Capítulo 136

Rosario, se observaba al espejo, se colocaba una pañoleta sobre su cuello, arregló su espesa cabellera negra, cuando fue interrumpida por los golpes en la puerta de su departamento.

—¿Quién? —averiguó.

—Jacinto, el conserje —respondió. Rosario abrió, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el enorme arreglo de rosas rojas—. Lo dejaron para usted. ¿En dónde las colocó?

En la mesa —pronunció, nerviosa e intrigada—. Muchas gracias — le sonrió al joven dándole una propina. Con las manos temblorosas se acercó, abrió la tarjeta.

«Para que sus hermosos ojos vuelvan a sonreír... Espero le gusten las rosas. Fabián»

Rosario derramó varias lágrimas, era la primera vez en su vida que un hombre le envi

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