"… aún pienso que fue un completo error arrastrarlos a esto."
En el instante que vi por primera vez a un bestrayo, supe que estos poseerían instintos más desarrollados que nosotros, que tendrían sentidos y habilidades mejores que las nuestras, que sus instintos animales sobrepasarían nuestras expectativas; pero nunca me detuve a pensar en sus hormonas. Son unos malditos perversos.
—¡Déjenla, malditas bestias de mierda! —gritaba Arthur, invadido totalmente por la rabia. Sus ojos destellaban ira y su mandíbula permanecía tensa todo el tiempo, mientras disparaba con su pistola y atacaba directamente con su cuchillo. Usaba específicamente esas armas porque lo obligaban a acercarse a ellos y correr cierto riesgo; a cambio de hacerles mayor daño, no quería que se fueran rápidamente con una bala a la cabeza, no; él deseaba verlos sufrir «
[***]ArthurTodo el tiempo permanecí al lado de Rachel, su mirada recobraba su brillo y me ayudaba a buscar ropa para ella. A pesar de que ya habían pasado 60 minutos tras el ataque, todavía no superaba la terrible experiencia de Rachel ahí afuera, no podía imaginarme lo que le habían hecho, sus brazos exponían terribles moretones, pequeñas cortaduras y demás; pero al mismo tiempo me relajaba tenerla de nuevo a mi lado, sin duda estaba pasando por un mar de emociones encontrados.—¿Qué opinas? ¿Crees que me quede? —sonrió tímida mientras colocaba una camisa verde frente su torso.—Sólo lo sabremos si lo pruebas —sonreí con diversión mientras hurgaba en el armario—, pruébate también este pantalón negro, la tela es ligera y cómoda para correr.—Me gusta,
~A~Me cuesta admitir que dudé bastante al tomar mi decisión, pero… ahora que ya está hecho; no me arrepiento de nada. Estoy totalmente seguro que haber tomado esa acción fue lo mejor que pude haber hecho, aunque el precio fuese bastante alto. Al menos, garanticé que ella estuviera bien, lograron sobrevivir a esa emboscada. Pero bueno, siempre se debe perder algo, lamentablemente; me tocó darlo todo.Todos volvemos a nuestros orígenes, es parte de crecer como persona. Pero en mi hogar, no me esperaba lo mismo que solía esperarme hace unos años; todo cambió drásticamente. Desearía que todo esto no hubiese acabado así…Los observaba con una sonrisa que expresaba muchos sentimientos que sentía por ellos, el más fuerte: Amor. Agarré el collar que iba a regalarle a Jane de mi m
Llevaba 20 minutos huyendo de este maldito minotauro y no se rendía, todo su cuerpo estaba agujereado por mis proyectiles; pero no se inmutaba en ningún maldito aspecto. Me tenía cansada. Hasta que pensé usar mi arma principal y la de mayor potencia, mi rifle de francotirador. Para mi desgracia, me era difícil manejar el rifle mientras corría, no podía ni desenfundarlo porque equivaldría a servirle mi cabeza en bandeja de plata. Sólo podía limitarme a seguirle disparando con mi subfusil mientras me perseguía por todo el bosque. Hasta que pareció cansarse y me lanzó el hacha con tal rapidez que no fui capaz de visualizarla a tiempo. Por suerte, la gravedad hizo de las suyas y me permitió evitar el impacto en mi cuerpo por poco, la caída libre ralentizó su trayectoria y me permitió saltar en otra dirección.—¡No tan rápido, maldita zor
Gracias por permanecer a mi lado, a pesar de todos mis errores. A pesar de todos mis temores, mis demonios y mis pecados. Sin duda, eres excepcional.ArthurViolet había pasado un momento muy duro, nosotros también lo habíamos experimentado, pero para ella fue 10 veces más fuerte y pesado para digerir. La muerte de August, un gran amigo para mí, un buen cuñado; y para mi hermana menor: El amor de su vida, sin exageraciones. De tantos hombres que habían intentado conquistar su corazón, solamente él lo había conseguido y de una manera inigualable, además de natural; su romance empezó como una amistad. No había momento en el que su presencia no provocase que Violet trazara su sonrisa más pura y sincera; y ahora, caminaba en total silencio, cohibida, introducida en sus pensamientos mientras sus ojos opacos observaban el sen
—En fin —habló el Mayor—, ¿qué haremos con los demás… bestrayos? ¿Así los llamaste, Búho? —preguntó con una mirada seria y escalofriante.«Mierda…»—Yo… —no supe responder, me había descubierto y me obligaría a responder todas las interrogantes que justo en ese momento empezaban a formularse en su cabeza.—No nos mientas —replicó el Mayor—, ¿cómo sabes el nombre de la especie?—Verá… —no quería contarle, tenía miedo.—Vi… no podemos ocultarlo más —interrumpió Arthur—, díselo.Compartimos miradas, mientras sentía que mi mente quedaba como un nudo imposible de desenvolver. Al final, no tuve de otra.—Verá —dije, intentando formular la mejor manera para
Los demás dispararon a las cabras montesas, pero ellas reaccionaron lo suficientemente rápido para saltar a una altura de 3 metros y entrar en los edificios, rompiendo la estructura sólida fácilmente con sus enormes cuernos.—Carajo —bufó sorprendido—, son demasiado fuertes y ágiles esos sátiros. Debemos…La orden del Mayor se vio interrumpida por el fuerte sonido de un cuerno. Habían alertado al resto de nuestra posición.—¡Debemos movernos! —exclamó el Mayor y todos corrimos en dirección contraria, pero el tiempo era casi nulo. Todos los campamentos, incluso algunos que desconocíamos aparecieron en la misma calle, aquella en la que recién habíamos matado al minotauro. Eran licántropos, leones, cabras montesas, minotauros, reptiles, harpías y demás bestias bestrayas de origen mitológico. Al pare
Cada vez, más cerca del final. Creo que mis últimas decisiones; no fueron buenas del todo.~24 de diciembre de 2032~~00:39~Las calles de mi ciudad, se habían vuelto ruinas. Las calles transitadas que solía caminar de camino a la casa, de camino al instituto, de camino a mis citas con August y mi selectivo grupo de amigos; quienes habían muerto el primer día. Todo, destruido por los temibles pasos de Qan, el Tauro de Draken.«Maldición, ¿por qué hasta ahora pienso en mis amigos?», pensé asustada; un sentimiento de odio surgía dentro de mí. Me sentía miserable por ser desalmada; mi mente se había vuelto muy cerrada. Solamente pensaba en los vivos, y no recordaba a los muertos. Todas las experiencias que he vivido, todos los malos momentos, las veces que estuve al borde
[…]VioletLa situación estaba dentro de nuestro control, y ese simple hecho era algo digno de admiración. Juntos; a pesar de ser pocos, fuimos capaces de mantener a raya a un gran grupo de bestrayos. Sin bajas, sin pérdidas, estábamos manteniendo perfectamente la presión, la posición y el plan. Solamente quedaban pocos sátiros, minotauros y Qan. El cual observaba enfadado cómo caía hasta el último de sus hombres. ¿Cuál era su plan? Todos tuvimos esa incógnita de qué estaría planeando.—¿Planeará un ataque masivo? —preguntó Arthur, mientras mantenía el fuego a discreción contra el enemigo.—No lo creo —respondió el teniente—. Su gesto no parece demostrar que tenga más bestrayos al asecho, debemos aprovechar y atacar.