"Todo el tiempo, estuve rodeada de personas que me amaron, ahora; se siente extraño. ¿Qué pasó con todo ello? ¿En qué momento boté todo a la basura?"
—¡PAPÁ, MAMÁ!
Mis gritos eran el único sonido en la habitación. Los dos chicos que sostenían mis manos con calidez y fuerza me veían con dolor y preocupación, especialmente mi hermano mayor. Nuestros padres se encontraban en la zona de guerra y no sabíamos qué carajos hacer. Estábamos en una situación preocupante y fuera de cualquier experiencia que hubiésemos vivido con antelación, sólo quería llorar de la desesperación. Mis piernas temblaban y caí de rodillas mientras veía estáticamente lo que reproducían en las noticias. Eran unos bestias humanoides extraños, poseían caracter&
De él aprendí bastante, mucho; me atrevería a decir. Sin embargo… que idiota fui.~19 de diciembre de 2032~Las cosas habían cambiado bastante desde que esto inició, el entrenamiento sin duda nos sacó toda la energía que poseíamos diariamente, era increíble ver cómo al día uno o dos se iban del proyecto con rostros llenos de auto desprecio tras no ser capaces de llevar semejante peso en sus hombros. Claro, nada era fácil, las repeticiones superaban tres dígitos; el entrenamiento no tenía casi ninguna diferencia con el entrenamiento del ejército. A pesar de tanto caos, nosotros logramos superar todo ese problema. El entrenamiento duraba 8 meses y ya habíamos culminado el 70% del mismo.—Tierra llamando a Vi, ¡¿estás ahí?! —exclamó August, quien se había tomado la moles
[***]VioletLos dormitorios poseían un diseño moderno demasiado agradable, para ser de una instalación bélica, tras colocar todas mis pertenencias en un lugar, me acosté y aspiré profundamente. Necesitaba descansar un poco del viaje, fue muy agobiante, pero Rachel se veía animada.—Nos vemos luego, Vi —dijo con una pequeña sonrisa y cruzó el umbral de la entrada. Quedé dubitativa por su acción, pero lo ignoré tras escuchar unos cuantos golpes en la puerta. «Seguro olvidó sus llaves, dejaría de ser…»—Violet, ¿estás ahí? —preguntó August, interrumpiendo mis pensamientos.—Sí, ya voy —respondí mientras me levantaba para dejarle pasar.Su linda sonrisa fue lo primero que mis ojos captaron y mi rostro no dilató e
Nuestra primera misión, moría de nervios por lo que pudiese pasar. Odiaba sentirme así en todos esos momentos, pero al final fue lo que me ha salvado la vida todos estos años.~22 de diciembre de 2032~00:35Habían pasado 20 minutos desde que habíamos llegado a una posición oscura e indetectable de la costa de Suecia, pasando desapercibidos de la atención de los bestrayos o al menos eso queríamos creer. La mejor idea que pudo tener el Mayor fue llegar a la costa norte de Suecia a través de un submarino y salir a la superficie desprotegidos para evitar que ellos supiesen la ubicación del submarino. Estaba cerca de operar mi primera misión como soldado, en busca de proteger y principalmente; salvar a mis padres. Uno de los motivos por los que había ingresado a medicina era porque siempre sentí el deseo de servir a los demás y alejar el e
Habíamos recorrido 11 kilómetros en un camión blindado que trabajaba con la energía del cristal. Era uno de los avances logrados por los rusos y era extremadamente bueno. Hacía poco ruido y el vehículo no requería de neumáticos, levitaba con campos electromagnéticos. Antes de subirnos, tuvimos que recorrer 500 metros para llegar a la ubicación en el que el helicóptero de carga podía dejar el vehículo.—Violet Norlin —llamó el Mayor.—¿Sí, Mayor? —contesté con la interrogante de porqué me llamaba directamente por mi nombre.—Conozco a las personas que ingresan al ejercito por convicciones lejanas a las normales. Tú vienes aquí por motivos personales —explicó mientras jugaba con su cuchillo de combate en el asiento del copiloto, y yo admiraba una cicatriz que surcaba su mejilla izquie
"… aún pienso que fue un completo error arrastrarlos a esto."En el instante que vi por primera vez a un bestrayo, supe que estos poseerían instintos más desarrollados que nosotros, que tendrían sentidos y habilidades mejores que las nuestras, que sus instintos animales sobrepasarían nuestras expectativas; pero nunca me detuve a pensar en sus hormonas. Son unos malditos perversos.—¡Déjenla, malditas bestias de mierda! —gritaba Arthur, invadido totalmente por la rabia. Sus ojos destellaban ira y su mandíbula permanecía tensa todo el tiempo, mientras disparaba con su pistola y atacaba directamente con su cuchillo. Usaba específicamente esas armas porque lo obligaban a acercarse a ellos y correr cierto riesgo; a cambio de hacerles mayor daño, no quería que se fueran rápidamente con una bala a la cabeza, no; él deseaba verlos sufrir «
[***]ArthurTodo el tiempo permanecí al lado de Rachel, su mirada recobraba su brillo y me ayudaba a buscar ropa para ella. A pesar de que ya habían pasado 60 minutos tras el ataque, todavía no superaba la terrible experiencia de Rachel ahí afuera, no podía imaginarme lo que le habían hecho, sus brazos exponían terribles moretones, pequeñas cortaduras y demás; pero al mismo tiempo me relajaba tenerla de nuevo a mi lado, sin duda estaba pasando por un mar de emociones encontrados.—¿Qué opinas? ¿Crees que me quede? —sonrió tímida mientras colocaba una camisa verde frente su torso.—Sólo lo sabremos si lo pruebas —sonreí con diversión mientras hurgaba en el armario—, pruébate también este pantalón negro, la tela es ligera y cómoda para correr.—Me gusta,
~A~Me cuesta admitir que dudé bastante al tomar mi decisión, pero… ahora que ya está hecho; no me arrepiento de nada. Estoy totalmente seguro que haber tomado esa acción fue lo mejor que pude haber hecho, aunque el precio fuese bastante alto. Al menos, garanticé que ella estuviera bien, lograron sobrevivir a esa emboscada. Pero bueno, siempre se debe perder algo, lamentablemente; me tocó darlo todo.Todos volvemos a nuestros orígenes, es parte de crecer como persona. Pero en mi hogar, no me esperaba lo mismo que solía esperarme hace unos años; todo cambió drásticamente. Desearía que todo esto no hubiese acabado así…Los observaba con una sonrisa que expresaba muchos sentimientos que sentía por ellos, el más fuerte: Amor. Agarré el collar que iba a regalarle a Jane de mi m
Llevaba 20 minutos huyendo de este maldito minotauro y no se rendía, todo su cuerpo estaba agujereado por mis proyectiles; pero no se inmutaba en ningún maldito aspecto. Me tenía cansada. Hasta que pensé usar mi arma principal y la de mayor potencia, mi rifle de francotirador. Para mi desgracia, me era difícil manejar el rifle mientras corría, no podía ni desenfundarlo porque equivaldría a servirle mi cabeza en bandeja de plata. Sólo podía limitarme a seguirle disparando con mi subfusil mientras me perseguía por todo el bosque. Hasta que pareció cansarse y me lanzó el hacha con tal rapidez que no fui capaz de visualizarla a tiempo. Por suerte, la gravedad hizo de las suyas y me permitió evitar el impacto en mi cuerpo por poco, la caída libre ralentizó su trayectoria y me permitió saltar en otra dirección.—¡No tan rápido, maldita zor