—Nidia era mi mejor amiga, la única amiga verdadera que llegué a tener —confesé.Estábamos acostados en la cama, pero todo apuntaba a que no podríamos dormir, había demasiadas cosas por hablar y ninguno de los dos era capaz de conciliar el sueño. Sabía que Jader y Alan estaban vigilando afuera del edificio, pero no podía enviar un mensaje porque Oliver no me daba oportunidad de quedarme a solas.—¿Por qué Eloísa la asesinó? —preguntó él.—Nidia intentó defenderme, ella y Alexa me hacían bullying y Nidia era la única en la escuela que tenía la valentía de enfrentarlas.Hubo un momento de silencio. Los recuerdos volvían a mí como oleadas que intentaban ahogarme.—Esa tarde volvimos de una suspensión, Eloísa y Alexa estaban más insoportables que nunca y terminamos peleando, creo que estaban furiosas porque antes de la suspensión fui capaz de enfrentarlas, lo que conllevó a que nos llevaran a rectoría y sus mamás fueron llamadas. Esa tarde Nidia me defendió como siempre. Estábamos en el b
Me encanta leer sobre psicología humana, es como adentrarse en un tablero de ajedrez donde debes analizarlo todo: las piezas, los movimientos, los tiempos y tu posición. La mente humana tiene un patrón de comportamiento; pero mi mente favorita es la de los sociópatas como Eloísa. Lo he estudiado tanto que mi mente favorita es la de ella, a veces sueño que le abro la cabeza y le extraigo su cerebro. En mis días libres me gusta seguirla, comprar la misma ropa que ella y verme frente al espejo con sus mismos atuendos. He aprendido a actuar como ella: sonreír ladeadamente, peinar mi cabello con mis manos tal cual como lo hace cuando coquetea; sentarme sensualmente y cruzar las piernas; hasta el peso de mi cuerpo es el mismo, me ha costado tantos días de hambre, pero por fin lo he conseguido y sufro la misma anemia que ella. También mi pasatiempo favorito se ha convertido seguirla en la noche hasta la lujosa cabaña que tiene cerca de la playa, donde lleva a sus amantes y guarda sus objeto
—¿Crees que has ganado? —preguntó Eloísa con la sangre corriéndole por la frente y apuntándome con el arma—. ¡Tú misma lo dijiste, esta es una maldita guerra, nunca acabará si una de las dos no está muerta!—Pero tú ya estás muerta, Eloísa —le dije mientras avanzaba lentamente a ella—. Y a mí ya no me puedes asesinar, porque morí hace mucho tiempo.Ella apretó con fuerza el arma, aunque sus manos temblaban y soltó un fuerte grito.Estábamos en el balcón de la escuela, justo donde había muerto Nidia. Eloísa retrocedió hasta pegarse a la baranda del balcón. Sus ojos por primera vez estaban llenos de lágrimas y no llevaba esa maldita sonrisa en su rostro: estaba acabada, su mente colapsaba, podía verlo en su mirada.Solté una carcajada mientras seguía acercándome a ella.—Si vieras tu hermoso rostro en este momento —solté mientras acariciaba la punta de la pistola con los dedos de mi mano derecha—. Oh… es tan hermosa. Estás viendo la muerte, ¿verdad? Yo tuve esa misma expresión cuando es
Oliver:Dicen que cuando mueres ves pasar toda tu vida frente a tus ojos, pero no me sucede, no veo mi vida pasar frente a mis ojos.Ahora todo lo que puedo ver es a Alexa retroceder mientras sostiene el arma en sus manos, está llorando y Eloísa le quita el arma mientras le grita.—¡Haz lo que te digo y cálmate! —restalla.Cuando eres herido en el abdomen por las balas de una pistola y la sangre comienza a salir de tu cuerpo no sientes dolor, pero tampoco te sientes bien. Es más… Sin fuerza, la energía escapa de tu cuerpo junto a la sangre, se siente el calor de la sangre mientras rodea tu cuerpo.Entonces, Eloísa se acerca a mí, se agacha hasta poder observarme fijamente a los ojos.—Morirá en pocos minutos, no será un problema, ya está muerto —le dice a Alexa y se levanta para después marcharse mientras es seguida de su mejor amiga.Así es como se siente: la vida sigue transcurriendo sin ti. La joven a las afueras del colegio; la lágrima que corre por su mejilla y sus labios se mue
