—Debemos irnos, volveremos en una semana. Me hubiera gustado ver a Carlos ante de irnos pero… Ufff pídele que descanse un poco más ¿Quieres?
Karen sonrió y la abrazó fuertemente.
—Lo haré cariño, no te preocupes.
Alan esperó algo irritado en el yate, pese a que Estefanía le juro que lo que había dicho solo había sido algo impulsivo, Alan firmemente permaneció en su postura obstinada.
Sí él veía que había algo mal, no le permitiría volver hasta que fuera mayor de edad.
Estefanía sintió un ataque muy bajo, no solamente Alan estaba haciendo lo que quería, sino que quería obligarla a hacer cosas que no le parecían. A diferencia de Esteban, Karson o Carlos, él no la escuchaba en absoluto, era muy autoritario y necio.
Mientras se mordía los labios un poco irritado, esperó pacientemente a que Irene se despidiera.
Una disculpa muy grande, tuve complicaciones de salud y, hasta hoy pude continuar con la historia. Muchas gracias por su paciencia 😊
—¿Preparaste lo que pedí? Preguntó Alan en cuanto se sentó en su escritorio. Sus dos secretarios bastante preocupados asintieron, pero no tenían el valor de hablar, simplemente aguardaron en silencio mientras Alan revisaba los documentos dejados para revisar. Sin poder concentrarse dejó todo, y se puso de pie. —Mañana comienzan las publicaciones, mi hija será presentada en una semana, será la próxima heredera de todo lo que me corresponde. Uriel que entraba jadeante por la prisa, sintió como se le erizaba la piel. Ya presentía que eso no iba a ser nada bueno, pero como los otros, no podía hacer nada. Simplemente, observar. Alan sabía que no era posible desarrollar unidad de un momento a otro, pero estaba dispuesto a compensar su ausencia con todo su corazón. Al regresar a casa por la noche, todo estaba completamente obscuro, se sintió un poco decepcionado,
En el hospital, Irene y Alan esperaban al médico. Ambos estuvieron en absoluto silencio, Irene suspiró varias veces debido a su arrebato, pero ya no podía soportar esa actitud de Alan, ella toleraría todo para sí misma, pero su hija era una cosa muy diferente. Además, de que no permitiría que Estefanía estuviera tan mal influenciada por ellos, si ella aceptaba por cuenta propia hacerlo, entonces no se opondría. Pero al pasar toda la noche poniéndose al tanto de lo que había estado pasando en todo ese tiempo, su conclusión fue la misma que al principio, tal vez. Sí, era una heredera legítima, pero no quería que viviera toda su vida vacía, estresada y triste como ellos, tenía el derecho de vivir relajadamente por lo menos un tiempo, antes de inmiscuirse en todo ese mundo tan cruel en el que si no mordías eras desgarrado. —No quiero que esto vuelva a suceder, controla tus acciones impulsivas. Sé que me equivoque, y al p
Irene trató de separarse de él, pero no la soltó. Ella lo empujó a la pared intensificando el beso y, entonces Alan suspiró al sentir como su cálido cuerpo se rozaba con su bulto. Cerró los ojos y, sintió sus delgadas palmas en su abdomen. Pero un instante después, su calor se fue por completo y se escuchó el azote de la puerta. Irene salió del lugar a toda velocidad mientras le temblaban las manos y las piernas. Hasta casi llegar a la salida, se recargó en una pared y bastante agitada se cubrió el pecho con una mano mientras trataba de recuperar el aliento. “¿Qué demonios acabo de hacer?” ***** Mientras tanto, Alan furioso y frustrado se dejó caer en una silla mientras esperaba a que se le pasará el “ánimo” Pero mientras más recordaba sus palabras, más se volvía loco. Era tan… —Malditamente perfecta. ****** Al llegar a su oficina, una mujer hermosa con un maquillaje perfecto y un vestido provocativo bastante de
