02

Ruby, cuando ya se habían alejado lo suficiente, decidió soltarse del agarre del hombre y luego se cruzó de brazos mirándolo a los ojos.

Ella nunca creyó que podría enfrentarlo, pero ahora sentía que estaba en su derecho, porque ese hombre la arrastró hacia un invento y todo era un desastre.

—¿Por qué ha dicho eso? Es mentira que estamos en una relación, mucho menos nos casaremos, nada de lo que dijo es cierto, obviamente nunca podría ser verdad —soltó, confundida.

Él suspiró sonoramnete.

—¿No te das cuenta que estoy en una situación desesperada y que tú eres mi única opción? Sé que nunca hemos sido cercanos, sin embargo si te estoy pidiendo esto es porque  confío en ti, eres la única persona en la que ahora puedo confiar.

—¿Por qué? Solo se confía en los amigos y en la familia y claramente usted y yo no somos nada de eso — hablaba bajito como si le diera un poco de temor expresar lo que sentía.

Sung-Hoon, para evitar ser visto, volvió a tomarla pero esta vez por el antebrazo y tiró de ella hasta meterse ambos en una habitación.  ¡La habitación de Sung-Hoon!

El hombre al darse cuenta de que todavía la tenía contra una de las paredes, atrapada entre su cuerpo y la pared, se separó y ella pudo volver a respirar con normalidad o al menos lo intentaba.

—Ruby, mi amigo no podría ayudarme en esta situación y mi familia no estará de mi parte. Tampoco es como si mi madre pudiera hacer mucho. La cuestión es que necesito una esposa y un hijo —se aclaró la garganta.

—¿Un hijo? —repitió tapándose la boca —. No me diga que usted piensa que yo y...

—¿Hay algo que te impida ayudarme? ¿Tienes novio, te gusta alguien?

A Ruby se le pintó la cara de carmesí. ¿Acaso era evidente que estaba enamorada de él? Sacudió la cabeza.

Sung-Hoon le puso seguro a la puerta y se sentó en un sofá, entonces tocó el lugar a su lado y la miró, ella suspiró hondo. Terminó sentada a su par.

—Convierte la ayuda que te estoy pidiendo en una oportunidad para ti, piensa en todo lo que quieres y te lo puedo dar. Incluso podríamos firmar un contrato, después de la boda, tengamos la luna de miel, hagamoslo y veamos qué pasa. Te lo ruego, sé mi esposa y dame un hijo. Después de un tiempo podríamos divorciarnos, una vez que yo obtenga la herencia. ¿Te parece un buen trato?

Ella pasó saliva con dificultad, y de nuevo estaba perdida en aquel par de ojos miel de Sung-Hoon. Era un hombre tan guapo, fornido... él era el estándar.

Él era un hombre desesperado y ella una chica que veía la oportunidad de cambiar su vida. Pero... ¿y si esa oportunidad acababa enredando y rompiendo su corazón? Después de todo Sung-Hoon solo la necesitaba para un propósito y ella lo amaba en silencio.

De pronto extendió su delicada mano a él.

—Está bien. Tenemos un trato.

—Sabía que podría contar contigo, Ruby.

Él acarició su mejilla y ella se mostró un poco tímida. No acostumbrada a ese tipo de actos de parte del joven Dankworth. 

Ella asintió y se levantó.

—Lo siento joven Sung-Hoon, yo necesito continuar con mi labor. Con permiso.

Él no la detuvo, más tarde salió también de su habitación. Allí estaba su madre, seria y firme.

—Necesitamos hablar.

Él suspiró. 

Sung-Hoon se encontró a Ruby en la oficina de su madre, Ruby se mantenía cabizbaja como solía.

—Madre, ¿por qué está Ruby aquí?

—Con ella también necesito hablar.

Sung-Hoon tomó asiento y luego puso los ojos sobre su madre.

—¿Están seguros de lo que hacen? Ruby, mírame también.

Ella obedeció.

—Madre, sé que es un poco repentino para ti, sin embargo, Ruby y yo hemos estaba saliendo durante algunos meses y tenemos planes para casarnos. Lo haremos.

—Y tú, Ruby, ¿qué piensas?

—Señora Dankworth. Siento mucho que esta situación la abrume, pero Sung-Hoon y yo estamos seguros de lo que queremos —se atrevió a decir con tanta seguridad, que hasta el susodicho se sorprendió —. Hemos mantenido esta relación en secreto por el qué dirán.

Margarita entrecerró la mirada.

—¿En realidad han sido muy buenos en ocultarlo o están inventando todo esto? Hijo, ¿eres sincero o solo te has inventado un romance con planes futuros con Ruby, solo para reclamar la herencia? —se atrevió a inquirir, a lo que él no se mostró vacilante ni un poco.

Entonces volvió a tomar la mano de Ruby.

—Lo que sucede es que estoy embarazada, tendré un hijo de Sung-Hoon y por eso nos casaremos. Lo siento mucho, señora Dankworth, por ocultar nuestra relación y no decirle sobre este embarazo —expresó repentinamente la joven, sabiendo que se arrepentiría de sus palabras, de aquella mentira con la que intentaba reforzar el invento de Sung-Hoon. 

Incluso Sung-Hoon se le quedó mirando con incredulidad. La tímida joven parecía tan segura de sí misma.

Él sonrió. 

—Madre, también siento mucho no decírtelo.

Margarita tomó aire y los miró, alternando la mirada.

—¿Cuánto tiempo tienes, Ruby?

—¿Eh?

—Un mes, es reciente —se apresuró en decir Sung-Hoon.

Margarita resopló.

—Leandro y Mírian se oponen, yo tampoco estoy de acuerdo con esta relación. Sin embargo, no puedo dejar que ese bebé que esperan sea un incoveniente para mi hijo, así que será lo correcto que se casen. Tienen mi aprobación. 

Sung-Hoon y Ruby, se mostraron sorprendidos y es que la mentira de Ruby, hizo que al final consiguieran la aprobación de Margarita.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP