Valentino se sentia morir con cada paso que daba alejandose de su compañero. Tomó más fuerza de lo que alguna vez habia tenido que emplear en cualquier combate donde su vida habia estado en juego. El dolor que había visto en el rostro de Miguel lo destrozó más de lo que el hacha de un verdugo jamás podría. Sabiendo que él era la causa de ese dolor casi lo hizo volver.

Valentino se sintió como una cáscara vacía mientras se dirigía a reunirse con los ancianos, a la puerta de las cámaras principales. Antes de que Miguel se reuniera con ellos el como maximo dirigente de la guardia del Dragon encargado de la proteccion del Rey tenia que poner en orden algunos asuntos para garantizar que nada ni nadie dañara al hombre del que se habia enamorado perdidamente.

Desmon, como era de esperar, estaba justo afuera de la recamara del consejo, a simple vista Valentino sabia que este tenia algo para el, asi que hizo una pausa y camino hacia donde se encontraba su amigo y confidente

—¿Señor?

— Dime