—¡¿Pero tú no te ibas a la ducha?!Tal vez reacciono algo exageradamente mientras vuelvo a atarme el nudo de la bata lo más rápido que puedo. Pero de verdad que me ha asustado. Estaba tan concentrada en Abraham que ni me había percatado que ella estaba de cotilla.—La ducha puede esperar. Lo primero es lo primero. Prioridades.Como si nada, mi amiga se ha sentado en uno de los taburetes y está comiéndose las sobras de nuestro desayuno. No puedo evitar mirarla con una ceja alzada.—No hagas eso. Te preparo otro. Sabes que no me importa. Y, ¿qué prioridades son esas?—Oh, no te preocupes. Estoy bien así.—Creo que nunca la he visto comer de esa manera. Sí que tiene hambre. Como si supiera lo que estoy pensando, la rubia frente a mí responde a mi pregunta sin formular.—El sexo me da hambre.—Hambre y otras cosas. Apestas a ello. Deberías ducharte.—Me duché. Pero Jack es insaciable. No es solo la ducha juntos, después de esta, me volvió a arrastrar a la cama…—¡Harley no quiero escucharlo
Nos avisaron con antelación de que Alicia, Mónica, Rick y Aitor se iban al final de esa semana. Antes de ir a disfrutar de las navidades en Escocia con la familia del marido de Alicia, debían ir a Madrid a preparar mejor sus maletas, ya que hubo cambios en los planes iniciales y el equipaje que tenían aquí no era suficiente ni idóneo para dichas vacaciones. Además, querían disfrutar de Escocia con tiempo de sobra. Sin prisas de ningún tipo. Por ello hemos aprovechado esta última semana para compartirla con ellos y disfrutar de su compañía al máximo. Y no hablo solo de Harley y de mí, también de Lucia. Cuando informamos a esta última de la marcha de su nuevo amigo y la familia de este, la enana nos sorprendió a todos preguntándoles que harían con Castle y si ella podía cuidarlo mientras ellos se iban de vacaciones. Eso trajo risas a la mesa de la dulcería en la que estábamos merendando ese día. Más no sería posible. Deberíamos despedirnos también del adorable border collie. El perro s
Debido a que nos espera un día de trabajo por delante, he decidido que la mejor forma de afrontarlo (o una de las mejores según mi punto de vista) es con un desayuno lleno de energías que nos ayude a empezar el día con estas. Un smoothie bowl de fresas, plátano y queso fresco con avena para cada una, es el plato elegido para este día de martes. Los reclamos y cualquier otra cosa de ayer han quedado atrás. Desayunamos en una apacible tranquilidad en la cual charlamos del día que nos espera y nuestros planes para esta última semana en Canarias. 71 correos es lo que me encuentro al abrir el ordenador y meterme a la cuenta. Me concentro en leer y responder a todos de la mejor manera posible. Siempre me pasa lo mismo. Algunos casos creo que se me vienen demasiado grande. Pese a esto, siempre tengo algún consejo que dar. Intentar ayudar de la mejor manera que pueda dentro de mis pocas facultades posibles. Un ejemplo de estos casos serían esos que, más bien lo que necesitan, es la ayuda de
La primera vez que estuve en su casa, cuando Harley y yo trajimos a Alicia tras quedarse a ver 50 sombras de Grey con nosotras, esta me pareció muy hermosa, y también enorme. Ahora, que está más vacía, juraría que me parece incluso más grande que la vez anterior.Dejo de mirar la casa cuando me percato de que Abraham está contemplándome. ¿Cuánto tiempo lleva haciéndolo? Inevitablemente siento el rubor cubrir mis mejillas.—Sabes que no tiene que pasar nada que no quieras, ¿cierto?—Adoro que sea tan atento y comprensivo conmigo. Que, por otra parte, debería ser lo normal. No obstante, por desgracia, no lo es. Y yo me siento afortunada de a mi lado tener un hombre que si lo sea.—Bien. ¿Quieres que te guie a la habitación de Alicia?—Pregunta tras mi asentimiento a la primera cuestión. Esta vez niego. No quiero. Tampoco lo necesito. Por otras veces que he estado en su casa sé donde queda el cuarto de su hermana. El que no sé donde queda y al cual quiero ir es el suyo.Acorto las distancia
