Lo primero que hice después de calmar mi llanto, fue llamar a mi madre, mis manos temblaban y me sentía tan débil, tan destrozada, que no me sentía en condiciones para manejar, lo único que hice fue estacionarme una cuadra lejos de la empresa Hotchner.
—Ayla, querida cuéntame todo, quiero detalles, ¿Cómo lo tomó? ¿Le entregaste la caja como te dije? ¿Cómo salió todo?—Pegué mi frente al volante y solté un suspiro que dolió en mi pecho. No iba a llorar de nuevo, no mientras hablo con mi mamá. Ellos no merecen mis lágrimas. —Me voy a divorciar.—Fue la única respuesta que solté, ignorando todas las preguntas que seguro las hizo con una sonrisa de emoción en su rostro y con mi respuesta se le había esfumado. No se escuchó nada del otro lado de la línea y hubiese pensando que me había colgado la llamada, de no ser porque escuchaba la respiración de mi madre. —Dios, ¿Tan mal estuvo?—Me preguntó mi madre, aunque parecía que era una pregunta para ella misma, pues apenas y le escuché.—Tranquila, hija es normal al principio, espera unos días que lo asimile y verás que todo se arreglará.—Solté una risa amarga silenciosa y limpié una lágrima que rodó por mi mejilla. Ojalá todo fuera tan fácil como decirle. —Mamá, Ethan me engañó con mi mejor amiga, ni siquiera pude decirle que será padre.—Dije con la voz entrecortada y respiré profundo para esfunar las ganas de llorar. —¿Qué? Hija, si es una de tus bromas, te advierto que ya no caigo tan fácilmente. —Ya quisiera yo que fuera una m*****a broma, pero no era la más triste realidad. Me quedé en silencio, intentando eliminar el nudo en mi garganta, pero se había alojado ahí y no parecía querer desaparecer.—No puede ser. —¿Qué hago?—Pregunté dejando caer todo mi peso al asiento del auto y mi mano libre se posó en mi vientre. La idea de que mi hijo no conozca a su padre me aterra, estaba siendo muy egoísta de mi parte, debería pensarlo con la cabeza fría, pensar en lo que es mejor para mi bebé. —Álvaro será feliz de tenerte de vuelta y más sabiendo que le vas a dar un nieto. El jet aún no se devuelve a Orlando, te estaré esperando, trae solo lo necesario, mañana iremos con tu padre.—De solo pensar en mi padre, en su molesta mirada por haber abandonado todo por alguien que no me dio nada, se me eriza la piel. Ya lo imaginaba diciendo un: Te lo dije. —¿Crees que me acepte de vuelta?—Pregunté insegura, ya comenzaba a calmar mis nervios, mi rabia y mi tristeza. Hablar con mi madre me hace bien. —Estará encantando de verte, no pierdas más tiempo, mueve tu trasero, te quiero aquí lo más pronto posible y descuida cariño, todo estará bien, recuerda que no estás sola, estás esperando un bebé. —Aquello me sacó una sonrisa sincera, era el único motivo por el que no me desmoronaba ahora mismo. Finalicé la llamada con mi madre y conduje a la casa de Ethan, no, ya no era mi casa. Emily seguía en la casa con la sala más desordenada que antes, me dijo algo, pero ni siquiera me detuve a escucharla, subí a la habitación y busqué lo más importante, mi identificación, mis documentos, mis joyas que mis padres me regalaron, las guardaba como una reliquia, me muero si las llegó a perder, y por supuesto, no podía faltar la caja con la prueba de embarazo. Dejé las llaves del auto y las tarjetas de crédito que Ethan me dio y jamás usé, sobre la cama y me apresuré a salir de casa después de asegurarme que llevaba lo necesario conmigo, no me llevé prendas de vestir excepto por la que traía puesta. No le di ni la más mínima oportunidad a Emily de hablar, no estaba de humor para sus tonterías y me alegraba saber que no iba a volver a ver nunca más, ni a Ethan y menos a su madre. Adiós, familia Hotchner. ******************************************** Mi cuerpo temblaba y no era por el frío, estaba a minutos de encontrarme con mi padre, me sabía de memoria el camino a Villa Rossi, a pesar del tiempo que estuve ausente, el chófer conducía en silencio y me miraba cada cierto tiempo por el espejo, parecía sorprendido y feliz de verme, pero no se atrevió a mencionar alguna palabra y yo tampoco quise incomodarlo. —Te van a encantar las remodelaciones que le hicimos a la casa, por cierto, tenemos una perra, tú padre se sintió muy solo después de que te fuiste definitivamente y adoptó a Amor, es la cosa más consentida, obviamente por Álvaro, solo espero que no la descuide con tu llegada.