[…]Violet
La situación estaba dentro de nuestro control, y ese simple hecho era algo digno de admiración. Juntos; a pesar de ser pocos, fuimos capaces de mantener a raya a un gran grupo de bestrayos. Sin bajas, sin pérdidas, estábamos manteniendo perfectamente la presión, la posición y el plan.
Solamente quedaban pocos sátiros, minotauros y Qan. El cual observaba enfadado cómo caía hasta el último de sus hombres. ¿Cuál era su plan? Todos tuvimos esa incógnita de qué estaría planeando.—¿Planeará un ataque masivo? —preguntó Arthur, mientras mantenía el fuego a discreción contra el enemigo.
—No lo creo —respondió el teniente—. Su gesto no parece demostrar que tenga más bestrayos al asecho, debemos aprovechar y atacar.
“Recuerdo la aparición de aquel soldado a la perfección, como si hubiera sido ayer. Su testimonio estuvo a poco de cambiar una de mis decisiones más importantes, y ahora que me detengo a pensarlo; no sé cuál era la opción correcta”.La situación no pintaba para nada bien, los soldados nos reuníamos en conjunto, escuchando con atención todo lo que aquel resegado tenía que decir. Claramente, no era nada bueno y se desquitaba con el comandante por todo lo que habían pasado, y no lo culpo, nosotros vivimos lo mismo, a pesar de que me sobraban las ganas de decirle sus cuatro malditas verdades al comandante, debía mantenerme carreada como un cordero por su pastor, si quería cumplir mis objetivos propios. Lo divertido de todo el asunto, era observar el semblante pálido del comandante, sabía que él tenía razón, sab&i
—Cabo Violet Norlin y Cabo Arthur Norlin, por sus grandes logros y hazañas durante las misiones peligrosas de rescatar nuestras tierras suecas. Se le otorga una medalla por su valentía y esfuerzo durante la misión que muchos catalogarían como “suicida”. Además, serán ascendidos al rango Teniente, siendo la mano derecha de todo aquel que guíe al pelotón Omega en sus futuras misiones.Las palabras del comandante resonaban en la ceremonia, me sorprendía ver el enorme salto que di en una misión. De Cabo a Teniente, un enorme salto; pero eso solamente demostraba lo ansiosos que estaban por cubrir el espacio del teniente fallecido, o tal vez el Mayor contó las veces que llegué a guiar a mis compañeros y amigos, nunca lo pude averiguar.—Cabo Williams y Cabo Smith, por su increíble labor como infantería, al proteger a sus compañeros a toda co
—Muy bien, soldados —exclamó el Mayor, acompañado de un coronel—: Esta misión marcará un gran cambio en nuestra situación actual, marcará nuestra recuperación al 100% de la zona de Suecia —todos permanecíamos atentos a su información, en espera de algunas palabras de ánimo para permanecer con el coraje en lo más alto.—Según nuestros informantes —continuó el Coronel—: la zona fronteriza con Noruega está bien poblada por los bestrayos y la han reclamado, incluida Estocolmo y toda Noruega —sus palabras eran igual de frías y serias que el Mayor. Solamente nos explicó el gran trabajo que nos iba a tocar tras liberar Soppero. Nos tocaría liberar en conjunto con el apoyo de todas las fuerzas el resto del país y Noruega. La zona más peligrosa de toda Terra.—Si logramos detener al comandante
“… jamás debí olvidar la advertencia del Mayor”.—¡Fuego! —exclamó el Mayor e instantáneamente disparé directo al rostro de Draken. Como pronostiqué, no tuvo tiempo para cubrirse y ahora su visión era estropeada por una cortina de humo. Oportunidad perfecta para dejar ir el rpg.—¡Dispare, Smith!Eduard jaló el gatillo en el momento y todo salió como recién habíamos planeado. Draken se llevó dos proyectiles pesados directos al rostro, por lo que debía de sufrir de graves contusiones en toda su cabeza y tórax.—Formación defensiva —ordenó el Coronel y todos recuperamos la firmeza con escudo a mano.Las enormes cortinas de humo no permitían ver directamente a Draken, por lo que tuvimos que usar visor térmico para describir su ubicación. Para nuestra s
[…]VioletLa cama me parecía muy cálida y cómoda por primera vez. Sin duda necesitaba dormir, las misiones anteriores me negaban las horas de sueño a las que estaba acostumbrada, no eran muchas, pero de cinco a dos horas de sueño parecía haber una gran diferencia, aunque esa vez dormí hasta el día siguiente —más de siete horas—. Tomé una ducha rápida en los baños femeninos y caminé sin rumbo alguno por la base. Según escuché por el Mayor, Kiruna recibiría una reconstrucción. Sería usada como una ciudad cualquiera, pero con la diferencia de que estaría fortificada y protegida como una base. Tal vez sea usada como un refugio para las personas y para nosotros mismos, no se sabe del todo. Pero era innegable que me hacía ilusión volver a vivir en mi tierra natal.&mdash
“… maldita sea”.FredTodo iba bien, nuestros planes se cumplían a la perfección; creía que todo estaba bien, al igual que los demás; como Eduard y Rachel. Pero, cuando estábamos a punto de iniciar la misión de Soppero, en el momento que encontré a Violet y a Arthur. Escuchar su discusión, el motivo de la discusión, el plan suicida de Violet, ser el único consciente y capaz de identificar cuando el tema generaba angustia en ellos. Ver, como Vi se iba con la mirada agotada y a Arthur totalmente preocupado, al igual que Rek.Ellos tres iban a ir a Oslo en unos días, pasé todos esos momentos estresado pensando en la situación. Dudé si contarle a los demás o permanecer callado, una parte de mí me decía: “Vamos, tenemos que ir.” Y mi otra parte decía: “No vayamos, es peligroso&hellip
—Hola, Vi —dijo Fred.—¡¿Fred?! —exclamamos los demás habitantes del helicóptero. —¿Qué tal? —expresó nervioso, sin saber cómo reaccionar ante nuestro disgusto.—¡¿Qué carajos haces aquí?! ¡Te dije que no ibas a venir! «Maldición, Fred. ¡Sólo yo puedo ser terca!» —pensé enfadada. Mis mejillas ardían de la rabia.—¿Y acaso llegaste a creer que te iba a obedecer? —preguntó retóricamente—. No pienso dejarte ir sin mí. Prometí luchar a tu lado hasta el final y aquí estoy.—¿Qué pasará con Eduard, Fred? —pregunté enfadada—: ¿Acaso crees que estará bien al saber que su pareja fue a una misión suicida a Oslo?—¡Arthur es
“Lo había logrado sin saberlo. Me sentí muy feliz”.Mi cabeza dolía bastante, sentía un fuerte mareo que empeoraba si parpadeaba. No sabía dónde estaba, solamente podía limitar mis acciones a sentarme sin visión y a esperar que el fuerte mareo pasara.—¿Vi? ¡¿Vi?! —exclamó Arthur nervioso. Supuse que no era la única que sufría de una fuerte ceguera.—Aquí estoy, Arthur —respondí adolorida—. Baja la voz que me duele la cabeza.—¿A ti también? Genial —bufó cansado. No podía verlo, solamente pude escuchar cómo se movía encima de una cama. Estaba confundida, recordaba perfectamente haber perecido desmayada, atada de cabeza en la fuerte rama de un árbol.«Nos han rescatado, pero; ¿quién?» Me pregunté d