Cuenta regresiva: día 90. Emma: Acaricié el pecho de Oliver y lo observé fijamente, necesitaba hacerle la primera petición que me demostraría si podría ayudarme con mi plan. —Oliver, necesito que me ayudes —informé. —Mientras esté a mi alcance, haré todo lo que me pidas —respondió. —Necesito que me presentes a alguien en la velada de esta noche —expliqué. Su mirada me preguntó de quién se trataba, así que respondí—: Su nombre es Augustus Sanders. —El novio de Alexa —comentó él con un atisbo de impresión. Di un paso hacia atrás y después media vuelta para dirigirme hasta el clóset y terminar de cambiarme. Seguí abotonando la camisa blanca mientras sentía la mirada de Oliver en mi espalda. —Augustus le pidió matrimonio a Alexa hace una semana —informé. —Lo sé, el mejor matrimonio que pudo conseguir Alexa —dijo Oliver—, Augustus Sander proviene de una familia que tiene un imperio petrolero. Además, conozco bien a Augustus y sé que está verdaderamente enamorado de Alexa, llevan
En el almuerzo me encontré con la señora Milena de Polat, almorzábamos como lo acordamos días atrás y así poder hablar íntimamente sobre nuestras vidas.Sentí la comida insípida, aunque eran un filete bañado en salsa de ciruelas, preparado en el mejor restaurante de la ciudad; debía atribuirlo a la conversación que tenía con la señora Milena, pues no se podía hablar de otra cosa que no fuera tristeza pura. Éramos dos mujeres condenadas por el mismo suceso trágico: la muerte de Nidia.—Y cuéntame, ¿qué vas a hacer ahora? —me preguntó mientras sostenía su copa de vinotinto—. Dime tu siguiente plan.—Voy a destruir otra relación —informé—. ¿Está enterada del compromiso entre Alexa y Augustus Sanders?—Oh, sí, claro que todos conocemos esa relación, es el heredero de ese imperio petrolero, uno de los solteros más codiciados y Alexa es famosa por ser la única mujer que logró hacer que se comprometiera.—Pues ahora será famosa por ser la primera que él deje vestida y alborotada en el altar
Cuenta regresiva: día 90. Oliver: Volví a la casa, Eloísa me había suplicado para quedarme con ella. Temblaba y lloraba desconsoladamente. Finalmente logró quedarse dormida gracias a un calmante que le había dado el doctor, pues al verla en una crisis de nervios mandé a llamarlo.—¿Sus quemaduras son graves? —pregunté al doctor.Eloísa estaba profundamente dormida frente a nosotros, la observábamos mientras conversábamos.—Sí, quedarán marcas, no tan profundas —informó el doctor—, pero con un buen tratamiento estético no será nada que ella no pueda superar, en aproximadamente tres meses podrá retomar su carrera de modelaje.Aquello, para mi sorpresa, me hizo enojar. Quería que Eloísa sufriera, aún en su momento más bajo no dejaba de engañarme.Volteé a ver al doctor.—¿Y qué podría pasar con sus heridas si no son bien cuidadas? —pregunté con tono bajo.El hombre se sorprendió por mis palabras. Me acerqué lentamente hasta el balcón, el doctor me siguió con cautela.—Bueno, señor, si
La carcajada histérica de Eloísa estremeció el tímpano derecho de Emma, su mano empuñó con fuerza el celular, hasta hacerlo temblar.—¿Creías que no iba a hacer nada? —cuestionó Eloísa—. ¿Creías que iba a permitir que me quitaras a mi esposo? —Volvió a carcajear con fuerza—. Ay, Emma, tú siempre has sido tan… ingenua, desde pequeña siempre lo has sido, por más que intentes ser mala, nunca podrás serlo. —Un silencio atrapó la llamada—. Oliver siempre fue mío, pero, como dejó de servirme, pues tuve que matarlo. Así de fácil se tira la basura.Las lágrimas rodaron silenciosamente por las mejillas de Emma.Su mundo empezó a mecerse: de un lado a otro. Sentía la vida correr como el tictac de un reloj de péndulo.Pero no sentía nada…—¿Qué creías? ¿Que podrías asesinarme y después ocupar mi lugar? —preguntó Eloísa y soltó otra de sus carcajadas estridentes—. Ay, Emma, desde niña has sido tan graciosa.La sonrisa apareció en el rostro de Emma, ensanchándose cada vez más. Con su mano izquierd