Camila Narra
No entiendo porque Javier y mi papá son tan exagerados, solo bebí un poco y me acusan de estar ebria. El pobre Alonso tuvo que salir arrancando, si no me había hecho nada. Yo le pedí que me sacara al jardín para respirar un poco, pero no me dejaron hablar, y ahora me llevan en el auto aplicando la ley de hielo, no me miran, además, en todo el camino mi papá no me ha dicho nada. Ya llegamos a casa y me mandó a mi cuarto y eso es todo ¡que rabia!
Desperté con un terrible dolor de cabeza, es como si me hubiera tomado una botella de licor, ¡no volveré a beber en mi vida!, me siento horrible y me voy a sentir peor cuando mi padre hable conmigo, porque si no dijo nada anoche, hoy no me salvo.
Me duché, lavé mi cabello y me vestí, pero el dolor de cabeza no paraba, necesitaba unas aspirinas. Fui donde mí papá, pero no lo encontré, así que me vi en la obligación de ir a pedirle a Javier; golpeé la puerta en tres oportunidades y nadie respondió, pensé que nadie se encontraba; vi que estaba sin seguro, así que entré porque él siempre guardaba aspirinas u otro medicamento en su velador.
Al entrar me llamó la atención el desorden, estaba la ropa de Javier tirada por todas partes. Cuando vi ropa interior de mujer, mi corazón se quebró, Elizabeth paso la noche con Javier, mis lagrimas empezaron a caer y no podía detenerlas, luego sentí ruidos en el baño, supe que seguían ahí, salí corriendo, dejé tiradas las aspirinas y cerré la puerta con un portazo. Y entré a mi cuarto, llorando con una mezcla de tristeza y rabia, ¿por qué me tenía que pasar esto a mí? Tomé el marco con la foto donde estábamos él y yo, la lancé llena de odio y rabia vi como se hizo añicos, en la pared mientras yo me desmoronaba de dolor.
Javier Narra
Estábamos bañándonos con Elizabeth, habíamos pasado la noche juntos. Íbamos saliendo del baño cuando siento que cierran la puerta de un golpe, miré y vi mi velador abierto, había unas aspirinas tiradas en el suelo. Me tomé la cabeza y pensé en mi princesa, seguramente había entrado a buscar aspirinas y nos sintió y salió arrancando, ¡cómo no dejé la puerta con seguro! Se cuanto la lastima verme con Elizabeth, como pude ser tan estúpido. Tengo que hablar con Camila y ver como está. Me arreglo rápido y le pido a Elizabeth me compre algunas cosas que necesito, así tengo tiempo de hablar tranquilo con mi princesa.
Entré a su cuarto y con lo primero que me encuentro es con un marco de fotos destrozado, lo tomo y es una foto nuestra, le quito los vidrios y lo coloco en un mueble. Está sufriendo por mi culpa. Sale del baño llorando; cuando me ve, desvía su mirada y le pregunto:
- ¿Por qué está el marco de fotos destrozado? - Ella no responde, pero luego me dice:
- ¿Qué te importa? ¡Déjame sola por favor! ¡Sal de aquí!
Me acerco a ella, le seco las lágrimas y le pasó las aspirinas que se le habían caído en mi dormitorio.
-Fuiste a buscarlas y se te quedaron.
- Gracias, ahora puedes dejarme sola.
- No me voy hasta que conversemos necesito saber ¿qué pasa contigo?
- Ya te lo dije ¡no te importa!
- Ven siéntate aquí a mi lado princesa… Tú sabes lo importante que eres para mí, y si me voy es por un tiempo, no es para siempre, pero eso no significa que no me importes. Su reacción me sorprendió…
- ¡Mentiroso! ¿Por qué me mientes?
- ¿Por qué dices que miento?
- Hace meses que no me tomas en cuenta, te llamo y la mayoría de las veces no me contestas y, cuando apareciste con tu novia perfecta me dejaste de lado; cada vez que venias ya no compartías conmigo, solo estabas revolcándote con esa mujer. ¿Te importó cómo yo me sentía? ¡No! Ayer a penas me diste un saludo, me ignoraste hasta que me viste con Alonso y en ese momento vino tu preocupación por mí, ¡no seas hipócrita!
-Tienes que entender que ahora estoy más ocupado, además, me enamoré. Por eso ya no puedo estar tan pendiente de ti, pero eso no significa que ya no te ame. Y tienes que darle una oportunidad a Elizabeth, te tiene mucho cariño pero tú no la aceptas, incluso, para que sepas, algunas de las peleas son porque ella interviene a tu favor.
No podía ver esos ojos llenos de rabia, y saber lo que pensaba de mí, aunque quise hacerla razonar, no me dejó y salió de su cuarto dejándome solo. Cuando voy saliendo me encuentro con Juan Pablo que me informa que mi padre quiere conversar con ambos en su estudio.
Camila Narra
Salí del baño llorando, y me encuentro con Javier mirándome. Me duele verlo con ella, este sentimiento es más fuerte que yo. Me pregunta ¿qué paso con la foto y qué me pasa? No me escucha, aunque le repito que me deje sola y qué lo que me pase no le tiene que importar, pero no sé si no se da cuenta o qué. Empieza a decirme que soy importante para él, que me ama y bla, bla, bla.
En ese momento exploto y lo miro con ojos llenos de rabia y le digo lo que siento. Y de nuevo empezó a explicarme porque actuaba así, pero no lo quería oír más así que me fui y lo dejé solo.
Alejandro mira al jardín, a través del ventanal, esta pensativo y preocupado por los cambios que se avecinan, no sabe cómo va a terminar todo, más ahora que Javier se va. Él se había convertido en su gran apoyo y mediador de la familia. Ahora debía asumir su partida y la llegada de Juan Pablo. Sale de sus pensamientos al sentir que llaman a la puerta, los invita a pasar, entran Juan Pablo y Javier, se sientan enfrente de su padre, éste toma aire y empieza a hablar. -Hijos, los reuní acá porque se vienen cambios y es necesario que lo sepan. No ven a Camila por qué me pidió que hablará con ella después; está con una jaqueca horrible y salió a comprar aspirinas. -Javier, viajas el lunes y te vas a ausentar por dos años, no sé si podrás venir para las vacaciones. Lo que sé, es que tu hermana va a sufrir mucho, va a ser muy difícil para ella tu ausencia como lo es también para mí. Sin embargo, sé que esto es bueno para ti y tú desarrollo profesional y para que tu hermana entienda que no
Camila Narra Salimos por el día a la playa. Va a ser el último fin de semana donde estemos todos juntos incluido Juan Pablo. Hoy no quiero hablar con nadie, hubiera preferido quedarme en la casa. Es muy duro ver los besos apasionados de los novios y sus muestras de cariño, me duele mucho y, aunque tengo habilidad para ocultar lo que siento, no soy masoquista, así que le aviso a mi papá que voy a ir a caminar y a mirar el paisaje. -Papá quiero ir a caminar por la orilla y sentarme a mirar el paisaje ¿puedo ir por favor? -. -Está bien hija, pero no te alejes tanto quédate donde pueda verte -. Me voy caminando por la orilla de la playa esperando que el sonido de las olas calme mi dolor. Mirar el mar y sentir la brisa marina es algo que me trasmite paz. Busco un lugar solitario y me siento a mirar como el mar rompe sobre las rocas. Estuve mucho tiempo absorta mirando ese inmenso mar. Javier Narra Nos tocó un día precioso para venir a la playa en familia. Va a ser nuestro último fin
Javier Narra Estoy sorprendido, nunca pensé que era tan serio lo que sentía, pero esto debe parar ahora. -Claro que sé que no somos hermanos de sangre, pero para mí eres mi hermana y eso nunca va a cambiar, nunca te podré ver como una mujer. Me alegro que estés dispuesta a arrancar ese sentimiento, porque de mí, solo obtendrás el amor de un hermano. Aunque vi en sus ojos el sufrimiento por cada palabra que decía, debía hacerlo, es mi hermana y la adoro al punto que daría mi vida por ella. La dejo sola, necesito dejar esta conversación atrás, porque a mí también me duele herirla como sé que lo hice. ¡Oh Dios! Nunca fue mi intención que ella sufriera por mi culpa. Ella es mi princesita, mi hermanita. Cuando mi padre llegó con ella en sus brazos tenía 1 año y yo diez y cambio para siempre nuestras vidas. Ella era una pequeña risueña y amorosa. Recuerdo como se dio conmigo al instante, yo siempre había deseado tener una hermanita, para cuidarla. Pero cuando mi madre supo que era produ
Camila Narra Ha pasado una semana desde que se fue, sé que llegó bien, ya se está instalando, y preparando para iniciar la universidad, no he podido hablar con él, mi viejito me da los saludos que me envía. Lo extraño tanto, estoy durmiendo en su cuarto, todo lo que está ahí tiene su aroma, y es como si una parte de él todavía estuviera a mí lado. Mi papá está pendiente de mí, tiene miedo de que me enferme de tristeza; yo trato de sonreír cuando estamos en las comidas y me abraza y trata de estar el mayor tiempo posible conmigo. Pero la soledad me inunda, esta casa se torna vacía sin él. Ahora esta tan lejos, que no es que él pueda tomar el metro, un bus o un taxi para venir a vernos. Nos separa una distancia muy grande. Ya se instaló Juan Pablo, pero no me dirige ni una palabra ni me mira, solo me habla cuando este papá, aunque mejor para mí, así evito cualquier enfrentamiento con él. Llegué de la escuela y mi papá me estaba esperando me dijo. -Hija que bueno que llegaste, quie
