Capítulo 5.

Domingo de gofres. En realidad no sé si existe, nunca antes hemos tenido ninguna costumbre de este estilo. Cierto que varias noches en semana dormíamos juntas tras un maratón, acompañado de pizza o diferente comida basura. Pero más que por costumbre era simplemente porque nos apetecía. Y hoy ha sido igual. Me apetecían gofres para desayunar, así que ahí estaba el desayuno servido en la barra americana. Con nata y unas rodajas de fresa y plátano para adornarlo.

Ya estaba lista y había despertado a Harley. Desayunábamos tranquilas, hablando sobre los planes para el día de hoy. Le recordé que al ser domingo hoy mi hermana, la que se casaba, iba a comer a casa de mi madre, y nosotras también. Así aprovechaba para presentarle tanto a esta como a su futuro marido. Pero claro, eso era a la hora de comer, por lo cual en un principio teníamos la mañana libre. Vacía.

Harley propuso aprovechar la mañana para enseñarle la isla y a falta de un plan mejor me pareció correcto. Por ello, al terminar el desayuno, mientras ella se arreglaba, yo limpiaba.

Como ya es normal, termine antes que ella. También es que mientras yo iba siempre a lo sencillo, sin complicarme la vida, mientras que ella si se ocupaba más de cómo se veía.

Yo iba como siempre; botas, vaqueros, y mi camisa, la cual era negra en esta ocasión. Por si acaso me llevaba la chaqueta, por si me daba frío. El mismo estilo de siempre, vaya. Al contrario que Harley, la que hoy llevaba unos pantalones de salir color negro y una blusa cruzada con cinturón de manga con volante. Hoy decidió optar por menos tacón que el de ayer.

El plan para el día de hoy es enseñarle Puerto de Mogán, más conocida como la Venecia de Canarias. Sé que le va a gustar por su peculiar diseño, y no me equivoco, pues al llegar, con tan solo ver su cara, antes de escucharla, puedo ver que efectivamente es así. La verdad es que pasamos una mañana bastante agradable, pero sobre la una, un poco antes, decidimos dejar ya la visita para llegar a tiempo comer a casa de mi madre.

Hasta ahora Harley aún no había probado la comida de mi madre, y mi deber de amiga era advertirla de que le iba a encantar tanto que seguramente quisiera repetir. Esta me pregunto si sabía que había cocinado, a lo que conteste con una negativa, puesto que la verdad es que... No, no lo sabía. No tenía ni idea. Cada fin de semana hacía algo distinto. Improvisaba. Pero que tenía tan buena mano que… Bueno, en breve lo descubriría por sí misma. Y eso es lo que precisamente haría todo más divertido. Al menos para mí, claro.

Al llegar a la casa de mi familia, el delicioso olor nos recibe, inundando nuestras fosas nasales, nada más entramos en esta.

—Mmm… Qué bien huele. — Son las primeras palabras de Harley, las cuales acompaña de una sonrisa.

—Espero que opines igual del sabor. —Le dice mi madre, tras los dos besos del saludo inicial.

—Seguro que sí. Hope me ha hablado maravillas de su comida.

—¿Ah sí? Pues harías bien en creerla. Todo es cierto.

Harley ríe al escucharla. Cada vez le gusta más mi madre, y a mí eso es algo que sinceramente me encanta. Nos dirigimos a la cocina para comer y finalmente averiguar a que pertenece ese olor. Ha preparado solomillo, y no es lo único, de postre habrá un delicioso pastel. ¡Qué bien suena todo!

Antes de comenzar a comer, observo a Harley, esperando a que lo haga ella. No quiero perderme ninguna sola de sus reacciones. Cierra los ojos antes el primer bocado: saboreándolo, degustándolo.

—¿Se puede tener un orgasmo por una comida?

—¡Harley! —Le llamo rápidamente la atención, pese a que en el fondo estoy divertida. ¿Cómo se le ocurre decirlo frente a mi madre? Menuda cabeza loca…

Como si nada hubiera pasado, se nos desea un buen provecho y disfrutamos de nuestra comida.

Al abandonar la mesa, le presento a Harley a mi padre. Quien despertaba justo en ese momento. Anoche había vuelto de su viaje, nos explicó sobre el motivo de levantarse a esas horas. Debido a trabajo, suele hacer muchos viajes entre las islas. Rara vez iba más lejos.

Poco después de esto, el timbre de la casa índica nueva visita. El miembro que falta por presentar. De antemano sabía que iban a llevarse bien, pero la situación que se presenta alrededor de mí, frente a mis ojos, supera a las expectativas. Parecían hasta ser las nuevas mejores amigas. Harley no dudó en ofrecerle su ayuda para con la boda. Lo cual la otra acepto encantada.

De hecho, tan buenas migas hicieron que ese fue el motivo de pasar todo el día, hasta que comenzó a oscurecer, en casa de mi madre.

La noche de domingo transcurrió como la del sábado; cenamos viéndonos una película. 50 sombras de Grey. Ya que se perdió el maratón de Harry Potter, no quería perderse la cita con Jamie Dornan. Al acabar con esta, tras haber babeado durante un buen rato, decidimos dejar la segunda con sus sombras más oscuras para mañana. Antes de irnos a dormir intercambiamos varias opiniones sobre el día, puesto que, ahora si, al completo, conocía a toda mi familia. De momento todos le agradan. Ninguna de las dos creemos que la cosa pueda cambiar mucho, por lo cual se podría decir que esta aventura empieza con buen sabor de boca.

Esa noche, pese a no haberle visto en el día de hoy, Abraham vuelve a visitar mis sueños. Se ha vuelto costumbre desde aquella primera noche en la que lo conocí.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo