IsabellaObservo como Chad duerme mientras volamos a América, acomodo bien a mi hijo sobre mí y cierro los ojos pensando.No le quiero dar el divorcio, es la única forma que oculto lo mío con Robert, pero si no lo hago él mostrará las fotos de la infidelidad. Aunque no le va a ser fácil, firmaré la separación sí, pero me voy a quedar con Oliver, es la única forma de obtener el dinero que estoy manejando, voy a exigir la custodia de nuestro hijo y le pediré una manutención.Necesito dinero, mucho para irme con Robert, mis padres no me lo dan, pero Oliver si puede a través de su papi, beso la cabecita de mi niño y cierro los ojos para ver si logro conciliar algo de sueño.…GinaObservo como mi hija succiona mi pecho con una gran hambre, en mi habitación está mamá, Rebekah y Thiago, este último me mira extraño pero lo ignoro.Aún estoy sorprendida porque sea niña.— ¿Cómo le vas a llamar? —Pregunta mi madre y suspiro.—No sé, aún lo estoy asimilando —contesto acariciando el pelo anaranj
Chad—Gina... ¡Gina!, ¡Maldición! —Grito frustrado al escuchar el sonido que me avisa que ha colgado—. Llamo unas veces más y suena apagado. — ¡Me cago en todo!— ¿Qué pasa?, ¿quién es Gina? —Pregunta Isabella que le da una papilla a Oliver.—Disculpa si sueno grosero, pero no te importa.Ella hace una mueca y sigue alimentando a nuestro hijo en la gran cocina de mi casa. Tanto la extrañé y al fin estoy aquí, dentro de sus paredes cálidas y su reconfortante olor a hogar.Desde que pisé tierra americana decidí que tenía primero que llegar a mi lugar antes que todo, llamé a mi madre que debe estar en camino y llamé a Thiago para que me diera el número de Gina, sin embargo el muy cabrón no me lo quiso dar, mucho menos Rebekah, así que tuve que recurrir al juego sucio. Llamé a la empresa de su padre y me presenté como el padre de la hija de ella y automáticamente me dieron el número. Es una estupidez pero al parecer la secretaria es lo bastante ingenua para creer en un extraño que llame y
GinaHa pasado una semana y esos días los he pasado en casa de mis padres por un único motivo: escapar de Chad. Sé que estuvo en casa de Rebekah y en la de Lexi buscando mi dirección, me entró el pánico y me refugié en la casa donde crecí. Irónico porque salí de allí en cuanto pude y juré no volver. Sé que estoy siendo cobarde, pero Aileen es mi vida y temo que me la quite por ocultársela, ya Lexi me dijo que él no haría eso, se lo dijo a ella personalmente, pero eso no me convence. Todos me dicen que estoy portándome como una niña y bla, bla, bla, no me importa, es lo que siento y Lauren me dijo que tengo que hacer las cosas depende como me sienta, hacer lo que quieren los otros nunca es bueno, pero claro, que tengo que tomar una decisión rápida ya que Chad es el padre y tiene el derecho de estar junto a mi hija. Solo... tengo que aclarar mis ideas.Estos días también he estado saliendo con Dominic, a pesar de lo que quiere mamá él es un buen chico y me cae bien además es muy bueno
DominicMe recuesto en el sillón de la sala de estar con una estúpida sonrisa en mi cara. Y no es para más, me voy a casar con una mina de oro. Todo va después acuerdo como lo planteé, me caso con Gina, en el contrato de boda habrá un ligero cambio en letras pequeñas que diga que ella renuncia a su herencia para pasármela a mí y entonces yo seré el millonario. Pobre ilusa, cree que somos amigos pero lo único de lo que soy amigo es de su fortuna, al principio pensé en seducir a su madre pero la señora está muy enamorada de su esposo como para voltear a verme, entonces me quedó la hija, no es que me prestara atención, la muy libertina anda de flor en flor y solo me quedé con el puesto del chico al que tiene aprecio, sin embargo eso parece funcionar.Bebo de mi trago de ron barato ya que no puedo permitirme más de ahí y observo el retrato de mi padre. Pronto volveré a tener dinero viejo estúpido.Cuando papá murió dejó toda su fortuna a nombre de mis hermanos, de mi madre y al mío, pero
