94.- Leila.

El domingo mi hermano prácticamente me arrancó de los brazos de Jonás y casi lloro por quedarme con él como una niña pequeña. Su sonrisa hizo estragos en mis bragas y hasta hice pucheros para que no me soltara, lo que causó que se carcajeara aún más mientras mi hermano miraba divertidísimo la escena.

Me acomodo de brazos cruzados y con el ceño fruncido en el asiento del copiloto del auto de James que todavía muestra su sonrisa burlona. Lo golpeo dos veces y me mira un instante.

— ¿Qué tal el fin de semana Princesa? – no le contesto y le hago un mohín que provoca una carcajada.

— ¡Yo quería quedarme! – expreso sin responder su pregunta.

— ¡Lo sé Princesa, lo sé! – Baja el espejo retrovisor — 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo