Manizales- Colombia.

Milagros, abrazada a su hijo no paraba de sollozar, aún no lograba poner en claro sus ideas, mientras su niño la consolaba acariciándole el cabello.

—¿Por qué lloras mami? —preguntó. —¿Quiénes son todas esas personas que me miraban extraño?

Milly alejó su rostro del pequeño, se secó las lágrimas con un pañuelo.

—Mi niño...— suspiró la joven, tomó aliento para continuar. —¿Recuerdas que hace días te dije que muy pronto ibas a conocer a alguien muy importante en tu vida?

Jorge asintió con la cabeza.

—¿A quién voy a conocer? — averiguó con la curiosidad propia de un niño.

Milagros permaneció en silencio un momento, mientras su hijo la observaba esperando respuesta.

—Jorge, vas a conocer a tu papá...

—¿A mi padre? —preguntó el niño con gran emoción, su