—Esteban no es como crees, él es alguien peligroso, si no encontramos a tu madre…
—Señor…
—¿Richard?
Preguntó Estefanía al verlo entrar.
Richard desvió la mirada avergonzado y se quedó en silencio.
Ernesto al verlo tan afectado, se sorprendió, no sólo siempre se alejaba de todos, sino que cualquier persona que tratara de acercarse era tajantemente rechazada.
Se veía mucho más que un simple fallo de misión.
Estefanía torció la boca y caminó a la salida.
—Ya te dije que si sigues tratando así a las mujeres, morirás solo.
Ambos adultos la miraron sorprendidos y la siguieron con la mirada hasta que salió.
Alan lo miró de una manera extraña y Ernesto se aclaró la garganta incómodamente.
—¡Ah! Por cierto, lo quiero a él de mi guardaespaldas, no quiero otro.
La puerta se cerró abruptamente como se abrió.
El Richard que siempre había valorado el silencio y la quietud, por un momento sinti
Este capítulo contiene escenas de violencia física y sexual relativamente gráficas. Si no te agrada el tema pasa al siguiente capítulo. **************** —Yo… —No lo digas… hay ocasiones en las que eres irresponsablemente sincera. ¿Sabes lo que me importas? Te amo, eres lo único bello que pude encontrar en este asqueroso mundo vacío. Aunque no lo podía ver a la cara debido a que tenía la mirada gacha, un presentimiento inquietante la invadió. Al levantar la mirada, Irene tragó saliva y trató de controlar su temor. Su mirada llena de adoración obsesiva y algo de resentimiento la asustaron. Hasta cierto punto, estaba aliviada de que Estefanía no estuviera ahí, de lo contrario, estaría aterrada. Esteban se acercó a ella y con mucha delicadeza como si fuera una delicada pieza que podría romperse con un toque, acarició su rostro. —Sabes… si hubiera continuado todo co
Las semanas pasaron en silencio… Irene se volvió una muñeca que simplemente vivía gracias a las vitaminas intravenosas. Desde ese día, no lo veía a la cara y evitaba su manos pese a los gritos y el llanto de desesperación de él. Su tés se volvió pálida y sin vida, sus ojos perdieron su brillo y, Esteban no volvió a escuchar su voz ni si quiera para pedir ayuda. Se quedaba en silencio en una silla frente a la ventana, todo se veía en el exterior vivaz y agitado. Pero para ella que en momentos quería gritar desesperadamente por ayuda, era como una cruel burla. Esteban ya había renunciado a cualquier otra cosa además de Irene. Había prestado su nombre y activos para una empresa fantasma. Todo se había ligado a una empresa de importación, la cuál era usada para lavado de dinero. Su “socio” y él tenían un muy lucrativo trato para el hombre. Esteban estaba dispuesto a hacer lo que fuera, si ambos eran protegidos. Por
Ante la pregunta, Irene sintió como si todo el odio y las penurias del mundo se arremolinaron en su interior. Sus ojos sin vida y apagados, se llenaron de un increíble odio y rencor. Haciendo que escupiera fríamente una sola palabra. —No. Esteban sintió como si miles de cuchillos atravesaran su pecho, tanto, que comenzó a sofocarse. —Irene… me estás matando… ¿Sabes cuantas noches soñé con tener una familia contigo? Ser felices los tres, vivir pacíficamente y en paz. La voz de Esteban comenzó a quebrarse, el dolor en su rostro provocaría las lágrimas de cualquiera que lo viera, pero ya no de ella. Y, mientras más pasaba el tiempo y el silencio de Irene se hacía cada vez más extenso, su pecho se apretaba más. —¿Recuerdas el día que te regalaron unos chocolates después de la graduación? Ella se sorprendió por un segundo y lo miró por cuenta propia en silencio. Esteban desde el fondo de su corazón sintió una agria y d
