Oliver: Veía las fotos regadas en el suelo, las dos mujeres frente a mí se mostraban nerviosas e impresionadas por verme llegar de repente. —¿Qué está sucediendo? —pregunté, avancé hasta las fotos y recogí una donde se veía a Emma—. ¿Qué es esto? —Son fotos —respondió Eloísa con rapidez y se apresuró a quitarme la foto de mi mano. —Eso ya lo sé —contesté con seriedad—. ¿Por qué tienes una foto de mi empleada? —Son fotos viejas de mis antiguos compañeros de clase —explicó con la astucia que sólo ella podía tener—. Estábamos viendo recuerdos de esa época. —Mostró una sonrisa—. ¿No te había contado que Emma Sandoval estudió con nosotras? Somos viejas amigas, nuestras familias se conocen. Volteé a ver a Alexa, no se veía tan calmada como Eloísa, de hecho, se mostraba impresionada por el rápido cambio de actitud de su amiga. Reparé el suelo lleno de imágenes y me enfoqué en la imagen de una joven rubia que se mostraba sonriente; la jovencita se veía en otra foto, pero ésta estaba aco
Después de hablar con Aureliano, decidí pasar la noche en el Hotel Imperial, pasó una hora en la que estuve a solas en la habitación, tomando vino y disfrutando de una cena, que, aunque estuvo con buenos platillos, la sentí insípida. Me sentía solo. No quería pasar la noche a solas. Decidí llamar a Emma, sabía que no era el día en que debía llegar al hotel, pero necesitaba estar con alguien y sabía que era la persona indicada para una noche tan sin sabor como esa. Ella llegó a los cuarenta minutos. Me gustó que llevase un vestido rosado, peinada con un moño alto y el maquillaje era bastante natural. Se veía sencilla, pero elegante. Se mostraba sumamente tranquila, hasta sonreía. Le conté sobre la discusión con Eloísa mientras tomábamos unas copas de vino sentados en el mueble. Emma me escuchaba en silencio, eso me gustaba, porque sabía que de verdad me estaba escuchando, además que no me hacía sentir incómodo. —Quédate a dormir conmigo esta noche —le pedí a Emma. Ella sonríe y no
Estar acostada al lado de Oliver se sentía extraño, sobre todo porque podía sentir su aroma y escuchar su suave respiración que golpeaba en mi mejilla derecha, haciéndome cosquillas. Estaba acostaba boca arriba, esperando a que se durmiera, pero creía que eso no iba a suceder, él parecía estar muy a gusto con mi compañía. Me sorprendió cuando me llamó y me pidió que llegara al hotel, por un momento me asusté, porque creí que había descubierto la verdad sobre Jader. Me acomodé a medio lado y observé sus ojos verdes intensos, su cabello se veía sedoso, quería tocarlo, pero sentía que entre él y yo había un abismo enorme que nos separaba. Sin embargo, estábamos ahí, acostados en la misma cama. Sentí que la mano de Oliver se posó en mi cadera y me atrajo más a él. —Me encanta tu olor —esbozó. Mi cabeza ahora reposaba en su pecho. Podía escuchar los latidos de su corazón. Cerré los ojos y me concentré en aquella sensación: su respiración suave; el latido que me informaba que abrazaba u
Llegué a la oficina una hora tarde, Oliver me dijo que no debía preocuparme porque él era el jefe y estaba conmigo. Quiso que llegáramos juntos a la empresa, le dije que era una mala idea, pero en su caso lo vio como algo atrevido que estaba deseoso hacer. Las miradas de las personas por los pasillos y en el ascensor fue más que evidente. De hecho, cuando llegué a la oficina Alexa me observó con gran impresión que no pudo disimular. —Alexa, ¿ya tienes la investigación de mercado que te pedí? —le pregunté. El día anterior la puse a hacer una búsqueda de mercado en productos de belleza para nuestro plan de marketing para una marca. Ella debía entregármelo a primera hora, era el primer trabajo que decidí entregarle desde que me volví su jefa, era algo sencillo de hacer, sin embargo, constaba de bastante tiempo y por la vigilancia que hice anoche, sabía que estuvo en casa de Eloísa y no hizo ningún trabajo. —Claro que sí —respondió mientras tomaba unos papeles de su escritorio en el cu
