Gina—Gina, están aquí unos agentes —dice Steve parado en la puerta de mi oficina—.—Déjalos pasar —el chico asiente y se marcha.Sonrío porque es muy eficiente, cuando Rebekah me propuso que lo contratara no estaba muy segura porque era muy joven pero me ha demostrado que es responsable. Unos señores entre cuarenta y cincuenta años entran a mi oficina con una cara de póker increíble.—Buenos días señorita Lewis —dice uno de ellos. —Yo soy el detective Christian Castle y mi compañero Bryant James.—Buenos días, ¿a qué debo la visita? —Le ofrezco asiento. — ¿Algo de tomar?—No señora —dice Castle. —Nosotros estamos a cargo de su caso con las cámaras en su vivienda.Cierto. Hablé con mi padre y me dijo que no había puesto ninguna cámara en mi casa, incluso hablé con Chad y este negó también, entonces me preocupé, así que fui a una estación de policía a hacer una denuncia, pero no pensé que sería tan rápido, si apenas ayer fui.—Hemos dado el aparato a nuestro informático y este ha encon
GinaViernes. Hace un tiempo hubiera dicho: ¡Al fin es viernes, a festejar! Pero no, ahora tengo a una bebé que está cumpliendo un mes hoy y mañana es mi boda. Si le dijera a uno de mis antiguos amantes que contraería nupcias este sábado se hubieran reído de mí preguntando que si estaba bromeando, pero nada más lejos de la realidad.Estos días he estado medio deprimida, Chad ni me mira, ni siquiera viene a ver a la niña, a lo mejor se aburrió de mí, debe de estar harto de mis rechazos ante su petición de una oportunidad. Así que hoy me voy a ahogar en mi soledad con mi hija y voy a tirarme en mi sofá frente a mi gran pantalla plana a ver el fabuloso trasero de Thor y comiendo nachos con queso fundido hasta reventar, también gomitas de gusanito y Coca-Cola bien fría cortesía de mi congelador. Sí, el mejor plan de la vida.Primera película: Thor.Segunda película: Capitán América.Tercera película: El hombre de Acero.Oh sí, culos sexys metidos en trajes apretaditos. De hecho creo que l
GinaNo sé qué hora es pero debe de ser tarde. Ya estoy un poco ebria pero es que el tequila me llama aunque trate de evitarlo, ya que Chad me dijo: te quiero consciente al final de la noche. Sus palabras erizaron mis vellos y desde entonces estoy tratando de provocarlo.Rebekah desapareció con el que resultó ser Thiago, mamá trata de irse con unos de los strippers pero papá no la deja, la doctora Lauren... bueno ella está muy cariñosa con su esposo, que también bailaba de bombero, no sabía que tantos hombres maduros se ven tan bien como ese y mi padre, pero ni hablar del padre de Lexi, ese sí que está bueno. Está sonando una canción latina, un Reguetón, Puro Chantaje de Shakira y Maluma. Conozco a la rubia pero el otro ni idea, el ritmo es súper pegadizo y sé que significa el estribillo, Chad me lo ha explicado, no sabía que hablaba español y lo hace de lo más sexy. Así que estoy como loca bailando sensualmente en el regazo del ojiazul, moviendo mis caderas en círculos, provocándolo,
GinaMierda.Mierda. Mierda y más mierda. Miro a mí alrededor, Chad está casi babeando a mi lado y la habitación está totalmente a oscuras por la gran y gruesa cortina que cubre las ventanas. Me levanto de la cama con cuidado y busco mi bolso, dentro de él está mi móvil y lo enciendo. Diecinueve llamadas pérdidas de Dominic, seis de mamá, tres de Rebekah y una de Lexi. Miro la hora y maldigo entre dientes. Las dos de la tarde, me he quedado dormida. Con rapidez tomo mi ropa y me visto, voy al baño y lavo mi cara, hago un buche de agua para quitar lo pastoso de mi boca, al salir veo a Chad abrazando la almohada que antes usaba yo.Muerdo mi labio con fuerza y lo miro con arrepentimiento, me duele lo que haré, pero no tengo de otra. Me acerco con pasos delicados para no despertarlo, me pongo a su altura y acaricio su rostro, pongo mis labios en los suyos y dejo un casto beso en ellos.—Lo siento cariño. —Susurro, una lágrima resbala por mi mejilla.Tomo mis tacones y mi bolso, salgo de
GinaSonrío sobre el pecho de Chad y le doy un azote en su tentador culo. Él da un salto y lo miro a los ojos para encontrarme su sonrisa pícara.—Te gusta mi trasero, ¿eh?—Nunca lo dudes —me giro y me encamino hasta el jet de mi amiga—. No sé a dónde este pendejo me lleva, pero mientras sea lejos de la furia de Dominic, por mí bien. Siento un gran azote en mi nalga y miro hacia atrás para encontrar al idiota con una sonrisa inocente.—Ojo por ojo.—Serás cabrón —le saco el dedo medio y sigo hasta subir las escaleras del gran aparato—.Ya he estado en este, pero nunca deja de sorprenderme. Es muy lujoso y tiene capacidad para veinte personas. Acomodo a Aileen en mis brazos y cuando me siento en uno de los sillones me sorprende ver a Nathalie frente a mí con Oliver en sus brazos.—Hola —me saluda alegre—. Mucho tiempo sin verte, ya quiero conocer a mi sobrina.Avergonzada bajo la mirada y quito a mi hija de mi hombro y se la muestro. Nathalie la mira con sus ojos brillando de cariño.