José Ignacio y Juan Pablo Narran Mire el expediente de Juan Pablo, hoy tenemos sesión, quiero ayudarlo, pero a veces pone una barrera invisible que le impide ver más allá de su visión, todavía recuerdo cuando me contó lo sucedido en su familia. Sesión 2 -Quiero que me cuentes ¿por qué razón te cuesta tanto relacionarte con tu hermana?, le pregunté y mientras hablaba su voz se quebraba, y luchaba por que las lágrimas no salieran. -Tenía una familia relativamente feliz, con sus altos y bajos, con Javier nos llevábamos bien… hasta que mi padre recibió una llamada urgente y tuvo que viajar; después nos enteramos de que había viajado fuera del país. No le dijo a nadie de que trataba, ni siquiera a mi madre, aunque ella le exigió que le dijera lo que sucedía, pero él no dio ninguna explicación. -Nunca voy a olvidar ese día, estábamos haciendo tareas en la sala, cuando llegó mi papá con una pequeña en brazos. Todos quedamos sorprendidos hasta que mi mamá le preguntó: - ¿Qué significa es
Camila Narra Tacho otro día en mi calendario, siento que el tiempo no corre como desearía, extraño tanto a Javier, y solo han pasado unos meses. Tengo miedo, mi papá va a salir de viaje, sé que no ha querido dejarme sola, pero ya no puede seguir postergando sus negocios, tendré que quedarme sola con Juan Pablo y no quiero. Miro a Lady con cariño, esta perrita me hace sentir amada y necesitada por alguien, sé que tengo que estar bien por ella porque es mi responsabilidad y además siento paz a su lado. José Ignacio Narra Voy en camino a la casa de Alejandro, tuve la autorización para entrevistar a su hija, aprovechando que Juan Pablo fue a ver a su abuela por el fin de semana largo. Busco la dirección y veo que es una casa grande, con un lindo jardín, se ve bien cuidado. Al entrar a la sala me doy cuenta de que sus muebles y decoración son minimalistas, tienen lo justo y necesario, pero es acogedora. Sale a saludarme Alejandro. -José Ignacio tanto tiempo. ¿Cómo está tu padre?... co
Camila Narra Mi papá se va de viaje. Me tengo que quedar con Juan Pablo, dos semanas que se me van a hacer eternas, pero espero que podamos llevarnos bien. La primera semana prácticamente no hablamos, solo lo justo y necesario, estaba muy ocupado con la tesis y sus compañeros vinieron casi todos los días. Después que llegaba de las clases ayudaba a la nana a atender al grupo. Yo también me encargaba de atender a los compañeros de Juan Pablo para evitar conflictos y llevarnos bien dentro de lo posible. Empezaba la segunda semana, y tenía un mal presentimiento. Sabía porque Juan Pablo estaba agotadísimo e irritable; tenía que hacer una presentación dando un avance de la tesis y eso lo tenía muy nervioso. El miércoles llegué del liceo y mi nana me esperaba. Estaba preocupada, la habían llamado de urgencia. -Camila que bueno que llegaste, tengo que viajar de urgencia, me avisaron que mi mamá esta grave y quería hablar con Don Alejandro para avisarle, pero no me he podido comunicar con
Juan Pablo Narra Cuando desperté ella estaba a mi lado. Me había ido a buscar junto a José Ignacio. El médico me dio el alta e indicaciones para evitar una recaída. José Ignacio nos llevó a casa y después de agradecerle por la ayuda que nos había dado al quedarse con Camila, se fue. Desde ese día no me ha dejado. Está pendiente de mí, se ha quedado a dormir a mi lado; lo sé porque percibo su aroma a vainilla. La observo mientras duerme, se ve tan inocente que me trasmite una paz. Ahora está abrazada a mí. En estos momentos siento que el odio que siento por ella me abandona, no entiendo que me está pasando, me está transformando. Me acurruco a su lado, su cuerpo irradia calor, no quiero que despierte, la quiero así, para mirarla y tenerla a mi lado. Esta semana no quiso ir a clases para no dejarme solo, tampoco me dejo ir a la universidad, se preocupaba de darme los medicamentos, prepararme el almuerzo, no me dejó hacer nada, quiere que me relaje para que no me vuelva a enfermar. M