Chloé se mantuvo en silencio por un largo tiempo, su expresión cambiaba gradualmente, a tal punto que sus ojos se cristalizaron ligeramente.Una chispa de esparanza nació en mi pecho, sus ojos se detuvieron en los míos y cuando abrió la boca para hablar, la volvió a cerrar en el momento que la puerta de la sala se abrió, dejando a la vista el par de abogados de Chloé.—Buenas tardes, Sra. Rossi, ¿Hay algún problema con mi cliente?—El abogado habló de inmediato, posicionándose detrás de Chloé.Me paré firme en mi lugar, sintiéndome irritada por la inoportuna llegada de los abogados. Era evidente que no iban a decir nada estando ellos presentes, así que guardé silencio, mientras le dedicaba una mirada a Chloé.—Ninguno, ¿Cierto Chloé?—Me atreví a hacer aquella pregunta directamente a ella, solo así me daría cuenta si consideraba mi propuesta.Sus ojos seguían clavados en mi rostro y la vi tragando en seco antes de responder.—Abogado y abogada Doyle, pueden estar tranquilos, no está pas
Mientras ayudaba a Spencer a empacar sus cosas, le conté con lujos y detalles todo lo ocurrido en el juicio y en la conversación con Chloé antes de que llegarán sus abogados. Le mencioné mis ligeras sospechas sobre Gabriel y él se quedó pensativo, sin dejar de doblar cada prenda.—Voy a mover mis contactos, investigaré a Gabriel y a los abogados, cualquier guardado que tengan lo voy a descubrir. Es importante que no le menciones esto a nadie, ni siquiera a Álvaro, tenemos que asegurarnos antes de tomar medidas.—Spencer habló después de un largo rato y estuve de acuerdo con su plan.Una amarga sensación se alojó en mi pecho y es que aún me costaba creer que Gabriel sea capaz de esto, ¿Qué diablos quería lograr?A estás alturas no confiaba en nadie, ni siquiera en mi mejor amiga, ni siquiera he tenido tiempo de hablar con ella, o tal vez es que simplemente no quiero dirigirle la palabra.—Mañana volvemos, quisiera reunirme con tus contactos y contigo, quiero seguir el caso de cerca.—Le
Mi mirada no se podía apartar del rostro de Ethan, esperaba el momento que me dijera que estaba bromeando, pero jamás llegó. Era difícil creer que sería capaz de dejar su empresa tirada, sus negocios, su familia, todo por mudarse a París dónde estaría muy cerca de Louis.Después de unos segundos, solté una risita, daba por hecho que me estaba gastando una broma y se me hizo realmente tonto de su parte, pero más tonto es que casi le creo.—¿A quién quieres engañar, Ethan? No eres capaz de dejar todo lo que siempre te ha importado y por lo que tanto te has esforzado, para mudarte a París.—Dije tranquila como silo que estuviera saliendo de mi boca fuera toda la verdad, sin embargo, Ethan parecía muy serio.¿Acaso no es como lo estoy diciendo? Fue entonces cuando dejé cualquier atisbo de diversión a un lado, para tomar este asunto, muy pero muy en serio y me enfoqué en sus ojos color miel, que brillaban más que nunca mientras me miraban fijamente.—No quiero engañar a nadie. Las cosas qu
A la mañana siguiente, desperté con un dolor de cabeza insoportable, de esos que son imposibles hacer desaparecer con una aspirina, ni con dos, ni con tres, por lo tanto, también estaba de malhumor, estresada y ansiosa por regresar al fin a mi hogar, a mi trabajo, a mi zona de confort. No soportaba estar un segundo más en está ciudad.El vuelo salía en unas horas y aún me faltaba terminar unas cosas en mi maleta y cada vez, se me hacía imposible terminar de empacar sin la ayuda de nadie, iba a volverme loca con tantas cosas a la vez, teniendo a Louis a mi lado, parloteando e insistiendo en que quería ver nuevo a su tío idéntico a "Eth", para jugar en su silla de ruedas; revisando la respuesta de los abogados de las Hotchner, afirmando que ya se había hecho el pago acordado en el juicio y a eso se le sumaba la repentina presencia de Liah en mi habitación, quien insistía en hablar antes de ir a París.Iba a volverme loca, si no es que ya lo estoy.—Liah, en este momento estoy muy ocupad
