Era medianoche cuando Kallen y Dannon se dirigieron al estudio. El Alfa se había puesto sus prendas nuevamente y la híbrida tenía puesta una túnica igual a la anterior. Dannon no le colocó de vuelta los grilletes en los tobillos, pero traía los de las muñecas. Kallen tomó la lira entre sus manos y
***** En la mañana siguiente, Izan se dirigió al calabozo durante las primeras horas y pidió ver a Adrián, a lo que los guardias lo llevaron hasta su celda. Apenas ingresó, el olor desagradable golpeó su olfato. —¡Puaj! —llevó la mano a su nariz, aproximándose a Magnus—. Algo se está pudriendo aq
El guardia se inclinó hacia Emilse y la tomó de los brazos. —¡¿Qué haces?! ¡Suéltame! —vociferó ella. —Estoy seguro de que te has aburrido bastante encerrada aquí, divirtámonos un poco —la presionó contra su cuerpo. —¡Basta, detente! —gritó y consiguió darle un puñetazo en la cara. Para el guard
—Y-Ya veo. Supongo que… no podemos negarnos. —No es una petición, es una orden directa del Alfa —manifestó—. Ahora, salgamos. Izan la llevó de la mano y la guió hasta la salida del calabozo, a lo que los rayos solares chocaron fuertemente contra el rostro de Emilse. Colocó su mano libre a la altur
—Sí, me lo imagino. Los dos suspiraron profundamente, pues ambos conocían al Alfa a la perfección y sabían lo difícil que era lidiar con él. Luego, Izan miró al hombre en la camilla y le dedicó unas palabras. —Lo hiciste bien, Adrián. Lo soportaste bien —alentó—. Que sepas que tu hija y tú son lo
Kallen salió de la mansión y comenzó a correr hacia la dirección que Débora le había indicado. Le comentó que, a ciertos kilómetros, lo estaría esperando un caballo que consiguió para ella, así que debía llegar lo más rápido posible. Mientras hacía esto, Dannon salió de su estudio y se encaminó a l
—¡Izan, Izan! —su voz retumbó en toda la mansión, haciendo que el Beta bajara de la cama de un salto y fuese corriendo a donde se encontraba el Alfa. Apenas traía unos pantalones cortos de dormir y no había espabilado, pues salió de sus sábanas sin tomarse el tiempo de despertar apropiadamente. Ni s
Kallen miró aterrorizada la manera en que estaba siendo arrinconada por lobos del Clan enemigo. Eran un grupo de cuatro y caminaban lentamente alrededor de ella. —Nunca había visto a una híbrida con mis propios ojos —manifestó Almir, el Beta de los Ginebra—. Eres mitad loba pero no puedes transform