—¿Disculpa? ¿Lo que YO le dije? Al contrario, estaba por cometer el error de obligarla a aceptar que eres su padre quiera o no. Gracias por interrumpir. Apretando los dientes paso encima de los vidrios y, se acercó a ella. —¡Ya basta! ¡¿Es divertido burlarte de mí?! Irene que estaba por alejarse, cruzó los brazos y sonrió. —¿Burlarme? Jejeje, por supuesto que no. El hecho de que eres un animal que no piensa con otra parte del cuerpo que no sea tu entrepierna ya era bastante conocido desde hace más de veinte años, lo que es increíble, es que tu hija lo haya descubierto de una manera tan estúpida y bárbara. ¿Conoces algo que se llama seguro? Los ponen en las puertas para que los uses en situaciones como esa. ¡Tienes una hija! ¡Reflexiona un poco antes de hacer tus barbaries! ¡Desde hoy y por el resto de tu vida, cualquier cosa que haga
—¡¿Qué demonios crees que haces?! ¡¿Qué crees que podrás hacer en contra de esos dos monstruos?! ¡Piensa un poco! ¡¿Planeas dejarme sola?! ¡Sólo harás que ese loco te mate! Karen lloraba y gritaba desconsoladamente mientras veía a su hijo preparar su maleta. Sólo un día le había bastado a Esteban para casi desfigurarlo, pero Carlos nunca se quejó o dijo una palabra al respecto. Estaba muy preocupada, sin embargo, para desgracia de todos no podían hacer mucho, simplemente esperaron al día en el que Irene regresara con el corazón pendiendo de un hilo. Carlos que no pudo soportar más la espera y el miedo, se decidió a ir a buscarlas, cada que recordaba esa última “charla” con Esteban, se le erizaba la piel. Ése día como los anteriores, Esteban se tambaleaba por la ebriedad. Arrastraba las palabras y, lo golpeó hasta que ya no pudo mantenerse más en pie. Mientras se levantaba, se cubrió con la mano una de las costillas en la que sintió dol
Irene estaba muy molesta con Alan, no obstante, desgraciadamente para ella, no podría moverse por mucho tiempo. No sabía a dónde los había llevado ni cuánto tiempo había pasado exactamente, salvo por aplicaciones de entretenimiento, no tenía más conexión con el mundo exterior. Su teléfono se había averiado y Alan con la excusa de arreglarlo no se lo devolvió. Y, con cada día que pasaba, se enfurecía más. Estefanía la visitaba diariamente e incluso llevaba a Tobías a hacer la tarea con ella a la habitación de Irene. La convivencia y el tiempo que pasaban juntos, fue suavizando de a poco la actitud de Tobías hacia ella. Era un niño muy huraño, pero a fin de cuentas un niño que anhelaba el amor de una madre. De a poco y con la amena convivencia de madre e hija frente a él, comienza a deshinibirse con ella. Debido al " problema", Alan les prohibió el Internet o teléfonos.
—Oyeee, tu sonrisa debe ser muy linda, por favor sonríe. Él simplemente la ignoró y reafirmó su seriedad. El día comenzó a nublarse pero era muy refrescante y sereno. —Buen día señorita, ¿Qué se le ofrece? —Quiero helado suficiente para seis personas. El hombre sonrió ante la seriedad de la linda niña, pero se sorprendió al ver las esposas en sus manos, al instante se puso nervioso y miró de reojo al hombre que iba con ella. Se veía muy joven, serio y muy bien parecido. Su manera de vestir era como la de los hombres que iban a la mansión de la montaña y, una inquietud emanó de su interior. Miró a Estefanía mientras trabajaba, esperando alguna señal de ayuda, pero ella miraba muy curiosa los alrededores. Justo cuando ella volteó nuevamente, vio la reacción del hombre y sonrió. —¿Esto? Jajaja perdón mi hermano es demasiado molesto y exagerado. Richard torció la boca pero lo ignoro. Estaba por pagar cuando
—¿Mamá? En la entrada, de la casa estaba Irene en una silla de ruedas, con una expresión preocupada y ansiosa. —Voy a morir… Susurro Estefanía mientras se secaba el sudor de la manos en su pantalón. Todos suspiraron aliviados al saber que alguien era capaz de controlar a ése demonio. Bajó del auto y, algo insegura se acercó a su madre. Irene le hizo una señal con las manos para que se acercara y la revisó de pies a cabeza. —¿Cómo estás? ¿Estás bien? —Si mamá, estoy bien. Sólo fui… —¡¿En qué demonios estabas pensando?! ¡¿Sabes lo preocupada que estaba?! ¡¿Cómo se te ocurrió semejante cosa?! —Solo quería dar un paseo, no seas tan dura con ella… Alan no quiso que el problema se hiciera más grande, debido a los guardias que habían regresado con él sabía cuál era el problema. —¡Tú cierra la boca! ¡¿Acaso te importa?! ¡Estoy reprendiendo a mi hija! —¡También es mía! ¡¿Cómo demonios quieres que