Alan sintió como si miles de abejas zumbaran en sus oídos, no podía ver ni escuchar nada correctamente.
Miró a su alrededor varias veces y, se cubrió los oídos desesperado.
Se quedó en la sala de espera solo, después de lo que el médico le dijo, esa llamada se repetía una y otra vez.
Sintió como si todo a su alrededor quisiera enterrarlo por completo. Desesperado y golpeándose el pecho debido al dolor, comenzó a llorar.
“Si de verdad la hubiera cuidado…”
Ese día estaba tan dolido y cegado por la rabia que prácticamente la dejó sola.
Como siempre...
El doctor que ya sabía lo que había sucedido, podía entender un poco. Solo espero en silencio y lo dejó.
—Hágale un aborto…
Dijo por fin Alan mientras miraba al suelo y trataba de tranquilizarse.
Desafortunadamente y, para su sorpresa, el médico respondió.
—No puedo practicar un aborto sin el consentimiento de la madre. Su vida no está en riesgo
La situación de Irene nunca se hizo pública. Tampoco lo de Esteban, salvo sus padres, ni siquiera su hermano, tenía idea de su muerte. Debido a su divorcio y su matrimonio con Lily, sus padres prácticamente lo habían desconocido. Nadie que los conociera se imaginaría que la bondadosa familia Núñez alguna vez odiaría tanto a alguien hasta el punto de querer destrozarlo con sus manos. Pero ahí estaba, Lily que no tenía idea de nada, se disfrazó de enfermera y fue a la habitación de Arturo. Éste se encontraba dormido, por lo que con una sonrisa y mirada venenosa. Inyectó algo en su canalización. En cuestión de un instante, varios hombres de negro, entraron, le inyectaron algo en el cuello y se la llevaron. ******* Cuando abrió los ojos, parecía estar en una bodega bastante descuidada, con muy mal olor y húmeda. Miró a su alrededor y vio la silueta de un hombre a la distancia. —¿Por que estoy aquí...? ¿Quién eres?
Este capítulo alude a los capítulos:Una faceta peligrosa y, Subestimación.No es necesario releer los capítulos posteriores. Esta es otra continuación y otro final.*****Carlos no sabía en dónde se encontraba, hacia mucho frío y su cuerpo estaba destrozado. Solo sentía el dolor y el ardor de las heridas.No podía abrir correctamente los ojos debido a la hinchazón, y, sólo podía percibir el olor de su propia sangre y la humedad del lugar.Sus manos estaban atadas hacia atrás en una silla y, el entumecimiento era casi insoportable. Sin embargo, había algo que lo preocupaba aún más.Por enésima vez trató de desatarse pero las heridas en sus muñecas ya incluso comenzaban a infectarse.—Ugh!Detrás de él, unos tranquilos pasos se acercaron.—Haaa,
En el hospital, Alan ya había pedido que se le practicara un aborto, pero ella se negó. No podía negar que lo sucedido con Esteban la marcó para toda su vida, sin embargo, ése bebé era suyo también, no podía hacer algo tan cruel como desaparecerlo así sin más y mucho menos cuando recordaba a su pequeña bolita que era Estefanía cuando bebé, se le partía el corazón de sólo imaginar que hubiera sido de ella sin su pequeña.Recordó su embarazo de Estefanía y, aunque las situaciones habían sido muy distintas. Se decidió.Fue muy complicado para ella, pero tomó la decisión de tenerlo. Alan estaba más que furioso, gritó, despotrico y la regañó, pero nada cambió. Carlos muy a pesar de Alan fue atendido en el mejor hospital, tardó mucho tiempo en recobrar la consciencia, sin embargo…******Abrió los ojos lentamente, lo ultimo que recordaba era la expresión llorosa de Irene, mientras sus ojos se cerraban. Trató de levantarse, pe
—¡¿Qué hiciste que?! —¡Nada! ¡Solo le dije lo que en realidad está pasando! ¡¿Yo que iba a saber que era un inútil sin carácter?! Arturo se masajeó la frente mientras suspiraba bajo. Ya podía mover con más libertad sus manos y se sentaba solo, su habla aún tropezaba, pero ya estaba mucho mejor. —Ya basta, lo importante es que ya está lo suficientemente bien para moverse solo. Ahora lo importante es… ¿Qué harás Irene? Alan sorprendido miró a Arturo con algo de reproche. Irene sin dudarlo un segundo, respondió: —¡Regresaré a la isla con él! —¡¿Qué diablos?! ¿Estás loca? ¿Qué harás con dos niños sí ya era difícil para ti? Irene sonrió hermosamente y lentamente respondió. —No te importa. Él se atragantó furioso y gritó en respuesta. —¡A mi hija no la sacarás de aquí! ¿Planeas dejar botado a Tobías? ¡¿En dónde rayos dejas tu sentido de la responsabilidad?! —¿Eh? Al escuchar su