Alan sintió como si miles de abejas zumbaran en sus oídos, no podía ver ni escuchar nada correctamente. Miró a su alrededor varias veces y, se cubrió los oídos desesperado. Se quedó en la sala de espera solo, después de lo que el médico le dijo, esa llamada se repetía una y otra vez. Sintió como si todo a su alrededor quisiera enterrarlo por completo. Desesperado y golpeándose el pecho debido al dolor, comenzó a llorar. “Si de verdad la hubiera cuidado…” Ese día estaba tan dolido y cegado por la rabia que prácticamente la dejó sola. Como siempre... El doctor que ya sabía lo que había sucedido, podía entender un poco. Solo espero en silencio y lo dejó. —Hágale un aborto… Dijo por fin Alan mientras miraba al suelo y trataba de tranquilizarse. Desafortunadamente y, para su sorpresa, el médico respondió. —No puedo practicar un aborto sin el consentimiento de la madre. Su vida no está en riesgo
La situación de Irene nunca se hizo pública. Tampoco lo de Esteban, salvo sus padres, ni siquiera su hermano, tenía idea de su muerte. Debido a su divorcio y su matrimonio con Lily, sus padres prácticamente lo habían desconocido. Nadie que los conociera se imaginaría que la bondadosa familia Núñez alguna vez odiaría tanto a alguien hasta el punto de querer destrozarlo con sus manos. Pero ahí estaba, Lily que no tenía idea de nada, se disfrazó de enfermera y fue a la habitación de Arturo. Éste se encontraba dormido, por lo que con una sonrisa y mirada venenosa. Inyectó algo en su canalización. En cuestión de un instante, varios hombres de negro, entraron, le inyectaron algo en el cuello y se la llevaron. ******* Cuando abrió los ojos, parecía estar en una bodega bastante descuidada, con muy mal olor y húmeda. Miró a su alrededor y vio la silueta de un hombre a la distancia. —¿Por que estoy aquí...? ¿Quién eres?
Este capítulo alude a los capítulos:Una faceta peligrosa y, Subestimación.No es necesario releer los capítulos posteriores. Esta es otra continuación y otro final.*****Carlos no sabía en dónde se encontraba, hacia mucho frío y su cuerpo estaba destrozado. Solo sentía el dolor y el ardor de las heridas.No podía abrir correctamente los ojos debido a la hinchazón, y, sólo podía percibir el olor de su propia sangre y la humedad del lugar.Sus manos estaban atadas hacia atrás en una silla y, el entumecimiento era casi insoportable. Sin embargo, había algo que lo preocupaba aún más.Por enésima vez trató de desatarse pero las heridas en sus muñecas ya incluso comenzaban a infectarse.—Ugh!Detrás de él, unos tranquilos pasos se acercaron.—Haaa,
En el hospital, Alan ya había pedido que se le practicara un aborto, pero ella se negó. No podía negar que lo sucedido con Esteban la marcó para toda su vida, sin embargo, ése bebé era suyo también, no podía hacer algo tan cruel como desaparecerlo así sin más y mucho menos cuando recordaba a su pequeña bolita que era Estefanía cuando bebé, se le partía el corazón de sólo imaginar que hubiera sido de ella sin su pequeña.Recordó su embarazo de Estefanía y, aunque las situaciones habían sido muy distintas. Se decidió.Fue muy complicado para ella, pero tomó la decisión de tenerlo. Alan estaba más que furioso, gritó, despotrico y la regañó, pero nada cambió. Carlos muy a pesar de Alan fue atendido en el mejor hospital, tardó mucho tiempo en recobrar la consciencia, sin embargo…******Abrió los ojos lentamente, lo ultimo que recordaba era la expresión llorosa de Irene, mientras sus ojos se cerraban. Trató de levantarse, pe
—¡¿Qué hiciste que?! —¡Nada! ¡Solo le dije lo que en realidad está pasando! ¡¿Yo que iba a saber que era un inútil sin carácter?! Arturo se masajeó la frente mientras suspiraba bajo. Ya podía mover con más libertad sus manos y se sentaba solo, su habla aún tropezaba, pero ya estaba mucho mejor. —Ya basta, lo importante es que ya está lo suficientemente bien para moverse solo. Ahora lo importante es… ¿Qué harás Irene? Alan sorprendido miró a Arturo con algo de reproche. Irene sin dudarlo un segundo, respondió: —¡Regresaré a la isla con él! —¡¿Qué diablos?! ¿Estás loca? ¿Qué harás con dos niños sí ya era difícil para ti? Irene sonrió hermosamente y lentamente respondió. —No te importa. Él se atragantó furioso y gritó en respuesta. —¡A mi hija no la sacarás de aquí! ¿Planeas dejar botado a Tobías? ¡¿En dónde rayos dejas tu sentido de la responsabilidad?! —¿Eh? Al escuchar su