—Mi madre hablaba sin parar poniendo al tanto de los cambios en los últimos años, ya comenzaba a abrumarme, aunque sé que lo hace para distraerme. No le hacía nada mal, muy pocas veces pensaba en el fracaso de mi matrimonio, pero no dejaba de pensar en el momento que vea a mi padre, eso sí que me tenía con los nervios de punta, más que cuando estuve por darle la noticia a Ethan de que sería padre. —¿Y si me cierra la puerta en la cara?—Pregunté dejando de lado toda la información que me estaba dando. Soltó una risita, se veía tan hermosa y elegante con los rayos del sol golpeando su bronceado rostro. Cómo me gustaría verme tan radiante y feliz como mi madre. —Eso no pasará, sea lo que sea, es tu padre y nunca te dará la espalda.—No quería confiarme, pero si mi madre lo decía, me hacía sentir menos preocupada.—Hija, confía en mí, tu padre está feliz por tu regreso, esta esperando ansioso.—Abrí mis ojos de par en par con sorpresa. Ok, no esperaba que estuviera en este momento y a esta hora en la Villa y esperando mi llegada, ahora estoy más nerviosa. —No sé con qué cara lo miraré.—Confesé avergonzada, mientras me remuevo en el asiento al ver que ya estábamos llegando a casa, la que jamás debí dejar. —Con la misma de siempre y con una enorme sonrisa.—Era tan fácil para ella decirlo, sonrisa había olvidado lo que era sonreír, últimamente no he tenido suficientes motivos. El Rolls Roys se detuvo al frente de la fuente de Ángel, y frente a esta, estaban las escaleras que daban a la entrada de la Villa, no podía creer que estaba de nuevo aquí, en el lugar donde crecí y tenía tan bonitos recuerdos con mis padres. Hogar, dulce hogar. Mi hogar, tan grande y ostentosa pero tan acogedora como la recordaba, rodeando de áreas verdes, frondosos árboles y alejado de la ciudad, el lugar perfecto, el más alejado posible de los Hotchner y de aquella mujer que decía ser mi amiga. El chófer abrió la puerta del auto y salí después de mi madre, el viento alborotaba mi cabello, se sentía tan bien, tan liberador estar aquí, solo espero que mi madre tenga razón y mi padre me acepte de vuelta, los necesito ahora más que nunca. Mi madre me tomó las manos y me contagió de su buen humor con su alegre sonrisa. Juntas, subimos los escalones y me di cuenta del primer cambio que le hicieron a la casa, vieja puerta fue reemplazada por una moderna con cristal incluído, muy bien. Mi mamá abrió la puerta y me hizo una seña de que entrará. Me sentía como una desconocida al estar parada en la entrada de la casa temblando de miedo y con el corazón latiendo fuerte en mi pecho. Dejé la inseguridad de lado y entré a la casa, de inmediato me recibió los ladridos de un perro que se acercó a mí a olfatearme, no sabía mucho sobre la raza de los perros pero sabía que era un Golden Retriver, porque siempre quise tener uno cuando era una niña. —Tú debes ser Amor, que hermosa estás.—Me agache para acariciar su lindo pelaje y me pareció tan tierno cuando se lanzó al suelo para que la acariciara la panza. No la conozco y ya la amo. —Amor, ¿a dónde vas?