GinaObservo la ancha espalda del idiota de Chad alejarse con nuestra hija en brazos. Me sorprende todo lo que ha hecho, todo lo que investigó sobre Dominic, ¿De verdad estaba tan ciega? El sentimiento de culpa que sentí hace unas horas ha desaparecido por completo, ahora lo aborrezco, ¿Por qué a mí? Simplemente por qué no habló conmigo, a lo mejor y yo lo ayudaba.Siento un tirón en mi brazo derecho y las mujeres, todas, me están mirando expectante. Entonces recuerdo.— ¿Para qué es que no hay tiempo? —Me cruzo de brazos—.—Ya lo verás, solo ven. —Lexi me toma de la mano y me lleva hasta una de las habitaciones de la gran casa de una sola planta—.Con nosotras viene Nathalie y mi madre, Lauren y la madre de Chad se van a hacer no sé qué, algo relacionado con bocadillos. Cuando entramos a la habitación, veo que hay una cama matrimonial, un armario grande, dos mesitas de noche, una cómoda con un gran espejo y una alfombra peluda en el piso. Todo muy lindo en tonos blanco hueso y beige.
ChadEstoy debajo de una sombrilla, alejado de la orilla del mar, recostado en un sillón de esos de playa, tengo a Aillen en mi pecho durmiendo y trato de encontrar a Gina con la mirada. Tenemos dos semanas en Miami y estamos solos en la villa, los demás se han marchado tres días después de la boda. Ahora es nuestro tiempo, disfrutamos de nuestra familia hasta que debamos volver a la vida diaria, es decir, dentro de una semana más. Mi bebé se remueve incómoda y decido dejarla en su sillita, bueno, en realidad no sé cómo se llama, Gina dijo que era una especie de silla acolchada para dormir, lo que me deja entendido que ella tampoco sabe el nombre.Tengo que darle un premio a mis hijos ya que ninguno me ha dado problema en las noches y he podido hacer feliz a mi mujer. Levanto la mirada y una mojada Gina, en un diminuto bikini dorado se acerca con mi sonriente hijo en brazos, Oliver tiene un bañador azul y unas sandalias de Bob Esponja. Sonrío al verlo y más cuando veo las dos manitas
GinaNo. No. No.Salgo del auto y me quedo mirando mi planta, se ve totalmente negra desde aquí y mi corazón se estruja en mi pecho. Mi casa, aquel lugar donde me sentía segura y en paz está destruido ante mis ojos. Unos bomberos salen del edificio y corro hacia ellos.—Soy Gina Lewis, soy la dueña del apartamento incendiado. Dígame que ha pasado, ¿hay alguien herido? —Pregunto nerviosa y siento unas manos tomarme de la cintura—.—Tranquila cariño —susurra Chad en mi oído y me abraza—. Mi esposa y yo somos los dueños de la vivienda —el rescatista asiente—.—Lamento decirles que las llamas han acabado con todo lo que hay dentro, las paredes están destrozadas casi en su totalidad y el lugar será restringido por el peligro que puede llegar a ser para las personas —jadeo por la sorpresa y vuelvo a mirar hacia arriba—.— ¿Hay algún herido?, ¿Cómo se provocó? Diga algo. —Desesperada veo como comienzan a evacuar a los residentes del edificio—. ¿Por qué los están sacando?—Evacuamos el edific