Se supone que en invierno hace más frío. En especial en diciembre. Pero, en brazos de Abraham, abrazada por este, no lo noto. Me invade una agradable sensación de calidad. Me remuevo en sus brazos mientras despierto. Enterrando mi rostro en su pecho desnudo.Pecho desnudo.Lentamente, abro mis ojos para comprobarlo con estos mismos. Lo de anoche no fue ningún sueño. Mi cuerpo ligeramente adolorido, pues no está acostumbrado a tener tantas tareas, y menos en una misma noche, como hizo la anterior, ya era un recordatorio de esto. Pero, cualquier aviso que mi cuerpo o cerebro quisieran hacerme jamás sería suficiente. Siempre querría comprobar que era real. Porque con Abraham siempre me siento como en un sueño del cual no quiero despertar.Poco a poco, alzo mi mirada de su pecho a su rostro, para descubrirlo despierto. ¿Este hombre no duerme? ¿Siempre se despierta antes que yo? Ya van dos veces (las únicas en las que hemos compartido lecho) en las que lo pillo mirándome en lugar de durmie
Durante toda la semana variamos los días. Compartiendo tiempo con mi familia y con los chicos. Compaginarlo todo es más fácil de lo que esperaba. Por el día lo pasamos con mi familia haciendo diversas actividades. Y por la noche con Abraham y Jack. Aunque también hay días en los que llegamos a verles. No somos las únicas encariñadas con estos (o más bien con Abraham. Prefiero pensar eso). Lucía, mi sobrina, también los conoce. Y disfrutar de un ratito con estos le recuerda a su amigo que hace tan poco había tenido que irse.Desde el día en el que fuimos al Ikea, Abraham duerme todas las noches conmigo. Por parte de Harley y Jack sé que es igual. Aunque como ellos bien dirían “dormir poco”. No voy a mentir, Abraham y yo en esa cama hacemos algo más que descansar. Pero también nos gusta recargar energías y sabemos lo importante que esto es.En esa semana, que tan corta se me hizo, pues se me paso bastante rápido, solo una noche no dormí con Abraham. Harley se había traído a Jack a casa.
Siempre me he imaginado en Nueva York. No precisamente viviendo en esta, pero si he tenido desde pequeña el deseo de viajar y conocerla. Pasar algunas vacaciones tal vez. Si en algún momento de mi niñez o juventud, alguien me hubiera dicho que años después, a mis treinta y tres, me iría a vivir a la gran manzana…. No me lo hubiera creído. Probablemente me habría reído. Le habría dado la razón como a los locos.A veces la realidad supera a los sueños. Realmente tengo la esperanza de que así sea.Por los dos vuelos, y las emociones vividas, llegamos bastante cansadas a la gran ciudad. Motivo por el cual decidimos dejar nuestras ganas de hacer turismo (o más bien las mías, ya que Harley ha visitado en más de una vez Nueva York) para mañana. Ese día lo que más nos urge es descansar. Nos dirigimos directamente a nuestro hotel. Me asombra descubrir que es el Empire Hotel. Es uno bastante bueno. Y lo poco que veo de este, pues el cansancio me puede, no deja de encantarme.Harley ha pedido nu
Me gustaría decir que el día transcurrió sin problemas. Pero solo una parte de este lo hizo. El día comenzó bastante bien. Disfrutamos de otro delicioso desayuno en el hotel antes de dirigirnos a la cadena. Donde veremos si congeniamos y cómo transcurre todo. Por suerte, fue bastante bien. Me resultaron muy simpáticos. Tuvimos lo que se dice “buen feeling” casi desde el primer momento. Me explicaron todo con una paciencia digna de admirar. Salí de esa reunión con un buen sabor de boca. Le había dado una patada a los nervios.Hasta que ella se acercó. Era una mujer pelirroja. Llevaba mucho tiempo en la entrada, pues recuerdo haberla visto cuando llegamos.—¿Dra. Hope?—Nos preguntó, casi podía notar la desesperación en su voz.Harley y yo nos miramos. ¿Cómo lo sabía? Nadie conocía el rostro de quien se escondía tras la Dra. Hope. Tampoco sabían de Harley. Veo a esta tensarse a mi lado. Sé que va a responder de malas formas a las chicas, la cual no se lo merece, y por ello intercedo ante