—Dejé de acariciar a Amor cuando escuché esa voz familiar tan cerca, que cuando quise reaccionar, me di cuenta que ya estaba parado a unos metros de mí. Me quedé sin aliento, se me había olvidado respirar correctamente. Un hormigueo recorrió mi estómago hasta mi pecho cuando su verde mirada se clavó en la mía y solo fui capaz de moverme cuando sentí algo húmedo en mi mano. Amor me estaba lamiendo. —Hola, Papá.Su mirada dura e indiferente que me dirigió no le duró ni diez segundos, sus ojos me recorrieron completa de pie a cabeza y sus facciones se relajaron cuando nuestros ojos se volvieron a cruzar, soltó un suspiro al parecer cansado y se acercó a mí, no fui capaz de mover ni un músculo, pues no veis intención de recibirme con bombos y platillos, más bien parecía que me iba a reprender, sinceramente, deseaba que lo hiciera, lo merezco por haber abandonado a las únicas personas que me aman y me amarán incondicionalmente, por sobre todas las cosas. Inhale su fragancia cuando estuvo frente a mí, aquel perfume lo recordaba muy bien, gracias a mí usaba esa fragancia, después de botarle su antiguo perfume que lo único que hacía era provocarme náuseas. Su boca se abrió, listo para soltar mi regalo, pero se cerró al mismo tiempo que sus brazos me envolvieron en un abrazo que me devolvió la vida. —Te extrañé mucho, mi pequeña Aylita.—Me dejé llevar por la calidez de su abrazo, lo reconfortante
Dejar de pensar en aquello que me atormentaba, era casi imposible, más ahora con la imagen en mi celular, que por masoquista decidí mira por segunda vez, mientras me decidía por eliminarla o dejarla en mi galería. No hace falta ser adivino o pedir explicaciones para saber que acababan de estar juntos de una manera muy íntima en la cama que alguna vez compartí con el señor. Por más qué me dé ánimos a mí misma, sucumbia ante la decepción y el dolor de ser traicionada por la persona menos esperada. No podía seguir de este modo cada día de mi vida, no podía permitirle a la Sra. Chloe y al Sr. Hotchner que hagan lo que quieran con mi corazón, con mis sentimientos y con mi dignidad. Si ellos decidieron joder todo conmigo para juntarse, bien adelante, que hagan lo que se les cruce por la cabeza, yo me mantendré lo más alejada posible. Una vez que Ethan haya firmado el divorcio, no volverán a saber nada de mí. Decidida y con la frente en alto, eliminé las lágrimas en mis mejillas antes de
Narra Ethan Me resultaba difícil de creer que Ayla estuviera hablando en serio sobre nuestra separación, no tenía a dónde ir ni a dónde acudir, jamás conocí a su familia y tampoco quiso hablarme de ella. Al llegar a casa encontré a mi hermana terminando de probarse la nueva colección, me pregunto si estuvo aquí toda la tarde hasta horas de la noche. —¡Ethan! Déjame decirte que la nueva colección está espectacular, estoy ansiosa porque sea el lanzamiento lo más pronto posible. —Emily hablaba con evidente emoción, tal y como hacía después de probarse todas las prendas de las nuevas colecciones. —¿Ayla está en la habitación?—Ignorando a mi efusiva hermana, pregunté aflojando el nudo de la corbata. Desde que entré por la puerta no he escuchado ni un solo ruido de Ayla, aunque se que está en casa porque su auto está aparcado afuera. —Ella no está.—Respondió mi hermana tajante volviendo con su equipo de vestuario. La miré confundido y en desconcierto total, ¿Cómo no iba a estar en c
Perdí la cuenta de las veces que había marcado el número de Ayla, no perdía la esperanza de que contestará aunque sea una de mis llamadas o uno de los tantos mensajes que le envié desde que llegó ese documento, aunque sé que me había bloqueado después de encontrarme de aquella manera con Chloe en mi oficina. Recuerdo la decepción, el repudio y el desprecio en sus ojos, no era para menos, la había lastimado de la peor manera, odiaba tener que admitirlo, pero le hice pedazos su noble corazón que no hacía más que latir por mí. "Te haré llegar el acta de divorcio". Cuando dijo aquello creí que había sido un arrebato de su parte, creí que la rabia hablaba por ella, cuando la vi en la oficina consideré la idea de contarle aquel secreto con el que Chloe me estaba chantajean desde hace meses, le iba a pedir perdón por haberla defraudado de esa manera, iba acabar con aquello al llegar a casa, pero jamás la creí capaz de pedirme el divorcio, hasta este momento que tenía el documento en mi ma
