Viajaron en helicóptero varios kilómetros hasta llegar a un valle recortado por un río profundo.En varios puntos la tierra humeaba y lanzaba al cielo columnas de vapores y chorros de agua hirviente.Pequeños manantiales se formaban en casi todo el lugar, incluso lagos enormes, con una coloración azul tan clara como el cielo que se erguía sobre sus cabezas.—¡Esta es la cuenca de géiseres! —explicó Alexey, haciéndose escuchar por encima del ruido de las hélices—. ¡Es aquí donde entrenamos!Anna se asomó para ver. Cerca de la ribera del río y junto a los mayores géiseres de la zona, se encontraba un grupo de hombres luchando con espadas ninjas entre ellos. Pero cuando el helicóptero estaba cerca se detuvieron para mirar con curiosidad la nave.Al bajar, la joven repasó el prado florecido viendo en la distancia un trío de osos pardos que corrían hacia las montañas, alejándose del barullo. Era una madre y sus dos oseznos, quienes quizás, presintieron el peligro y se marcharon rápido.Ale
—Maldita sea —se quejó Drake e intentó usar su fuerza telequinética de empuje para derribar a las bestias que corrieron hacia ellos, solo logró apartar un par, mientras otras tres se abalanzaban sobre el grupo de humanos que no se había preparado para detenerlas.—¡Anna, llámalo! —pidió el mitad bestia corriendo con Alexey para enfrentar a las fieras y evitar que masacraran a todos los cazadores/brujos, pero los mestizos se interpusieron para luchar contra ellos.Ella miró como uno de los superiores se apresuraba por llegar hasta Drake para enfrentarlo, derribando incluso, a sus propios mestizos.Era un sujeto bajo, posiblemente, de su tamaño, regordete y muy peludo, pero con un rostro tan diabólico y con unos cuernos largos y retorcidos que daban miedo.El otro, alto y delgado, pero de apariencia fuerte, se enfocó en ella. Sus pómulos sobresalían de su cara huesuda y chupada, con sus ojos demoniacos hundidos en unas cuencas profundas y desgastadas.Sus cuernos estaban pegados al crán
Con rapidez metió la mano en el bolsillo de su abrigo y frotó la enorme piedra de topacio azul que había hurtado de la maleta de Borya.Mientras el superior seguía dando puñetazos con ferocidad a su demonio, dejando su rostro irreconocible por la sangre y los golpes, una súbita oscuridad comenzó a poblar el valle.La sensación de peligro que esto generó alertó, incluso, a los mestizos y a las bestias, perturbándolas hasta tal punto que los cazadores/brujos fueron capaces de acabarlas con facilidad, aunque luego se dedicaron a observar con miedo el diabólico fenómeno.Anna desvió un segundo su mirada hacia la oscuridad, viendo una figura delgada y gigante flotando entre las sombras, de larguísimos cuernos y garras tan extensas que casi llegaban a sus pies.No pudo evitar sentir temor también.—¿Amon? —susurró preocupada, sin saber lo que había hecho.¿A quién había llamado al frotar esa piedra?A pesar de sus angustias se centró de nuevo en Borya. Una lágrima corrió por su mejilla al n
Antes de retirarse del campo de géiseres en Kamchatka, Drake y Alexey acordaron mantenerse en comunicación para establecer próximas líneas de acción en conjunto.El rubio entendió con aquel ataque que era imperioso contar con apoyo especializado, no podía proteger solo a Natasha, además, la forma en que Anna había tratado al demonio de estatus real los llenaba de esperanzas.Los cazadores/brujos sabían que esa joven era como Natasha, descendientes de ángeles, y del bando bueno. Si ellas eran capaces de dominar a feroces demonios en favor de sus vidas, estaban dispuestos a apoyarlas hasta donde fuera necesario.Drake se mantuvo con ellos en Sviyazhsk hasta que Borya estuvo fuera de peligro. Ayudó en lo que pudo, pero era poco lo que podía hacer con Anna al mando y con un demonio real que obedecía cada cosa que ella exigía, aunque dando cierta batalla. Ya parecía la reina infernal dictando instrucciones a su corte rebelde.No supo qué pensar sobre ese asunto, pero una vez que todo estuv