El chófer se detuvo en el aeropuerto privado donde estaba el jet privado de mi padre, listo para llevarnos de nuevo a París, mi hogar.Liah, Lulú, Louis y yo, fuimos los últimos en llegar, mi amiga quiso ir por el camino más largo para darle un último vistazo a las calles de Nueva York, era incierto cuando volvería a visitar la ciudad, ya que al volver, estaríamos sumamente ocupados en el proyecto de colaboración.Lulú, quien estaba en el asiento del copiloto, fue la primera en bajar de la camioneta y tomó las cosas de Louis antes de alejarse. Liah y yo tardamos en bajar, mi amiga se estaba retocando el maquillaje y me pidió que la esperará, mientras hablaba sin cesar sobre lo frío e indiferente que es Spencer con ella, desde que se atrevió a besarlo, el no volvió a dirigirle la palabra, a menos que fuera para temas relevantes, lo cual se resumía a un par de ocasiones en el que el preguntó sobre algunos documentos de la empresa.—Tú dime, eres su prima, lo conoces mejor, ¿Por qué me
Durante el vuelo, estuve sentada junto a Spencer, una Liah dormida y Louis que miraba por la ventana, sin moverme para nada de mi asiento.En un intento por calmar mis nervios por la incómoda situación en la que me vi con Ethan antes de despegar, revisé las redes sociales, encontrándome con un tema en tendencia que tenía días rodando en las redes."El retorno de Ayla Rossi ha dejado huella"."Ayla Rossi hizo justicia por su propia cuenta con una demanda millonaria a las damas de la familia Hotchner por difamación"."¿Venganza? Chloé Prentiss ha sido sentenciada por intento de homicidio en contra de la heredera de Rossi".Leí los titulares que más llamaron mi atención y no pude evitar esbozar una sonrisa. Volver a Nueva York no fue tan malo después de todo, no le habría dado su merecido a las víboras que seguían atacandome y no hubiese descubierto lo que había detrás de mi divorcio.Leí unos cuantos comentarios en los que despreciaban a mi exsuegra y excuñada, pero más que nada a Chloé
Al aterrizar en París, lo primero que hice fue llevar casi arrastras a Spencer y junto con Lulú y Louis, entramos en el Rolls Royce que esperaba nuestra llegada en el aeropuerto privado, par ir directo a la Villa Rossi. Ni siquiera esperé que mis padres y los demás bajarán del jet, no quería volver a tener un encuentro incómodo ni mucho menos una incómoda conversación, al menos por las próximas horas con Ethan Hotchner.De todos modos, tenía que arreglarme y preparar absolutamente todo para la rueda de prensa que se llevaría a cabo en unas horas, ni siquiera tenía tiempo para descansar aunque sea unos minutos, padre tenía todo planificado y fallarle no era una opción.—Princesita, lleva las cosas con calma o de lo contrario no podrás aguantar ni medio año con la colaboración, si te sientes muy incómoda estando muy cerca de Ethan solo avísame y yo me haré cargo de tu trabajo. No te sientas presionada solo lograrás estresarte.—Solté un largo suspiro, pensando en las palabras de Spencer.
Tenía en mis manos la prueba de embarazo, no había querido hacerla solo por unas simples náuseas, pero mi madre prácticamente me obligó y no tuve otra opción que obedecerla, el resultado apreció en minutos y mi corazón empezó a latir sin control en mi pecho. No puede ser.Es imposible. Estoy embarazada. No sabía si reír o llorar, si esto hubiese pasado hace seis meses, sin duda estaría dando saltitos de la emoción antes de correr a gritarlo a los cuatro vientos, pero en este momento, mi matrimonio con el gran empresario en la industria de la moda, Ethan Hotchner, estaba pendiendo de un hilo.Después de cumplir los dos años de casados se volvió indiferente, frío, me trataba como si no existiera y son contadas las veces que se digna a tocarme un cabello, así qué, sé perfectamente el día que fue concebido. Aquella noche que llegó de un cóctel, hacía mucho tiempo que no lo veía tan enciendo y cuando terminó, cayó dormido a mi lado en la cama, creí que volvería a ser como antes, pero me