Aunque Iván había diseñado un mapa y estudiado la seguridad de la guarida con ayuda de testigos y de expertos, él debió suponer que un lugar tan importante como la sala de los tesoros tenía que poseer no una, sino varias capas de seguridad, como las que él utilizaba en su mansión.Los demonios no eran tan tontos como para dejar sus valiosas pertenencias sin la suficiente seguridad y teniendo a muchos humanos codiciosos trabajando cerca.—Y ahora, ¿qué hacemos? —exclamó Yelena.—Teletrasportarnos adentro —dijo evaluando el interior.Los láseres debían ser como hojillas. Si tocaba alguno, lo rebanaría como si ellos fuesen cuchillos de carnicero. Sería imposible pretender esquivarlos.Veía cubículos separados por cristales poblados de anaqueles llenos de objetos valiosos, pero al fondo se veía una bóveda redondeada sembrada en la pared, que poseía un sistema de cerradura similar al de la puerta.Allí debían estar los objetos de mayor importancia, como las gemas del destino, pero si usaba
Belial cerró los puños con furia y gruñó mostrando sus espantosos colmillos para luego abalanzarse sobre Drake. A Yelena se le enrojeció la mirada y rugió llena de ira, provocando otro atronador bramido en una sala contigua que inquietó a Belfergor.Por instinto, ella colocó las manos frente a Belial pretendiendo detenerlo. Del centro de sus palmas se produjo una explosión piroquinética que brotó una ráfaga de llamas que expulsó a Belial por los aires, estrellándolo contra un par de cubículos de cristal, haciéndolos pedazos.Todos los objetos valiosos guardados en los anaqueles se desparramaron en el suelo.Al tener a Belial lejos e inconsciente, se centró en Belfergor, pero este alzó las manos en señal de rendición.—No pienso lastimarte —aseguró sin dejar de observarla con sorpresa.—¡Aléjate de mí, deja de acosarme! —pidió ella con enfado.Afuera se gestaba una batalla. Iván había acudido con el resto de los demonios, quizás, alertados por Borya, y peleaban contra los humanos y los
—¡Belial despierta! —gritó Yuvan desde afuera, al ver que el demonio movía débilmente una mano como signo de que volvía en sí.En segundos, Drake colocó su mano en la frente de Yelena y la sacó de allí e Iván hizo lo mismo con Yuvan. El resto de los demonios inferiores los siguieron sin dudarlo.Drake apareció con la joven en la sala hexagonal de su mansión en Estonia y no en Ekaterimburgo, como habían acordado. Le importaba muy poco que Iván se enfadara por haber roto el acuerdo, dejando a Borya encargado de resolver esa situación.Su prioridad era Yelena, quien cayó en sus brazos rota en miles de pedazos apenas pusieron los pies en la casa.Ella aprovechó la soledad para llorar por la realidad que le habían revelado. Una verdad que la perturbó más que lo vivido durante toda su existencia, una respuesta que hubiese querido nunca haber escuchado.—¡Drake, dime que no es verdad, dime que no soy hija de ese demonio, por favor, dímelo! —rogaba abrazada a él, estremecida por la angustia q
—Los demonios superiores no tienen clemencia por nada ni por nadie, pero lo que hicieron con esa ángel es demasiado asqueroso. —Borya torció el cuello para relajar las vértebras—. Volviendo al tema de Belfergor, él también nombró a un cazador en la conversación con Yelena, pudiera ser alguien que trabajaba con ellos y tomó al bebé luego de nacer y lo escondió con una familia humana después de que su madre le impusiera el sello. Podría ser un hechicero o ayudante de los hechiceros.—Natasha había dicho que la protección de Yelena era muy fuerte. Tal vez fue esa mujer ángel quien se la impuso antes de que se la llevaran.—Ahora entendemos de donde proviene esa poderosa protección. Los sellos de los ángeles son tan fuertes que han impedido que Lucifer salga del infierno.Ambos se quedaron pensativos un instante, reflexionando sobre todo lo dicho.—¿Crees que ese cazador sea el mismo al que hemos estado buscando por años? ¿El que supuestamente puede eliminar los vínculos de las bestias co
