Todo estaba listo para la despedida de Javier, quien se va por dos años para especializarse y volver con más herramientas para poner su propia Clínica.
Camila Narra:
Estoy tan triste, se va Javier, mi amigo, mi protector, mi todo. Lo amaba con toda mi fuerza e inocencia. Estos últimos meses han sido difíciles, no sé por qué ha cambiado tanto conmigo, lo noto más lejano, siento que huye de mí, evita estar a solas conmigo. Si supiera cuanto duele, hasta de su habitación me alejó, poniendo llave durante las noches para evitar que yo entrara. Al principio pensé que era por su novia, pero en realidad no era por eso…
Hace meses, la última vez que vino, nos había presentado a su novia. En esa ocasión fue cuando lo vi besándose con ella. Me dio una punzada en el pecho, como si algo se me hubiera clavado en el fondo de mi corazón. Sentí celos de cómo la miraba y de su cercanía; dolía cómo me ignoraba.
Ella era una chica muy agradable y hermosa, como las modelos de la televisión, en cambio yo, a su lado era nada.
Nunca pensé que el amor doliera tanto, ese domingo supe que esto sería nada más que una fantasía en mi mente. Él nunca me iba a mirar con el amor que yo sentía por él.
Ese día llegamos más temprano de lo que pensábamos, mi padre me envió a dejarle unas cosas que le había encargado Javier, se lo lleve a su habitación, se suponía que ellos no iban a estar y cuando entré los encontré en plena acción, ella estaba desnuda encima de él, solo recuerdo que se me cayeron todos los paquetes de la mano y salí corriendo a mi habitación, con un dolor que no podía explicar. Mis lágrimas caían una tras otra, no las podía detener. En unos minutos él toco a mi puerta para conversar conmigo, pero yo me rehusé.
-No te preocupes, fue mi culpa entrar sin golpear, no volverá a pasar.
-Princesa hablemos... déjame explicarte.
-Javier ahora no puedo tengo que entrar a la ducha. No soportaba verlo a la cara, porque me lo imaginaba con ella y dolía.
¿En qué momento dejé de verlo como mi hermano y lo comencé a ver como un hombre que provocaba en mí sentimientos de una mujer enamorada? Me había enamorado de Javier, de su ternura, de su calor, de cómo me protegía, hasta de sus defectos.
Camila Narra Entre al baño, me duché, lave mi cabello y me preparé con anticipación para estar hermosa, para que vea que ya no soy una niña si no una mujer. Deseaba que no viniera con Elizabeth, ella es perfecta y yo era una chica normal, no tenía un cuerpo perfecto, no era delgada, era más bien llenita; lo que destacaba en mi eran mis ojos grandes y azules. Pero ese día quería sentirme hermosa para él, si se iba de mi lado, que se fuera con ese recuerdo de mí. Me fui del brazo de mi padre que me había encontrado hermosa. -Hija te ves hermosa, eres igual que tu madre, si ella estuviera aquí se sentiría orgullosa de la hija que tuvo. -Gracias, papito te amo mucho. -Aunque ojo con todos los buitres que pueden aparecer para querer engatusar a mi pequeña. Yo me reía (eso era amor de padre). Cuando llegamos al centro de evento ya habían llegado algunos amigos de Javier, algunos me conocían y se habían admirado de lo hermosa que estaba y mi papá los miraba con una cara que los espant
Javier Narra La quiero mucho y no quiero hacerle daño, es preferible que sufra un poco, aunque me duela, no quiero que se haga ideas equivocadas; tiene que comprender que yo la veo como mi hermana pequeña, como me pidió mi padre. Todavía recuerdo esa conversación. Él me pedía que empezara de a poco alejarme de Camila; estaba preocupado por el apego que tenía conmigo, y no quería que sufriera. - Hijo yo sé cuánto amas a tu hermana y ella a ti, pero quiero que pienses que ya es tiempo de dejarla. Porque tarde o temprano tienes que hacer tu vida. Ya estas terminando tu carrera y sabes lo demandante que es ejercer la medicina y tienes derecho a enamorarte, tener una novia, viajar mientras no tengas familia y disfrutar de la vida. Y tú hermana no puede estar siempre ahí, te imaginas a tu novia y a tu hermana discutiendo porque le dediques más tiempo. Y alejarte un poco le va a permitir ser más independiente, conocer a más personas y no depender de ti para todo. Y eso no significa que la
Camila Narra No entiendo porque Javier y mi papá son tan exagerados, solo bebí un poco y me acusan de estar ebria. El pobre Alonso tuvo que salir arrancando, si no me había hecho nada. Yo le pedí que me sacara al jardín para respirar un poco, pero no me dejaron hablar, y ahora me llevan en el auto aplicando la ley de hielo, no me miran, además, en todo el camino mi papá no me ha dicho nada. Ya llegamos a casa y me mandó a mi cuarto y eso es todo ¡que rabia! Desperté con un terrible dolor de cabeza, es como si me hubiera tomado una botella de licor, ¡no volveré a beber en mi vida!, me siento horrible y me voy a sentir peor cuando mi padre hable conmigo, porque si no dijo nada anoche, hoy no me salvo. Me duché, lavé mi cabello y me vestí, pero el dolor de cabeza no paraba, necesitaba unas aspirinas. Fui donde mí papá, pero no lo encontré, así que me vi en la obligación de ir a pedirle a Javier; golpeé la puerta en tres oportunidades y nadie respondió, pensé que nadie se encontraba; v