La junta directiva iba a estar presente cuando se presentara el plan de marketing al director general del Loreal, con quien estábamos trabajando, era cliente importante para GABA, así que había que ser sumamente meticulosos e innovadores en las presentaciones. Le dije a Oliver que sería Alexa quien haría la presentación del plan de marketing. —¿No te parece arriesgado que sea ella quien lo haga? —preguntó con rostro serio y no convencido con mi idea. En aquel momento tocaron a la puerta, pero no esperaron a que Oliver diera permiso para entrar. La única que hacía eso era Alexa, creía que entre ella y el jefe había confianza suficiente y lo trataba como su igual. —Ay, Oliver, no sabía que estabas ocupado —dijo con una sonrisita y arregló su cabello—. Solamente venía a decirte que si vas a almorzar con nosotras. Pues Eloísa viene a almorzar conmigo y creí que te gustaría que fuéramos juntos. Oliver enarcó una ceja y con verle de lejos sabía que le molestaba tenerla presente. —Pero
Las palabras de Emma me dejaron sin aliento, ¿por qué me haría daño si estaba enamorada de mí? Ella misma lo acababa de aceptar.—¿Por qué lo hiciste? —pregunté.El mareo comenzaba a consumirme y me faltaba el aire.—Ya te dije, necesitaba destruir tu matrimonio —respondió con frialdad—. Era lo más importante que Eloísa tenía, así que debía comenzar por allí.—Pero… hacerme esto… —solté casi sin aliento.Emma se tomó su tiempo para responderme. Comenzaba a notar aquella faceta de su personalidad, alguien fría y calculadora.—Jader fue uno de los muchos hombres con los que te engañó Eloísa —explicó—, por eso tomamos la decisión de irnos por ese camino. El punto débil de Eloísa son los hombres guapos, por eso Jader accedió a seducirla, aunque… para serte honesta, quien finalmente se encargó de seducir fue ella.Las palabras de Emma me revolvían el estómago e impedían que pudiera respirar.—En parte tengo que aceptar que quería que vieras la clase de mujer que era tu esposa —siguió dicie
Aunque Oliver se fue de la empresa sin decir palabra alguna, a la media hora me llegó un pedido de comida. Creí que estaría enojado conmigo, que no quería verme nunca más después de haberle confesado uno de mis mayores secretos. Me hizo sentir muy mal el que, aunque Oliver estaba herido por mi culpa, seguía pensando en mi bienestar, lo cual demostraba la persona gentil que era; pero reflejaba que yo era todo lo contrario. El almuerzo era una salsa de carnes con papas y ensalada, además de un pequeño postre de chocolate con arequipe que me hizo recordar a mi niñez. Una comida tan deliciosa, sorpresivamente, me hizo sentir sumamente triste.—Uh… Emma, ¿tienes algún enamorado que te envió hoy el almuerzo? —comentó Olivia al entrar a la oficina y sentarse al otro lado del escritorio.Acababa de terminar de almorzar y bebía lo último del té frío con el que vino acompañado.—No lo puedo llamar enamorado, es… un colega —respondí.—Pero un colega que se preocupa por cuidar de su compañera…
Esta era la parte que más me disgustaba de una venganza, el tener que seducir hombres no era lo mío, sin embargo, era un pacto que había hecho con Jader: si él destruía el matrimonio de Eloísa, yo también aceptaría hacer lo mismo si en algún momento lo veíamos necesario.—Bien, haré todo lo posible por ir a la velada —acepté.Terminé de tomar mi desayuno y me dirigí a la oficina. Llegué más temprano de lo normal, por lo cual algunos de mis compañeros de trabajo aún no habían llegado.Me ocupé revisando los últimos detalles de la presentación, así como también organicé la sala de juntas, colocando las carpetas en los respectivos asientos.Cuando volví al departamento de marketing, encontré a Alexa confrontando a Olivia, estuvo a punto de golpearla.—¡¿Qué está sucediendo aquí?! —espeté y me acerqué con rapidez, tomando el brazo de Alexa en el aire para impedir que la golpeara.Cuando Alexa reaccionó, alejó de un sacudón su brazo de mi agarre y dio un paso atrás.—Eh… no sucede nada —in