba en absoluto, era muy autoritario y necio. Mientras se mordía los labios un poco irritado, esperó pacientemente a que Irene se despidiera.
—¿Preparaste lo que pedí? Preguntó Alan en cuanto se sentó en su escritorio. Sus dos secretarios bastante preocupados asintieron, pero no tenían el valor de hablar, simplemente aguardaron en silencio mientras Alan revisaba los documentos dejados para revisar. Sin poder concentrarse dejó todo, y se puso de pie. —Mañana comienzan las publicaciones, mi hija será presentada en una semana, será la próxima heredera de todo lo que me corresponde. Uriel que entraba jadeante por la prisa, sintió como se le erizaba la piel. Ya presentía que eso no iba a ser nada bueno, pero como los otros, no podía hacer nada. Simplemente, observar. Alan sabía que no era posible desarrollar unidad de un momento a otro, pero estaba dispuesto a compensar su ausencia con todo su corazón. Al regresar a casa por la noche, todo estaba completamente obscuro, se sintió un poco decepcionado,
En el hospital, Irene y Alan esperaban al médico. Ambos estuvieron en absoluto silencio, Irene suspiró varias veces debido a su arrebato, pero ya no podía soportar esa actitud de Alan, ella toleraría todo para sí misma, pero su hija era una cosa muy diferente. Además, de que no permitiría que Estefanía estuviera tan mal influenciada por ellos, si ella aceptaba por cuenta propia hacerlo, entonces no se opondría. Pero al pasar toda la noche poniéndose al tanto de lo que había estado pasando en todo ese tiempo, su conclusión fue la misma que al principio, tal vez. Sí, era una heredera legítima, pero no quería que viviera toda su vida vacía, estresada y triste como ellos, tenía el derecho de vivir relajadamente por lo menos un tiempo, antes de inmiscuirse en todo ese mundo tan cruel en el que si no mordías eras desgarrado. —No quiero que esto vuelva a suceder, controla tus acciones impulsivas. Sé que me equivoque, y al p
Irene trató de separarse de él, pero no la soltó. Ella lo empujó a la pared intensificando el beso y, entonces Alan suspiró al sentir como su cálido cuerpo se rozaba con su bulto. Cerró los ojos y, sintió sus delgadas palmas en su abdomen. Pero un instante después, su calor se fue por completo y se escuchó el azote de la puerta. Irene salió del lugar a toda velocidad mientras le temblaban las manos y las piernas. Hasta casi llegar a la salida, se recargó en una pared y bastante agitada se cubrió el pecho con una mano mientras trataba de recuperar el aliento. “¿Qué demonios acabo de hacer?” ***** Mientras tanto, Alan furioso y frustrado se dejó caer en una silla mientras esperaba a que se le pasará el “ánimo” Pero mientras más recordaba sus palabras, más se volvía loco. Era tan… —Malditamente perfecta. ****** Al llegar a su oficina, una mujer hermosa con un maquillaje perfecto y un vestido provocativo bastante de
—¿Disculpa? ¿Lo que YO le dije? Al contrario, estaba por cometer el error de obligarla a aceptar que eres su padre quiera o no. Gracias por interrumpir. Apretando los dientes paso encima de los vidrios y, se acercó a ella. —¡Ya basta! ¡¿Es divertido burlarte de mí?! Irene que estaba por alejarse, cruzó los brazos y sonrió. —¿Burlarme? Jejeje, por supuesto que no. El hecho de que eres un animal que no piensa con otra parte del cuerpo que no sea tu entrepierna ya era bastante conocido desde hace más de veinte años, lo que es increíble, es que tu hija lo haya descubierto de una manera tan estúpida y bárbara. ¿Conoces algo que se llama seguro? Los ponen en las puertas para que los uses en situaciones como esa. ¡Tienes una hija! ¡Reflexiona un poco antes de hacer tus barbaries! ¡Desde hoy y por el resto de tu vida, cualquier cosa que haga
—¡¿Qué demonios crees que haces?! ¡¿Qué crees que podrás hacer en contra de esos dos monstruos?! ¡Piensa un poco! ¡¿Planeas dejarme sola?! ¡Sólo harás que ese loco te mate! Karen lloraba y gritaba desconsoladamente mientras veía a su hijo preparar su maleta. Sólo un día le había bastado a Esteban para casi desfigurarlo, pero Carlos nunca se quejó o dijo una palabra al respecto. Estaba muy preocupada, sin embargo, para desgracia de todos no podían hacer mucho, simplemente esperaron al día en el que Irene regresara con el corazón pendiendo de un hilo. Carlos que no pudo soportar más la espera y el miedo, se decidió a ir a buscarlas, cada que recordaba esa última “charla” con Esteban, se le erizaba la piel. Ése día como los anteriores, Esteban se tambaleaba por la ebriedad. Arrastraba las palabras y, lo golpeó hasta que ya no pudo mantenerse más en pie. Mientras se levantaba, se cubrió con la mano una de las costillas en la que sintió dol