Tobías se volvió un hermano muy diligente, cuando Karen soltaba a Karina, él incluso le preparaba bocadillos. La protegía de todo y siempre sonreía para ella. La pequeña era tan unida a él, que quería pasar todo el tiempo en su abrazo. Cosa que en algún momento, llegaba a poner celosa a Estefanía, pero al ver el rostro lindo y gordito de su hermana, se olvidaba de todo. El dúo de “hermanos” en la escuela se acababa en cuanto sonaba la campana de salida. Tobías regresaba inmediatamente a casa y, sin excusa ni pretexto, prácticamente se hacía cargo de Karina, aunque Irene lo instara a salir, hacer amigos y vivir una vida de un puberto normal. Pese a que la familia de Esteban insistió molestamente al punto del hartazgo en que la niña llevara el apellido de su familia. Irene y, más correctamente Carlos, se negó. Ni siquiera él sabía que sería capaz de odiar a alguien a tal magnitud, al punto en el que en realidad ni siquiera odiaba a Alan por intentar verle la cara de idiota. Debid
Ella que se veía tan hermosa como su madre en su juventud, con una brillante sonrisa preguntó. Estaba cerca de cumplir los veinte años, su jovialidad y belleza la volvían inmediatamente en el foco de atención. La mujer que momentos antes estaba envuelta en rabia y odio hacia Irene, rechinó los dientes en cuanto Estefanía a pareció. Ella que no aparentaba tener más de treinta y tantos, en realidad tenía dos años más que Alan. Los cuarenta no le sentaban mal, pero era un complejo irracional del que no podía librarse. Richard, independientemente de cualquier cosa, siempre se mantenía al tanto de su trabajo. Por lo que al percibir su hostilidad entrecerró los ojos y llamo a alguien por el auricular. La mujer al ver como madre e hija parecían “pasearse” como si fueran las dueñas de todo, sintió como su ira se arremolinaba cada vez más de una manera insoportable. Estaba por acercarse a ellas, pero la voz firme y dominante tras ella la hizo detenerse en seco debido a la impresión. —
—Entiendo eso cariño, pero no puedo dejar al abuelo encargarse de esto solo. En cuanto lo den de alta regresaremos a casa. —¿Por qué debes quedarte? Preguntó Carlos algo irritado. Karina que jugaba entre sus brazos volvió la mirada y vio a su padre irritado. —Papi... Si no quieres estar lejos de mamá, ¿Por qué no vamos? A Carlos por un momento se le ilumino la mirada y sonrió con orgullo. Besí su cabecita y con un tono completamente diferente le hablo a Irene. —¿Qué te parece si los acompañamos? Max extraña a sus hermanos y Tobías tambien quiere visitar la ciudad... —Eso no... El chico involuntariamente involucrado estaba por negarlo, cuando Carlos le susurró algo irritado. —Cállate, no te molestaré tres meses con la computadora. Inmediatamente él aceptó. —¿Cuánto tiempo tengo sin ver a Estefanía? Madre, no hay problema si vamos, ¿Cierto? Irene se emocionó también al saber que no estaría lejos de su familia e inmediatamente asintió. —Perfecto, entonces los veré en el aeropu
—¡Me voy papá!—¡Estefanía! ¡Estefanía! ¡Te estoy hablando! La niña... Señorita en cuestión, salió de la casa rápidamente y subió a su auto. Richard que estaba por bajar del mismo, sintió su vida pasar frente a sus ojos cuando ella aceleró y salió de la mansión. —¡Maldita sea! ¡¿Quieres matarme?! —Jajajaja, no es nada que no puedas controlar. Además, hoy no quiero escuchar a mi padre. Si no salía de ahí rápido estaría en problemas con mamá. Richard solto un profundo suspiro exasperado. Desde hacía mucho tiempo esa chiquilla malcriada estaba por volverlo loco. Ocho años habían pasado, Tobías había crecido cómo un gran chico, flojo y hasta cierto punto caprichoso, pero iba por un fructífero y gran camino. Alana era una niña hermosa, tierna y dulce, que, pese a la necedad de los padres de Esteban jamás estuvo cerca de ellos o supo de su padre hasta ese momento, Irene tomó la decisión de esperar a que tuviera edad, para poder hablar con ella y explicar un poco la situación. Y en cua