Alexey intentaba avanzar por la cueva para llegar lo más rápido posible hasta Natasha.Parecía un esquimal cubierto por infinidad de capas de abrigos y se sentía torpe andando por entre las rocas de lava congelada, sin poder acelerar mucho el paso. Si resbalaba le costaría levantarse de ese suelo escabroso.—Maldita la hora en que a esta mujer se le ocurrió refugiarse aquí —expresó con rabia.La peluda capucha de su abrigo solo dejaba a la vista un tramo de su cara, exactamente la parte de los ojos, que brillaban con un azul casi iridiscente por la furia que sentía.El resto lo tenía cubierto con una bufanda. No quería respirar el frío tóxico que emitía aquella boca de caldera.Cuando entró en la burbuja de oxígeno que Natasha había creado con el apoyo de uno de sus hechizos, se bajó la bufanda para respirar con normalidad.La idea de la joven de ocultarse en el interior congelado de un volcán inactivo había resultado una estrategia muy buena al inicio, pero luego de varias semanas, é
—¿Y junto a Borya y a Drake estaremos mejor? Ellos son un imán para los demonios, siempre viviremos amenazados.—Drake tiene recursos inagotables —insistió él, ansioso por convencerla—, maneja información de primera mano y cuenta con experiencia para enfrentar este problema. Y Borya es un demonio de sangre real, tiene a demonios extremadamente fuertes de su parte, lo vimos en la cuenca de los geiseres —recordó, trayendo a colación el último suceso enfrentado, donde milagrosamente fueron salvados por la aparición de un demonio superior perteneciente a la corte real de Lucifer—. Yelena es capaz de superar con su fuerza a Belfergor y a Ezael, la mezcla de su sangre angelical y demoniaca la hace casi invencible. Y Anna… —calló un instante para sonreír con picardía—. Tiene más carácter que cualquier ser infernal, debiste ver cómo manejó a su antojo al demonio superior de alto rango que apareció en la cuenca, fue brutal.Natasha se envaró al escucharlo hablar con tanta fascinación de la jov
Abrahel caminó por los amplios y elegantes salones de la mansión Brusnitsin, un antiguo palacete ubicado en la Isla Vasílievski, en San Petersburgo, procurando controlar su mal genio.Su larga cabellera rojiza se batía con la brisa que generaban sus pasos, dándole un aire coqueto, pero a la vez, violento.Ella era una demonio superior hermosa, que destilaba glamour con su apariencia y sus gestos.Los cuernos que sobresalían de su cabeza y perfilaban sus pómulos no la afeaban, más bien, provocaban el morbo y el interés de demonios y humanos por igual, quienes quedaban prendados por su seducción y caían rendidos ante sus encantos.Su mirada oscura, que en sus días buenos podía aparentar ser bondadosa e inocente, se revelaba salvaje y lujuriosa cuando deseaba pescar a incautos para arrastrarlos en su infierno de pasión peligrosa y desenfrenada, pero también agitada y mortal cuando la furia la embargaba. Emoción que en ese momento la dominaba.Los fantasmas, espectros y espíritus del mal
Después de darse un baño y de vestirse con ropa cómoda y deportiva, Borya salió de la habitación en dirección a la cocina seguido por una parlanchina Anna, que no paraba de hablarle de las bellezas que había descubierto en Kamchatka.Ya estaba casi recuperado de las heridas que le habían infringido, aunque se sentía algo débil.Supuso que alimentándose lograría recobrar las energías antes de comunicarse con Drake y supervisar el trabajo de recolección de información que había establecido con los demonios impuros.Ahora más que nunca necesitaba de todos los datos posibles que lo ayudaran a trazar un plan efectivo para acabar con los demonios superiores, porque sus ataques eran cada vez más progresivos y violentos, desatando demasiadas tragedias y pérdidas valiosas.Sin embargo, al llegar a la escalera se detuvo en seco. Su piel se erizó, anunciándole de una presencia desagradable dentro de su casa.Anna, que no había reparado en él por estar concentrada en dar detalles precisos de las