Yelena no podía moverse de su asiento luego de escuchar todo lo relatado por Borya y por Drake, donde le explicaban sobre la naturaleza de su madre, lo sucedido en la guarida de Belial y lo acordado con Yuvan.Aunque evitaron los detalles escabrosos sobre el estado en el que habían conseguido a la mujer ángel para no alterar aún más sus nervios.—La idea de Yuvan me pareció correcta para alejar un poco la atención de Iván y la del resto de los demonios impuros de ti —confesó Borya.—Creemos que Yuvan pudiese tener otros motivos, pero lo mejor es enfocarnos en resolver un problema antes de enfrentar otro —aportó Drake, dando más peso a la decisión de su compañero aunque dejando en claro las oscuras intenciones del Mansí.—Tal vez, él se incluyó en la invasión a la guarida de Belial por ella —propuso Yelena. Ambos hombres la observaron con el ceño fruncido, evaluando su planteamiento.Ellos estaban de pie frente a la joven, por eso Yelena tuvo que subir la cabeza al dejar de perder su m
Recordar a Anna le trajo a la mente la misión que aún tenía pendiente.—¡Las gemas! ¡¿Trajimos las gemas de la guarida de Belial?! —preguntó preocupada hacia Drake.—Sí, las traje conmigo.—Tengo que llevárselas a Abrahel.—Rusia entera debe estar cercada por Belial y por Belfergor —recordó Borya.—Pero, ¡tengo que ir! —pronunció ella con desesperación.Drake respiró hondo y se pasó una mano por los cabellos demostrando su inquietud.—Estudiaremos alguna forma de…—Deja que yo vaya.La propuesta de Borya impactó a sus acompañantes.—¿Tú? —inquirió Yelena extrañada.—Soy un demonio impuro, he pasado toda mi vida escondiéndome de los superiores para que no acaben conmigo, sé muy bien como burlarlos. Además, Belfergor te busca a ti —dijo señalando a Yelena— y Belial te busca a ti —finalizó señalando a Drake—, ninguno de ellos sabe de mi existencia. Por otro lado, sé cómo encontrar a Abrahel y cómo obligarla a que me entregue a tu hermana.—¿Lo sabes? —preguntó Drake, algo confuso.—Tengo
Después de hacer el amor, quedaron envueltos entre sábanas, desnudos y agotados. Abrazados entre sí para conservar el exquisito calor que los abrigaba.Drake hundió la cara en los cabellos de ella y aspiró gustoso su aroma, que tanta calma le obsequiaba.—¿Quieres que probemos eliminar la maldición? —preguntó ella con pereza y acariciando el pecho de él con la punta de sus dedos.—Si no funciona no quiero que te frustres —habló él si modificar su posición, pero ella sí se apartó para encararlo.—Si no funciona, buscaré yo misma a Natasha y la traeré arrastrada por los pelos para que te libere.Drake sonrió divertido.—Te has vuelto muy agresiva.—Solo quiero que entiendas que no pienso rendirme tan fácilmente. —Ambos se observaron con fijeza y seriedad—. Estoy cansada de que me sigan arrebatando a la gente que me importa, quiero aprender a luchar.—Puedo enseñarte.—¿Cómo?—Yo tengo parte de los poderes de un demonio, supongo que tú tienes los mismos, y podemos pedirle a Borya que nos
Yelena continuó recorriendo el torso de Drake para calcular el largo de la lombriz y hallar un punto por donde sacarla sin necesidad de hacerle una herida severa.Decidió aturdirla y dirigirla hacia el ombligo, allí tendría facilidad de extraerla ocasionándole una lesión reducida.Lamentablemente debía cortarle un trozo de piel para retirar el ser infernal que habían sembrado dentro de él y esperaba la noche de la luna de sangre para activarse y descargar su veneno en el interior del hombre, enloqueciéndolo.Drake se sintió incómodo cuando percibió que algo se movía en su interior. Por instinto quiso levantarse, pero Yelena se lo impedía. Lo inmovilizó con la fuerza que salía de sus manos.En el momento en que el extraño ente se aglomeró en su abdomen, las venas del cuello y del rostro se le brotaron.Cada vez respiraba peor y su piel enrojeció, pero pronto se volvió azulada, como si se estuviera asfixiando.Él soportaba con la mayor entereza posible el dolor y la falta de oxígeno, pe