Alejandro mira al jardín, a través del ventanal, esta pensativo y preocupado por los cambios que se avecinan, no sabe cómo va a terminar todo, más ahora que Javier se va. Él se había convertido en su gran apoyo y mediador de la familia. Ahora debía asumir su partida y la llegada de Juan Pablo. Sale de sus pensamientos al sentir que llaman a la puerta, los invita a pasar, entran Juan Pablo y Javier, se sientan enfrente de su padre, éste toma aire y empieza a hablar. -Hijos, los reuní acá porque se vienen cambios y es necesario que lo sepan. No ven a Camila por qué me pidió que hablará con ella después; está con una jaqueca horrible y salió a comprar aspirinas. -Javier, viajas el lunes y te vas a ausentar por dos años, no sé si podrás venir para las vacaciones. Lo que sé, es que tu hermana va a sufrir mucho, va a ser muy difícil para ella tu ausencia como lo es también para mí. Sin embargo, sé que esto es bueno para ti y tú desarrollo profesional y para que tu hermana entienda que no
Camila Narra Salimos por el día a la playa. Va a ser el último fin de semana donde estemos todos juntos incluido Juan Pablo. Hoy no quiero hablar con nadie, hubiera preferido quedarme en la casa. Es muy duro ver los besos apasionados de los novios y sus muestras de cariño, me duele mucho y, aunque tengo habilidad para ocultar lo que siento, no soy masoquista, así que le aviso a mi papá que voy a ir a caminar y a mirar el paisaje. -Papá quiero ir a caminar por la orilla y sentarme a mirar el paisaje ¿puedo ir por favor? -. -Está bien hija, pero no te alejes tanto quédate donde pueda verte -. Me voy caminando por la orilla de la playa esperando que el sonido de las olas calme mi dolor. Mirar el mar y sentir la brisa marina es algo que me trasmite paz. Busco un lugar solitario y me siento a mirar como el mar rompe sobre las rocas. Estuve mucho tiempo absorta mirando ese inmenso mar. Javier Narra Nos tocó un día precioso para venir a la playa en familia. Va a ser nuestro último fin
Javier Narra Estoy sorprendido, nunca pensé que era tan serio lo que sentía, pero esto debe parar ahora. -Claro que sé que no somos hermanos de sangre, pero para mí eres mi hermana y eso nunca va a cambiar, nunca te podré ver como una mujer. Me alegro que estés dispuesta a arrancar ese sentimiento, porque de mí, solo obtendrás el amor de un hermano. Aunque vi en sus ojos el sufrimiento por cada palabra que decía, debía hacerlo, es mi hermana y la adoro al punto que daría mi vida por ella. La dejo sola, necesito dejar esta conversación atrás, porque a mí también me duele herirla como sé que lo hice. ¡Oh Dios! Nunca fue mi intención que ella sufriera por mi culpa. Ella es mi princesita, mi hermanita. Cuando mi padre llegó con ella en sus brazos tenía 1 año y yo diez y cambio para siempre nuestras vidas. Ella era una pequeña risueña y amorosa. Recuerdo como se dio conmigo al instante, yo siempre había deseado tener una hermanita, para cuidarla. Pero cuando mi madre supo que era produ
Camila Narra Ha pasado una semana desde que se fue, sé que llegó bien, ya se está instalando, y preparando para iniciar la universidad, no he podido hablar con él, mi viejito me da los saludos que me envía. Lo extraño tanto, estoy durmiendo en su cuarto, todo lo que está ahí tiene su aroma, y es como si una parte de él todavía estuviera a mí lado. Mi papá está pendiente de mí, tiene miedo de que me enferme de tristeza; yo trato de sonreír cuando estamos en las comidas y me abraza y trata de estar el mayor tiempo posible conmigo. Pero la soledad me inunda, esta casa se torna vacía sin él. Ahora esta tan lejos, que no es que él pueda tomar el metro, un bus o un taxi para venir a vernos. Nos separa una distancia muy grande. Ya se instaló Juan Pablo, pero no me dirige ni una palabra ni me mira, solo me habla cuando este papá, aunque mejor para mí, así evito cualquier enfrentamiento con él. Llegué de la escuela y mi papá me estaba esperando me dijo. -Hija que bueno que llegaste, quie
José Ignacio y Juan Pablo Narran Mire el expediente de Juan Pablo, hoy tenemos sesión, quiero ayudarlo, pero a veces pone una barrera invisible que le impide ver más allá de su visión, todavía recuerdo cuando me contó lo sucedido en su familia. Sesión 2 -Quiero que me cuentes ¿por qué razón te cuesta tanto relacionarte con tu hermana?, le pregunté y mientras hablaba su voz se quebraba, y luchaba por que las lágrimas no salieran. -Tenía una familia relativamente feliz, con sus altos y bajos, con Javier nos llevábamos bien… hasta que mi padre recibió una llamada urgente y tuvo que viajar; después nos enteramos de que había viajado fuera del país. No le dijo a nadie de que trataba, ni siquiera a mi madre, aunque ella le exigió que le dijera lo que sucedía, pero él no dio ninguna explicación. -Nunca voy a olvidar ese día, estábamos haciendo tareas en la sala, cuando llegó mi papá con una pequeña en brazos. Todos quedamos sorprendidos hasta que mi mamá le preguntó: - ¿Qué significa es