Narra Ayla No había pegado un ojo en toda la noche, a pesar que el banquete funcionó para alejar un poco mis problemas, no podía evitar seguir pensando en la foto que me envió Chloe, al final se había salido con la suya, pero de cierto modo, me alivia enterarme de ello antes de que fuera demasiado tarde. Ahora debía concentrarme en mi bebé y en mi nuevo, sorpresivo e inesperado puesto como vicepresidente de Rossi, no quería defraudar a mi padre si estaba depositando toda su confianza en mí, solo espero que este cargo no termine quedándome grande. Me levanté cinco minutos después de dar vueltas y vueltas en la cama, hoy debía hacer acto de presencia en la empresa y quería ir presentable. La Ayla descuidada y mal arreglada se había quedado en New York, junto con un matrimonio fallido. Después de darme un relajante baño de espuma, me puse un vestido ejecutivo verde esmeralda y un blazer negro, sencillo pero acordé con la situación. Estaba a punto de terminar de
Todo lo malo se esfumó cuando vi las primeras imágenes de mi bebé, la verdad es que no se distinguía nada, aún era muy diminuto como una semilla, pues apenas tenía cuatro semanas de gestación, pero la emoción de saber que estaba creciendo en mi vientre, que tenía vida dentro de mí, nadie me la iba a quitar, ni porque inventen mil rumores en línea. Ese es mi hijo. —Estoy cien por ciento segura que será una niña y será igual de hermosa que la tía Liah.—Mi amiga daba saltitos sin ocultar la emoción en sus ojos. Ella, es igual que mis padres, no se perdieron ni lo más mínimo en mi primer chequeo, mi madre derramó algunas lágrimas mientras me tomaba de la mano y mi padre, aunque esta con su expresión neutra, sabía que también quería derramar una lágrima de felicidad. A pesar de haber compartido ese momento tan único con las personas que más quiero en el mundo, me hubiese gustado ver la expresión de Ethan al ver a su primogénito, pero esfume aquella idea de mi cabeza tan rápido como lle
Le di una rápida mirada a Liah y supo de inmediato que había acertado por lo que se acercó con las mejillas encendidas evidentemente enfadada y se acercó su oreja a mi teléfono para escuchar lo que el hombre al otro lado decía. —Sr. Hotchner. Espero que su repentina llamada sea para informar que ya firmó el certificado de divorcio.—Solté con una voz fría y me mantuve fuerte, aunque mi mano comenzaba a temblar levemente, Liah se percató de ello, y posó su mano en mi espalda dándome ánimos para disipar mis nervios. Sé fuerte, Ayla que no te afecte la llamada de ese imbécil. Sólo estaba llamando para limpiar su nombre, pero eso no sería tan sencillo para él, debió pensarlo antes de autorizar a su madre de hacer uso de NY Entertainment y todo para perjudicarme. La Sra. Ellen no tiene límites, lo que ella siempre quiso, era que me separará de su hijo, ya lo hice, ¿Qué más quiere de mí? —Ya he firmado, Sra. Reid, sin embargo, el motivo de mi llamada no es precisamente para eso, sino p
Mis padres me dieron un recorrido por toda la empresa, desde las oficinas de los ejecutivos, hasta la planta de confección, y por último, me llevaron al taller del gran diseñador Derek Greenaway, el lugar donde ha confeccionado las colecciones más exitosas de la alta costura. —Sr. Dereck, veo que no ha asistido a la reunión de esta mañana, quisiera presentarle a la nueva vicepresidente de Rossi.—Mi padre le habló al hombre que estaba de espalda creando nuevos diseños. Al escuchar la voz de mi padre, se puso de pie revelando su metro noventa y se giró hacía nosotros con un ceño fruncido, sus ojos azules como el océano se fijaron en mí y las comisuras de sus labios se curaron levemente en una sonrisa que me parecía arrogante. No parecía tan mayor a cómo lo imaginé, supongo que no pasaba de los treinta y tantos años, lo cual me sorprendió. —Presidente Rossi, una disculpa por no presentarme en la reunión, como comprenderá, se acerca el nuevo lanzamiento de la nueva colección, no me pu