Borya y Drake lograron contactar a Iván y a su grupo para una reunión, aunque organizarla les costó días y mucho esfuerzo.Los impuros se habían dispersado por culpa de la furia desatada por Belfergor y por Belial en toda Rusia, no solo por el robo y el ataque que sufrieron en su base en Urales, sino por la búsqueda incansable y secreta que hacían del impuro hijo de Lilith.Para Belfergor, llegar hasta su «medio hermano» significaba la posibilidad de recuperar a su hija y su sangre angelical y a las tres piedras del destino que había perdido, pero también, era la posibilidad de recuperar su exclusividad en la línea sucesoral al trono infernal, liderazgo que se había jurado a sí mismo mantener por encima de lo que fuera, incluso, del bienestar de su propia raza.La desesperación y rabia que le produjo perder los soportes que le garantizaban el éxito, lo llevó a cometer serios errores, siendo perseguido, además, por la amenaza de guerra humana, restándole aliados.Por su culpa, el gobie
—¿Qué sabes? —quiso saber Borya.—Sé del arsenal humano que ellos manejan en ese lugar y de la fabricación de las ojivas nucleares que piensan utilizar para provocar una guerra mundial. —El demonio se aproximó un paso más, acentuando su desafío—. Yo me enteré de eso hace un par de días, pero tú lo sabías desde hace semanas y no dijiste nada. Si se da esa guerra, los ángeles bajaran y con eso los superiores tendrán la sangre que necesitan para liberar a Lucifer. —Una exclamación conjunta se dio entre los impuros, demostrando lo asombrado que habían quedado por esa noticia—. Creo que es tarde para avisarnos de ese asunto, ya la guerra se está gestando entre las naciones. Hay mucha tensión entre los países por los ataques de los demonios superiores. Se señalan entre ellos buscando al culpable de lo sucedido en el Atlántico sur.—Los ángeles no bajan del cielo por guerras humanas, lo sabes muy bien —aclaró Borya con enfado, encarándolo, y calmando un poco la inquietud colectiva—. Se neces
Aunque contaban con el apoyo de los impuros, para Borya era imperativo que Natasha y su grupo aceptaran su oferta.Necesitaba restarle soportes a Ezael y aumentar aún más su fuerza. No podía permitir que el ángel tuviera los medios para manejarlos a todos a su antojo. Demasiadas vidas y sueños estaban en juego.Por siempre había sido terco y perseverante con sus aspiraciones, pero ahora lo era más que nunca por tener al corazón involucrado.No se rendiría ni ante las exigencias o los peligros. De alguna manera esquivarías sus condenas, como lo venía haciendo desde hacía décadas.—¿Cómo va el centro de información de los impuros? —preguntó Drake entrando a la oficina donde el demonio se encontraba evaluando los datos que le habían enviado por correo electrónico, en la planta superior de su mansión en Blaye, Francia.—Increíble. Es sorprendente lo que puede lograrse cuando unes varias fuentes. Belfergor está fuera de Rusia, dicen que busca reunirse con la facción demoniaca que está aisl
Horas después, Anna estaba lista para partir. Borya la esperaba en la habitación que le habían asignado, viéndola salir del baño con el abrigo puesto.—¿Ya nos vamos? —preguntó la chica ansiosa. Estaba muy emocionada por la misión que le habían asignado, quería poner su grano de arena en esa batalla.—Drake te espera en el salón principal.Borya se acercó a ella y observó su cara con atención, como si buscara memorizar cada uno de sus rasgos.Adoraba desde las curvas de sus cejas hasta los límites de su mandíbula, sobre todo, las prominencias húmedas y sonrosadas de sus labios y el brillo incandescente de sus ojos verdes grisáceos.Llevó una de sus manos hasta su rostro y acarició su mejilla hasta hundir los dedos en sus cabellos y llegar a la nuca.—Hubiese querido viajar contigo —exclamó ella con los ojos saturados de deseo—. Sentir tu contacto en todo momento y el calor de tu proximidad me tranquiliza.Borya apoyó la frente en la de ella, cerró los ojos y aspiró el aroma del alient
