—Pero... ¿cómo es posible? —cuestionó Kallen con asombro. —Ha estado bastante absorto en sus propios pensamientos desde que usted se marchó. Lo único a lo que le prestaba toda su atención era a su búsqueda, ignorando la presencia de su mate. He tratado de conversar con él tantas veces y hacerlo cam
La mujer subió el pantalón tanto como pudo, dejándolo por encima de la herida. Lo observó con detenimiento y su expresión denotó perturbación.—Alfa, su herida se ve muy mal —comentó, inquieta—. Luce como si fuese nueva, no hubo ninguna reconstrucción del tejido. Usted está teniendo problemas para c
El albino vaciló por un instante, hasta que optó por acceder, así que dio un asentimiento para expresar su aprobación.*****Durante horas de la tarde, Dannon fue al bosque a cazar junto con Izan. En ese lapso de tiempo, Kallen tuvo la intención de visitar a los humanos en el calabozo, pero no se lo
La híbrida lo miró perpleja, tratando de encontrar el trasfondo en su demanda. —Pero, Alfa…—Empieza ya —exigió él.Sin más remedio, Kallen se dispuso a ejecutar su lira. La música acarició el alma de Dannon y envolvió a su corazón con una serenidad que hacía tiempo no experimentaba. Como estaba s
—¿Solo?—Así es —mintió, pero no por tener la necesidad de ocultárselo, sino porque no tenía ganas de dar explicaciones.Sin embargo, el hecho de haber mentido complicó la situación.—No es verdad. Han visto a la híbrida salir de su estudio al amanecer —expuso—. ¿Acaso… pasó la noche con ella?Danno
—Me temo que no servirá —aseveró él—. Solo funciona con Kallen. —No puede asegurar tal cosa. Yo soy su pareja destinada, ¿no cree que el efecto será aún más intenso si soy yo quien lo hace? Dannon se tornó pensativo por un momento, encontrando lógica en sus palabras. —De acuerdo. Lo intentaremos
Izan acostumbraba despertar con el alba pues le gustaba deleitarse con el rocío que dejaba la frialdad de la noche. Se levantaba de la cama y se paseaba por el jardín para disfrutar de la tranquilidad antes de que empezara el caos de mucamas y sirvientes moviéndose de un lado a otro dentro de la man
—¿Lo dice en serio? —frunció el ceño y lo miró con extrañeza—. ¿No será simplemente una coincidencia? —Lo consideraría si no lo hubiese comprobado por mí mismo. Dannon explicó lo ocurrido con Kallen, que al escucharla ejecutar la lira su jaqueca se disipó y que, tras pasar la noche con ella en el