Kallen observó la escena con la expresión pálida. Estaba estupefacta, jamás había visto a Dannon derrotado de esa forma. ¿Qué podía hacer para ayudarlo? No podía transformarse en una loba ni tenía poderes especiales, mucho menos era una guerrera ni cargaba armas consigo. ¿Cómo enfrentar a esos lobo
—¡Padre! ¿Estás bien? —preguntó Emmet con insistencia—. ¡Ese fenómeno se atrevió a herirte!—Solo es una herida superficial —comentó despreocupado. Segundos después de haber dicho esto, se percató de la ausencia de Kallen y Dannon—. Esos dos… ¡huyeron! —vociferó, airado—. ¡Debemos ir tras ellos! ¡No
El albino era obstinado y le costaba admitir una derrota a viva voz, pero, dentro de sí, siempre trataba de reflexionar con respecto a sus acciones. Por lo tanto, le dio la razón a Kallen. No merecía la pena morir en esas circunstancias y en manos de los Ginebra. Tenía la obligación de mantenerse vi
Almir era un lobo cruel y despiadado, pero sus hijos y la manada a la que pertenecía eran lo más importante para él, así como su lealtad hacia el Alfa del Clan Ginebra. Por nada del mundo quería perder a su hijo mayor, quien se había rendido en el instante en que Izan lo amenazó con despedazar su cu
—Si se rehúsa a hablar conmigo, les diré a todos la verdad —amenazó.Débora se giró lentamente hacia ella, mirándola desconcertada. Observó a su alrededor para cerciorarse de que nadie la haya escuchado y, entonces, accedió.Ambas fueron al establo vacío y se ubicaron frente a frente. Permanecieron
Dannon apretó los párpados y los fue abriendo de a poco, acostumbrándose a la luz del sol y recuperando paulatinamente la nitidez. Extendió los brazos a los costados, percibiendo la suavidad y la frescura del pasto. Las hojas de los árboles se movían por encima suyo y los rayos solares se filtraban
La híbrida tenía la habilidad de los lobos para curarse en poco tiempo, así que no hubo mucho problema. Dannon se quedó pensativo por un rato y luego incrustó la mirada en el Beta. —Izan, tenemos cosas que hacer —articuló Dannon, levantándose de la cama. —¡Alfa, usted no puede ponerse de pie en e
Sin embargo, Dannon solo se dedicó a mirarla sin tocarla y sin alzarle la voz. Pero Kallen notó que su expresión demostraba una especie de desilusión. Se veía perturbado y la híbrida asumió que se debía a sus múltiples heridas, aunque en realidad esa no era la razón por la que se hallaba aturdido.