Fuera del hangar había un viejo helicóptero esperándolos.—¿Nos llevará con vida? —quiso saber Drake, angustiado por el estado del vehículo.—No tenemos tantos recursos como tú, mitad bestia, pero contamos con gente experta que no nos dejará morir —respondió Alexey con diversión y caminó hacia la nave que ya estaba preparada para partir—. Además, si caemos, tú sobrevivirás, ¿cierto? Espero no abandones nuestros cuerpos en la montaña y pagues los gastos de los funerales.La chanza no le gustó a Drake, quien miró al rubio con irritación.—Si caemos, me salvarás. ¿No es así? —le preguntó Anna de forma confidencial.—Me sorprendería si esta cosa levanta vuelo —respondió él evaluando el vehículo con mayor atención.Sin embargo, para asombro de Drake y tranquilidad del resto de los pasajeros, el helicóptero no falló durante el viaje, logrando sobrevolar sin inconvenientes hacia el norte de la península de Kamchatka, donde se hallaba la cordillera de volcanes.Anna miró maravillada el hermos
Minutos después, subían la pedregosa cuesta de la montaña en un vehículo militar grande y viejo, pero ideal para superar terrenos de suelo helado y resbaladizo.En realidad, no se trataba de una montaña cualquiera, sino de un volcán activo, aunque llevaba décadas con su interior sereno.Atravesaron una vía congelada de lava y cenizas bordeada por bloques de hielo y con enormes piedras volcánicas que parecían estatuas humanas.Se detuvieron cuando faltaba poco para alcanzar la cima.—Ahora tenemos que ir a pie —anunció Alexey, animándolos a bajar del auto y colocarse el equipo de escalada.Aferrada con fuerza a los bastones de trekking, Anna subió los empinados caminos molesta porque las cenizas húmedas se pegaban a sus botas, volviéndolas resbaladizas y soportando las bajas temperaturas de aquella zona nublada por la neblina y por las columnas de gases que salían del interior del cráter.Gracias al ejercicio que había tenido esos días con los entrenamientos en Francia, se encontraba e
Mientras Anna conversaba con Natasha, contándole todo lo averiguado por Borya y sus planes para eliminar a los demonios superiores y la amenaza de Ezael, Alexey y Drake se habían apartado del grupo para hablar también de la situación que los agobiaba.—Yuvan es un sujeto dominado por su sed de venganza —confesó Alexey—, sabe y comprende las intenciones de Ezael, pero igual lo sigue porque él lo llevará a vengarse de los demonios acabándolos hasta extinguirlos de la faz de la tierra. Aunque nos ayudó a alejarnos de él, decidió quedarse. No le importa morir mientras termine con la mayor cantidad de demonios posible.—Nunca le tuve mucha confianza.—Nooo, es un tipo muy confiable, pondría mi vida en sus manos. Solo está demasiado lleno de odio y amargura, eso lo ha vuelto una persona agria.—Esa ha sido una de mis luchas durante mis siglos de vida: no dejarme dominar por mis rabias y rencores. Eso nos lleva a hacer las cosas mal y a sufrir el doble.—Sí, pero ya no podemos hacer nada por
Viajaron en helicóptero varios kilómetros hasta llegar a un valle recortado por un río profundo.En varios puntos la tierra humeaba y lanzaba al cielo columnas de vapores y chorros de agua hirviente.Pequeños manantiales se formaban en casi todo el lugar, incluso lagos enormes, con una coloración azul tan clara como el cielo que se erguía sobre sus cabezas.—¡Esta es la cuenca de géiseres! —explicó Alexey, haciéndose escuchar por encima del ruido de las hélices—. ¡Es aquí donde entrenamos!Anna se asomó para ver. Cerca de la ribera del río y junto a los mayores géiseres de la zona, se encontraba un grupo de hombres luchando con espadas ninjas entre ellos. Pero cuando el helicóptero estaba cerca se detuvieron para mirar con curiosidad la nave.Al bajar, la joven repasó el prado florecido viendo en la distancia un trío de osos pardos que corrían hacia las montañas, alejándose del barullo. Era una madre y sus dos oseznos, quienes quizás, presintieron el peligro y se marcharon rápido.Ale