Capítulo 26

Cuando despierto me asusto al verme encerrada en una jaula color verde neón, de ella se emite un sonido eléctrico que me hace levantar la mano y al instante me quemo. La incertidumbre hace que me moleste y me pongo de pie al tiempo que el rechinar de la puerta llama mi atención. Mirna entra con una charola de comida, me mira y sonríe como si nada estuviera pasando, como si yo no estuviera dentro de una extraña jaula como animal salvaje.

—¡Despertaste! —exclama llena de entusiasmo—. Ya era hora, llevas tres días inconsciente y comenzaba a asustarme.

No le creo. Ya no creo en nadie, los recuerdos de la noche en que vi a Kronos traicionarme, me hacen confirmar que hasta ahora la única que me ha dicho la verdad es Akesha, mi madre.

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