La brisa sopló el cabello de Jung suavemente y él tiró otro trozo de pan al piso, sonriendo levemente al ver cómo las aves se amontonaban alrededor de las migas, luchando por quedarse con el trozo más grande; otro trozo de pan cayó al piso y los emplumados animales dejaron de pelear entre sí al ver que había suficiente para todos.
—Ah… —Una voz llamó su atención y él se volvió a mirar a la puerta de la azotea— Pensé que estaría solo aquí. —Ethan se detuvo en su lugar al ver al coreano sentado en posición de lot
—¿Seguro no quieres ir a un hospital? —Jason caminó detrás de Patrick, quien cojeaba un poco mientras empujaba al inquieto sujeto que llevaba sus muñecas esposadas y parecía reacio a ser encarcelado.—Seguro… —El más alto suspiró luego de empujar al molesto carterista que habían atrapado esa mañana a la celda provisional de la estación y llevó una de sus manos a su dolorido abdomen— Pero la próxima vez podrías darme una mano... —Hizo una mueca de dolor y el chino se sintió culpable.—Estoy seguro de que no había necesidad de recurrir a la violencia. —Jason suspiró, el menor señaló su labio partido, su ropa sucia y sus brazos rasguñados y frunció su ceño.—¡Él empezó! —se defendió— ¡Apuntó a una anciana con
—¿Uhm? —Jung dio un sorbo a su café y alzó una de sus cejas— Escucha, esto que intentas hacer es realmente lindo, lo aprecio, en serio —dijo, mirando al rubio que estaba frente a él, comiendo una galleta—, pero es suficiente… no va a pasar, ya no podemos estar juntos, es todo. —Suspiró, Eddie frunció su ceño y desvío su mirada— ¿Me estás escuchando? —preguntó al ver que no le prestaba atención, el mayor se volvió a verlo con una sonrisa y dio un paso adelante.El rubio tomó la taza de las manos del co
Jung observó al callado pelinegro a su lado y mordió su labio, él realmente no esperaba estar atrapado en aquella situación, pero ya no había nada que pudiera hacer. Hacía sólo una hora que habían bajado de su avión y ahora estaban en un taxi de camino a la casa que compartirían por una cantidad indefinida de tiempo, Patrick no había dicho nada en todo el camino y él se sentía extremadamente incómodo. En principio había sido el menor quien había tomado la iniciativa de llevar las cosas con calma e intentar hacer todo menos incómodo, pero ahora actuaba de esta manera cada vez que estaban solos. Su silencio hacía que su corazón doliera.—Ya estamos aquí. —El conductor detuvo el auto y ellos se prepararon para bajar.El vendedor de bienes raíces estaba esperándolos en la entrada de la gran casa y ellos se ace
—¿Uhm? —Jung se volvió a ver al más alto y éste esperó a que le respondiera— Lo siento, no estaba escuchando. —Sonrió apenado.—Eso supuse —Patrick rio—, te dije que quizás deberíamos salir y caminar alrededor, ver las casas. Quizás nos topemos con algunos vecinos y... —El timbre sonó, interrumpiendo sus palabras y haciéndolo volverse a la puerta.—&
—Uhm… —Jung se removió en su lugar, apretando sus ojos con pereza antes de bostezar y volver a abrazarse a Patrick.Espera.¿Patrick?El coreano abrió sus ojos de golpe y subió su mirada, apretando sus labios al ver al concentrado pelinegro que miraba el conte
—… no es mi problema lo que hagas o no en ese viaje, Zhang —Mark lanzó varias de las camisas del chino a la espaciosa maleta y volvió a pararse frente al armario del menor.—Pero… Mark… —Jason, que iba de un lado al otro tratando de detener al molesto americano que no se dignaba a mirarlo a la cara, habló en un suspiro mientras éste volvía a arrugar todas sus camisas— ¿Qué se supone que piensas que haré? —preguntó, casi desesperado porque el mayor se volviera a verlo.
—Eso es maravilloso. —La señora Weissman aplaudió al ver que su hijo le enseñaba su alta puntuación en su reporte de historia— ¡Oh, cariño, eres nuestro salvador!—No es así. —El ojeroso Patrick sonrió con vergüenza, reprimiendo un suspiro de alivio.Jung observó desde una de las sillas en el jardín y reprimió una risita, el pelinegro había estado preocupado por lo que pasaría con las calificaciones del hijo de los Weissman luego de que él lo "ayudara" con sus asignaciones; Patrick había pasado noches en vela estudiando sólo para poder enseñarla al chico de una mejor manera, por lo que ahora se veía totalmente exhausto,Jung creía que lo que había hecho era realmente adorable, no sólo porque era para salvar su cubierta, sino porque realmente había estado muy preocupad
Sólo tenía que hacer clic, sólo tenía que reunir todas sus fuerzas y poner su dedo en la maldita cosa… ¡¿Por qué no podía hacerlo?! ¡¿Por qué no podía simplemente hacer un maldito clic?! La furia se acumuló en su cuerpo y terminó por bajar la fina pantalla de su ordenador con gran fuerza, apoyando su rostro entre sus manos y sobándolo, despeinado su cabello en el proceso. Aquella era la segunda semana que Jung y él pasaban en L.A, casi la tercera, sus sospechas sobre los vecinos se habían hecho mucho más grandes al descubrir que el coreano había tenido la razón y las cámaras de seguridad habían sido desactivada con días de anticipación, siendo la ú