GinaLlamar a Chad fue un impulso de último minuto, estaba con Lexi hablando sobre cosas de bebé y vi a mi hija tener su primera sonrisa, le sonreía a la nada y me entró una melancolía, por lo que decidí que Chad merecía estar en cada momento de nuestra bebé. Tomé el móvil y le envié mi dirección en un mensaje de texto, lo que no pensé es que llegaría en exactamente catorce minutos, creo que llegó justo cuando di la orden de dejarle pasar en recepción.Tampoco conté con su reacción al verme, ese abrazo se sintió tan bien, pero nada era perfecto, él estaba casado y yo me iba a casar, por eso decidí separarme antes de llegar a más. Lo llevé a conocer a Aileen y debo admitir que casi lloro al escucharlo hablar con nuestra hija.—Hola princesa, ¿cómo estás? Yo soy tu papi, tu caballero de brillante armadura—. Son palabras que nunca voy a olvidar en la vida y haré que Aileen las conozca y que siempre las recuerde.Me quedo mirando como embobado por la niña se olvida de mi presencia, camina
ChadSalgo del apartamento de Gina con una sonrisa en mi rostro, tengo las energías renovadas, ¿La razón? Ella sigue siendo mía, ese beso, me lo ha devuelto como siempre lo hizo: con pasión, con entrega, con amor. Solo falta separarla del hombre con cara de chimpancé que quiere usurpar mi lugar de esposo de la pelirroja. Al salir del ascensor me encuentro con Thiago y Rebekah.—Encontrarte aquí solo significa una cosa —dice mi mejor amigo con una sonrisa—.—Sí, me ha enviado la dirección en un texto, estoy que alucino de la felicidad. —El rostro de mi bebé aparece en mi cabeza y sonrío más—.—Esa misma sonrisa de idiota enamorado pone Thiago cuando tiene a Gia Sofía en sus brazos —dice Rebekah cruzada de brazos y con una sonrisa divertida—.—Es que... ser padre de un niño es genial, lo mejor que me pudo pasar, pero convertirme en padre de una niña es algo a otro nivel, sé que va a ser una gran aventura... ¡Diablos!, ella será mi condena, me va a sacar canas verdes —paso mis manos por
GinaDos putas semanas después de la propuesta de matrimonio y puedo decir que han sido las peores de mi vida. Con Chad todos los días visitando a Aileen y trabajando en mi empresa, mamá y Dominic con el tema de la boda, me tienen estresada. Hace varios días atrás Dom vino a mi oficina a reprocharme porque le había dicho a mi mamá que no quería una boda grande, pero según ellos la hija de Adelaide Rinaldi y Bruce Lewis merece la mejor de las celebraciones y más si la boda es con el gran Dominic Lexington, sus palabras, no las mías. Por lo que ahora estoy en camino al centro comercial con mi hija para ir a la prueba de mi vestido, mi mamá quería diseñarlo ella pero nunca lo permitiría.Mis damas de honor son Rebekah y Lexi, ninguna de las dos están de acuerdo pero me apoyan en mis decisiones, está listo el salón y el abogado que auspiciaría la ceremonia, otro problema, porque Dom y mi madre querían una boda católica, es decir, por la iglesia, pero yo jamás me casaría bajo las leyes de
ChadLuego del momento de debilidad que tuvo Gina, se recompuso y me echó de su casa alegando que ya no me necesitaba, obviamente yo no le hice caso y esperé a que se durmiera para meterme con ella en la cama. Observé su rostro relajado hasta que me dormí abrazado a ella y disfrutando el olor a chocolate que desprendía su pelo.Despierto en la mañana con el llanto de Oliver, preparo su leche y lo dejo en la cuna ya que sabe sujetar su biberón sin ningún problema, paso a darme una ducha y al salir me dirijo hasta la habitación donde están mis hijos, mi niño juega con la tetera vacía y Aileen lo mira fijamente. En las horas de ayer y hoy pude notar que mi hija es una niña muy tranquila, casi no llora y no se despierta en las noches. Tomo un canguro que hay en una silla y lo acomodo en mi espalda para colocar a Oliver allí, a la niña la tomo en brazos y bajo a la cocina. Mientras preparo el desayuno, sostengo el biberón de mi bebé con la barbilla alimentándola, con mi otra mano preparo a